Apenas se tuvo conocimiento de que los gobiernos de España y Cuba, celebrarían ayer 18 de febrero, en Madrid, el cuarto encuentro del mecanismo de diálogo sobre derechos humanos, creado anteriormente durante la visita del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, a Cuba, en abril del 2007, se montó un escandaloso tinglado mediático con la intención de sabotearlo y desatar una histérica ofensiva ideológica contra Cuba, de la que no escapaba tampoco el actual gobierno español, como consecuencia de dar pasos serios con respecto a la eliminación de la obsoleta y añeja Posición Común dentro de la Unión Europea.