Desde su aparición en el mundo, la Medicina Regenerativa es considerada uno de los mayores avances médicos en los últimos años y una verdadera revolución científica en el campo de la salud.
Sus cuatro pilares fundamentales descansan en el tratamiento con células madre, el uso de proteínas bioactivas con capacidad regenerativa de tejidos lesionados, la ingeniería de tejidos, tanto la realizada en el laboratorio (in vitro) como la practicada directamente en los individuos (in vivo); y el trasplante de genes.
Por su mayor factibilidad, los dos primeros son los más frecuentes empleados (complementados en ocasiones con la ingeniería de tejidos in vivo), pues el trasplante de genes es un método más complejo que hasta el momento solo ha sido aplicado en pocos países y en un número muy limitado de enfermos.
En Cuba, la terapia con células madre, el uso de proteínas bioactivas y la ingeniería de tejidos in vivo son los procederes que hemos incorporado a nuestros proyectos de investigación en tan promisorio campo. Un aspecto básico de este tipo de medicina, es que se apoya en los mismos factores intra e intercelulares que el organismo emplea para su auto-reparación, y fundamentalmente en los nuevos conocimientos sobre las células madre y en su capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos.
Lo anterior resulta de sumo interés atendiendo a las perspectivas que pueden ofrecer a pacientes con enfermedades crónicas que no responden a los tratamientos convencionales y, por tanto, no tienen una mejor opción terapéutica.
De acuerdo con su estado evolutivo, las células madre se clasifican en embrionarias: derivadas del embrión de los mamíferos y con posibilidad de generar cualquier célula diferenciada en el organismo; y somáticas o adultas, clásicamente definidas como células especializadas y capaces únicamente de generar células de un tejido específico.
Sin embargo, en los últimos años quedó demostrado que en determinadas condiciones pueden diferenciarse en células de diferentes tejidos.
En un primer momento surgieron muchas interrogantes, en particular cuál tipo de célula madre era la más apropiada para el tratamiento. Pero las limitantes planteadas con el uso de las embrionarias, entre ellas las de tipo biológico referidas a la posibilidad de inducir tumores, y las de carácter ético vinculadas con el uso y destrucción de embriones humanos, favorecieron el notable impulso adquirido por el empleo de células madre adultas, que no tienen los inconvenientes mencionados, y presentan la ventaja de obtenerlas del propio enfermo.
Un importante resultado que contribuyó a la aplicación de la terapia con células madre en Cuba, fue la preparación en el Instituto de Hematología e Inmunología, de un método muy simple y práctico para la obtención de las llamadas células mononucleares (CMN) procedentes de la médula ósea (MO), tejido del interior de los huesos, que tiene la función de producir las células de la sangre.
Estas fueron obtenidas primero directamente de la MO y poco después, de la sangre periférica, mediante el empleo de un factor estimulador, que producen en el país dos instituciones del Grupo Empresarial BioCubaFarma. Actualmente la terapia celular con células mononucleares de sangre periférica es el método más usado en Cuba.
Las CMN tienen una gran ventaja, pues están compuestas por una mezcla de diferentes células madre adultas que forman un verdadero “coctel” celular que incrementa la capacidad regenerativa de estas, favorecida por la interrelación, cooperación y estimulación, establecida entre ellas. Un aporte adicional es que se pueden obtener fácilmente de la sangre del propio paciente, como una autodonación. A partir de este método simplificado se lograron muy buenos resultados, en muchos casos similares a los alcanzados en otros países con procedimientos más complejos.
Es oportuno resaltar que la terapia celular en nuestro país forma parte de proyectos de investigación en los que solo se incluyen enfermos seleccionados, en correspondencia con los objetivos del estudio. Por tanto aún no es un proceder asistencial, y eso solo podrá hacerse después que existan suficientes evidencias, capaces de sustentar su uso como un proceder terapéutico seguro y eficaz.
Las investigaciones practicadas hasta el momento aportan resultados muy prometedores, fundamentalmente en las especialidades de angiología y de ortopedia y traumatología, que incluyen el mayor número de enfermos tratados.
Así, por ejemplo, en pacientes con insuficiencia arterial grave de los miembros inferiores, se ha podido evitar la amputación mayor (inmediatamente por debajo o por encima de la rodilla) en un rango del 58–80 % de los casos que tenían dicha indicación.
Igualmente, en los enfermos con insuficiencia arterial crónica de miembros inferiores menos avanzada, pero que tenían que detener su marcha antes de los 150 metros por dolor intenso en las piernas, la situación mejoró de manera notable en alrededor del 85 % de los casos tratados con la terapia celular. Algunos ya pueden caminar un kilómetro y más sin manifestaciones de dolor.
En el campo de la ortopedia y traumatología también hay resultados prometedores en quistes óseos, fracturas óseas complejas, pseudoartrosis, necrosis aséptica de la cadera y en las lesiones articulares degenerativas, particularmente de la rodilla, en las cuales se logró una mejoría mantenida en alrededor del 60-80 % de los casos tratados.
También pueden incluirse como aportes promisorios los alcanzados en pacientes con periodontitis, y paraplejia por traumatismos de la columna vertebral con lesión de la médula espinal.
Del total de 7 512 pacientes tratados hasta el momento, 3 535 (47,1 %) son de la especialidad de ortopedia y traumatología; 3 357 (44,7 %) de la especialidad de angiología; y los 620 restantes (8,2 %) de otras especialidades. Solo en el 2014 fueron atendidos 2 266 nuevos casos. Por provincias, La Habana encabeza la relación, seguida por Pinar del Río y Artemisa.
Durante los últimos años se introdujo a nivel internacional el empleo de plaquetas y sus componentes a la Medicina Regenerativa, teniendo en cuenta que constituyen verdaderas bolsas biológicas repletas de múltiples factores con capacidad regenerativa.
Cuba también incursiona en dicha línea de trabajo y al finalizar el 2014, los componentes plaquetarios se habían aplicado en 5 533 pacientes, principalmente en casos de ortopedia y de angiología, pero también en otras indicaciones como son en quemaduras, cicatrización de úlceras cutáneas y en forma de colirio para el tratamiento de lesiones de la córnea y del ojo seco por poca producción de lágrimas, en sustitución de las lágrimas artificiales.
Si sumamos en conjunto ambos procederes, hasta el cierre del pasado año la cifra de pacientes atendidos en Cuba con el empleo de células madre, plaquetas, o con los dos métodos combinados, alcanza la cifra de 13 045, lo cual sitúa a nuestro país entre las naciones con más aplicación extendida de la Medicina Regenerativa.
*Vicedirector del Instituto de Hematología e Inmunología