Indígenas, obreros, estudiantes y ciudadanos, especialmente de los estratos más bajos de la sociedad bogotana, llenan cada tarde la céntrica Plaza de Bolívar en protesta por la decisión del procurador colombiano.
Esther Rebollo. EFE La destitución e inhabilitación del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, un ex guerrillero del M-19 que dejó las armas en 1990, ha puesto contra las cuerdas al proceso de paz con las FARC, pues ha reabierto el debate en Colombia sobre las garantías para ejercer la oposición política desde la izquierda. Precisamente garantizar la eventual llegada a la política de los desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es uno de los puntos de la agenda que se discute en Cuba y sobre el que ya hay un acuerdo. El mismo alcalde Petro ha advertido que la decisión del procurador general, el ultraconservador Alejandro Ordóñez, de cesarle e inhabilitarle para ejercer cargo público alguno durante 15 años, es un bache en el camino a la paz porque demuestra que aún ganando en las urnas no hay garantías para ejercer un puesto electo. “Me alcé en armas” Esa decisión "envía mensajes que van hacia La Habana, hacia América Latina misma, porque quieren demostrar desde la extrema derecha que no es posible el acceso pacífico al poder", afirmó Petro. "Yo fui un hombre que me alcé en armas, firmé la paz con un objetivo, la posibilidad de acceder al poder de forma pacífica y tranquila. Hicimos la Constitución de 1991, ganamos esas elecciones, y hoy vemos cómo un funcionario imbuido en pensamientos fachistas trata de destruir esa Constitución", insistió el burgomaestre. Petro asumió como alcalde de Bogotá en enero de 2012 como líder del Movimiento Progresistas, tras denunciar vínculos de políticos con paramilitares y sacar a la luz grandes escándalos de corrupción durante sus años como senador opositor. "Petro es el ejemplo de que no es posible dejar las armas para hacer política", se lamentó el congresista Iván Cepeda, hijo del senador asesinado Manuel Cepeda, de la Unión Patriótica, el movimiento izquierdista surgido en los años ochenta de las propias FARC, pero del que fueron exterminados más de 3.000 militantes y cargos electos y por ello terminó disolviéndose. "La muerte política de Petro evidencia que cualquiera que deje las armas puede terminar igual", matizó Cepeda, "hay un afán histórico de aniquilar a la izquierda colombiana". FARC PREOCUPADA La decisión del procurador, cuestionada por la propia Fiscalía General de Colombia, deja en el limbo a las FARC, después de que haya acordado con el gobierno las bases para ejercer la oposición política y ahora reina el temor de que ese acuerdo no se respete. Así lo ha expresado la guerrilla desde La Habana, al asegurar que la destitución de Petro es un "grave golpe" porque afecta "la confianza y credibilidad" del diálogo. "De un solo plumazo, Ordóñez nos dio a los alzados en armas una lección sobre lo que para la oligarquía significa la democracia en Colombia y sobre las nulas garantías para ejercer un ejercicio político independiente", denunciaron los guerrilleros. Y en otro comunicado, fechado en las "Montañas de Colombia", el grupo subversivo consideró que "la intolerancia y la ausencia de garantías para el ejercicio de la oposición política son las causas de la larga confrontación armada que se libra" en Colombia. Lo cierto es que la decisión del procurador, que cesó e inhabilitó a Petro por una supuesta mala gestión en una crisis de basuras, ha generado frustración y ensombrecido el ambiente en Cuba, pero además afecta considerablemente al gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que ha hecho de la paz su gran apuesta. Y es que las protestas en Bogotá en favor del alcalde y la incertidumbre han amenazado las conversaciones de La Habana incluso más que la confrontación armada que prosigue en muchas regiones del país por la decisión de negociar sin un alto el fuego. Ante esta coyuntura, el Gobierno de Santos ha optado por no dar la razón ni al procurador ni a Petro, por mantenerse al margen, y ha llamado la atención a la ONU y al embajador designado de EEUU en Colombia, Kevin Whitaker, a para que no se inmiscuyan en asuntos internos. Mientras que el representante de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Tood Howland, pedía una cita al procurador para hablar sobre el caso, el embajador Whitaker reconocía que la destitución del alcalde podría "erosionar" los diálogos de paz. ❧
“Lo que sale a la plaza no es ordenado por ningún partido”
"Yo pienso en una primavera colombiana -dijo Petro a la BBC de Londres-. Yo no pertenezco a ningún partido, aunque tengo obviamente posiciones políticas. Pero no estamos hablando de un partido político que establece un mecanismo de estrategia política como el PRD en México". "Primero, lo que sale a la plaza no es ordenado por ningún partido. Yo le llamo a esto las nuevas ciudadanías urbanas: son movimientos LGBTI, ambientalistas, muchísimos jóvenes que no pertenecen a ningún partido sino que se expresan en las corrientes animalistas, muchísima gente popular y humilde, los mismos recicladores". "Todo eso ha hecho digamos la configuración de una especie de movimiento social diverso. Pero sin esa estrategia de un partido político. No somos un partido político. Y lo que está apareciendo en el país como consecuencia de lo que sucede en Bogotá es lo mismo". "Ayer salí al balcón... lo que se está juntando es la diversidad de una sociedad muy popular, profundamente diversa, que es la que está organizando la movilización
El alcalde de Bogotá se reunió este martes con el Presidente y dijo que no fue a pedirle apoyo.
Luego de casi dos horas de reunión en la Casa de Nariño entre el presidente Juan Manuel Santos y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, los dos mantuvieron las posiciones que han esbozado desde que la Procuraduría ordenó la destitución e inhabilidad del burgomaestre.
Mientras que Petro advirtió que no comparte los planteamientos del Ministerio Público y que, por lo tanto, llevará el caso ante todas las instancias para subsanar lo que considera es una violación de sus derechos humanos y los de sus votantes, el Gobierno se mantuvo en que acatará las decisiones judiciales que finalmente se tomen frente a todo este proceso.
"El Alcalde no acepta los planteamientos de la Procuraduría, porque los considera violatorios del derecho interno y del derecho convencional y va a pelear para que eso no se vuelva certeza jurídica en Colombia", aseguró Petro desde Palacio.
Petro insistió en que la ciudadanía tiene derecho a la movilización y que su compromiso con el Presidente es que lo haga en paz, y que, además, le informó a Santos cuál era su intención de acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para intentar frenar su destitución.
"Estemos en el Estado o no, estamos convocados a acatar nuestras leyes, la Constitución y los tratados internacionales que suscribimos en el Congreso", precisó Petro, quien agrego que "al Presidente no le hemos pedido respaldo ni no respaldo. Le hemos solicitado que en el caso de decisiones de justicia convencional se acaten por todo el Estado colombiano".
Por parte del Gobierno se pronunció el ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, quien reiteró que el presidente Santos y el Estado colombiano lo que pretenden es preservar la institucionalidad.
"El Presidente respetará las distintas decisiones que se tomen", precisó Gómez Méndez, quien enfatizó que el Jefe de Estado "no avala ni valida la decisión de la Procuraduría, pero se atiene al ordenamiento jurídico".
Gómez Méndez dejó en claro que el Gobierno no va a interferir ni a favor ni en contra de la decisión de la Procuraduría, como más temprano lo había indicado el presidente Santos, pero reiteró que las decisiones jurídicas sobre el tema se tomarán en su debido momento.
"Cuando esa decisión quede ejecutoriada, el Gobierno no se sabe cuándo va a ocurrir o si eso va a quedar así, solo en ese momento el Presidente tomará la decisión que le toca", enfatizó el Ministro.
Santos se reunió el lunes, también en Palacio, con el fiscal Eduardo Montealegre y el procurador Alejandro Ordóñez, quienes tienen posiciones opuestas frente a la destitución e inhabilidad de Petro.
Alcalde Gustavo Petro habló con Noticias Capital luego de su reunión con el presidente Santos. Dijo que las manifestaciones pacíficas continuarán porque son un derecho constitucional del pueblo. Foto El Espectador. Más información
La andada mediática contra el alcalde Gustavo Petro se sintió con rigor esta semana. La oligarquía criminal y violenta que padece Colombia no tolera que el poder se le vaya de las manos. Más información.
En el país está candente el debate entre los intereses públicos y privados por la decisión del Gobierno Distrital en cabeza del alcalde Gustavo Petro, de no renovar el contrato de prestación del servicio de basuras a empresas privadas que se lucran de manera cuantiosa con los pagos del servicio por parte de los usuarios de la capital. Más información.
hace 2 días - Videos; Fotos; Comunidad; Herramientas ▽ ...DISCURSO: Gustavo Petro habló tras su destitución... Capital presentan las declaraciones del burgomaestre tras su destitución. ...Alcalde Gustavo Petro se pronuncia frente a decisión de la ... Es cierto que se está abrogando el derecho a sentirse martir es ...
Antiguos trabajadores de las empresas Aseo Capital y Lime describieron cómo, presuntamente, se interrumpió la recolección de basuras para afectar el esquema del alcalde Gustavo Petro.
Víctor Caro, Cristian Muñoz, Fernando Pineda y Javier Velasco, exempleados de Aseo Capital y Lime contaron a la Alcaldía cómo los privados habrían hecho maniobras para entorpecer la prestación del servicio de aseo en la ciudad antes del 18 de diciembre de 2012. / Luis Ángel
Parte de la polémica que se desató en la ciudad con la destitución de Gustavo Petro, ordenada por la Procuraduría el 9 de diciembre de 2013 debido al cambio del esquema de aseo de la ciudad, fue la teoría de la conspiración: ¿orquestaron los operadores privados un plan para sabotear la iniciativa del alcalde? Según las empresas privadas, la respuesta es un no rotundo: todo se hizo bajo los parámetros legales. Sin embargo, Petro afirma que sí hubo sabotaje. Emilio Tapia, involucrado en el carrusel de la contratación, les dijo a la Fiscalía y a este diario que el complot fue una realidad. Y ahora a esas voces se unen las de cuatro trabajadores de la empresa distrital Aguas de Bogotá.
Se trata de Javier Velasco, Fernando Pineda, Cristian Muñoz y Víctor Caro, quienes trabajaron hasta abril de este año en Lime y Aseo Capital. En diálogo con El Espectador, todos aseguran haber sido conductores de vehículos relacionados con la recolección de basuras para la época en que el alcalde Petro cambió las reglas de juego el 18 de diciembre de 2012. Asimismo, todos afirman haber recibido directrices tendientes a fomentar el caos para llenar a Bogotá de residuos. “(Ya para el 18) llevábamos dos días sin recoger . Yo tenía las zonas de Quiroga y Olaya (sur de Bogotá) y allí se dejaron de recoger en esos dos días de 60 a 65 toneladas de basura”, manifestó Fernando Pineda, extrabajador de Lime.
Cristian Muñoz, exempleado de Aseo Capital, contó que un día antes de que comenzara el nuevo modelo de aseo, mientras hacía un recorrido sobre la carrera 13 entre las calles 82 y 85, un supervisor le dio la orden de parar. Eran casi las 9 de la noche. “Vaya por pedazos de la carrera 7ª a la avenida Circunvalar. No haga la ruta completa”.
En otras palabras, Muñoz relató que ese día le pidieron hacer algo que entre ellos se conoce como “la mordisqueada” de un recorrido: dejar de recoger basuras sin tener que evadir totalmente la ruta asignada, ya que los carros tienen sistemas GPS con los cuales el Distrito hace seguimiento a la labor de recolección.
Pineda agregó que el lunes 17 de diciembre de 2012 los llamaron a él y a sus compañeros en la tarde para integrarse a la base de Lime en Puente Aranda, donde la orden fue: “Que cogiéramos los carros (de recolección) y nos fuéramos desplazando por la 13 hasta llegar a Funza. Éramos de 15 a 20 conductores llevando carros. De ahí, cinco personas los trasladaban a otra parte para que no nos diéramos cuenta dónde los dejaban. Luego los jefes operativos nos esperaban para volver por más carros”. Javier Velasco, antiguo trabajador de Aseo Capital, agregó que había sido informado de que la mayoría de vehículos de recolección habían sido trasladados a Soacha porque, según le explicaron sus superiores, la idea era que el alcalde Petro no se apoderara de ellos.
Los cuestionamientos
De la aparición de estos testigos surgen varios interrogantes. El primero y el más evidente: ¿por qué hablar ahora, justo cuando el alcalde Petro está en tremendo lío por sus decisiones sobre el esquema de recolección de basuras? ¿Por qué guardaron silencio todo un año? ¿Sostendrán sus palabras ante las autoridades? Según fuentes de la Alcaldía, en donde ya se conocen estas versiones, la información de estos cuatro hombres —y de otros testigos— está siendo canalizada por un abogado del Distrito y va a ser puesta en conocimiento de la Fiscalía, para que ésta considere si se debería investigar el posible complot. Igualmente las denuncias llegarán a la Procuraduría como nuevas pruebas en el expediente disciplinario contra Petro.
Lime y Aseo Capital, por su parte, niegan todo lo dicho por los hoy recolectores de Aguas de Bogotá. “Rechazamos categóricamente las acusaciones. Ya hemos dicho que dejamos de recoger basuras sólo el día que no se nos permitió. No hubo ninguna instrucción de hacer la ruta ‘mordisqueada’. Los camiones se guardaron el 18 de diciembre en las bases de las empresas porque si no íbamos a recoger las basuras no podíamos tenerlos en las calles. Ese no es un procedimiento oculto. En esa época el alcalde Petro amenazó con quitarles a los operadores los camiones con ayuda de la Fuerza Pública”, explicó Juan Pablo Estrada, abogado de Lime y Aseo Capital.
Según la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en su informe de la visita al relleno de Doña Juana en diciembre 18 de 2012, ese día que se cambió el esquema de recolección de basuras se redujo el promedio de toneladas de residuos recibidas en un 83%, “debido en gran medida a los residuos acumulados dentro de ocho horas, donde no se prestó el servicio por parte de la EAAB”. Es decir, por responsabilidad del propio Distrito. Otra cosa dicen en el Palacio Liévano.
"La decisión de la Procuraduría con Gustavo Petro inside en las negociaciones de paz en La Habana. Estoy seguro que es una de las jugadas sucias del uribismo al Proceso de paz". Más información.
Piedad Córdoba, exsenadora y fundadora de Marcha Patriótica, es ahora una gran defensora del alcalde Petro. Aquí, en una manifestación en su favor en la Plaza de Bolívar. Foto: Juan Pablo Pino.
Hace poco más de un mes, frente al tema de la revocatoria, el secretario de Gobierno de Bogotá Guillermo Alfonso Jaramillo dijo en La Silla que el alcalde Petro saldría a la plaza pública a buscar que su mandato se lo ratifique el pueblo. “La estrategia es mostrarle a la gente nuestras ejecutorias desde el Gobierno y decirle a la gente cómo la revocatoria es la defensa de la corrupción”, agregó semanas después el exsecretario de Gobierno Guillermo Asprilla, también en entrevista con La Silla.
La estrategia de Petro de refrendar su mandato en el pueblo ya comenzó con cuatro asambleas populares en distintas localidades. Y uno de los respaldos clave para estas concentraciones lo está dando la Marcha Patriótica, el movimiento de izquierda radical que busca “una segunda independencia”, como lo contó La Silla, y cuyo futuro político depende de los diálogos de paz con las Farc.
La Marcha no sólo le está marchando a Petro organizando y participando activamente en la “primavera petrista” que promueve Guillermo Asprilla. El movimiento también espera que su solidaridad con Progresistas trascienda y logren acuerdos con miras a las elecciones del año entrante, tanto las del Congreso como las de presidente.
El problema podría estar en que por ahora los progresistas oficialmente sólo están hablando de acuerdos electorales con el Partido Verde, como se lo aclaró ayer a La Silla su vocero Antonio Navarro. Aunque Asprilla dijo, por aparte, que el propósito del progresismo es impulsar una confluencia de todos los sectores de la izquierda “incluyendo a los verdes”.
Resulta difícil imaginar a los sectores verde de Alfonso Prada y Enrique Peñalosa, el mockusiano de John Sudarsky, el de Alonso Salazar, y al de ‘Lucho’ Garzón (quien es alto consejero del Gobierno Santos) en una alianza con la Marcha Patriótica. Y viceversa.
Todo comenzó un 9 de abril...
Guillermo Asprilla lidera los acercamientos con la Marcha y otros sectores.
Carlos Lozano es el Presidente del Partido Comunista y miembro de la Marcha. Foto: Juan Pablo Pino
Los coqueteos entre la Marcha Patriótica y los progresistas comenzaron poco antes de la marcha por la paz, del pasado 9 de abril, en apoyo a los diálogos Gobierno-Farc en La Habana.
Carlos Lozano, presidente del Partido Comunista (que es uno de los componentes principales de la Marcha Patriótica), le contó a La Silla que su partido hizo las gestiones iniciales para que Petro sumara su apoyo a la manifestación.
“En esos primeros acercamientos decidimos que trabajaríamos sobre tres temas comunes: el apoyo al proceso de paz, la defensa de las garantías democráticas y la defensa de lo público”, nos explicó por su parte Jaime Caicedo, secretario general del Partido Comunista y también parte activa de la Marcha.
Efectivamente, Petro (y, claro, todo el Gobierno Nacional) apoyó la manifestación de ese día, que resultó multitudinaria al menos en Bogotá en parte por la capacidad de movilización que demostró la Marcha Patriótica.
Esa misma capacidad de movilización es la que espera demostrar la Marcha ahora en las asambleas populares en apoyo a Petro y en rechazo a los dos riesgos que se ciernen sobre su administración: una revocatoria que está andando y un juicio disciplinario en la Procuraduría que podría terminar con su suspensión o destitución.
El fin de semana del 13 y 14 de julio se realizaron las primeras asambleas pro Petro en Puente Aranda, Ciudad Bolívar y Antonio Nariño. Una persona de Progresistas que asistió nos dijo que la más concurrida fue la de Ciudad Bolívar, con unos 500 asistentes. A las otras dos fueron entre 100 y 200 personas, según la misma fuente. En la de Ciudad Bolívar fue protagonista Piedad Córdoba (fundadora de la Marcha Patriótica), quien con micrófono en mano defendió con ahínco la administración de Gustavo Petro.
Ya Piedad se había subido a la tarima para defender al Alcalde en la primera reunión de la “primavera petrista” que se realizó en la Plaza de Bolívar, a fines del mes pasado.
“Piedad no ha estado en todos los eventos, pero sí muchachos de la Marcha que llegan con sus pancartas a apoyar al Gobierno”, agregó otro asistente a las asambleas.
“Más que la defensa del Alcalde, esta solidaridad tiene que ver con la defensa del Estado social de derecho frente a los planes de la extrema derecha”, dijo Lilia Solano, de los movimientos Colombianos por la Paz y Marcha Patriótica.
La Marcha Patriótica también hace parte de la convergencia de fuerzas cuyos líderes se reúnen todos los martes a las 5 de la tarde para programar las asambleas populares. Ahí también están miembros de la CUT, de la CGT, de la Alianza Social Independiente, del Partido Comunista, del movimiento Poder Ciudadano, de los recicladores, de los animalistas, del Polo y el secretario general del Partido Verde, Néstor Daniel García Colorado, quien ha asistido a varios encuentros y pertenece al sector de Opción Centro del verde, afín a Petro. Por supuesto, también están los Progresistas en cabeza de Guillermo Asprilla.
La reunión de hoy martes será en la sede norte de la Asociación Distrital de Educadores y la asamblea de este fin de semana será en la localidad de Tunjuelito.
La alianza en ciernes
Marcha Patriótica no se limita a participar en las manifestaciones y en su organización. Hace dos domingos estuvo presente en la vereda La Granada de Sumapaz, a donde llegaron varios miembros del Gobierno Petro a rendir cuentas a delegaciones de campesinos y a hablar de la Zona de Reserva Campesina del Sumapaz, cuyo proyecto asumió como propio Petro.
Desde entonces, el impulso a la Zona de Reserva Campesina del Sumapaz se ha convertido en uno de los puntos comunes entre la Marcha Patriótica y Progresistas.
Otro punto común es la paz. La Marcha defiende los diálogos de paz de La Habana y Petro es hijo de otro proceso de paz, el del M-19. Aunque los procesos están muy distantes en el tiempo y en las condiciones para alcanzar la paz, la administración de Petro es una señal positiva para que las guerrillas se desmovilicen porque de muestra que pueden llegar al poder por la vía electoral, y que para Petro ser testigo de que hacer la paz vale la pena es un activo a la hora de enfrentar una revocatoria.
Por esa confluencia de intereses no sería una sorpresa que estos dos movimientos terminen aliados para las elecciones.
“Más allá del problema específico de Bogotá, estamos trabajando con los progresistas en una convergencia y hemos hablado de la posibilidad de recoger firmas para una lista unificada al Congreso. Estarían progresistas y otros movimientos como el Partido Comunista y País Común, de Feliciano Valencia (líder indígena)”, dijo Jaime Caicedo, de la Marcha.
Pero la alianza no es tan fácil. Primero, porque ya están avanzados los acercamientos de los Progresistas y los Verdes: si ya es difícil que el sector peñalosista de los verdes acepte una alianza con el movimiento de Petro, lo será mucho más si éstos vienen unidos con o están en proceso de acercarse a la Marcha Patriótica.
Y segundo, porque no todos los miembros de la Marca y del progresismo están alineados en esa alianza. Por ejemplo, en una entrevista reciente con La Silla, en referencia a las coaliciones que quieren buscar los Progresistas, Antonio Navarro dijo que no sabía si la Marcha estaría ahí, pues aún no ha definido si jugará en las elecciones de 2014.
Si la alianza electoral Marcha-progresismo se concreta, Petro se recupera de su mala racha en la Alcaldía y hay proceso de paz, el Polo Democrático podría ver amenazado su lugar central dentro de la izquierda, toda vez que ese partido ha dejado entrever que sólo va a aceptar coaliciones alrededor de él.
Bogotá Humana · Objetivos de la política pública · Estrategias y programas ... Desde Washinton, el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, aseguró que si las ...
“Si fuera presidente de Colombia, habría un golpe de Estado”
Gustavo Petro sostiene que su destitución de la alcaldía de la capital colombiana es un ejemplo de que el país no está preparado para un Gobierno de izquierdas
Entre el equipo que ha acompañado al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, a Washington se ha instalado un moderado optimismo ante la posibilidad de que el regidor logre esquivar, aunque sea temporalmente, el fallo de la Procuraduría General de Colombia que el pasado 9 de diciembre decidió destituirlo de su cargo e inhabilitarlo durante 15 años por presuntas irregularidades en el proceso de desprivatización de basuras de la capital colombiana. Las declaraciones del fiscal general colombiano a una radio nacional a primera hora del viernes, asegurando que una sentencia de la Corte Constitucional le faculta para suspender la decisión del procurador, Alejandro Ordóñez, si constata que se excedió en sus funciones o incumplió la ley al adoptar su resolución, se percibe entre los asesores del regidor como una confirmación velada de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) podría otorgar las medidas cautelares para suspender su destitución que Petro le solicitó el pasado miércoles.
El exguerrillero del M19, sin embargo, prefiere mantener la cautela. “No me quiero crear falsas ilusiones y, si algo saqué de mi educación católica, es que prefiero ver los hechos antes de pronunciarme”, asegura a EL PAÍS en el último día de su visita a la capital de EE UU, donde entre sus múltiples reuniones, se ha encontrado con el secretario general de la OEA. Petro ha presentado su caso como el detonante para abordar la regeneración democrática que, sostiene, necesita Colombia. En pocos días, el alcalde ha conseguido movilizar a la ciudadanía, tanto a su favor como en contra del polémico procurador, con quien ha entablado un pulso político cuyo último órdago se dirimirá en la CIDH antes del 3 de enero, cuando se hace efectiva la destitución de Petro. Aunque ha apelado a las vías legales, el regidor también invoca a la suerte para que le ayude en el desenlace de su envite, cuyo resultado espera tranquilo.
Pregunta. ¿Le ha pedido usted al fiscal general que inicie el proceso para lograr la suspensión del fallo de la Procuraduría?
Respuesta. Yo no he activado ningún proceso ante la Fiscalía. Se trata de una actuación de oficio, es una posibilidad jurídica que debe valorar el fiscal.
P. En todo caso, esa decisión, de producirse, nunca llegaría antes del 3 de enero
Los mismos sectores que ahora me han destituido, ante un ascenso al Gobierno de la República de un proyecto de izquierdas, harían lo mismo que en Chile, porque no están preparados para eso"
R. Es ése límite cronológico de la aplicación de la decisión del procurador lo que hace que hayamos optado por solicitar las medidas cautelares ante la CIDH para que suspenda provisionalmente mi destitución. Si no se hace antes de que se haga efectivo el fallo de la Procuraduría, no sólo se produciría un daño irreparable a mi propio derecho de acabar mi Gobierno o ser elegido para otro cargo público en el futuro, sino a los derechos políticos de mis electores y para evitar eso es para lo que hemos venido a Washington
R. Planteamos varios de esos temas. Que no existan grandes antecedentes no significa que la CIDH no pueda otorgar medidas cautelares. Pero lo que aquí se ha producido de manera clara es una violación del artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos que establece que exclusivamente se puede limitar por ley el derecho a elegir y ser elegido por causas específicas, entre ellas, la condena por un fallo judicial emitido por un juez de lo Penal, no por medidas disciplinarias y, mucho menos, por una autoridad administrativa como el procurador. El procurador contravino un proceso judicial, los hechos de los que se me acusa no son constitutivos de delito. Lo que él está haciendo es sancionar una política pública que no le gusta, que es la desprivatización del servicio de basura.
El pulso político con el procurador
P. Si, como usted sostiene y defienden muchos otros juristas colombianos y extranjeros, es tan evidente que con su decisión el procurador ha infringido la Constitución, ¿por qué cree que él adoptó una medida aparentemente tan drástica y desproporcionada, según coinciden la mayoría de analistas?
Cuando tú le dices a una sociedad que no puede disputar el poder pacíficamente, cuando se plantea algo así, generalmente, en la historia no se producen procesos pacíficos"
R. Creo que en Colombia, en general, no hay claridad jurídica alrededor del peso del derecho convencional, pero, en medio de esa situación de desconocimiento, el procurador está atravesado por varios tipos de presiones. Una proviene de él mismo. Él es un integrista que pertenece a una secta excomulgada por la Iglesia católica, que es el lefebvrismo, que reivindica el concilio de Trento. Yo respeto las creencias del procurador, si no fuera porque en su concepción religiosa del Estado se contempla la lucha contra los impíos y, de todos ellos, yo soy el impío mayor, porque me levanté en armas, fui un insurgente de izquierdas y, después de firmar la paz, redactamos una Constitución que ellos no respetan porque allí se consagran derechos a favor de las personas discriminadas. Al frente de la alcaldía yo he desarrollado políticas inclusivas que han provocado la reacción del procurador. Mirando otros casos de personas que han sido destituidas por él, sí hay una lógica que nos lleva a pensar que ha transformado la Procuraduria en un aparato de policía político-religiosa.
P. ¿Es posible que perder su pulso con el procurador acabe siendo beneficioso para su futuro político? Si no se paralizara el proceso de destitución, usted podría ser restituido en sus derechos dentro de tres o cuatro años -de acuerdo con los plazos que suele tardar en pronunciarse la CIDH y la Corte Interamericana- en condiciones muy ventajosas para aspirar a un alto cargo político, como la presidencia, sin el lastre del desgaste político de la alcaldía de Bogotá y con el apoyo popular de los que ven en la decisión del procurador una maniobra para acabar con su carrera política intacto...
Si a un hombre que deja las armas y decide el camino del voto y gana en ese camino, se le suspende arbitrariamente, entonces ¿qué va a pasar con los que hoy están en armas?
R. [Risas] Es un cálculo bien hecho pero ingenuo. Porque, si no se cambia la situación estructural de un régimen que permite que se pueda destituir a un alcalde simplemente porque no gustan sus políticas, sin intervención de un juez y violando el derecho al voto, hay que proyectar ese cálculo. Si no se resuelven esas causas estructurales y yo fuera presidente de la República, lo que sobrevendría es un golpe de Estado. No hay una diferencia entre un golpe de Estado clásico y lo que ha pasado aquí. Pero estos mismos sectores que ahora me han destituido, ante un ascenso al Gobierno de la República de un proyecto de izquierdas, harían lo mismo que en Chile, porque no están preparados para eso y lo del alcalde de Bogotá es una demostración. Si no son capaces de resistir el que un proyecto alternativo gobierne en la capital por cuatro años, cómo iban a resistir el que por cuatro años, con opción de reelección, un proyecto de esa misma calidad gobierne el país. Plantearse ese cálculo es lícito, pero yo vivo en un país en el que sé lo que pasa e, independientemente de lo que ocurra conmigo, lo que es necesario es profundizar en las reformas democráticas antes de pensar en otra cosa.
Vinculación de la destitución con el proceso de paz
P. Manteniéndonos en el peor de los escenarios posibles para usted, si no prosperaran las medidas cautelares solicitadas ante la CIDH, ni la fiscalía instara la suspensión del fallo del procurador, ¿qué tiene planeado hacer?
R. Seguiría por los procesos ordinarios que me darán la recuperación de mis derechos en dos, tres años, quizás más, pero sólo los míos. Nunca se podrán recuperar los derechos conculcados a mis electores, a más de 700.000 ciudadanos, y eso tiene una consecuencia grave en la historia de Colombia y es que, por ese tipo de hechos, llevamos dos siglos de guerra.
Quienes han impulsado mi destitución lo que quieren es que no haya proceso de paz"
P. ¿Augura usted movilizaciones ciudadanas que puedan acabar en brotes de violencia?
R. Hemos provocado una movilización permanente que ha llenado la plaza de Bolívar cinco veces. La movilización pacífica sin ningún hecho de violencia es un derecho. El problema de fondo es lo que va generándose en la mentalidad de la juventud en el sentido de constatar que los mecanismos pacíficos en la disputa del poder no son posibles. Eso nos daña. Me pasó a mí cuando era joven.
P. ¿Insinúa que podría producirse un nuevo 19 de abril?
R. Esa es una pregunta de la prensa colombiana que trata de demostrar que quiero volver a las armas. Yo hice un compromiso al contrario.
P. Pero acaba de decir que ha sido la frustración ante decisiones políticas como la que le afecta a usted la que ha provocado 200 años de guerra civil en Colombia.
R. El mensaje que ha mandado el procurador es un mensaje violento. Cuando tú le dices a una sociedad que no puede disputar el poder pacíficamente, cuando se plantea algo así, generalmente, en la historia no se producen procesos pacíficos. Esa es la historia de la propia España. Yo lo que quiero es sentar unas bases sólidas que, con la excusa del ataque que yo he sufrido, permitan demostrar que el ejercicio de poder en Colombia se puede hacer de manera pacífica y ese es el dilema de fondo.
El procurador ha transformado la Procuraduria en un aparato de policía político-religiosa"
P. ¿Cómo afectaría una protesta social generalizada a su favor al clima social de Colombia, ahora que está en medio de un proceso para poner fin a uno de los conflictos más sangrientos y divisorios de su país? ¿Cree que podría dañar el proceso de paz con las FARC?
R. No lo va a dañar pero sí le afecta. Es evidente que es un contra mensaje. Si a un hombre que deja las armas y decide el camino del voto y gana en ese camino, se le suspende arbitrariamente, entonces ¿qué va a pasar con los que hoy están en armas? Obviamente, se trata de un mensaje negativo.
P. Se ha empezado a criticar que esté vinculando su caso con el proceso de paz
R. Eso es lo que insinúan varios sectores de la prensa colombiana, que está en manos de los hombres más ricos del país que no comulgan con mi planteamiento. Pero es que es un hecho que mi caso está articulado a las negociaciones con las FARC. Hay pronunciamientos al respecto desde La Habana y el mismo embajador de Colombia en EE UU ha manifestado que mi destitución podría perjudicar a las negociaciones.
P. ¿Estaría usted dispuesto a rebajar o a solicitar que se suspendieran las manifestaciones de apoyo a su causa en aras de beneficiar el desarrollo de los diálogos en La Habana?
Hay pronunciamientos al respecto desde La Habana y el mismo embajador de Colombia en EE UU ha manifestado que mi destitución podría perjudicar a las negociaciones"
R. La prensa que me ataca hoy era la misma que cuando gané decía que mi caso era un ejemplo de paz. Parte de mi esfuerzo y de mi lucha, que es por lo que estoy aquí, es para promover ese ejemplo. El que no se me destituya por delito, como ordenan las normas sino por una política pública que congenia con lo que estaba en mi programa, todo eso da un mensaje profundamente negativo hacia la paz y quienes lo han promovido lo hacen precisamente por eso. No es que desconozcan este tema, no es que yo lo esté manipulando, es que quienes han impulsado mi destitución lo que quieren es que no haya proceso de paz.
P. ¿El procurador, entonces, ha actuado contra usted porque él mismo se opone a ese diálogo o porque quiere contentar a esa parte política de su país que usted sostiene que no quiere que prosperen las negociaciones?
R. Ambas cosas. El procurador tiene la convicción del que el proceso de paz en La Habana no sirve, de hecho, fue a La Haya a quejarse sin consultar al presidente. Y también hace parte de agrupaciones políticas y sociales que no quieren ese proceso a las que pertenece el anterior presidente de la república.
Reforma democrática
P. Volviendo a su reivindicación de una regeneración democrática, ¿cree factible que en plenas negociaciones de paz, un proceso electoral en marcha y la implacable oposición del expresidente Álvaro Uribe, Colombia puede llevar a cabo esa reforma democrática, ese cambio de la Constitución de 1991, que apoyó el M19, que usted demanda?
Desde un escenario optimista, ahora se pueden conjugar las condiciones para esa reforma democrática, pero habría que ver si Santos está dispuesto a dar ese paso audaz"
R. Viéndolo desde lo positivo, que también es un albur, esto que acaba de acontecer da la oportunidad de acometer un profundo proceso de regeneración democrática, que además se conjuga con el actual proceso de paz en marcha. Y la paz es una democratización del país, no es solo que unos señores armados dejen de estarlo. Desde un escenario optimista, ahora se pueden conjugar las condiciones para esa reforma democrática, pero habría que ver si Santos está dispuesto a dar ese paso audaz.
P. ¿Y usted ve en el presidente esa predisposición? Iniciar el proceso de diálogo con las FARC demuestra cierta audacia...
R. El del diálogo fue un paso audaz, pero quienes hagan ese proceso deben tener un respaldo ciudadano muy fuerte. El presidente dio ese paso nada más ser elegido e, inmediatamente, le respondieron sus antiguos compañeros sociales y políticos, y empezó a haber titubeos. El país va polarizándose, pero creo que construir un movimiento ciudadano a favor de la paz y la democracia, como el que se ha generado estos días en las calles de Bogotá, es fundamental para darle la solidez y la contundencia al axioma que es la democratización del país.
Excesiva victimización
P. La Procuradoría lo ha sancionado, la Registraduría ha convocado un referéndum revocatorio y el fiscal general también lo está investigando por el proceso de desprivatización de basuras. ¿Reconoce errores en esa gestión o se equivocan todas las instituciones públicas al centrarse en ese tema?
R. En una política pública siempre habrá fallas, no existe en el mundo una política pública infalible. Toda planificación, toda política pública es atravesada por el conflicto social que se puede tratar de predecir pero nunca al máximo. Errores indudablemente hay, hubo y habrá.
P. ¿Sigue sosteniendo, entonces, que el principal causante de la crisis sanitaria de Bogotá en 2012 lo provocó un boicot de las anteriores empresas privadas concesionarias del servicio de basuras?
La mala gestión es un calificativo que nos dan las clases medias-altas"
R. El sabotaje lo hubo y nosotros lo denunciamos. Antes de la finalización de los contratos reclamamos la devolución de los camiones para garantizar la continuidad del servicio. Lo operadores privados debían completar la entrega paulatina al distrito de la flota para no provocar problemas y eso no sucedió.
P. Muchos se quejan de que está pecando de excesivo victimismo con este caso para ocultar, así, una mala gestión al frente del Ayuntamiento de Bogotá
R. Las estadísticas sociales claves indican que hemos logrado muchos éxitos en la ciudad. La mala gestión es un calificativo que nos dan las clases medias-altas. Hemos hecho una política diferente que fue previamente discutida en las elecciones y que estaba consignada en nuestro programa de Gobierno con el que ganamos la alcaldía y del cual nadie se debería extrañar porque, simplemente, lo estamos aplicando.
P. Pero hasta su destitución, sólo el 35% de los bogotanos aprobaban su gestión, de acuerdo con una encuesta de Gallup, y ahora el nivel de respaldo casi roza el 50%
R. Esa es una encuesta. Nosotros hacemos sondeos internos para medir momentos difíciles y son mucho más optimistas y hay otras encuestas públicas similares a las nuestras. Antes de la destitución teníamos el 50% de apoyo y el 39% en contra del Gobierno, que no es un mal guarismo. No he tenido resultados después de entonces, pero todas coinciden en que son mejores.
El exconstituyente Álvaro Echeverri Uruburu envió una carta al presidente de la República, Juan Manuel Santos, en la que le expone algunas “consideraciones de orden jurídico que eventualmente pudiesen contribuir a darle solución a una de las situaciones que en los actuales momentos afectan gravemente la institucionalidad democrática del país”, refiriéndose a la decisión tomada por la Procuraduría en contra del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, según la cual los destituye de su cargo y lo inhabilita para ejercer cargos públicos por 15 años.
En la misiva, Echeverri cita el “Artículo 323 de la Carta Política que dispone: "En los casos taxativamente señalados en la ley, el presidente de la República suspenderá o destituirá al Alcalde Mayor"”, además del 44 del Estatuto Orgánico del Distrito Capital, que “agrega como condición para que proceda la suspensión o destitución del alcalde Mayor por parte del presidente de la República, el que tales medidas sean solicitadas por el procurador General de la Nación”.
Igualmente, el exconstituyente cita que “en el caso presente de la "destitución" del alcalde Mayor, Gustavo Petro Urrego, dispuesta por el Procurador General de la Nación, corresponde a éste, si verdaderamente actúa en derecho y de manera imparcial, declarar la nulidad de su proveído por incompetencia, a fin de subsanar la vía de hecho en la cual incurrió con su ilegal decisión”.
Carta completa
Doctor Juan Manuel Santos Calderón Presidente de la República E.S.D.
Estimado Señor Presidente:
En mi condición de exconstituyente y de simple ciudadano me dirijo a Usted para exponerle algunas consideraciones de orden jurídico que eventualmente pudiesen contribuir a darle solución a una de las situaciones que en los actuales momentos afectan gravemente la institucionalidad democrática del país que como sin duda la constituye la "destitución" ordenada por el Señor Procurador General de la Nación, Dr. ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO, en contra del Alcalde Mayor de Bogotá. DR. GUSTAVO PETRO URREGO. Dichas consideraciones se contraen a lo siguiente:
1. - EL Artículo 323 de la Carta Política dispone: "En los casos taxativamente señalados en la ley, el Presidente de la República suspenderá o destituirá al Alcalde Mayor" (subrayado fuera de texto)
2. - A su vez, el Artículo 44 del Estatuto Orgánico del Distrito Capital, agrega como condición para que proceda la suspensión o destitución del Alcalde Mayor por parte del Presidente de la República, el que tales medidas sean solicitadas por el Procurador General de la Nación.
3. - Los textos normativos anteriores tiene su justificación en el querer del constituyente de darle al Distrito Capital de Bogotá, su propio régimen de organización y funcionamiento, particular y distinto al que rige para el resto de los municipios y distritos del país.
En tal virtud, las discutibles atribuciones del Procurador General de la Nación para sancionar con destitución a gobernadores y alcaldes elegidos por el voto popular, no operan con respecto al Alcalde Mavor del Distrito Capital, pues esa competencia, por virtud de su régimen organizativo diferencial con respecto a los demás municipios y distritos, el constituyente la radicó demanera exclusiva e inequívoca en cabeza del Presidente de la República de conformidad con el indiscutible mandato del Artículo 323 Constitucional.
Al Procurador General de La Nación se insiste, tan solo le cabe la competencia de formular la solicitud de suspensión o destitución del Alcalde Mavor de Bogotá ante el primer mandatario de la nación.
4. - En el caso presente de la "destitución" del Alcalde Mayor, Gustavo Petro Urrego, dispuesta por el Procurador General de la Nación corresponde a este, si verdaderamente actúa en derecho y de manera imparcial,declarar la nulidad de su proveído por incompetencia, a fin de subsanar la vía de hecho en la cual incurrió con su ilegal decisión.
5.- Ahora bien. Si de todas formas dicho funcionario considera que existe mérito suficiente para la sanción de destitución en contra del Alcalde Mayor y con fundamento en el material probatorio existente en el proceso disciplinario adelantado por su Entidad deberá solicitar al Presidente de la República según lo ordenado por el Artículo 44 del Estatuto Orgánico del Distrito Capital.
6.- Sin embargo, tanto para el Procurador General de la Nación como para el presidente de la República, surge un obstáculo jurídico insalvable, para el primero con respecto a solicitar la destitución, así como para el segundo el de imponerla. Dicho obstáculo surge de la inexistencia de una ley que previamente hubiera establecido de manera taxativa cuales son las faltas en las que pudiese incurrir el Alcalde Mayor para hacerse acreedor a las sanciones de suspensión o destitución según el caso.
No puede considerarse que dicha ley corresponda al Código Disciplinario Único, por cuanto este tiene su ámbito de aplicación para todos los funcionarios públicos, pero no para el Alcalde Mayor de Bogotá, pues el Constituyente buscó circunscribir y limitar las sanciones imponibles al Alcalde Mayor a unas precisa v determinadas conductas, que es lo que en sentido gramatical y lógico significan las expresiones "casos taxativamente señalados en la ley" contenidas en el Artículo 323 superior.
7.- Por tanto la imposición de la sanción de destitución en contra del Alcalde Mayor Gustavo Petro Urrego en las actuales circunstancias, esto es, que exista ley que defina taxativamente que conductas dan lugar a tal medida disciplinaria, constituiría ostensible violación a uno de los elementos esenciales del principio del Estado de Derecho, cual es el de la legalidad de los delitos y de las penas. Tal vulneración agravaría todavía más la crisis institucional que en distintos órdenes padece el país y que Usted como presidente de la República está obligado a superar, según lo ha manifestado en recientes declaraciones.
Finalmente, abstenerse de imponer al Alcalde Mayor la sanción de destitución por las razones jurídico-constitucionales no significaría cosa distinta de parte suya que el estricto acatamiento a la Constitución que juró cumplir y defender en su acto de posesión, en los términos del Artículo 188 de la misma.
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