A finales de 2009, la organización Human Rights Watch (HRW), con razón social en Nueva York, publicó un informe titulado Un nuevo Castro, la misma Cuba. Basándose en el testimonio de ex presos, el informe condenaba de manera sistemática al gobierno cubano, calificándolo de tiránico y acusándolo de utilizar “su maquinaria represiva, leyes draconianas y juicios arbitrarios para encarcelar a decenas de personas que osaron ejercer sus libertades fundamentales”. El grupo afirma que entrevistó a 40 prisioneros políticos y que analizó las leyes extraordinarias que permiten que los cubanos puedan ser encarcelados simplemente por expresar opiniones críticas de su sistema socialista.