El Secretario General del PCPE, Carmelo Suárez, participó el pasado fin de semana en Guayaquil (Ecuador), en el 16 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros, ante el que presentó la siguiente contribución.
Contribución del PCPE al 16 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros
Guayaquil, noviembre de 2014
Estimados y estimadas camaradas del Partido Comunista del Ecuador.
Estimados y estimadas camaradas de las delegaciones participantes:
El PCPE saluda el trabajo del PC del Ecuador en la organización del 16 Encuentro Internacional de Partido Comunistas y Obreros.
Para
los y las comunistas de España es siempre muy grato estar en un país
hermano como es el Ecuador, por los profundos lazos que unen a nuestros
países, la lengua, la cultura y la historia comunes, que se juntan en
esta ocasión a la fraternidad y camaradería que específicamente nos unen
con los Partidos Comunistas y Obreros de América.
Durante esta
16 edición del EIPCO discutimos sobre el papel que nuestros partidos
deben jugar en la lucha contra la explotación capitalista y por el
Socialismo. El PCPE es un firme defensor del debate y del intercambio de
ideas entre partidos hermanos, pues creemos que de ese debate
camaraderil es de donde van a salir las claves para que el Movimiento
Comunista Internacional recupere su impulso y su carácter de vanguardia a
nivel mundial.
Defendemos aquí el debate y el intercambio de
ideas porque le atribuimos una gran importancia a este foro, porque
queremos que este foro sirva para que las experiencias de unos y de
otros enriquezcan al conjunto de Partidos Comunistas y Obreros del
mundo. Siempre venimos dispuestos a escuchar y a ser escuchados. Siempre
venimos dispuestos a hablar de nuestra experiencia y a conocer las
experiencias de otros. Estamos dispuestos a avanzar en la coordinación
de nuestros partidos en aquellos puntos sobre los que hay acuerdo.
En
el PCPE pensamos que estas ideas básicas son compartidas por el resto
de partidos presentes. Estamos convencidos, al mismo tiempo, de que
todos los partidos presentes somos conscientes de que hay elementos
sobre los que hoy no es posible llegar a un acuerdo. Conocemos y
estudiamos las declaraciones políticas, los artículos de los órganos de
expresión, las contribuciones a otros eventos internacionales, de muchos
de los partidos presentes en este EIPCO, y pensamos que hay asuntos que
hoy generan una controversia en nuestro movimiento.
Esta
situación no nos preocupa. No estamos preocupados por el hecho de que en
este momento existan diversas consideraciones sobre fenómenos novedosos
en el desarrollo de la lucha de clases. Son tiempos muy dinámicos y
venimos de situaciones muy difíciles. Tampoco nos preocupa que estas
diversas consideraciones exijan planificar los debates a lo largo de
varios años. Nada de eso nos preocupa porque la solución a estos debates
no la vamos a encontrar sólo en el debate, sino que se será la misma
lucha de clases la que acabe dando o quitando razones.
Lo que sí
nos preocupa, de manera importante, es que a pesar de nuestra
insistencia en ofrecer la posibilidad de debates más profundos, a pesar
de nuestras palabras y actitud, haya quien se empeñe en calificar a
nuestro Partido como dogmático, como sectario o como izquierdista. Tales
comentarios los hemos leído, los hemos oído y los hemos rebatido en
varias ocasiones en los últimos años, y lamentamos muy profundamente que
ninguno de los que las han vertido haya querido discutir, ni siquiera
de manera informal, sobre las diferencias de criterio que podamos tener,
a pesar de los ofrecimientos que el PCPE ha realizado repetidamente.
Participamos
en este foro para plantear nuestras reflexiones y nuestras
preocupaciones, con franqueza y camaradería, y desde el máximo respeto a
todos aquellos que luchan por la causa del Socialismo, con quienes
siempre hemos considerado que compartimos la trinchera más importante de
todas: la de los camaradas, la de los comunistas.
Pensamos que
el Movimiento Comunista Internacional ha dado muchos pasos en la buena
dirección desde mediados de los años 90 del siglo pasado. Hemos
recuperado los foros internacionales de discusión, hemos creado otros
nuevos a nivel regional o sectorial y existen las bases para el
desarrollo de nuevos mecanismos de cooperación. Sin duda esto ayuda a la
lucha de todos y es un patrimonio que nunca debemos echar a perder.
Pensamos
que la lucha de la clase obrera en cada país y, con ella, la lucha de
la clase obrera mundial contra el capitalismo, avanza más rápido si
existe unidad ideológica en el Movimiento Comunista Internacional.
Pensamos que todavía falta mucho camino que recorrer para alcanzar esa
unidad ideológica de forma real, dejando atrás la retórica y las
declaraciones sin contenido.
Pensamos que uno de los obstáculos
esenciales para el desarrollo de nuestro movimiento en este momento es
el no reconocimiento de nuestras propias dificultades, que se manifiesta
en ocasiones en la voluntad por imponer visiones unilaterales sobre los
fenómenos a los que nos enfrentamos.
Pensamos que la fortaleza
de nuestro movimiento se consigue desde la plena independencia de clase,
teniendo claro que, en la defensa de los derechos de la clase obrera,
el resto de clases no pueden ser más que aliados coyunturales en
momentos concretos y que, para avanzar hacia la Revolución Socialista,
otras clases pueden ser aliadas, pero en todo caso bajo hegemonía de la
clase obrera.
Pensamos que, al mismo tiempo que tenemos la vista
puesta en el Socialismo, no se pueden abandonar las luchas concretas y
parciales de nuestra clase y el resto del pueblo trabajador, y que en
cada momento es necesario sopesar muy bien cuál es la correlación de
fuerzas existente, quiénes son posibles aliados, qué son esos posibles
aliados y para qué queremos a esos posibles aliados.
Pensamos
que el imperialismo es la fase superior de desarrollo capitalista y, por
tanto, su fase última. Será necesario que la clase obrera, con el
partido de vanguardia al frente, realice multitud de movimientos
tácticos hasta derribar a los capitalistas, a los imperialistas, pero
jamás debe perder ese horizonte socialista ni postergarlo
indefinidamente.
Pensamos que las relaciones de producción
generales, no coyunturales, las relaciones de producción predominantes
al nivel de los medios concentrados de producción de un país, son las
que determinan su carácter capitalista o socialista.
Pensamos
también que las relaciones de producción capitalistas pueden subsistir
durante cierto tiempo en los países socialistas tras la Revolución,
hasta alcanzar un carácter residual y desaparecer. También somos
conscientes, por la experiencia histórica, de que las relaciones
socialistas de producción pueden ser revertidas, por la influencia de
varios factores, hasta la plena restauración de las relaciones
capitalistas. Nuestro movimiento conoce bien esta realidad.
Analizamos
muchos elementos que afectan hoy a la lucha de la clase obrera y los
pueblos del mundo, buscando siempre situar a nuestra clase en las
mejores condiciones para el derrocamiento del capitalismo. Para ello
consideramos muy necesario conocer las posiciones de los demás partidos
hermanos, contrastar nuestras experiencias y aprender de las victorias y
de los errores de todos, sin abandonar nuestros principios
marxistas-leninistas.
Decimos abiertamente cuáles son nuestras intenciones:
Queremos
un Movimiento Comunista Internacional fuerte y cohesionado, para la
discusión pero también para la acción, que ayude a cada Partido
Comunista y Obrero a estar más cerca del objetivo estratégico y que
ayude a que éste no se pierda de vista por muy duras que sean las
condiciones de cada cual en su ámbito de lucha de clases.
Queremos
un Movimiento Comunista Internacional unificado en lo ideológico bajo
el marxismo-leninismo, que aprenda de las disputas ideológicas del
pasado y de cómo éstas se resolvieron, que sea una auténtica fortaleza
contra los intentos de penetración de la ideología de nuestro enemigo de
clase, especialmente de la social-democracia, cuya misión histórica ha
quedado sobradamente demostrada.
Queremos un Movimiento Comunista
Internacional que tenga la madurez suficiente para reconocer las
dificultades propias, abordarlas de la forma más adecuada y superarlas,
sin camuflarlas ni negarlas.
Queremos discutir sobre qué banderas
ha de izar la clase obrera en cada momento y sobre si unas u otras
banderas nos ayudan a avanzar hacia el Socialismo o no.
Queremos
conocer cómo es el Socialismo que los partidos hermanos tienen como
horizonte y cómo abordan las luchas parciales y la política de alianzas.
Queremos
entender por qué algunos partidos hermanos actúan como si el
imperialismo fuese sólo la política exterior agresiva de una potencia y
no un fenómeno mucho más amplio y con muchas más facetas.
Queremos
entender por qué la ascensión de nuevas potencias imperialistas debe
ser aplaudida por los Partidos Comunistas y Obreros, y no tomada como
una oportunidad para desarrollar con más fuerza nuestro programa
revolucionario.
Queremos ampliar nuestra información sobre el
estado de las relaciones de producción en cada país hermano, en cada
país aquí representado, queremos intercambiar datos para hacer nuestros
análisis más certeros.
Pensamos que en los EIPCO se puede avanzar en este sentido, lo consideramos absolutamente necesario:
Porque
sin posición coordinada de los comunistas no es posible desarrollar
adecuadamente las relaciones con otras fuerzas no comunistas, que sí se
coordinan entre ellas.
Porque el exceso de insistencia sobre las
condiciones particulares de cada uno de nosotros nos puede conducir a la
negación de las condiciones generales para la revolución, que sí
existen e influyen en nuestra lucha.
Porque debemos mantener una
posición unificada sobre la social-democracia y sobre su intención de
implicar a los comunistas en sus gobiernos, para así justificar ante las
masas trabajadoras sus políticas favorables a la concentración y
centralización de capital y a los monopolios.
Porque la participación en la gestión de gobiernos capitalistas jamás ha demostrado servir para alcanzar el Socialismo.
Porque
la defensa de los intereses de una u otra potencia imperialista sólo
puede conducir a la clase obrera a ser utilizada como carne de cañón por
la burguesía y sus gobiernos, y al movimiento comunista a una
bancarrota como la vivida en la víspera de la I Guerra Mundial.
Porque
estamos viendo cómo, a nuestro alrededor, se reeditan viejas posiciones
oportunistas bajo nuevas etiquetas y no queremos que la clase obrera
vuelva a ser engañada y llevada a callejones sin salida.
Todos
estos elementos, camaradas, son los que queríamos situar en esta 16ª
edición del Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros,
junto con nuestra permanente disposición a discutir éstos y cualesquiera
otros asuntos que sean de su interés.
Camaradas, el PCPE respeta
profundamente a todos los partidos aquí presentes y, de forma muy
especial, a nuestros hermanos de América Latina. Respetamos su
independencia y la enorme historia de lucha que todos representan;
comprendemos las dificultades por las que todos atravesamos, pues
también nos afectan a nosotros; defendemos y defenderemos siempre su
papel esencial e insustituible en la lucha por la liberación definitiva
de los trabajadores y los pueblos, y reaccionaremos con la mayor rapidez
posible ante las agresiones que todos los partidos hermanos puedan
sufrir. Lo hemos hecho en el pasado y lo seguiremos haciendo, con más
fuerza, en el futuro.
¡Hasta la victoria siempre!
¡Viva el marxismo-leninismo!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Viva el PC del Ecuador!
¡Viva el 16 Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros!