"Sólo quiero hacer cosas normales", dijo Nat Hawley, de 23 años.
Hawley -quien tiene autismo y dislexia- explicó a la BBC que la ansiedad le ha impedido hacer cosas corrientes como socializar.
"Algo así como ir a un club con los amigos es una experiencia fácil y agradable para la mayoría de los jóvenes, pero a mí me entra el pánico.
"Siempre estoy pensando en lo que puede salir mal, cómo las personas me perciben, qué impresión les produzco, cómo me van a recordar.
"Quiero hacer todas esas cosas, pero algo en el fondo de mi mente me lo impide".
Según Nat, no mucha gente entiende completamente la condición.
"Para mí se trata de no estar en control de uno mismo, es estar preocupado, nervioso o asustado por algo que a mucha gente le parece normal.
"Cuando me siento ansioso es como si mi cabeza se pusiera muy pesada, no puedo hacer contacto visual con las personas, mis pulmones se encogen y me cuesta tragar y siempre siento como si tuviera grumos en la garganta".
cuesta tragar y siempre siento como si tuviera grumos en la garganta".
A pesar de haber aprendido formas de lidiar con la ansiedad, Nat dice que todavía le afecta de forma regular.
"La manera en la que me enfrento a la ansiedad es planificar todo lo que me sea posible, conocer mi situación.
"Si sé que va a haber algún ligero cambio en mi rutina, eso podría mantenerme despierto durante noches o semanas".
"Miedo a salir de la casa"
El padre de Nat abandonó el hogar cuando este tenía 16 años y él tuvo que cuidar de su madre que tenía una crisis nerviosa.
A Nat, planificar le ayuda a combatir la ansiedad.
"Tenía miedo de salir de la casa porque tenía que cuidar de mi madre", explica Nat.
"Solía tener episodios graves de ansiedad cuando salía y siempre estaba preocupado por cosas como pagar las cuentas o tener suficiente comida para comer".
Nat dice que fue difícil enfrentarse solo al problema.
"Realmente no tenía a nadie con quién hablar de mi situación y estuve muy deprimido por mucho tiempo".
Pero finalmente se graduó de la universidad y dice que esto le ha dado un impulso.
"Siempre es una constante"
Nat contó a la BBC que ahora controla mucho mejor la ansiedad pero que la condición es "siempre una constante".
"Lo que pasa con la ansiedad es que sé que está en mi cabeza.
"Cuando pienso en cosas como que la gente me está juzgando, o mirando o que me da miedo salir de la casa, sé que no es verdad y que no es real.
"Incluso cuando estoy con amigos nunca estoy totalmente relajado.
"Cada vez que me despido de alguien, siempre me imagino que podría ser la última vez que los veo, no importa lo mucho que sé que eso es una situación poco probable".
Según un estudio poco más de uno de cada diez jóvenes británicos sufre de ansiedad.
¿Cómo funciona la ansiedad crónica?
El miedo se apodera de ti. Empiezas a sudar frío, a temblar. Suben las pulsaciones y experimentas malestar físico. Sientes que no puedes respirar y la cabeza no para de tener pensamientos sobre todos los posibles escenarios negativos -fatalistas- que pueden ocurrir si das un paso.
Esta es la ansiedad en su máxima expresión.
Se trata de un trastorno que puede tomar el control de la vida de una manera tal que impide que quien la padezca salga de casa, trabaje o, incluso, duerma.
Aproximadamente una de cada 14 personas en el mundo experimenta ansiedad en algún momento. Si bien esta afección puede ser leve, cuando se manifiesta de una forma extrema, evita que quien la sufre lleve una vida normal.
Scott Stossel, escritor y editor de la revista estadounidense The Atlantic, logró durante mucho tiempo mantener su ansiedad en secreto, pero al final fue tan aguda que casi se pierde su boda.
Como escritor, las giras para promocionar sus libros son una fuente tan estresante que decidió escribir uno sobre esta condición: The Age of Anxiety (La era de la ansiedad), que resultó en otra no menos estresante gira.
"Para mí la ansiedad puede ser un sentimiento generalizado de preocupación", le explica al programa Health Check de la BBC. "Una preocupación sobre cada posible resultado negativo en el que anticipo lo peor".
Pero Stossel también tiene manifestaciones más serias que se expresan con ataques de pánico. "Es esta inhabilidad de pensar con claridad, empiezas a sudar y a hiperventilar, sientes que no puedes respirar y te aprieta el pecho, y tienes diversos malestares gástricos. Puede ser aterrador y muy incómodo".
Incertidumbre
Según los expertos, la ansiedad consiste en una variedad de miedos que tiene la gente, de los cuales, uno o dos son más prominentes.
"Si bien se trata de un proceso normal que todo el mundo tiene en algún momento, y que es importante para mantenerte a salvo, la ansiedad crónica es mucho menos común", le dice a la BBC Nick Grey, psicólogo del Centro para la Ansiedad y Traumas del hospital Maudsley en Londres, Reino Unido.
"Una definición razonable es la sensación de preocupación, el miedo que tiene la gente ante un resultado incierto", agrega.
Pero, ¿qué hace que unas personas sufran de ansiedad aguda y otras no?
Stossel siempre pensó que sus fobias eran fruto de las preocupaciones de su madre. Por eso, cuando fue padre, se ocupó bastante en no manifestar sus miedos delante de su hija.
Sin embargo, cuando su hija tenía 7 años, la misma edad en que se empezaron a manifestar sus fobias, ella las empezó a desarrollar de una forma muy similar.
"Para mí fue tanto descorazonador como fascinante ver que algo así estaba en los genes", confiesa.
Pero esto no quiere decir que los genes son el único responsable de la ansiedad. También están las circunstancias de la vida y un componente de suerte.
"Podemos desarrollar ansiedad crónica a partir de casi cualquier estímulo que esté asociado con algún tipo de experiencia traumática", señala Grey.
Ansiedad oculta
Muchas de las personas que sufren de ansiedad suelen esforzarse mucho en disimularla, por miedo a que otros lo vean como algo malo.
"Siempre tienen el terror de que descubran su personalidad ansiosa", explica Stossel.
Esto contribuye más a la ansiedad, "porque te esfuerzas tanto en mantener escondida esa vulnerabilidad que tienes poner mucha energía en ello y eso causa ansiedad adicional", agrega el autor.
Claire sufre de ansiedad social. Cree que su trabajo es el desencadenante.
"En mi oficina hay personalidades muy fuertes, esto no significa que sean malos. Sólo que me pone más presión porque siento que necesito ser como ellos", cuenta.
Esta mujer, quien no quiere ser identificada, explica que al principio notaba que ciertos eventos -como reuniones y ponencias- le dificultaban dormir por la noche. "Hasta que ya no podía dormir en toda la noche porque estaba demasiado preocupada".
"Me preocupaba hablar con ciertas personas en la oficina", y empezó a tener síntomas típicos de ansiedad.
Aprender a controlarla
Si bien la ansiedad no se puede curar, la buena noticia es que sí se puede tratar para que el paciente aprenda a manejarla.
Claire ha pasado por varios tratamientos y toma medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
"Hice un curso de terapia de comportamiento cognitivo, lo que me ayudó a reentrenar mi cerebro en neutralizar los pensamientos negativos con los más racionales", señala.
Para mantener los niveles de adrenalina bajos, va al gimnasio tres veces por semana.
Aunque el tratamiento que le ha dado los mejores resultados es la terapia de exposición, en la que la persona se expone a situaciones incómodas para entrenar al cerebro a que no se congele cuando esté antes situaciones similares de la vida real.
"Sé que siempre me voy a sentir nerviosa, porque es una emoción natural. No es un síntoma de un problema mucho mayor", dice. "La gente se pone nerviosa antes de las entrevistas de trabajo, antes de un encuentro con un extraño y están bien. Se trata de aceptar ese sentimiento".
Stossel está de acuerdo en que la clave para controlar su ansiedad estuvo en aceptarla. "Es una parte de lo que soy, junto con otros elementos de mi personalidad que pueden ser favorables".
"Nosotros ayudamos a que nuestros pacientes a darse cuenta que algunas de las cosas que hacen para 'salvarse' de una situación que creen peligrosa son probablemente innecesarias", explica por su parte Grey.
El psicólogo agrega que cuando uno tiene un ataque de ansiedad es más consciente de sí mismo y presta menos atención a lo que le rodea, algo que puede ir en contra cuando se trata de una verdadera situación de peligro.
"Hay que ayudarles a llevar su atención hacia afuera, en el mundo real, en vez de hacia ellos".