Los futbolistas de River Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter, Leonardo Ponzio y Leonel Vangioni sufrieron “queratitis química” y “abrasiones de córnea”, producto de la agresión con gas pimienta que obligó a la suspensión del Superclásico del jueves último. Según informaron los médicos del club de Núñez, los cuatro jugadores, con quemaduras de primer y segundo grado en distintas partes del cuerpo, fueron los más perjudicados por la bochornosa agresión cuyo origen está bajo investigación. “El gas irrita y la desesperación de la persona por mejorarse complica aún más el cuadro”, contó Pedro Hansing, el médico de River.
El doctor precisó además que fueron Ponzio y Funes Mori los más perjudicados. El plantel de River se fue pasadas las 2 de la madrugada de la Bombonera y se dirigieron hacia el estadio Monumental, donde descansaron y en la mañana de ayer efectuaron trabajos regenerativos livianos. Ninguno de aquellos cuatro futbolistas participó del entrenamiento realizado a puertas cerradas, debido a las lesiones por las que deberán hacer reposo por al menos 72 horas.
La de ayer fue la primera actividad luego de los incidentes ocurridos el jueves por la noche en el estadio de Boca, donde River se clasificaba parcialmente a los cuartos de final de la Copa Libertadores debido a que el partido estaba igualado sin goles y en ese momento defendía el 1-0 obtenido una semana antes en el estadio Monumental.
Los futbolistas pasaron la noche allí luego de llegar desde la Bombonera a las 2.25 de la madrugada. Unas horas más tarde, luego de los trabajos que dispuso su entrenador, Marcelo Gallardo, los jugadores quedaron liberados hasta hoy a las 10, cuando volverán a trabajar a puertas cerradas en el predio de Ezeiza.
Al mismo tiempo, el asesor letrado y directivo encargado de la seguridad de River Plate, Ignacio Villarruel, viajó a la ciudad de Asunción, en Paraguay, para participar de la reunión del Comité de Disciplina de la Conmebol (Confederación Sudamericana de fútbol), que ayer analizó los incidentes.
Durante toda la madrugada de ayer, el departamento de Legales de River trabajó en las oficinas del club organizando las pruebas y los partes médicos que presentaron en el tribunal, junto con el informe del veedor de la Conmebol, Roger Bello.
La dirigencia de River pretende que el Tribunal de Disciplina haga valer el artículo 23 del reglamento, que sanciona con la pérdida de puntos al equipo que generó los incidentes, descartando la posibilidad de que el partido se reanude a puertas cerradas.
El directivo Norberto Alvarez aclaró que a su club lo sancionaron con severidad por el uso de “diez bengalas en el Monumental”, en un torneo internacional del que había partipado el club.
Los graves incidentes en el superclásico entre Boca y River produjeron, como era de esperarse, reacciones destacadas en el ámbito de la política. Inevitables, por un lado por la trascendencia del hecho, y por el otro, porque en el ojo del huracán quedó Daniel Angelici, presidente de Boca y vinculado directamente a Mauricio Macri, líder de Pro. La gravedad de la sanción que sufra Boca, sumada a la ya segura eliminación de esta Copa Libertadores, puede representar un duro impacto para las aspiraciones de reelección de Angelici, que también asomaba como aspirante a la secretaría general de la Conmebol.
Buena parte de las repercusiones llegaron desde Córdoba; allí estuvieron tres precandidatos presidenciales de campaña. Macri afirmó: "Siento un profundo dolor, tristeza e impotencia". Y sostuvo que mientras fue dirigente trabajó para lograr que Boca tuviera una imagen internacional de reconocimiento. Insistió en que aguarda que la justicia actúe "en tiempo y forma para saber lo que pasó" y subrayó que el escándalo tiene relación con lo que está pasando "con los valores en la Argentina". Admitió la connivencia entre barra bravas y algunos dirigentes políticos, y afirmó que eso "se debe terminar".
Desde el Frente Renovador, Sergio Massa consideró que lo sucedido en la Bombonera es uno de los "papelones más grandes" del fútbol argentino. Y apuntó a los controles de seguridad: "Como no podían controlar la seguridad, resolvieron jugar sin público visitante, ¿ahora jugarán sin público? No nos quedamos en las críticas; proponemos amar una fuerza de seguridad especializada en espectáculos deportivos para controlar a los locales y para que vuelvan los visitantes. También hay que asumir que existen dirigentes de clubes que fomentan estas cosas; en el caso de Boca se mezcla todo, la política, el club, el fútbol".
Por su lado, el ministro del Interior y precandidato del Frente para la Victoria, Florencio Randazzo, dijo: "Lo que pasa en el fútbol argentino es una vergüenza. Hay que terminar con la connivencia entre una dirigencia deportiva y los barrabravas; hay que llamar a los barrabravas o a algunos hinchas, por lo pronto, como imbéciles o como delincuentes porque en nombre de la pasión se comenten las peores atrocidades. Si no se puede combatir la violencia hay que suspender el fútbol". Y no dejó pasar la ocasión para criticar a Angelici: "Imagínese todo lo que habrían dicho si Angelici, en vez de ser presidente de Boca, en vez de ser un socio de Macri, fuera un hombre del kirchnerismo. Lo que pasa es que no hay objetividad".
En el mismo sentido, la web de la agencia oficial Télam le dedicó un post a Angelici: "Logró imponer a Martín Ocampo, un ex abogado de sus empresas, como fiscal general de la Ciudad, es decir el jefe del Ministerio Público porteño. Antes de ocupar ese lugar, Ocampo fue legislador de Pro, cargo al que también llegó gracias a los buenos oficios del presidente de Boca (...) Angelici sabe que la investigación de los hechos que provocaron el escándalo de anoche con la suspensión del partido incluida, está a cargo de un viejo amigo que, además, le debe al presidente más de un favor". Ocampo dictó la clausura de la Bombonera para comenzar la investigación por lo sucedido.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, no dudó en responsabilizar a Boca por los incidentes: "En primer lugar, hubo una falla en la organización del evento. Nosotros les explicamos a los directivos del club que no pueden seguir con esta política de autorregulación de las hinchadas, con la autorregulación de los negocios que se generan con el fútbol. Éstos son los resultados". Y de paso, cargó contra el gobierno porteño al señalar: "Ni la cancha de Boca ni la de River tienen autorización permanente. Organizan espectáculos, se pelean por repartirse la plata, pero nadie se hace cargo".
Por último, el senador y precandidato presidencial por la UCR, Ernesto Sanz, contó sus sensaciones: "Estoy avergonzado como argentino por lo ocurrido en la cancha de Boca a la vista del mundo entero, fue una de las noches más tristes de mi vida. Me indigna el salvajismo de quienes han cometido una agresión y me exaspera la inoperancia de las fuerzas de seguridad. Alguien tendrá que dar muchas explicaciones y asumir responsabilidades por todo lo ocurrido"..