Por Ventura de Jesús
Con el despeje de los elementos de facilidad temporal que posibilitaron realizar las más complejas maniobras, quedará finalmente concluida la reparación del puente de Bacunayagua, en Matanzas, consumada por fuerzas especializadas en el curso de tres años y a un costo que excede los tres millones de pesos.
Gracias a esos trabajos el viaducto logra su capacidad portante inicial y ofrece seguridad por otros 20 años sin necesidad de una reparación capital, aseveró Reynaldo Hernández Rodríguez, director provincial de Vialidad, tras advertir que durante esos cuatro lustros será preciso no obstante realizar los mantenimientos requeridos.
Esta semana retiraremos los andamios así como los rieles y fijaciones, y de esa forma se liberarán al tránsito los dos carriles obstruidos en ambos sentidos de circulación, manifestó.
El ingeniero Julio Canito, vicedirector del Centro de Vialidad en el territorio, enalteció por su parte la calidad de las acciones de restauración y llamó la atención sobre el hecho de que no hubo que lamentar accidentes pese a la altura del puente y el efecto de la velocidad de los vientos, condiciones que hicieron aún más engorrosa la reparación.
Dijo que las labores del puente iniciaron en el 2011 por los elementos verticales (pórticos) y luego encararon progresivamente las vigas, tableros y arcos.
La audaz construcción del puente de Bacunayagua, alargada pasarela que enlaza a la capital del país con la zona norte de Matanzas, comenzó en 1956 por un equipo de ingenieros cubanos, y tres años después, tuvo lugar su apertura oficial.
Sostenido por pilares con elegantes arcadas, el viaducto alcanza aproximadamente los 314 metros de longitud y 16 de ancho. Es el más alto de Cuba y una de las joyas de la ingeniería cubana.
(Con información del diario Granma)