Procuro
leer todos los mensajes que me envían miles de ciudadanos. Es agotador y
no siempre llego, pero entiendo que, en cierto modo, es mi obligación.
Muchas gracias por vuestro apoyo tan inapreciable en estos momentos tan
difíciles para la Justicia, porque, o es entre todos o no será. Los
ciudadanos tenemos que resolver lo que
sucede actualmente en España, "deconstruir" la política y regresar al
origen constituido por comunidades ciudadanas de base, para regenerar
este estado de cosas tan deshecho. Cuando me he referido a que no
descarto implicarme en acciones de relevancia política, he querido
centrarme en este hecho. Es cierto que los jueces no podemos pertenecer a
organizaciones o partidos políticos. Pero, sí podemos incorporarnos a
acciones ciudadanas, protagonizarlas, liderarlas o implicarnos
profundamente en ellas. Las "plataformas ciudadanas" son la base
originaria de la sociedad civil, como substrato esencial de nuestra
comunidad política. Países como Estados Unidos de América comienzan su
andadura a través de estas "comunidades sociales de base", como la que
en el navío Mayflower surcó el atlántico para establecerse en
Massachusetts (estado de USA). Estas comunidades se vertebraron sobre un
principio de libertad y cohesión que, a la postre, desembocaría en la
democracia. Ahora, en España, a los ciudadanos nos toca posicionarnos
frente la corrupción, que es lo mismo que señalar a los corruptos desde
plataformas y comunidades de ciudadanos libres y honestos, hartos de
tanta mentira, estafa e impunidad. Es por España, nuestro país, el hogar
donde deseamos sembrar una democracia visible, real y cohesionada, para
todos los ciudadanos. No podemos permitirnos un país desgastado por la
corrupción y la falta de legitimidad institucional, cuyo valor
reputacional siga descendiendo a costa, precisamente, de todos nosotros.
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