Declaración
del presidente del CC del PCFR, Guennadi Ziugánov.
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
Hasta
hace poco, las fuerzas neofascistas que se han hecho con los órganos de
gobierno en Kiev, en el trascurso del golpe de Estado, estaba celebrando su
triunfo. Hoy se ven totalmente a la defensiva, al encontrarse con la resistencia
resuelta de las masas populares del sur y el este del país y con una grave crisis
económica, que en el transcurso de Maidán solo ha hecho que agravarse.
De
sus desgracias, la camarilla gobernante debe culparse a sí misma, y no a la “mano
maléfica” de Moscú. Este grupo enseguida demostró su naturaleza neonazista,
rusófoba, al comenzar a destruir los monumentos a Lenin y a los soldados
libertadores soviéticos, al derogar la ley sobre el estatus de la lengua rusa,
al enviar bandas de matones y saqueadores a los centros industriales del Este,
con mayoría de población rusoparlante.
Al
encontrar una fuerte resistencia del pueblo en Crimea, Járkov, Donetsk, Odessa,
Dniepropetrovsk y otras ciudades, la élite gobernante de Kiev optó por la imposición
de una dictadura directa del gran capital. Como gobernadores de una serie de
regiones, fueron elegidos los mismos oligarcas, que anteriormente se escondían a
la sombra de los politicuchos mercenarios de los diferentes “Batkivschina”, “UDAR” y “Regionales” de
turno.
Como
hecho muy elocuente del agudo carácter de clase del nuevo gobierno, hemos
podido ver como el presidente del Congreso hebreo europeo, I. Kolomoiski, ha
sido designado gobernador de la región de Dniepropetrovsk, el mismo, que como
asegura la prensa, ha estado financiando al partido profascista y antisemita “Svoboda”.
Esto confirma que la oligarquía mundial está dispuesta a servirse de los nazistas
más recalcitrantes, en la tarea de aplastar la aspiración popular de justicia
social y del restablecimiento de la unión histórica de los pueblos hermanos de
Rusia, Ucrania y Bielorrusia.
Una
particularidad importante de las manifestaciones populares revolucionarias del sur y este de Ucrania, y sobre todo de Crimea,
es que han estado dirigidas, tanto contra los usurpadores neofascistas del
gobierno de Kiev, estrechamente relacionados con el capital trasnacional, como
contra el clan oligárquico de “Donetsk”, que ha establecido su dictadura política
y económica en esas regiones.
El
PCFR rechaza los intentos de burda intromisión de Occidente en los asuntos
internos de Ucrania. Estamos convencidos, de que la crisis actual, que ha
dejado al país al borde de una guerra civil fratricida, ha sido provocado,
entre otros, por los EEUU y sus aliados, que desde hacía tiempo aspiraban a
arrancar Ucrania de Rusia, acogerla en la OTAN, y convertirla en su colonia y cabeza
de puente para la agresión militar contra nuestro país.
Podemos
comprobar la hipocresía de Occidente, cuando por un lado, arrebata por la
fuerza una región enteramente serbia como Kosovo y Metohia, mediante su
intervención directa y las limpiezas étnicas. Frente a eso, tiene el cinismo de
no reconocer la voluntad popular de Crimea y otras regiones, que aspiran a reunificarse
en Rusia. Sin decidirse a emplear la fuerza militar, Occidente pretende atar
las manos de las fuerzas prorrusas, antioligárquicas del sur y el este de
Ucrania, enviando a esas zonas a sus destacamentos de “intermediarios”, “representantes
especiales” y demás “pacificadores”.
El
PCFR respalda la actuación del gobierno ruso, que está prestando ayuda a la fuerzas
prorrusas del sur y el este de Ucrania y Crimea. Consideramos que las medias
que ha adoptado Moscú han contribuido a la defensa de la población de esas
regiones. Al mismo tiempo, hemos de constatar que la política de los dirigentes
de la federación de Rusia, en relación con Ucrania y la población rusoparlante,
en el transcurso de muchos años, ha tenido un carácter muy lánguido, podo definido,
pues ha estado exclusivamente dirigido a asegurar el tránsito de nuestro gas a
Europa. Es imprescindible hacer una revisión completa de esa política. En
concreto es necesario conceder un carácter mucho más global a nuestras relaciones
con el hermano pueblo de Ucrania. Es imprescindible incrementar la cooperación
en la esfera industrial, científica, cultural y educativa.
El
PCFR muestra su solidaridad con todos los participantes de la resistencia
popular, rusos, ucranianos, gentes de todas las nacionalidades, que han salido
a las calles en defensa de sus ciudades frente a los banderistas neonazis. Expresamos
nuestra solidaridad con los comunistas
ucranianos, que han sufrido la violencia
de los extremistas de Maidán. Estamos observando un alarmante incremento
de la presión contra los participantes de la protesta popular, contra los rusos
y la población rusoparlante, y de las represalias que se están tomando contra
ellos. Exigimos poner fin al abuso de poder del gobierno ilegítimo de Kiev y la
persecución de los partidarios de la amistad con Rusia.
Estamos
convencidos de que las fuerzas sanas de la sociedad ucraniana se impondrán y
enviarán a los herederos de Bandera, a las cavernas subterráneas de las que han
salido.