Libros de contabilidad y cientos de documentos comerciales del siglo XIX en Guantánamo fueron rescatados hoy del falso techo de unos de los inmuebles sujetos a restauración en el núcleo urbano fundacional de la ciudad del Guaso
Se trata de un local que hacia 1865 era parte de los almacenes Brauet y Cia, una de las familias de origen francés asentadas en la naciente ciudad, el cual, años después, convertido en bodegón, fue escenario, según los historiadores, de un brindis por Cuba Libre protagonizado por el Mayor General José Maceo.
Días antes, mientras se ejecutaban trabajos en el Bodegón que se denominará "El León de Oriente" (sobrenombre con que era conocido el autor del brindis), cayeron del falso techo algunos documentos, lo cual hizo presumir la existencia del depósito abordado por especialistas, quienes descubrieron legajos de más de 100 años de edad.
Ropa para negros; arroz, café, sal y papas (encargados por arrobas); bacalao, tasajo, galletas, cebollas, tabaco, zapatos de piel de becerro, latas de manteca, machetes, calabozos, botijuelas de aceite catalán, galones de ron, o garrafas de aguardiente de caña, abundan en las solicitudes comerciales de la época.
Ángel, mándame un frasco de... (ilegible) muy caro y bueno, pedido firmado por el poeta guantanamero Regino Eladio Boti, aparece entre las muchas solicitudes que controlaban y archivaban los almacenes Brauet y Cia para el cobro por sus servicios comerciales.
Los folios recuperados, considerados de grado I por su valor patrimonial, algunos de los cuales están fechados en 1865, pasan, para su conservación y posterior estudio, a engrosar los fondos documentales del Archivo provincial.
Las piezas incluyen también un cuaderno de trabajo de Matemáticas del siglo XIX para aprender a sumar números enteros, quebrados y decimales, con más de un centenar de páginas de ejercicios y problemas, y muestra las relaciones de cambios de la moneda española antigua frente a sus similares de otros países.
Al influjo del Proyecto Orígenes, el sitio fundacional de la ciudad experimenta una metamorfosis constructiva que le devuelve sus valores del siglo XIX, cuando surgió en las inmediaciones de El Saltadero, punto de embarque fluvial a orillas del antes navegable río Guaso.