La filtración aparecida en el diario El País
de un documento reservado firmado por el Teniente General Fernández
Asensio, quien actualmente ocupa la Segunda Jefatura de Estado Mayor del
Ejército (JEME), hace públicas las políticas reaccionarias que de un
tiempo a esta parte aplica la cúpula militar contra aquellos miembros de
las Fuerzas Armadas que intentan realizar honestamente su cometido
cuando, como nos enseñará Martí, estas personas concluyen que Patria es
Humanidad y no la OTAN, el Euroejército y la defensa de los intereses de
los monopolio.
El
documento al que antes hago mención y que supone en la práctica un
encogimiento de los derechos básicos del soldado y marinero, ya de por
sí bastante limitados en comparación con los civiles por la propia
lógica interna de la disciplina vertical que impera dentro del cuerpo
castrense y represivo del Estado imperialista español, al igual que
tantas otras cosas se intenta camuflar bajo un manto de hipotético temor
hacia ciertos sujetos salafistas o extremistas que pudieran formar
parte de diversas unidades, en concreto -se dice- de aquellos puestos de trabajo de acceso a información sensible que deban acreditar la habilitación de seguridad, es decir, armerías, polvorines, planas mayores, oficinas por donde pasa material clasificado, etc.
Aunque no lo especifique, a ojos vistas tiende el Estado Mayor de la Defensa (Defensa del Poder de la oligarquía)
a extremar la vigilancia particularmente entre la tropa, marinería y
suboficialidad, máxime si resulta que la inmensa mayoría de personas que
integran estas dos escalas son de extracción obrera y popular, y esto
es, en el sentir de la clase dominante, un verdadero peligro para sus
intereses, ya que, previendo ésta un estallido social, la base de su
máquina bélica podría sufrir un entumecimiento repentino si se le
obligara a aplastar a sangre y fuego cualquier insurrección en la que
participen sus familiares, hermanos y hermanas, compatriotas a los que
capitalismo les niega un proyecto decente de vida.
Es
un hecho evidente que con el actual sistema económico en España jamás
recuperarán las masas trabajadoras aquel relativo confort del que
disfrutaron algunos durante el periodo expansivo del capitalismo español
previo al estallido de la crisis. Ese espejismo de “estado del
bienestar” que nos cegó durante unos pocos años sólo sirvió como
pretexto para que aceptáramos la concertación social necesaria que
permitiese al capital reproducirse sin ninguna traba, con el
consiguiente amaneramiento de ideas, falsas ilusiones y despropósitos
que han ido sembrando los reformistas entre el pueblo trabajador.
Hoy España se desgaja en un
sentido de lucha de clases y por tanto pierde fuelle la hegemonía
cultural burguesa nacida durante la Transición, válvula esencial de
desquite para adormecer al pueblo privándolo de su fe revolucionaria y
del ansia constante de conquistas sociales.
La
crisis vuelve las sayas del sistema y nos muestra sus carnes
putrefactas: el paro forzoso, los desahucios, la miseria, la emigración,
las guerras de expolio a otros pueblos, la violencia, los sueldos
paupérrimos... Por todo esto, acatando estrictamente las órdenes de la
OTAN y temiendo una respuesta organizada del pueblo, el JEME, en un
claro viraje hacia el autoritarismo, paralelo a otras leyes represivas
civiles que intentan legitimar la pérdida de formalismos
democrático-burgueses como el nuevo anteproyecto de Ley de Seguridad
Ciudadana, ha dado instrucciones a los jefes de unidad para que
arbitrariamente persigan y aparten a todo subordinado sospechoso de
estar en contacto o simpatizar con elementos considerados subversivos
por la burguesía dominante y sus gobiernos -sindicatos o partidos
adscritos a la lucha obrera u otros movimientos sociales de las fuerzas
democráticas-.
Ante
la pregunta que deben formularse los militares perseguidos, seguro
que les contestarían de buen grado las incontables enseñanzas históricas
del capitán Galán, el 5º Regimiento o la UMRA (Unión Militar
Republicana Antifascista). ¡Que marchen con toda la prudencia del mundo
más sin demora hacia la consecución de la República Socialista junto al
pueblo que les ha parido, la clase obrera y su partido comunista!
Santiago Ibero