Infraestructura del país destruida por la OTAN para colonizarlo sin piedad
Por: Mikel Koba.
Especial para Tribuna Popular TP Nº 234.- En 1945 los pueblos yugoslavos, dirigidos por su Partido Comunista, echaron a patadas a los invasores nazi-fascistas extranjeros y sus cómplices locales, y fundaron una República Popular Federativa. Tres años más tarde su dirigente máximo, el Mariscal Tito, rompió con la comunidad de países socialistas, un verdadero drama para el Movimiento Comunista Internacional; pero eso no analizaremos hoy.
A pesar de sus errores, el socialismo “autogestionario” yugoslavo, que unía a 7 Repúblicas federadas y muchas etnias, era un bastión de independencia y barrera a la colonización de los Balcanes.
En 1990 después de que dirigentes traidores rompiesen la Liga de los Comunistas de Yugoslavia (LCY), el imperialismo alemán renacido y el gringo atizaron numerosas guerras civiles en territorio yugoslavo. Alentaron a los peores reaccionarios locales (ustashas croatas algunos llegados de su exilio en Sudamérica, musulmanes parientes de Al Qaeda, chetniks monarquistas serbios, bandidos albaneses) para enfrentar entre sí a los pueblos hermanos, destruir la economía estatal, privatizarlo todo, eliminar a los comunistas y colonizar el país.
El dirigente de la Yugoslavia socialista, Mariscal TitoEl imperialismo se concentró en criminalizar al pueblo serbio. El último reducto de independencia nacional se llamó la Republica Federativa de Yugoslavia que, aunque había abandonado toda referencia socialista, era un Estado demasiado compacto para los planes coloniales de la OTAN.
Los servicios secretos de esta alianza agresiva armaron un grupo terrorista albanés (el mal llamado “Ejército de Liberación de Kosovo”, formado por ultraizquierdistas y delincuentes), que mató a numerosos civiles y policías serbios y cuando el Estado serbio replicó legítimamente fue acusado de “represor” para justificar un ataque a gran escala.
Mapa de la República Socialista Federativa de YugoslaviaLa OTAN convocó en 1999 en Rambouillet (Francia) al gobierno serbio y le exigió que permitiese la entrada de tropas norteamericanas dotadas además de completa inmunidad para cometer cualquier crimen. Cuando el presidente serbio Slobodan Milosevic (ex dirigente de la LCY que había fundado el Partido Socialista serbio) rechazó esa exigencia insultante la OTAN, empezó una criminal agresión imperialista y una salvaje campaña de bombardeos aéreos contra Serbia y Montenegro, los dos últimos componentes de esa mini Yugoslavia.
Destruyeron puentes, fábricas, depósitos de carburantes, trenes, viviendas, instalaciones militares y civiles y el edificio de la Radio Televisión serbia, además de matar a miles de yugoslavos. Recordamos con dolor el bombardeo asesino de la OTAN sobre la gran fábrica de automóviles de Kragujevac, defendida por sus obreros únicamente con sus cuerpos. También con dolor al último superviviente de los brigadistas internacionales en la guerra de España que murió defendiendo un puente de Belgrado, el bombardeo impune de un tren lleno de civiles, el ataque a la embajada china, y todos los crímenes que cometieron los imperialistas contra los yugoslavos…
Yugoslavo al que la OTAN destruyó su vivienda y asesinó a su familiaEra el apogeo criminal del hegemonismo norteamericano y occidental en contra de la Humanidad entera, y una nueva fase del desarrollo de la estrategia militar imperialista. Serbia capituló, Kosovo fue desmembrado de la unidad serbia, Milosevic fue encarcelado por haber resistido y asesinado en prisión en La Haya (Holanda), la economía privatizada y desmembrada la unión entre Serbia y Montenegro. Una victoria pírrica de una OTAN, dirigida por los monopolios norteamericanos y alemanes frente a un pequeño Estado europeo ex socialista debilitado y acosado.
El despreciable modelo capitalista colonial impuesto desde entonces a sangre y fuego, sólo ha traído ruina y miseria a los pueblos yugoslavos que algún día retomarán el camino de la unidad federal fraterna y del Socialismo, reconstruyendo su fuerza dirigente, el Partido Comunista.
Honor a todos los caídos civiles y militares defendiendo el honor de Serbia, la unidad yugoslava, la independencia y el Socialismo.
Los pueblos del Mundo no debemos olvidar el crimen cometido por la OTAN contra los pueblos yugoslavos.