El papa Francisco está muy pendiente de Argentina, recibe a personas relevantes de este país cada semana y tiene un papel destacado, en la sombra, en la política nacional. Ahora Francisco ha decidido tener un gran protagonismo en el asunto más delicado, el de los desaparecidos de la dictadura. El colaborador más estrecho del Papa, Guillermo Karcher, el hombre que suele utilizar para enviar sus mensajes a Argentina, ha confirmado en una entrevista a Radio América que Francisco está dispuesto a abrir los archivos de la Iglesia sobre la dictadura argentina y ya se está trabajando en una fórmula para hacerlo de manera generalizada. La Iglesia fue clave porque era el lugar al que llegaban las denuncias de las madres y familiares de desaparecidos y es probable que también se conserven las gestiones que hicieron los religiosos ante el régimen militar.
La semana pasada, Ángela Boitano, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas, fue recibida por el Papa y anunció que Francisco le había garantizado que se abrirían los archivos. Pero el Vaticano no quiso confirmar ni desmentir. Ahora llega la confirmación oficial a través de Karcher, formalmente responsable de Protocolo y, en realidad, el hombre más cercano a Francisco. “El deseo del Papa es ese, que se haga algo, y para eso encargó a la Secretaría de Estado y se ha comenzado a trabajar en el tema de la desclasificación de los archivos del Vaticano relacionados con la dictadura argentina”, dijo Karcher a Radio América.
Pero esta asociación cree que además el Papa irá más lejos y colaborará para que la Iglesia argentina haga una auténtica autocrítica de su papel en la dictadura, en la que muchos religiosos colaboraron activamente con el régimen, cuyos dirigentes se declaraban profundamente católicos. El Papa, nada más ser nombrado, recibió críticas de colectivos de derechos humanos por su actitud en 1976 con dos religiosos de su congregación que fueron secuestrados y después liberados. Él siempre ha defendido que hizo todo lo posible por ayudarlos. “La voluntad política del Papa es clara, va a abrir los archivos y va a impulsar la autocrítica”, asegura Graciela Lois, una de las fundadoras de la agrupación que reclama al Pontífice abrir los archivos.
“Buena parte de la Iglesia, no precisamente Bergoglio, fue cómplice de la dictadura. La autocrítica es una necesidad. Creemos que se va a hacer. Y confiamos en que la apertura de archivos sea útil para conocer la verdad. Ya se han abierto algunas cosas y si hay una petición de un juez están dispuestos, pero lo importante es que ahora se va a hacer de manera generalizada. Nos han dicho que están en ello”, sostiene Lois.
Además, en este marco de revisar la historia trágica de su país, el Papa promueve la beatificación de algunos sacerdotes asesinados por la dictadura. Karcher aseguró que la apertura de archivos es un “trabajo muy serio, que es poner en orden todo lo que es el archivo vaticano para que se haga una búsqueda y se pueda ayudar a mucha gente”. “Va a llevar tiempo”, admitió Karcher, que destacó “lo hermoso de la voluntad positiva del Papa de dar luz a muchas situaciones que han quedado sin explicación”.