La vida no es fácil y siempre me despierto con la misma sensación:
que por más que vea el vaso medio vacío hay que seguir adelante.
¡Hay que seguir adelante!
Es de ilusos pensar que alguna vez podremos estar totalmente libres de problemas,
pues siempre tendremos algo que nos incomode, nos robe el sueño,
o nos haga sentir insatisfechos con la vida.
Tan pronto resolvamos un problema descubriremos otro nuevo,
o lo que es peor, presenciaremos el retorno de un problema que creímos ya superado.
Tanto así que es lógico que en ocasiones nos desanimemos,
perdiendo la ilusión por vivir el día a día,
pensando que la vida ya no podrá sorprendernos ni alegrarnos…
Esos pensamientos no son buenos, no nos hacen bien,
y tenemos que deshacernos de ellos pues
si vamos a vivir, cosa que ya estamos haciendo,
que sea con alegría y esperanza en cada nuevo día.
Después de todo,
no todo es negativo,
tenemos que aprender a valorar también las cosas buenas sin darlas por sentado.
Cada día es un regalo,
vívelo así,
pues el amor que sienten por ti es una bendición, no todo el mundo es capaz de darlo.
En lo personal me gusta creer que las personas
somos seres de amor, capaces de dar y recibir alegría los unos a los otros.
Me gustaría creer que el amor que entrego
es recibido con el mismo valor con el que lo he regalado.
Vivamos cada día como si fuese el último,
buscando dar amor y felicidad a los que nos rodean,
y aprovechando la oportunidades que tenemos
de ser buenos los unos con los otros.
Habremos aprendido a vivir