En medio del clima enrarecido que se vive en Venezuela a raíz de los actos destituyentes promovidos por la oposición de derecha, el gobierno argentino ratificó ayer "el total y absoluto apoyo a las instituciones democráticas" y al gobierno del país caribeño. El canciller Héctor Timerman dijo que en un diálogo telefónico con su par venezolano, Elías Jaua, había reiterado que "cualquier intento de desestabilización a un gobierno democrático de la región lo vemos como un ataque a nosotros mismos, porque esa es una señal de que no quieren que sigamos viviendo en democracia".
El canciller argentino reiteró que los episodios de Venezuela son parte de "un claro intento de desestabilización del gobierno del presidente Nicolás Maduro" y recordó que "ya lo intentaron en otros países de América del Sur, como Bolivia y Ecuador, y por eso todos los miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) vemos con mucha preocupación lo que está sucediendo en Venezuela". Timerman, que se encuentra en misión oficial en Doha (Qatar) precisó que mantuvo contacto con otros cancilleres sudamericanos y coincidieron en "repudiar estos intentos desestabilizadores en Venezuela".
En un diálogo con la agencia Télam, el ministro recordó los últimos actos electorales vividos en Venezuela y dijo que no sólo ratificaron la vigencia de la democracia sino el incuestionable respaldo recibido por el gobierno de la Revolución Bolivariana. "Los que quieren desestabilizar al gobierno de Maduro quieren desconocer y olvidar que hace muy pocos meses el partido de gobierno, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ganó las elecciones municipales, y atacarlo es también una violación a la voluntad popular del pueblo venezolano".
Paralelamente, la Unasur dio a conocer una resolución en la que hace "un llamado a la paz y a la tranquilidad en Venezuela y reafirma su compromiso con la preservación de la institucionalidad y los principios democráticos como pilares del proceso de integración regional". Finalmente, los doce países del organismo reiteraron su "defensa del orden democrático, del estado de Derecho y de sus instituciones y resaltan la convicción de que cualquier demanda debe ser canalizada en forma pacífica, por la vía democrática".
Mientras la diplomacia sudamericana entraba en estado de alerta ante la situación venezolana, el derechista Leopoldo López, sindicado por el gobierno de Caracas como el principal instigador de la violencia, por lo que pesa sobre él un pedido de captura, se mantuvo prófugo y convocó para hoy a una movilización callejera. En un claro intento de convertir su detención en un acto de lanzamiento hacia el liderazgo de la oposición, pidió a sus seguidores que lo acompañen a la Fiscalía, "donde presentaré un petitorio para luego entregarme al régimen, para que haga de mí lo que le plazca". En otra muestra de la despiadada interna opositora, el ex candidato presidencial Henrique Capriles se enfrentó a López, desautorizó su convocatoria y la calificó como "un gran error". "Hay posiciones distintas, yo creo que fue un gran error crearle a sectores de nuestro país expectativas que no se iban a dar", afirmó Capriles en una entrevista con la emisora Unión Radio. «
Clima de tensión permanente con washington
Junio de 2010. Expulsión recíproca de embajadores, inaugurando así el estado de tensión en las relaciones bilaterales venezolano–estadounidenses.
Marzo de 2013. Venezuela expulsó a dos agregados militares a los que acusó de mantener contactos con oficiales venezolanos para inducirlos a ejecutar acciones de desestabilización.
Junio de 2013. En la última Asamblea General de la OEA en Antigua, Guatemala, los cancilleres Elías Jaua y John Kerry se comprometieron a "impulsar canales de diálogo", iniciativa abortada cuando la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, hizo declaraciones ofensivas hacia el gobierno venezolano.
Octubre de 2013. Venezuela expulsó a la encargada de negocios estadounidense y a otros dos diplomáticos por su "participación en actividades conspirativas. En represalia, cinco funcionarios venezolanos fueron expulsados de Washington.
El sábado pasado, Kerry pidió en un comunicado la liberación de los detenidos en los disturbios.
Ayer, un vocero del Departamento de Estado negó que EE UU le esté dando ayuda a los grupos desestabilizadores.