A casi medio millón de euros la hora. La
Generalitat, que acaba de liquidar de tapadillo y ocho años después, la
fundación creada para la visita del Papa de julio de 2006, gastó al
menos 11 millones de euros en el periplo de apenas 24 horas de Benedicto
XVI en Valencia.
El evento, según desvela El Mundo,
costó casi 18 millones de euros. Cerca de 3.5 millones los ha pagado o
pagará la Generalitat, mientras que el resto han sido asumidos por los
feligreses, patrocinadores privados y el resto de patronos, el
Arzobispado, el Ayuntamiento y la Diputación de Valencia.
Es decir, la aportación de dinero público para el acontecimiento es aún
mayor. Se desconocen las cifras porque ni la Fundación ni las
instituciones las han hecho públicas, pero la Generalitat, según ha
desvelado la investigación del caso Gürtel, también gastó 7.4 millones
de euros en la cobertura de audio y vídeo de la visita a través de Canal
9.
En resumen, la administración autonómica ha
gastado, al menos, 11 millones. El jueves anunció la asunción de 1.3
millones de deuda de la Fundación con, entre otros, el proveedor de los
urinarios instalados. La Generalitat invirtió 2,6 millones en esa
partida en espera de dos millones de fieles que acudirían a la llamada
del Papa. En realidad, la ciudad, abandonada por muchos de sus vecinos
ante el temor de una avalancha de visitantes y los cortes de tráfico y
medidas de seguridad desplegadas ante la llegada de un personaje
ilustre, apenas recibió gente
14 millones en urinarios, mochilas y publicidad
La visita del Papa se presupuestó en 22 millones de euros por lo que
sorprende que el gasto real fuera inferior, de 18, aunque algunos
proveedores han asumido quitas para cobrar sus facturas. A falta de
información transparente, una de las pocas pistas de adonde fue a parar
el dinero la ha dado la policía en el marco, también, de la
investigación del caso Gürtel.
Según agentes de la
Unidad de Delincuencia Económica y Financiera de la policía nacional, en
la visita se gastaron 7,7 millones en publicidad, los mencionados 2,6
millones en urinarios y hasta 3,5 millones en la compra de 500.000
mochilas que iban a ser repartidas y vendidas. Cuantas fueron compradas
por los devotos, se desconoce.