El cierre del atípico fin de semana tenístico fue a pura emoción, con más de 8 mil almas gritando por Argentina en el predio de Tecnópolis. Con la victoria consumada, Argentina asumirá su próximo compromiso el 17, 18 y 19 de julio, nuevamente de local, frente al poderoso Serbia de Novak Djokovic, el número uno del planeta, que superó el fin de semana también en un clásico a Croacia por un rotundo 5-0.
El equipo 'albiceleste' que conduce Daniel Orsanic comenzó a complicarse el viernes con la derrota de Carlos Berlocq (67) ante Souza por 6-4, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-2, y luego llegó la igualdad de la mano del correntino Leonardo Mayer con su éxito frente a Bellucci por 6-4, 6-3, 1-6 y 6-3, que devolvió la ilusión.
Sin embargo, todo se puso cuesta arriba en el clásico sudamericano con el triunfo en dobles de los brasileños Marcelo Melo (3) y Bruno Soares (12) sobre Berlocq y Diego Schwartzman por 7-5, 6-3 y 6-4 en el tercer punto jugado el sábado.
La igualdad llegó ayer de la mano de Mayer, quien sacó a relucir su enorme corazón y se impuso sobre Souza por 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), 5-7, 5-7 y 15-13, en maratónico partido que duró seis horas y 42 minutos, record en singles para la Davis.
Con ese panorama, el azuleño Delbonis salió a la cancha a jugar ante Bellucci algo confiado, luego de haber ganado ayer el set inicial, y eso le costó perder el segundo parcial por 6-3 ante un rival que no era el abúlico del día anterior, sino que lució más decidido a torcer la historia, al menos en la reanudación.
El azuleño jugó dos games muy malos, sin sentir la pelota, y eso le costó el parcial, pero no lo desanimó, al contrario, le dio más fuerzas. Con el partido igualado, cada pequeña ventaja tomaba importancia, en un planteo entre dos tenistas ciclotímicos, que intercalaban momentos buenos y malos.
Delbonis lució mejor anímicamente y con la táctica de mover a su rival se llevó el tercer set, con dos quiebres, para 2-0 y el 6-2 final, alentado por todo el banco argentino, donde sobresalía la enorme figura de Juan Martín Del Potro, comprometido en este nuevo proceso de la Davis.
La "Torre de Tandil" festejaba cada acierto como propio y eso le dio un gran envión a Delbonis, quien tomó la iniciativa, atacó y esa actitud le generó réditos inmediatos, ya que se repuso de un quiebre en contra en el cuarto set y pasó de un 3-4 a un 4-4 y luego a un 5-4 con un buen juego de saque (cerró con un ace) que lo dejó a las puertas del triunfo.
En el último set, el argentino se mantuvo firme con su servicio, casi siempre con rosca y sobre el revés del paulista, y así el marcador permaneció igualado hasta el 5-5. En ese momento, Delbonis levantó un 0-30 en contra y mantuvo su servicio. El desenlace llegó cuando forzó el match point y se llevó la victoria por 7-5 con el quiebre del saque.
En el festejo final, Del Potro abrazó fuerte a Delbonis y conmovido, irrumpió en un llanto, para liberarse de toda la tensión de una serie que vivió como si pudiera jugar, y dejó claro que quiere estar en la próxima cita, nada menos que ante la Serbia de Djokovic.