Reino Unido da otra vuelta de tuerca con la privatización de servicios carcelarios
Posted: 18 Feb 2015 07:01 AM PST
La semiprivatización de servicios públicos en Gran Bretaña, que
comenzó con el gobierno de Margaret Thatcher en los años ochenta, ha
cobrado ahora un nuevo impulso bajo la administración conservadora de
David Cameron.
En un polémico plan que generó mucha oposición en el país, fue puesto
en marcha a partir de este mes para la rehabilitación de reos por medio
de contratistas privados.
La normativa, que afecta a los prisioneros que hayan cumplido
sentencias de menos de un año de duración, permite que las compañías
privadas sean pagadas por resultados, ganando más si el exprisionero no
reincide.
El gobierno de coalición británico sostiene que el sistema previo,
por el cual los reclusos de corta duración eran liberados sin ninguna
supervisión, presentaba problemas.
El ministro de Justicia, el conservador Chris Grayling, consideró que
los cambios “tenían que pasar”, y ahora que se han puesto en marcha
“creará un sistema más efectivo” para reducir el número de presos
reincidentes.
El Ministerio de Justicia indicó en un comunicado que en el Reino
Unido son cometidos más de 500 mil delitos por año por personas
reincidentes.
Las autoridades sostienen que aquellos que pasaron menos de 12 meses
en prisión tienen más chances (hasta un 57,5%) de volver a cometer un
delito una vez que quedan en libertad.
Pero ahora, las personas que cumplieron con sentencias de menos de un
año serán supervisadas durante 12 meses después de su liberación. “Hay
demasiadas víctimas del delito por año porque no proveemos de apoyo y
guía a aquellos que salen de prisión. Lo que estamos haciendo es crear
un sistema que sea más efectivo. Estamos tratando de cambiar las cosas”,
admitió.
El nuevo sistema contará con contratistas privados como Sodexo e
Interserve. El portavoz de la Asociación Nacional de Oficiales de
Libertad Condicional, Ian Lawrence, afirmó que la principal preocupación
es que la tarea “quede en manos de contratistas privados sin
entrenamiento”.
“Nos preocupa también la velocidad con la que se hicieron estas
reformas. Nunca fueron testeadas en un plan piloto y no hay evidencia
alguna de que vaya a funcionar”.
En ese sentido, los activistas por la reforma penal creen que los
cambios son “un desastre”, ya que denunciaron están sustentados por la
ideología de la privatización.
Frances Crook, directora ejecutiva de la Liga Howard para la Reforma
Penal, afirmó que el nuevo programa del gobierno “fue introducido por la
puerta de atrás” y está basado “más en emociones que en consideraciones
serias”.
El lanzamiento del nuevo plan coincide con un anuncio por separado
del gobierno para que los prisioneros sean obligados a coser bolsas de
arena, instalar postes de luz y ayudar en el armado de equipos para el
Ejército, como parte de una iniciativa “para enseñarles los valores del
trabajo duro”.
Las autoridades indicaron que dicho plan “le ahorrará dinero al
Ejército y le dará a los presos experiencia laboral”. “Al proveer de
este nuevo servicio, los prisioneros devolverán algo al país, al tiempo
de aprender nuevos conocimientos”, destacó el ministro Grayling.
El gobierno quedó en medio de un escándalo por el tema de las
compañías privadas de seguridad, tras la renuncia del inspector jefe del
servicio de libertad condicional en Inglaterra y Gales. Paul McDowell
estuvo involucrado en un “conflicto de intereses”, luego de que la
compañía privada de su esposa ganó un gran número de contratos en ese
sector.
McDowell, que había sido nombrado por el ministro Grayling, renunció
al puesto por el que percibía 135 mil libras esterlinas ($ 202 mil),
para supuestamente dejar claro que no había ningún conflicto interno.
La renuncia ocurrió luego que el periódico The Guardian reveló que la
esposa de McDowell, Janine, era la directora de la empresa Sodexo, la
cual ganó gran cantidad de contratos para proveer servicios al sector de
justicia, incluyendo la supervisión de decenas de miles de delincuentes
en Inglaterra y Gales.
Sodexo se hizo cargo de los contratos en conjunto con Nacro, el grupo
benéfico por la reducción del delito, del cual McDowell era exdirector
ejecutivo.