Durante el acto de puesta en marcha a pleno de la central Néstor Kirchner, la tercera planta nuclear argentina, la presidenta Cristina Kirchner explicó que uno de los motivos por los cuales el Gobierno le pidió a Washington y Tel Aviv que "no nos trasladen conflictos que no nos son propios" es porque "lo que le molesta a algunos" es que el país se convierta en uno de los productores de enriquecimiento de uranio y que tenga "autonomía en un recurso estratégico como es la energía”. "Nos quieren sin plan nuclear" a pesar de que "somos un país de paz", dijo y destacó que hay un nuevo mundo en el que Argentina hace "alianzas estratégicas" para "dejar de ir siempre 'de punto'". Además, recordó que "somos un modelo que el mundo respeta en materia de derechos humanos" y dijo: "Puedo ir a cualquier país, aún a los que tienen cárceles clandestinas o lanzan misiles contra poblaciones civiles, y decirles que en Argentina impera la ley".
"Hay un mundo nuevo y actores nuevos. Esto es bueno porque nos permite tener socios y dejar de ir siempre de punto, porque eso es lo que nos proponían siempre. Y queremos ser banca alguna vez", enfatizó la presidenta en el discurso con el que dejó inaugurada la central que convierte al Estado nacional en propietario del 45 por ciento del sistema energético nacional, cuando en 2003 era dueño del 5 por ciento.
"Para los que desconfiaban, quiero decirles que esta obra fue hecha enteramente por argentinos, neuronas y mano de obra argentina, porque (desde que Néstor Kirchner lanzó en 2004 el Plan Nuclear nacional) los argentinos hemos vuelto a retomar un camino abandonado en los años '90", cuando el país abandonó su rol de actor nuclear más importante de América latina.
Argentina regresó al “selecto grupo de once países que pueden producir uranio enriquecido”, algo que, aclaró, este país hace con fines pacíficos, puntualizó la mandataria al destacar que esto le permitirá a la Argentina tener "autonomía energética", algo que, en su criterio, le molesta a los países que “prefieren una Argentina sin plan nuclear, que no se desarrolle en el campo científico y de bajos salarios y mano de obra barata”.
"Por eso hacemos alianzas estratégicas", explicó en alusión a los acuerdos firmados a principios de mes con China, y puntualizó que el Gobierno se encuentra "abierto" a los "otros países y otras potencias que quieran venir ofreciendo las mismas condiciones de financiamiento, y sin imposiciones".
Además, remarcó que el enriquecimiento de uranio que se realiza en esas plantas es "para uso pacífico". "Nosotros no le ponemos bombas a nadie ni amenazamos con misiles. Nuestra ciencia nuclear está dirigida a obras como esta", que proveerá de 745 megavatios al sistema interconectado nacional, lo cual "constituye un hito empresario".
La jefa de Estado se refirió a las cartas enviadas ayer por el Gobierno argentino a Estados Unidos y Tel Aviv, en las que les dijo que "Argentina no tiene que tolerar ser un teatro de operaciones políticas o de inteligencia" que no le corresponden.
"Algunos quisieron hacerse los tontos y mirar para otro lado, pero ruego que lean con atención cada uno de los párrafos porque ahí está lo que quiero decir a los compatriotas y a los que van a gobernar después del 10 de diciembre (...) Esas dos cartas no son casualidad. En realidad prefieren una argentina sin plan nuclear", puntualizó Cristina Kirchner.
"Les pido que abran los ojos -agregó-. No hablo de conspiraciones sino de intereses de quienes quieren que unos estén subordinados y se enfrentan con gobiernos como éste, que no permite que le marquen la cancha."
La mandataria reveló también que la puesta en marcha de la nueva central genera un ahorro para el país de "400 millones de dólares en importación de combustibles, con el barril a 54 dólares", y precisó que el número de empresas con certificación pata trabajos nucleares era "cero" en 2003, mientras que a partir del lanzamiento del Plan Nuclear "tenemos 129 empresas argentinas", 24 con certificación para construcción de centrales y 94 como proveedoras.
No obstante, destacó que el país se provee con dos matrices energéticas, la hidroeléctrica y la nuclear, y si bien "ambas tienen que ser absolutamente complementarias (...) yo diría que tenemos que hacer hincapié en la industria nuclear".
En este sentido, la Presidenta consideró que el próximo gobierno que asuma el 10 de diciembre, cuando finalice su mandato, deberá tener "las mismas ideas de soberanía, de trabajo y ciencia", porque "esa es la mejor herencia" que se le puede dejar a los argentinos. Por eso, destacó la importancia de los recientes "acuerdos en China que posibilitarán la construcción de dos centrales nucleares más, con alta tecnología". "Este es el proyecto más industrializador desde el peronismo de Perón, así que nos vengan a decir que no vamos a defender el trabajo de los argentinos", enfatizó.
Por otra parte, CFK recordó la entrevista al miembro del comité ejecutivo de la UIA Juan Carlos Lascourain publicada en la edición de ayer de Página/12, en la que contó que "cuando íbamos a ver a De la Rúa durante su presidencia (los titulares de la Unión Industrial) le golpeaban la mesa". En este sentido, Cristina Kirchner preguntó: "¿Creen que alguien le puede gritar a esta Presidenta?", y continúo: "Este es el verdadero problema, que antes gobernaban otros al punto que podían golpearle la mesa y hacerle volar los platos.