El primer ministro tunecino, Habib Essid, ha identificado a los dos asaltantes abatidos en el ataque al Museo del Bardo, en el corazón de la capital tunecina. Son Yassine Abidi y Hatem Khachnaoui. "Son dos terroristas pero por el momento no es posible decir si pertenecen a una u otra organización terrorista", ha señalado Essid a la radio francesa RTL, aunque ha precisado que Abidi era conocido por las fuerzas policiales y que "estaba siendo vigilado". Los nombres, según ha admitido, parecen tunecinos. De momento, ningún grupo armado se ha atribuido la autoría del ataque.
Las nacionalidades de las víctimas
El ataque terrorista perpetrado ayer en las inmediaciones del Museo del Bardo, en la capital tunecina, causó 23 muertos, de los que 20 son extranjeros. Aunque 24 horas después la información es todavía confusa, estas son las nacionalidades confirmadas: dos polacos, dos españoles, una británica, cuatro italianos, dos franceses, un belga y un australiano colombiano.
Fuentes del ministerio de Salud de Túnez ha elevado de 19 a 23 el número de víctimas mortales en el atentado, de las que 20 son extranjeros -tres más que el miércoles- y tres son de nacionalidad tunecina. Entre los fallecidos figuran turistas de España, Polonia, Japón, Francia, Colombia, Reino Unido y Bélgica. El grupo Costa Cruceros ha suspendido todas las escalas de sus buques en Túnez.
"Quiero que el pueblo de Túnez entienda que estamos en una guerra contra el terrorismo que estas minorías salvajes no nos asustan", ha señalado el presidente de Túnez, Beyi Caid Essebsi, de 88 años, en un vídeo emitido en televisión. "Lucharemos contra ellos sin misericordia", ha añadido.
Mientras tanto, los forenses continúan este jueves con el proceso de identificación de los cadáveres de los 20 turistas asesinados. Entre los fallecidos hay una pareja de jubilados españoles. España ha localizado sanos y salvos a otros dos ciudadanos que no habían regresado al barco.
La matanza se produjo la mañana del martes cuando un joven de unos 20 años y aspecto occidental ametralló un autobús en el que viajaban cerca de 40 turistas hispanohablantes, viajeros de un crucero en el Mediterráneo que había hecho escala en Túnez. En el primer ataque murieron siete personas, según su guía, Wasel Busid.
Minutos después, al menos otros tres hombres atraparon a un numeroso grupo de rehenes en el interior del museo el Bardo, el más importante de Túnez, y se atrincheró en una zona ajardinada entre el museo y el edificio del Parlamento. En la operación de rescate posterior murieron otras 15 personas, entre ellas los asaltantes, algunos policías y una de las trabajadoras de la limpieza del museo.
El atentado supone un duro golpe para Túnez, que confiaba en el turismo y en la estabilidad para impulsar su economía, salir de la crisis y consolidar su proceso de transición política. Según los datos de una de las consultoras más respetadas del sector, el turismo suponía el 7,3% del PIB directo de Túnez en 2013 y algunos cálculos, todavía provisionales, apuntaban que podía haber alcanzado el 9% en 2014. Contando impactos indirectos y sectores inducidos, la industria turística representa más del 15% del PIB. Sin embargo, el turismo aún no ha recuperado los niveles previos a la revolución de 2011 y la meta del Gobierno era lograr atraer a unos 6,4 millones de turistas este año, aún lejos de los 7 millones de 2010.