"Vamos a quedarnos aquí hasta el martes", asegura a Público
un miembro del equipo de logística del 22-M. Mientras un millón de
manifestantes permanecían concentradas en Colón, un millar de personas
tiraban lonas y disponían los instrumentos necesarios para acampar en el
Paseo de Recoleto, de donde fueron desalojados apenas una hora después.
"Son entre 1000 y 2000 personas, pero el número no es definitivo, la acción ha tenido que ser mantenida en secreto",
explicaban, para evitar que la Policía frustrase su voluntad de
acampar. En relación al "toque de queda" impuesto por los agentes para
las 21:30 horas, los organizadores de la reivindicación aseguraron que
constituía una forma de acotar un derecho constitucional.
"Es
acotar un derecho constitucional, si tienes el derecho a la
manifestación recogido por la Constitución. Además de parar autobuses de
manifestantes, se dedican a atentar contra la Constitución".
Pasadas
las 20:30 horas, decenas de furgones policiales se desplazaban hasta
las inmediaciones de la acampada, momentos antes de que comenzasen las
primeras cargas policiales.
La
virulencia de los enfrentamientos entre policías y manifestantes ha
frustrado la intención de estos últimos de acampar en la vía pública. La
Delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes ya había advertido
de que no permitiría acampar a los manifestantes, que en principio
prevén volver a reunirse este domingo para celebrar una asamblea.
Pasadas las 22:30 horas, el número de detenidos ascendía a17, mientras que la cifra de heridos rondaba la treintena de personas, en una jornada que transcurrió de manera pacífica hasta las 20:3o horas aproximadamente.