Las órdenes dadas a los militares para que tiren a matar a
manifestantes, pone en peligro hasta a los seguidores de la causa bolivariana
El presidente de la Asamblea venezolana, Diosdado Cabello, acompaña a Nicolás Maduro en un mítin
Maduro: inminente la dictadura total
Por Miguel Saludes | La Habana, Cuba
La orden del presidente Barack Obama que declara a Venezuela una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional estadounidenses y cuyo primer paso es el congelamiento de los bienes en territorio norteamericano de siete funcionarios venezolanos provocó la reacción inmediata de Fidel Castro.
A diferencia del prolongado silencio mantenido por el ex gobernante cubano a raíz de los acontecimientos que dieron un nuevo giro en las relaciones de la Isla con Estados Unidos, en esta ocasión el Comandante salió prontamente a la palestra pública para condenar las sanciones norteamericanas contra el gobierno de Nicolás Maduro y aplaudir los pronunciamientos del presidente chavista en respuesta a las medidas de Obama.
En una manifestación de apoyo incondicional, Castro calificó de valiente y brillante al discurso de Maduro. Una valoración desmedida y falta de realismo pues si de algo carece el heredero del chavismo en su posición al frente de la nave bolivariana es precisamente de brillantez. A pesar de las acusaciones de maniobras y planes tremebundos en su contra el continuador del legado chavista ha llevado a su país a extremos que no conocimos en Cuba ni en los peores momentos del castrismo.
El deterioro de la vida económica, social y política que vive la sociedad venezolana resulta evidente. Aunque Maduro expone la baja de los precios del petróleo como justificación, ligado esto a un complot en el que no duda incluir a España y Colombia para variar lo del complot imperialista, junto con la oposición y los propietarios privados, resulta un hecho que esta situación no coincide en otros países productores de crudo afectados por igual con la baja de los precios.
Las detenciones contra opositores, las ordenes dadas a los militares para que tiren a matar a manifestantes, el control cada vez más férreo sobre la sociedad venezolana polarizada para beneficio de la cúpula gobernante, así como una violencia delictiva descontrolada que pone en peligro hasta a los seguidores de la causa bolivariana, son realidades que no puede ser achacada solamente a una crisis de precios en el mercado petrolero. Menos a un plan complejo en el que se enlazan intereses internos y foráneos.
El argumento norteamericano sobre la amenaza representada por Venezuela para su entorno puede aparecer sobre dimensionado. Pero si realmente existe una amenaza y un peligro en los proyectos del chavismo, el principal receptor de ese daño es precisamente la sociedad venezolana y sus vecinos. El repliegue de la democracia y el encausamiento hacia una sociedad violenta y represiva resulta una eventualidad nada despreciable para el proceso de paz que se construye en la limítrofe Colombia. Incluso daña el clima latinoamericano hacia una situación que ya se anuncia como sustituta del caso cubano en su enfrentamiento con el enemigo necesario-Estados Unidos- y las fuerzas imperialistas mundiales.
Dos reseñas particulares merecen un detenimiento. Una de ellas en el contenido de las palabras del embajador venezolano ante la OEA. En referencia a una hipotética agresión militar norteamericana a territorio venezolano el titular Roy Chaderton hizo una aplicación digna de un oficial nazi al expresarse sobra la oposición: – “… Los francotiradores apuntan a cabezas pero llega un momento en que una cabeza escuálida no se diferencia de una cabeza chavista salvo en el contenido: el sonido que produce una cabeza escuálida es mucho menor, es como un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca, entonces pasa rápido, pero eso se sabe después de que pasa el proyectil”. La declaración del funcionario ocurrió durante una entrevista televisada por la estatal Venezolana de Televisión.
Otro detalle ha sido la postura de los grupos de Izquierda Unitaria al rechazar el pedido sin mención de sanciones por parte del Parlamento Europeo para que el gobierno de Venezuela libere a los opositores presos y cese el clima represivo que mantiene. Entre los que mantuvieron postura anti democrática se encuentra la representación de Podemos que anima asumir el poder en España con un proyecto muy cercano a sus mentores bolivarianos.
Es curioso que precisamente cuando que Cuba bajo el mando raulista trata de dirimir sus viejos desacuerdos con el vecino del Norte, el polo de la discordia se traslade un poco más al sur, dejando a Venezuela con la continuidad del conflicto, apartando el foco de tensiones que ya no conviene seguir sosteniendo desde el faro cubano. Y que desde allí se pase a discursos solidarios y ratificaciones de lealtades en aquello de que nunca te dejaremos solo, suena al pragmatismo de quienes se sacan de encima un pesado fardo con el que concluyeron es mejor dejar en otros hombros que mantenga la tradición, no importa la falta de brillo. Porque si algo resulta cierto es que tanto en su retórica, como en la forma de administrar y gobernar los destinos de su nación, el paso de Maduro por Miraflores más bien resulta lamentable. Y para que la sanción sea definitiva el mandatario venezolano se ha propuesto como próximo objetivo una ley que le posibilite gobernar por decreto. El paso inminente hacia la dictadura total.
El País - America - Maduro legislará por decreto en materia de seguridad durante 2015El Parlamento venezolano concede poderes especiales al presidente para contrarrestar las sanciones que EE UU impuso
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, legislará por decreto en materia de seguridad nacional durante el resto del año 2015. Son los poderes que este domingo, de manera oficial, le ha transferido la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo, tras una sesión extraordinaria de poco más de dos horas.
“Aquí están los poderes especiales para que pueda legislar en materia de defensa de la soberanía y de la patria”, dijo el número dos del chavismo y presidente del parlamento, el exteniente del EjércitoDiosdado Cabello, al entregar un folio con la ley recién aprobada a Maduro, frente a miles de seguidores congregados junto al Palacio Presidencial de Miraflores, en Caracas. “Misión cumplida”.
Se trataba de la llamada Ley Habilitante Antiimperialista, queMaduro solicitó en persona al parlamento el pasado martes como, según señaló, respuesta necesaria a las amenazas contenidas en la Orden Ejecutiva del presidente Barack Obama dada a conocer el lunes. En el documento, que contempla la confiscación de bienes en territorio norteamericano de siete funcionarios del Gobierno venezolano, Washington declara que la situación de corrupción y ataques a los derechos humanos en Venezuela constituye una amenaza “inusual y extraordinaria” para Estados Unidos.
El título formal de la normativa es “Ley que Autoriza al Presidente de la República para dictar Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley en las Materias que se Delegan para la Garantía Reforzada de los Derechos de Soberanía y Protección del Pueblo Venezolano y el Orden Constitucional de la República”. Consta de solo cuatro artículos, cuyos términos expiden a Maduro un cheque en blanco para dictar o reformar leyes en los ámbitos de “la libertad, la igualdad, justicia y paz internacional, la independencia, soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”, a fin de “reforzar la garantía del ejercicio de los principios constitucionales e soberanía y autodeterminación de los pueblos”.
La vigencia de las facultades extraordinarias otorgadas a Maduro se extiende hasta el 31 de diciembre de 2015. El plazo establece la posibilidad teórica de que, si las venideras elecciones parlamentarias se celebran en septiembre –como se viene rumorando-, la próxima legislatura podría verse limitada en sus potestades por el poder otorgado al jefe del Ejecutivo.
La ley es el trofeo más valioso obtenido por Maduro esta semana, empeñado en trocar las sanciones de Washington por una oportunidad para afianzar su poder interno.
Bajo la presunción de que se trata del preámbulo para un ataque militar, el oficialismo aprovechó los anuncios estadounidenses para aumentar la temperatura patriótica en el país. A lo largo de la semana convocó a numerosas manifestaciones de militantes en rechazop a “la amenaza imperialista”. El sábado dio inicio a unas maniobras de defensa territorial, con el concurso de unidades militares y civiles movilizados, que deberán concluir el 28 de marzo. En los ejercicios, según los datos oficiales, participan 80.000 tropas y 20.000 milicianos, además del despliegue del recién adquirido armamento de fabricación rusa o china. El Ministerio de Defensa también ha admitido la presencia de observadores militares de Moscú.
Al menos en dos regiones, los estados de Táchira (suroccidente andino) y Carabobo (centro del país), las maniobras incluyeron escenarios en los que las tropas combatían a “desafectos del gobierno” que intentaban sabotear industrias básicas.
Maduro, que el sábado en la noche estuvo en una marcha de solidaridad con Venezuela organizada por el gobierno sandinista deDaniel Ortega en Managua, dijo que es hora de definiciones: “O se está con Venezuela, con la paz, con la soberanía de nuestra patria, o se está con Barack Obama y la agresión de Estados Unidos”, trazó la raya, durante un discurso de hora y media para sus partidarios este domingo. Con ello busca arrinconar a la oposición “apátrida, a la derecha maltrecha” y a otros críticos, que subrayan que las sanciones norteamericanas afectan solo a unos individuos.
El presidente venezolano llamó también a no cejar en los esfuerzos de defensa del país en el plano internacional. Dijo tener lista una carta que publicará la semana próxima en las páginas editoriales del diarioThe New York Times –“si me dejan, porque allá hay una dictadura mediática”- en la que expondrá “la verdad del pueblo venezolano”. Dio instrucciones para que esa misma carta sirva de motivo para una batida para recoger “no menos de 10 millones de firmas” en apoyo de la demanda venezolana para que Washington derogue la Orden Ejecutiva de Obama.
Una declaración de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), emitida el sábado desde la sede del organismo a las afueras de Quito, Ecuador, respaldó la exigencia venezolana. Al expresar su rechazo a la Orden Ejecutiva estadounidense, los 12 países miembros de alianza reafirmaron “su llamado a que los Gobiernos se abstengan de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el Derecho internacional”.
Durante el evento de calle, Maduro también dejó saber que el martes se reunirán en Caracas los mandatarios de la Alianza Bolivariana de los Pueblos (Alba), para discutir la situación creada por las sanciones estadounidenses y concertar una posición común que llevarán a la venidera Cumbre Hemisférica de Panamá, los días 10 y 11 de abril. La convocatoria incluye al presidente cubano, Raúl Castro, algo que Maduro subrayó. Según el líder bolivariano, la diplomacia de Washington intriga “con la política de la zanahoria y el garrote” para sembrar divisiones entre Cuba y Venezuela, presentando a esta como un caso perdido de irracionalidad mientras La Habana regulariza sus relaciones con Estados Unidos en un ciclo de conversaciones.
Por último, Maduro dijo que su delegado en Washington Maximilien Arveláiz —nombrado Embajador de Venezuela, pero que en un año no ha recibido el placet de rigor por parte de Estados Unidos— viajará a la capital norteamericana para elevar “a todos los niveles” la protesta venezolana ante el Departamento de Estado.