Hoy tengo la cutara de guardia, como platanitos ya que la fruta me encanta, pienso en los soponcios que le dan a la gente, quiero pru, aliñao del de mi más reciente sobrina nieta. Añoro el taburete de mi papá y las pelas de mi mamá cuando éramos niñas, y el marrón que todos se empeñan en decir que es carmelita. Pienso en coger el trapeador con la frazada y el balde y empezar a baldear, pero no: iré mejor a hacer esos tostones que tanto le gustan a mis hijas, y si acaso apareciera algún zapote también lo comería. Me adapté a la cefetera, así que el colador hoy no está listo para la coladita de café medio claro.
Recuerdo los “ay, sí” ta naturales en el verbo de mis coterráneos. En el ¿vos pensáis parir otra vez? de mi abuela Aya al otro día de yo ser madre, en los cocotazos raspados que le anunciaba a los niños “incontrastables”, como decía ella.
Nada, que hoy es el aniversario 55 del triunfo de la Batalla de Guisa y pienso en mi pueblito natal. También porque, aunque nadie me lo confirmó nunca, presumo que un día como este comencé a gestarme en el vientre de mi mama´.
¡Felicidades, guiseros!