El presidente de la Sociedad Cubana para la
Promoción de las Fuentes Renovables de Energías y el Respeto Ambiental,
el doctor Luis Bérriz, dijo que la isla puede ser una potencia en el
empleo de ese tipo de energías.
La Habana. Cuba logró este año aumentar la
producción de paneles solares, como parte de la voluntad gubernamental
de incrementar el uso de fuentes alternativas de energía y disminuir la
dependencia de la importación de petróleo.
La Empresa de Componentes Electrónicos Ernesto Che
Guevara, ubicada en la occidental provincia de Pinar del Río, sobrepasó
en un solo año los niveles de producción acumulados desde que comenzó a
fabricar ese tipo de equipamiento, en el 2001, dijo el director de la
planta, Yoandri León, a la prensa local.
En el año que concluye, la fábrica produjo más de 40.000
módulos fotovoltaicos en dos formatos fundamentales, con capacidades
para 185 y 240 watts, capaces de generar en conjunto un total de nueve
megawatts (MW).
Desde su inauguración hasta 2012, la producción de la empresa sumaba solo 8,7 MW.
Para el año venidero, la planta prevé llegar a 10 MW,
respaldada por un proceso inversionista dirigido a mejorar parte del
equipamiento y los medios de verificación, a fin de ganar en eficiencia y
elevar los controles de calidad, en aras de obtener un producto aún más
confiable.
La mayor parte de la producción de la fábrica está
destinada a la estatal Unión Eléctrica, para respaldar la construcción
de parques fotovoltaicos en varios puntos de la isla, con el propósito
de inyectar energía al sistema.
Paneles salidos de esa industria también se han
utilizado en otro momento en la electrificación de escuelas rurales,
puestos de guarda bosques, instalaciones pesqueras en el mar, e incluso
se han exportado.
A inicios de agosto, la isla puso en funcionamiento su
primer parque solar, un complejo con más de 14.000 paneles fotovoltaicos
ubicado en el centro-sur de la isla, en Cantarranas, una localidad de
la provincia de Cienfuegos, unos 250 kilómetros al sureste de La Habana.
El parque comenzó a construirse a finales del pasado
año, y en abril último se conectó al sistema energético nacional, al
entregar un primer megawatt de los 2,6 que se espera tenga al finalizar
el montaje de los paneles.
Además del ubicado en Cantarranas, Cuba tiene en activo
tres parques eólicos ubicados en Holguín, Ciego de Avila y la Isla de la
Juventud, que aportan en conjunto al Sistema Electroenergético Nacional
unos 11,70 MW y utilizan tecnología francesa, china y española.
De acuerdo con Ovel Concepción, un funcionario de la
empresa Hidroenergía, encargada de montar los paneles, en los próximos
meses está prevista la conformación de otros seis parques similares en
La Habana, Guantánamo, Camagüey, Santiago de Cuba, Villa Clara y la Isla
de la Juventud.
El presidente de la Sociedad Cubana para la Promoción de
las Fuentes Renovables de Energías y el Respeto Ambiental (Cubasolar),
el doctor Luis Bérriz, citado por la Agencia de Información Nacional,
dijo que la isla puede ser una potencia en el empleo de ese tipo de
energías.
En un artículo publicado en la última edición de la
revista "Energía y tú", una publicación trimestral de divulgación
científica editada por Cubasolar, Bérriz calificó de imposible la
concepción de un programa de desarrollo sostenible sin tener en cuenta
la aplicación de las fuentes renovables de energía (FRE), por existir
una unidad indisoluble entre el medioambiente y el desarrollo.
La radiación solar mantiene el equilibrio térmico,
permite la vida en el planeta y está a disposición de todos los pueblos
del mundo, apuntó el especialista.
Bérriz puso como ejemplo el caso del territorio cubano,
que, dijo, recibe 1.800 veces más irradiación que toda la producida por
el petróleo consumido por sus respectivos sectores industriales,
residenciales y de servicios a la población.
El valor promedio del impacto del sol en la isla es de
1.400 kilowatts-hora por metro cuadrado, de acuerdo con el doctor Daniel
Stolik Novygrod, profesor de la Facultad de Física y del Instituto de
Materiales y Reactivos de la Universidad de La Habana.
A raíz de la crisis energética de 2004 y 2005, el
gobierno cubano priorizó el uso y desarrollo de las fuentes renovables
para la producción de electricidad y el ahorro de combustibles fósiles.