El aniversario del fallecimiento del escritor británico William Shakespeare, ocurrido el 23 de abril de 1616, será recordado en el mundo entero luego que en su honor y al de otro renombrado autor fue que la UNESCO declaró el ‘Día Mundial del Libro y del Derecho de autor’.
Este último fue promulgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para conmemorar la muerte de dos grandes clásicos de la literatura universal como son los casos de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare.
En lo que respecta a este último, el poeta y dramaturgo es recordado por sus obras ‘Romeo y Julieta’, ‘Hamlet’, ‘Macbeth’, ‘Otelo’ y ‘Sueño de una noche de verano’, principalmente.
De acuerdo con datos biográficos disponibles, William Skakespeare nació el 23 de abril de 1564 en Stratford-Upon-Avon, Warwickshire, Reino Unido.
Fue el tercero de ocho hermanos y el primer hijo varón de un próspero comerciante. Se cree que estudió en la escuela de su localidad y después se desempeñó como maestro de escuela.
En 1582 se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero, con la que tuvo una hija: Susanna, y dos mellizos, un niño que murió a los 11 años de edad y una niña.
Al parecer tuvo que abandonar su tierra natal al ser sorprendido cazando ilegalmente en las propiedades de Thomas Lucy. Se cree que llegó a Londres hacia 1588 y que cuatro años más tarde ya había logrado un notable éxito como dramaturgo y actor teatral.
Por esos tiempos conseguiría el mecenazgo de Henry Wriothesley, tercer Conde de Southampton, y con ello la publicación de dos poemas eróticos, según la moda de la época: ‘Venus y Adonis’ (1593) y ‘La violación de Lucrecia’ (1594), aunque serían sus sonetos los que le valdrían la fama de brillante poeta renacentista.
Según los estudiosos, aunque no se conoce con exactitud la fecha de composición de muchas de sus obras, su carrera literaria se puede dividir en cuatro periodos que comprenden de 1594 a 1608.
El primer periodo se caracterizó fundamentalmente por la experimentación de sus primeras obras teatrales, que contrario a lo que ocurrió con sus escritos de madurez, poseían un alto grado de formalidad y, a menudo, resultaban un tanto predecibles y amanerados.
En este lapso escribió numerosas comedias, entre las que destaca ‘La comedia de los equívocos’ (1592), una divertida farsa que, imitando el estilo de la comedia clásica romana, basa su interés en los errores de identidad que provocan dos parejas de gemelos, y los equívocos que se producen respecto al amor y a la guerra.
Su segundo periodo estuvo marcado por una profundización en su individualidad como autor teatral, escribió algunas de sus obras más importantes relacionadas con la historia inglesa y las denominadas comedias alegres, así como dos de sus mejores tragedias, entre ellas ‘Ricardo II’ (1595), ‘Enrique IV’ (1597) y ‘Enrique V’ (1598).
De este periodo también sobresalen comedias como ‘Sueño de una noche de verano’ (1595), obra plagada de fantasía en la que se entremezclan varios hilos argumentales; y ‘El mercader de Venecia’ (1596), en la que se encuentra otra sutil evocación de atmósferas exóticas, similar a la de la primera.
‘Romeo y Julieta’ (1595) y ‘Julio César’ (1599) son las dos grandes tragedias, muy distintas entre sí por su naturaleza, que marcan el comienzo y el final de este segundo periodo.
En el tercer periodo, el dramaturgo inglés escribió sus mejores tragedias y las llamadas comedias oscuras o amargas, entre ellas ‘Hamlet’ (1601), ‘Otelo’ (1604), ‘El rey Lear’ (1605), ‘Antonio y Cleopatra’ (1606) y ‘Macbeth’ (1606).
Su prolífica producción continuó con las tragicomedias románticas, que marcaron su cuarto periodo, ya que hacia el final de su carrera Shakespeare creó numerosas obras en las que, a partir de la intervención de la magia, la piedad, el arte o la gracia, sugiere con frecuencia la esperanza en la existencia de una redención para el género humano.
Hasta el siglo XVIII, Shakespeare fue considerado sólo como un genio difícil, pero del siglo XIX en adelante, sus obras han recibido el reconocimiento que merecen en el mundo, donde se siguen representando y son fuente de inspiración para numerosos experimentos teatrales, pues comunican un profundo conocimiento de la esencia humana.
A partir de 1608, la producción dramática de Shakespeare decreció considerablemente. Al parecer se estableció en su ciudad natal, Stratford, donde compró una casa llamada New Place. Falleció a los 52 años de edad, el 23 de abril de 1616 y fue sepultado en la iglesia local.
(Con información de Notimex)