El peritaje tecnológico ordenado en el caso Nisman hace 50 días comenzará hoy finalmente.
Después de semanas de cambios de método y contramarchas, peritos que eran habilitados a participar y después corridos, y hasta una denuncia penal por filtraciones, hoy se reunirán en las oficinas de la Policía Metropolitana los expertos oficiales y los designados por las partes para analizar el contenido de todos los teléfonos y las computadoras de Alberto Nisman .
El último cambio de planes fue anteayer. Después de intentar, sin éxito, revisar por su cuenta lo que había en los aparatos, la jueza Fabiana Palmaghini retomó la idea original de la fiscal Viviana Fein y se hará un peritaje convencional, en el que todos los peritos designados analizarán lo que hay en los dispositivos secuestrados del departamento de Nisman, informaron a LA NACION fuentes con acceso al expediente.
Pese a que pasaron más de dos meses de su muerte, todavía se desconoce cuáles fueron las últimas comunicaciones del fiscal. Lo único que se supo, en un primer intento de peritaje, es que la computadora personal de Nisman había registrado actividad el domingo 18 de enero, cuando según la querella, ya estaba muerto.
Para preservar la intimidad de Nisman, algo que había pedido especialmente la familia, la jueza dio la orden a la Policía Metropolitana de que si encuentran elementos de su vida privada que no estén, al menos en principio, vinculados con el caso, los dejen de lado y se lo informen a ella.
Fein ya había dispuesto algo similar hace casi un mes, cuando Sandra Nisman, la hermana del fiscal, había hecho la primera advertencia sobre los riesgos para la privacidad que implicaba el estudio. Entonces, el peritaje estaba a cargo de la División Apoyo Tecnológico de la Policía Federal, y Fein le hizo saber a Carlos Albamonte, que era el responsable, que la llamara si encontraba datos que pudieran vulnerar la intimidad de Nisman. Todo esto, a pesar de que los peritos tienen una obligación legal de guardar secreto.
Pero casi en simultáneo con aquella presentación de su cuñada, el 4 de marzo pasado la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado , pidió directamente que no se les permitiera a los expertos (ni siquiera al de la querella, que ella encabeza) analizar el contenido de los aparatos. Fue entonces cuando Palmaghini, a quien Arroyo dirigió su pedido, frenó el peritaje que acababa de empezar y les ordenó a los peritos policiales que se limitaran a obtener una copia de lo que había en los aparatos y sólo la entregaran al juzgado. Pero la revisión no es una tarea tan sencilla; requiere asistencia de especialistas.
Después se conocieron las filtraciones que, según la jueza, habrían sido responsabilidad de la Policía Federal, y el peritaje pasó a la Metropolitana. En las oficinas de Cibercrimen de la policía porteña se reunieron los peritos el sábado pasado para seguir bajando la información de los aparatos, pero nuevas dificultades operativas volvieron a demorar el trámite. Finalmente, ayer, Palmaghini se reunió con todos los expertos con el objetivo de destrabar de una vez la situación.
En paralelo, el lunes próximo se reunirá la junta médica convocada por Fein para revisar los resultados de la autopsia oficial y del informe de parte que presentó la familia de Nisman, que tienen serias discrepancias; sobre todo en cuanto a la data de la muerte y la existencia o no de espasmo cadavérico. Esta junta va a estar integrada por expertos oficiales y de parte, y coordinada por el decano del Cuerpo Médico Forense, Roberto Godoy. Además, será presenciada por Fein y el secretario de su fiscalía, Bernardo Chirichella. Ya están listos los 24 puntos que los expertos deberán contestar a partir de la semana próxima, cuando estén reunidos..