«Podemos no encaja en mi programa. No es que esté contra ellos, pero es que plantean soluciones falsas a problemas reales. No podemos pactar con los que amenazan el Estado del Bienestar», llegó a decir Sánchez, según ha podido confirmar EL MUNDO de distintas fuentes conocedoras de esta primera reunión del líder socialista con la influyente asociación que agrupa a algunos de los principales empresarios del país. Según dijo Sánchez, «pactar con ellos sería perjudicar a los más débiles y eso no es el programa del PSOE».
La irrupción de Podemos en el panorama político español preocupa a la alta clase empresarial y financiera, que considera que sus planteamientos dañan la imagen del empresario y sus soluciones conducen a la ruina a la economía nacional. La asociación que preside Javier Moll preguntó a Sánchez si, dada la fuerza que exhibe Podemos en las encuestas, habrá comunidades y municipios en los que el PSOE pacte con la formación que lidera Pablo Iglesias para poder gobernar. «Sorprendió gratamente la rotundidad con la que Pedro Sánchez se expresó. Dijo que nunca y en ningún caso pactará con Podemos para gobernar municipios o comunidades», indicaron a este diario las citadas fuentes empresariales.
Fuentes próximas a Sánchez corroboraron que éste se muestra firme ante lo que considera el discurso populista de Podemos y desliza mensajes en público en su contra. Pero admitieron que hay voces internas en el PSOE en contra de descartar acuerdos con Pablo Iglesias si continúan las encuestas negativas para los socialistas en algunos municipios y autonomías. Podemos puede ser relevante para alcanzar o mantener poder en áreas de Andalucía o Asturias, entre otras comunidades.
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) situó a Podemos en su último barómetro del 4 de agosto como tercera fuerza política de España, con un 15,3% de respaldo. A muy poca distancia, el PSOE registra un 21,2% y el Partido Popular, un 30%.
En su última intervención en el Comité Federal, Sánchez criticó «el auge del populismo» aunque evitando el choque público y directo con Podemos. «Nunca diremos como organización que no hay que pagar la deuda», manifestó, antes de subrayar que tal impago pone en peligro las pensiones y el gasto en educación y sanidad.
El sucesor de Rubalcaba se presentó como «el líder de un partido alternativa del PP que mira al centro». Dijo que su proyecto «no es el clásico de derecha e izquierda», sino «transformador» del país en tres ejes: «Político, con medidas de limpieza democrática; económico y social».
Pedro Sánchez causó una «positiva» impresión en el Instituto de Empresa Familiar, que incluye en su directiva a, entre otros, el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales; de Mercadona, Juan Roig; de Barceló, Simón Pedro Barceló; de Puig, Marc Puig, o de Agrolimen, Artur Carulla, entre otros.
Según las fuentes consultadas, se mostró muy receptivo a una de las peticiones tradicionales del Instituto de Empresa Familiar: pactos de Estado entre los dos grandes partidos.
Sánchez recordó que, en sus contactos con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantiene disposición a alcanzar pactos de Estado en energía, en el modelo educativo y en la llamada «regeneración democrática». También en la reforma constitucional que, según insistió, se necesita para dar solución a Cataluña. «Rajoy ha perdido un tiempo precioso, poniéndose de perfil», les aseguró. En ningún momento dio a entender que estuviera dispuesto a formar un Gobierno de coalición, llegado el caso, con el PP, una alternativa que grandes empresarios desean frente a la caída del bipartidismo. El Instituto de Empresa Familiar pidió también a Sánchez que cualquier medida fiscal que propugne tenga en cuenta la idiosincrasia especial de los negocios familiares. «Las legislaciones de prácticamente todos los países europeos y de otros continentes reconocen a la empresa familiar como un bien social en sí misma», sostiene Javier Moll.
El líder de los socialistas españoles recordó que es doctor en Economía, una formación inusual tradicionalmente en los líderes políticos, y se mostró favorable a que el Estado facilite un entorno para que las empresas puedan mejorar su competitividad. Defendió favorecer que las pequeñas empresas se conviertan en medianas para exportar.
Un socialista que " promete a los empresarios que el PSOE no pactará con Podemos " lo dice todo. A que socialismo pertenece este hombre que se preocupa por atender las necesidades del empresario? Amigos, el socialismo desapareció de la faz de la tierra hace unas cuantas décadas.
Los empresarios temen a podemos? Porque será? Hace promesas a los empresarios? porque será? Cuando se habla de Ppsoe, porque será? Hoy Krahe podría seguir cantando lo que ya cantó a Felipe González: Hombre blanco hablar con lengua de serpiente/ Cuervo ingenuo no fumar la pipa de La Paz con tú....
Muy bien. El teorico lider, de un partido que se autodenomimna, "socialista", se dirije a los empresarios, para decirles que no pactara con "podemos". Con lo cual, nos da a entender, que a un "socialista", le importa mas, la patronal y los empresarios, que los trabajadores y la clase obrera. Sin mas, hay partidos en europa, que se autodenominan, socialistas o socialdemocratas, vosotros, no soys ninguna cosa de las dos, pero ademas de ello, soys pateticos, a mas no poder.
Pedro Sanchez, es un político sin pasado que era miembro de la Asamblea General de Caja Madrid, que como todos sabemos fue una caja estrella, donde gracias a su voto al igual que el de algunos socialistas, como de IU y sindicalistas autorizaron las preferentes con sus votos. .Fin de la cita
¿Y eso significa que cuando los suyos pacten con Podemos (que lo harán) les echaran INMEDIATAMENTE Y DEVOLVERÁN SU ACTA DE CONCEJAL, DIPUTADO O PARLAMENTARIO, algo que no ha pasado hasta ahora (y para muestra los imputados de los ERE's en Andalucía o los díscolos en el PSC????) Pedro I, el Guapo, todavía no te enteras, mochilerín, y prometes como si fueses a gobernar, qué risa.
El PSOE está más cerca del PP que de cualquier otro partido.
Así que no va a pactar con Podemos para nada importante, ya que el PPPSOE es el partido de los empresarios, de los peces gordos, del gran capital y de los "mercados" como está de moda decir.
Podría pactar con Podemos cosas puntuales y no sé si algunos ayuntamientos, pero programas generales que cambien la política del estado, nada de nada.
No olvidemos que el PSOE estuvo siempre de acuerdo con la política de la "troika" consistente en criminales recortes sociales. Como el PP, aunque cumpla su papel de oposición criticando. Zapatero ya empezó con los recortes y con su política al servicio de la banca y el capital, lo mismo que el PP, que lo único que hizo fue profundizar en la política del PSOE.
PP y PSOE son dos caras de la misma moneda, de este sistema que trae como consecuencia el récord de paro, los desahucios, la mala atención sanitaria, la justicia de pago, las aulas repletas de alumnos y con menos profesores, unos pocos que se forran y una mayoría que se jode. Violación del derecho al trabajo, vivienda y demás, y corrupción galopante, juzgando e inhabilitando a los jueces que quieren limpiar el panorama.
El PSOE sólo pactaría con Podemos si diera un cambio de 180 grados y aceptara un programa de izquierdas, de estar con los de abajo y no con los de arriba.
Pedro Sánchez es tan mierda como Zapatero, como Felipe González, alias Mister X, como Aznar y como Rajoy.
Excluyendo por supuesto a Obama, J. Kerry, J. McCain, Hilary........... y un larguiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo etc.
El PSOE y Podemos afrontan las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo con un planteamiento estratégico que, a pesar del choque frontal que buscan trasladar a los electores, les aboca al diálogo e incluso al pacto explícito o tácito para decidir quién gobierna.
Así será si la realidad de las urnas refleja la fragmentación que arrojan las encuestas. Ahora bien, el entusiasmo por ambas partes es más que limitado, según se desprende de los testimonios recogidos por este periódico. Los candidatos autonómicos del PSOE recalcan que no pretenden gobernar con Podemos pero se preparan para tener que recibir su apoyo, para sus investiduras. En esa realidad el partido de Pablo Iglesias tendrá que decidir “si permite que gobierne el PP o que lo haga un socialista”, señala un barón territorial socialista. Y dirigentes de Podemos como el propio Iglesias o su número dos, Íñigo Errejón, dejaron claro que su partido “no facilitará Gobiernos del PP”. Mientras tanto, la cúpula de ese partido es consciente de que debe hacer equilibrios entre el mensaje de renovación, que le ha valido la mayoría de sus apoyos, y el de responsabilidad institucional necesario para permitir estabilidad. La dirección rechaza ser una fuerza bisagra, pero quiere que su estrategia sea decisiva en el tablero político.
Los pactos, no obstante, serían para la investidura del presidente pero no para formar Ejecutivos, anticipan diversos candidatos socialistas. Incluso para obtener ese apoyo hay precisiones. “Puede haber entendimiento pero no a cualquier precio; no estoy dispuesto a ser presidente a cambio de peajes”, precisa a EL PAÍS, el candidato a la presidencia de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Más resquemores, y más explícitos, presenta el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández. “Veo muy difícil dialogar con quien dice que él es pueblo y yo soy casta; qué él es decente y yo no; y que presenta al adversario político como indigno de ser elegido por los ciudadanos”. Con este panorama es superfluo hablar de pactos cerrados. El ejemplo para todos está en Andalucía; ese es el camino. Susana Díaz deja claro que “solo pide” que faciliten su investidura y no otra cosa. Esto es lo que empieza a discutirse por los socialistas con todos los grupos andaluces desde hoy. La dirección federal que dirige Pedro Sánchez acepta esta situación con la certidumbre de que sus candidatos actuarán con “responsabilidad”.
El candidato socialista a la comunidad valenciana, Ximo Puig, señala: “Nunca haremos pactos a cualquier precio que pongan en peligro el futuro de los ciudadanos”. “El PSOE”, añade, “tiene vocación de mayoría y, por tanto, de gobierno y en esa línea actuaremos”.
Todas las conversaciones y acciones de unos y otros se ven condicionadas por la cercanía de las elecciones generales. Los actores políticos temen que los acuerdos que puedan establecer les perjudiquen cuando se vote para las elecciones generales y se elija al gobierno de la nación. Podemos y Ciudadanos no quieren arrojarse en brazos de PSOE o PP de manera abierta. Aun así, tendrán que pronunciarse cuando llegue el momento de “facilitar gobiernos del PP o del PSOE”. Las opciones que sumen pueden ser las de PP con Ciudadanos; o la del PSOE con Podemos e IU; o con Comprimís en el caso de la Comunidad Valenciana. Otra variable se daría si en alguna comunidad fuera Ciudadanos quien facilitara la investidura al PSOE. Pero las opciones más factibles son la clásica, opción de derecha o de izquierda, según señalan interlocutores de la campaña del candidato a la presidencia madrileña, Ángel Gabilondo. Sobre este caso se construye la pregunta: “¿Podemos va a facilitar que gobierne Cristina Cifuentes del PP o Ángel Gabilondo que no es precisamente casta?”. El respeto que el candidato de Podemos a la Comunidad, José Manuel López, le tiene a Gabilondo puede resultar clave. Además, el propio líder regional del partido, Luis Alegre, reconoce que “Gabilondo no es casta”. ¿Se va a oponer Pedro Sánchez a que salga elegido Ángel Gabilondo por el apoyo, directo o indirecto de Podemos, y que sea Cifuentes la que gobierne con Ciudadanos? Seguro que no, se aventuran a adelantar. En la dirección federal entienden que después de las elecciones del 24 de mayo empezará donde sea posible la preparación de las investiduras de sus presidentes.
El calendario electoral ha hecho que tengan que tomar posiciones antes de las elecciones generales del próximo otoño. No hay tiempo ni tregua. Los dos partidos preparan una dura competición, pero asumen que deben conocerse —las relaciones formales han sido hasta ahora prácticamente nulas— para jugar mejor sus cartas. El PSOE ha pasado de ignorar a la formación de Iglesias al ataque, aunque también a interesarse por sus líderes. Podemos sigue considerando al PP su principal rival en las urnas, pero sabe que de las relaciones con el PSOE depende buena parte de su proyecto político a corto plazo, que consiste en formar o condicionar un Gobierno tras los comicios territoriales. Y, mientras los socialistas aspiran a quedar por delante para que sea Iglesias quien tenga que decidir, este tampoco descarta acuerdos con el PSOE aunque los supedita a cambios reales de sus políticas. En público, no habrá palabras amables. Y no es tanto como se expresa Iglesias sino como lo hacen los líderes de Podemos en regiones y provincias. El PSOE tampoco está por agradar a Podemos en ninguna parte. “Pido a Pablo Iglesias que no deje hacer el programa fiscal de Podemos a Juan Carlos Monedero”, clamó ayer Pedro Sánchez. PSOE y Podemos se disputan la primera posición en el ámbito de la izquierda. El orden sí importa para condicionar quién apoya a quién.
“Solo hay una línea roja para pactar las sesiones de investidura: Bildu”. Esta afirmación es categórica en la dirección del PSOE respecto a qué políticas de pactos se establecerán después de las elecciones autonómicas del 24 de mayo. ¿Y con el PP? A esta pregunta la respuesta es también categórica, aunque hay resistencia a colocar a los populares en la misma línea que a la formación abertzale. La opción de pactos con esta última podría darse numéricamente en Navarra, pero tanto el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como la candidata socialista al Gobierno navarro, María Chivite, lo rechazan.
Despejado ese camino, la otra línea maestra en este terreno es firme en el no a pactar con el PP en ninguna comunidad autónoma, según aseguran fuentes de la dirección federal y de los candidatos autonómicos, consultados por EL PAÍS. “El PP es nuestro adversario. Al final, solo este partido o nosotros seremos capaces de formar una mayoría parlamentaria”, explica un candidato autonómico socialista. Esta previsión de dirigentes socialistas no coincide con los cálculos de Podemos, cuya aspiración está en que la disyuntiva se produzca entre el PP y ellos en varias autonomías.
Una vez zanjado y rechazado por el PSOE, Podemos y Ciudadanos el debate lanzado por el PP para que gobierne la lista más votada, los partidos se preparan para la complejidad de las situaciones que se producirán tras las elecciones del 24-M por ausencia de mayorías absolutas. Todo será posible. La misma libertad que Susana Díaz tiene para conseguir ser investida presidenta de Andalucía, la tendrán los demás; lo que un candidato autonómico denomina “el café para todos”. Así será pero sin que pueda interpretarse como un desaire a dejación de responsabilidades de la dirección federal, señalan diversos interlocutores socialistas.
Si la presidenta en funciones de Andalucía advirtió que no quería “interferencias” en las conversaciones para su investidura, el resto de los barones no lo planteará en esos términos. Las opciones que serán asumibles por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, aventuran estos interlocutores. Sí quedará claro que los candidatos socialistas no van a negociar coaliciones de Gobierno, sino líneas generales para que les apoyen en sus investiduras. Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida, alguna fuerza regionalista, o nacionalista, como Compromís en Valencia, son fuerzas políticas con las que el PSOE puede establecer diálogo en torno a la investidura.
El proceso de acuerdos no partirá de Madrid, sino que habrá un comité federal de muchas horas de duración
El proceso de acuerdos no partirá de Madrid, sino que habrá “un comité federal de muchas horas de duración en la que cada candidato y secretario general de federación exponga qué ha ocurrido en su territorio y qué opciones se abren”, señala un líder autonómico.
“El comité federal tendrá una posición flexible y atenderá la información y la posición de cada uno de los afectados”, señalan estas fuentes. En ese órgano recae la competencia de decidir los pactos y alianzas con otras fuerzas políticas.
Para explicar la posible multiplicidad de situaciones, la dirección socialista proclama que “el PSOE es el partido que más se parece a España”, a la “España autonómica”, remachan. Y se da el caso de que el candidato socialista de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, tiene buena opinión sobre los candidatos de Podemos y Ciudadanos; en tanto que en el caso de Asturias, su presidente, Javier Fernández, no tiene la menor sintonía con los representantes asturianos del partido de Pablo Iglesias. Fernández sí ve con naturalidad un posible diálogo con Ciudadanos e Izquierda Unida.
Viñeta de Peridis del 30 de abril de 2015. / Peridis
En Madrid, el candidato autonómico socialista, Ángel Gabilondo, y el de Podemos, José Manuel López, presentan unas características personales y políticas que facilitarían el diálogo. En Castilla-La Mancha, el candidato socialista, Emiliano García-Page, se centra solo en la campaña, no en el día después. “Ni Cospedal ni Podemos”, rechaza.