El diario digital Cubadebate informó en estos días (14 de febrero 2010) la presentación en la XIX Feria Internacional de dos obras: “Estados Unidos vs Cinco Héroes”, del doctor Rodolfo Dávalos Fernández, y “Les debo verlos libres”, de Celia María Hart Santamaría.
En la presentación de ambos -registra Cubadebate- el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada, dijo “La única forma de conseguir que se ponga fin a esta infame injusticia contra Los Cinco… es mediante la lucha política, la denuncia y la movilización”.
El Dr. Dávalos en su texto “Estados Unidos vs Cinco Héroes” presenta de principio a fin la historia del proceso judicial seguido contra los cinco cubanos antiterroristas. El autor lo resume así: “Efectivamente, como se dice en buen cubano: “no ha quedado títere con cabeza”, no ha quedado un solo derecho de los acusados que no haya sido violado, burlado, pisoteado, distorsionado, constreñido o limitado” (p. 135).
Ante tan colosal injusticia silenciada por los grandes medios comerciales al servicio del imperio estadounidense, hoy existen más de 300 Comités de Solidaridad con los Cinco en casi 100 países; se trata de colectivos humanos integrados por profesionales, estudiantes, obreros, escritores, madres, sindicalistas, intelectuales, artistas, niños y jóvenes, que se movilizan con sus propios recursos para comunicar a la gente sobre el caso, denunciar las violaciones humanas a las que han sido sometidos los Cinco y exigir su inmediata liberación. Estos Comités de Solidaridad se hacen presentes creativamente en aeropuertos, estaciones de tren, paradas de autobuses, universidades, teatros, conciertos, iglesias, colegios, montañas y en las puertas de las Embajadas de los Estados Unidos en esos casi cien países.
En cada uno de estos lugares ellos facilitan información, proporciona adhesivos y calendarios, realizan marchas pacíficas, leen los poemas de Antonio Guerrero, las cartas de los Cinco y las Declaraciones del Gobierno cubano. Así, cada vez son más las personas que se enteran de esta injusticia y se suman a esta lucha. Lo que les moviliza es el amor por la justicia, por la verdad, por la libertad, por los derechos humanos; les mueve la solidaridad con ellos, sus familias y su pueblo.
En un futuro próximo la historia de estos Cinco Héroes y de su liberación será conocida y contada en todos los rincones del mundo. Si hoy a pesar de ser ocultada por los medios comerciales y los gobiernos timoratos cómplices del imperio, más personas se suman porque se haga justicia, mañana ya no habrá dinero ni publicaciones que puedan encubrir este caso, como lo hacen hoy los que pertenecen a la Sociedad Interamericana de Prensa.
Cuando los Comités iniciaron esta lucha solidaria, lo hicieron con eventos o acontecimientos aislados y esporádicos, pero ahora -tras doce años de criminal injusticia- se ha convertido en un movimiento internacional, cuyo trabajo permanente ha traspasado todo tipo de fronteras: geográficas, culturales, idiomáticas, generacionales, religiosas y de clases sociales. En todo este tiempo el estandarte que los ha acompañado es el de la dignidad. La bandera que recorre el mundo, es la bandera de los Cinco Héroes. Es la bandera que humilla la sed de venganza, odio y terror de la mafia cubanoamericana de Miami protegida por Washington. Hoy el mundo sabe que el reciente Premio Nobel de la Paz, presidente Barack Obama -dizque-, continuador de los ideales de Martin Luther King, todo lo que ha mostrado en su primer año de gobierno sobre el caso de los Cinco, es pusilanimidad ante los terroristas miamenses.
Bajo la égida de esa bandera caminan por el mundo muchísimas personas que independientemente de su partido político, credo religioso, clase social y lengua han asumido la bandera de la dignidad y avanzan sin detenerse. Se equivocan quienes pretenden silenciar los hechos y quienes creen que esto es un asunto sólo de Cuba. No. Aquí -en el caso de los Cinco- se está decidiendo quiénes verdaderamente están por la paz y contra el terrorismo.
Contrario a lo que suelen pensar los enemigos de Cuba, la revolución cubana se ha desarrollado bajo principios éticos intachables en defensa de la vida y en su trato al adversario; tanto así que, como dijo René González en su alegato -el 14 de diciembre 2001-, que en Cuba por la educación que ha recibido el pueblo, “es hasta inmoral quemar una bandera ya sea de los Estados Unidos u otro país cualquiera”.
Cuba en sus Cinco Héroes tiene las manos limpias. El objetivo de ellos fue -sin derramar una sola gota de sangre- evitar que los grupos terroristas de Miami siguieran provocando terror y dolor contra el pueblo cubano. Los Cinco estuvieron conducidos por grandes sentimientos de amor de los que habló Ernesto CHE Guevara (“Déjenme decirles, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”); ellos están acuerpados de lo más preciado de los valores humanos.
¡Una bandera recorre el mundo! Es la bandera de la dignidad. La pureza que contiene no se mancha con nada. Como dijo el compañero Fidel Castro (03 de noviembre de 2009) “¡Proseguiremos la lucha sin descanso por la libertad de Gerardo, Antonio, Fernando, Ramón y René, desenmascarando la infinita hipocresía y el cinismo del imperio, defendiendo la verdad!