La cumbre del G7 inició este domingo en el palacio bávaro de Elmau
(en el sur de Alemania), donde los líderes de EEUU, Alemania, Japón,
Reino Unido, Francia, Italia y Canadá debatieron sobre la coyuntura
económica global, la crisis griega y posibles sanciones a Rusia.
Como cada año, la reunión no ha estado exenta de polémica y, desde
hace días, cientos de personas se manifiestan en los alrededores de la
localidad germana. Los organizadores, agrupados en la plataforma Stop G7
Elmau, incluso acamparon de forma pacífica frente a la estación de tren
de Garmisch-Partenkirchen con pancartas criticando el tratado de libre
comercio entre Estados Unidos y la UE (TTIP) o la inacción de Occidente
frente al calentamiento global.
Este grupo, fuertemente escoltado por agentes de la policía, porta
pancartas como “Salvad al medio ambiente de la economía de los
beneficios” o “Ningún pueblo inteligente vende su democracia”. En
algunas de estas protestas se han producido leves altercados entre los
manifestantes contrarios al foro y sus políticas y la Policía, que ha
asegurado haber detectado la entrada en Alemania en los últimos días de
“conocidos extremistas de izquierdas” procedentes de Italia, Suiza,
Austria, Grecia y Reino Unido.
A la manifestación celebrada el viernes en Múnich, que congregó a
unas 35.000 personas, siguieron ayer las protestas convocadas ya
directamente en el entorno de la reunión de líderes, si bien mucho menos
numerosas. En Garmisch-Partenkirchen se registraron el sábado
esporádicos altercados entre algún sector de manifestantes y los agentes
de policía, que recurrieron a gases lacrimógenos.
La policía alemana ha puesto en marcha un gran dispositivo de
seguridad para evitar incidentes violentos, con la movilización de más
de 22.000 agentes. Además se han cerrado algunas carreteras al tráfico,
se han reintroducido temporalmente los controles fronterizos en Alemania
y está previsto que desde hoy y hasta mañana quede parcialmente cerrado
el espacio aéreo en un radio de 100 kilómetros alrededor del palacio de
Elmau.
Este domingo, alrededor de 300 manifestantes partieron a primera hora
de la mañana desde Garmisch-Partenkirchen rumbo al hotel donde se
reúnen los líderes de las naciones más industrializadas del mundo. Y
está previsto que otras protestas similares provenientes de localidades
cercanas converjan en las próximas horas, hasta sumar unas 2.000
personas, según las estimaciones de Stop G7.
La policía alemana, por su parte, ha indicado que esta protesta no
está autorizada a llegar hasta el hotel del encuentro de los líderes del
G7. Un tribunal administrativo denegó ayer a los manifestantes realizar
una protesta simbólica frente al Palacio de Elmau -se había solicitado
que participasen un máximo de 50 personas- por “motivos de seguridad”.
Merkel, anfitriona
Mientras, en el interior de Elmau, los presidentes y jefes de Estado
de los siete países ya citados celebrarán su reunión centrada en la
economía internacional y con la crisis griega como inevitable
referencia. La canciller alemana, Angela Merkel, ejerce de anfitriona de
la reunión y comenzará la jornada con una entrevista bilateral con el
presidente estadounidense, Barack Obama, con quien mantendrá además un
encuentro con ciudadanos en la pequeña localidad alpina de Krün, de
apenas 2.000 habitantes.
La primera sesión de trabajo de la cumbre tiene como objetivo
analizar la coyuntura económica global y las posibles fórmulas para
dinamizarla ante la falta de pegada de los países industrializados y la
ralentización de las grandes potencias emergentes.
El Gobierno alemán asume que la situación de la eurozona y la crisis
griega centrarán buena parte de los debates, aunque la agenda incluye
también las negociaciones en marcha para suscribir acuerdos comerciales,
principalmente el transatlántico, que implica a EEUU y la Unión
Europea, y el transpacífico, que agruparía a doce países bajo el
liderazgo de Washington y Tokio.
Obama, por su parte, acude también con el objetivo de presionar a sus
socios europeos para que mantengan las sanciones a Rusia y de revisar
la campaña de bombardeos aéreos contra el Estado Islámico (EI).
Mientras, Merkel y el presidente francés, François Hollande,
mantuvieron una conversación telefónica a tres bandas con el primer
ministro griego, Alexis Tsipras, en búsqueda de una solución a la crisis
de Atenas horas antes de arrancar la cumbre del G7. Fuentes de la
Cancillería confirmaron a Efe la conversación a tres bandas, aunque no
quisieron desvelar el contenido de la misma.
Merkel, Obama y Hollande, y los primeros ministros de Reino Unido,
David Cameron; Italia, Matteo Renzi; Japón, Shinzo Abe; y Canadá,
Stephen Harper abordarán hoy también las principales crisis
internacionales en una cena de trabajo.
Segundo año sin Putin
Éste es el segundo año consecutivo en el que el presidente ruso,
Vladimir Putin, no participa en la cumbre del G7, después de que sus
líderes decidieran aparcar el formato G8 ante la anexión de Crimea por
parte de Moscú.
Las sanciones políticas y económicas que Occidente impuso a Rusia por
este motivo serán previsiblemente ratificadas en la reunión de líderes
de Elmau.
EFE