(CNN) — El papa Francisco: sucesor de San Pedro... el pontífice del pueblo... ¿marxista?
Eso es lo que el anfitrión del programa de entrevistas de radio, Rush Limbaugh —locutor radial conservador de Estados Unidos—, sugiere, refiriéndose al más reciente documento del Papa como "puro marxismo".
Limbaugh atacó al pontífice el miércoles, un día después de que Francisco presentara el documento Evangelii Gaudium (El gozo del Evangelio), una declaración de 50,000 palabras que llama a la reforma de la Iglesia y castiga los elementos del capitalismo moderno.
El segmento de Limbaugh, el cual ahora se encuentra en línea y se titula "Es triste ver cuán equivocado está el papa Francisco (a no ser que sea una traducción errónea deliberada hecha por izquierdistas)", apunta directamente a las opiniones económicas del papa, refiriéndose a ellas como "total, vergonzosa y desconcertadamente erróneas".
El Vaticano emitió la traducción al español y al inglés de Evangelii, la cual oficialmente se conoce como una exhortación apostólica.
El Papa también criticó la "teoría de la filtración de las riquezas", argumentando que ésta "expresa una cruda e ingenua confianza en la bondad de quienes ejercen el poder económico".
Sin embargo, Limbaugh, cuyo programa se calcula que alcanza a 15 millones de radioescuchas, mencionó que los comentarios del Papa habían sido "tristes" e "increíbles".
"Es triste porque este Papa deja ver muy claro que no sabe de lo que habla cuando se trata del capitalismo, socialismo, y así sucesivamente".
De hecho, Argentina fue un campo de batalla entre socialistas de izquierda y fuerzas de seguridad de derecha durante gran parte de la carrera inicial de Francisco en el país, donde fue un sacerdote jesuita y más adelante, arzobispo de Buenos Aires.
Limbaugh, quien no es católico, indicó que admira "profundamente" la fe. También admiraba al papa Francisco, "hasta ahora", expresó.
El anfitrión del programa de entrevistas también comentó que ha hecho numerosas visitas al Vaticano, el cual dijo "no existiría sin toneladas de dinero".
"Pero, de todas formas, lo que vemos aquí, es que alguien ya sea ha escrito esto por él o lo ha influenciado", añadió Limbaugh. "Es puro marxismo lo que sale de la boca del Papa".
Limbaugh en especial mostró su desacuerdo con las críticas que el Papa hizo respecto a la "cultura de la prosperidad", la cual el pontífice llamó un "simple espectáculo" para las muchas personas que no pueden participar.
"Esto es casi una declaración acerca de quién debería controlar los mercados financieros", dijo Limbaugh. "Él afirma que la economía global requiere del control del gobierno".
"No soy católico, pero conozco lo suficiente como para saber que habría sido inconcebible que un papa creyera o dijera esto hace tan sólo unos años", continuó Limbaugh.
De hecho, el predecesor de Francisco, Benedicto XVI, quien ahora es un papa emérito, podría haber sido un crítico igual de firme hacia el capitalismo.
En 2009, Benedicto XVI, en una carta oficial de la Iglesia llamada encíclica, dijo que había una necesidad urgente de que hubiera "un orden político, jurídico y económico" que "manejara la economía global".
Como Limbaugh señala, el predecesor de Benedicto XVI, el fallecido papa Juan Pablo II, era un notable enemigo del comunismo, después de vivir bajo sus opresiones en su país natal de Polonia. Sin embargo, incluso Juan Pablo pensaba que el capitalismo no reglamentado podría tener consecuencias negativas.
En Evangelii, Francisco llamó más a una revolución espiritual y ética, que a una revolución reguladora.
"Animo a los expertos financieros y líderes políticos a considerar las palabras de uno de los sabios de la antigüedad: 'No compartir las riquezas con los pobres es robarles y privarlos de sus medios de subsistencia. No son nuestros propios bienes, los que poseemos, sino son de ellos'", dijo Francisco, citando a San Juan Crisóstomo, un religioso del siglo V.
El lunes, católicos liberales defendieron al papa Francisco, e instaron a Limbaugh a disculparse y retraerse de sus comentarios.
"Referirse al Santo Padre como un defensor del ‘marxismo puro’ es tanto mal intencionado como ingenuo", dijo Christopher Hale, de la organización Catholics in Alliance for the Common Good (Católicos en alianza por el bien común), con sede en Washington. "Las críticas que Francisco hace respecto al capitalismo descontrolado van de acuerdo con las enseñanzas sociales de la iglesia".
Limbaugh no es el único comentador conservador que ha mostrado su desacuerdo hacia las opiniones del Papa respecto al capitalismo.
"Voy a la iglesia para salvar mi alma", expresó Stuart Varney, de Fox News, quien es miembro de la Iglesia Episcopal. "No tiene nada que ver con mi voto. El papa Francisco los ha vinculado a los dos. Ha ofrecido críticas directas respecto a un sistema político. Ha caracterizado dicho sistema de forma negativa. Creo que quiere influenciar mis ideas políticas".
Sin embargo, no parece que las críticas están desacelerando a Francisco. Ha empezado a enviar a un contingente del Vaticano, incluyendo a la Guardia Suiza Pontificia, a Roma a entregar alimentos y a hacer obras benéficas.
El fiscal italiano Nicola Gratteri aseguró en una entrevista con el diario Il Foglio Quotidiano que el Papa Francisco podría ser blanco de la mafia si continúa con su política de limpieza financiera en el Vaticano.
Según el magistrado, que tiene a sus espaldas 26 años de experiencia en la lucha contra el crimen organizado, la operación de limpieza que el Papa comenzó nada más ser elegido Pontífice -hace ocho meses- está desatando las alarmas de los capos de la mafia.
"El Papa está en el camino justo y su objetivo es hacer limpieza total. Quienes se han nutrido hasta ahora del poder y riqueza derivados de la Iglesia están nerviosos”, remarcó Gratteri.
“El Papa Bergoglio está desmontando centros de poder económico en el Vaticano. Si los jefes mafiosos pudiesen ponerle una zancadilla, no lo dudarían”, añadió.
Si bien el funcionario reconoció que no sabe si el crimen organizado está en condiciones de efectuar un atentado, especuló que “ciertamente lo están reflexionando”.
El experto en crimen organizado aseguró que hoy en día mandan los “mafiosos inversores” que se dedican al lavado de dinero y han hecho grandes fortunas con la connivencia de la Iglesia.
ROMA.- Como ya es habitual, el miércoles pasado, antes de la audiencia general, Francisco dio una vuelta en el papamóvil para saludar a los fieles en la Plaza San Pedro. En medio de los gritos de entusiasmo, cuando vio a un grupo de peregrinos con ojos rasgados que agitaban banderas chinas, se bajó a saludarlos. Expertos vaticanos no dudaron entonces en poner la lupa sobre la "diplomacia de los gestos" del ex arzobispo de Buenos Aires, el primer papa jesuita que está convencido de que el futuro de la Iglesia Católica está en Asia.
En agosto pasado, el Pontífice había dicho, luego de ser autorizado a sobrevolar por primera vez espacio aéreo chino en su viaje a Corea del Sur, que "iría mañana mismo" a China, el país comunista distanciado de la Santa Sede desde hace 63 años y donde hay más de 10 millones de católicos.
Se sabe que la diplomacia vaticana opera sigilosamente para superar la división con China y sellar un acuerdo que podría llegar pronto. Y es mucho lo que puede hacer en ese sentido Francisco, cuya mediación fue decisiva para el inesperado deshielo entre Estados Unidos y Cuba.
Francisco es el papa del pueblo. Pero, como resulta cada vez más evidente, también es el papa político, el papa "diplomático". No es para menos. En un mundo en el que se está dando una "tercera guerra mundial en pedazos", como suele advertir el Pontífice, la diplomacia vaticana trabaja en diversos dossiers, que van sobre todo desde China hasta Venezuela, África o las dos Coreas divididas.
En el caso de las relaciones con Pekín, el máximo punto de desacuerdo es la cuestión de la designación de los obispos, que para el Vaticano es prerrogativa del Papa.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, brazo derecho de Francisco y eximio diplomático, intentó bajar las expectativas de un acuerdo inminente al decir en marzo pasado que "no hay nada nuevo importante". Confirmó, sin embargo, que hay "contactos en curso", así como "voluntad de diálogo, un diálogo que tiene sus ritmos y tiempos, y que esperamos que traiga algún resultado".
Pero después de dos años de pontificado de Francisco en los pasillos del Palacio Apostólico del Vaticano, todos son conscientes de que con él, un Papa que sorprende por su libertad interior y su modo de actuar fuera de los esquemas, la diplomacia puede explorar otros caminos.
Los hechos están a la vista. Lo confirma el encuentro que tienen hoy por la mañana en el Vaticano Raúl Castro, presidente de Cuba, y Francisco. El hermano menor de Fidel, el "barbudo revolucionario", quiere agradecerle personalmente su mediación para lograr el deshielo con Washington, hasta hace poco su máximo enemigo. Además, quiere hablar del significativo viaje que Jorge Bergoglio hará a la isla caribeña en septiembre próximo, antes de su histórica visita a Estados Unidos.
"En un momento de las negociaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos, que tuvieron lugar en Canadá y en el Vaticano, cuando las cosas ya estaban bastante avanzadas, se bloquearon. Ni siquiera Parolin podía destrabarlas. Y si no hubiera sido por la intervención directa del Papa, que decidió escribirle una carta a cada uno de los dos presidentes, aunque hay quienes hablan de una conversación telefónica, seguramente con su habitual estilo directo, franco, todo habría quedado en vía muerta", dijo a LA NACION Franco Venturini, editorialista del Corriere della Sera y experto en temas internacionales.
"No conozco el contenido de las cartas, pero es evidente que esas dos cartas no es que hayan asustado a Obama o a Castro, sino que les dieron a las dos partes un motivo para ceder, lo cual es muy importante desde el punto de vista diplomático. Fue un paso decisivo y políticamente muy inteligente del Papa, una movida muy aguda, porque fue como decirles: «Si dicen que no, le tienen que decir que no al Papa»", agregó.
La mediación entre Cuba y Estados Unidos -elogiada tanto por Barack Obama como por Raúl Castro el 17 de diciembre pasado, cuando sorpresivamente anunciaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas después de más de medio siglo- reforzó las credenciales diplomáticas que Francisco comenzó a tramitar en otro caso de enorme trascendencia.
En septiembre de 2013, le escribió una carta a Vladimir Putin, anfitrión del G-20 reunido en San Petersburgo, llamando a cada uno de los líderes políticos allí presentes a "abandonar cualquier vana pretensión de una solución militar" y a evitar una "inútil masacre" en Siria.
Por primera vez se vio que Francisco estaba decidido a usar toda la fuerza, popularidad y carisma de su rol como líder de la Iglesia para hacer lo posible para evitar una intervención militar en Siria, auspiciada por Estados Unidos. Convocó a una multitudinaria jornada mundial de ayuno por la paz y ordenó a la diplomacia vaticana que se moviera con el mismo fin.
En el mismo período, el entonces hombre a cargo de las relaciones exteriores del Vaticano, el arzobispo Dominique Mamberti, detalló, durante 20 minutos, ante 71 embajadores acreditados, la postura de la Santa Sede en favor de una solución negociada y contraria al uso de la violencia. Barack Obama, finalmente, abortó la intervención militar.
Con Francisco, la diplomacia vaticana no sólo transita nuevos caminos, sino que también es "salteada" desde la residencia de Santa Marta. Así ocurrió cuando a través de dos emisarios argentinos con buenos contactos en Pekín -Ricardo Romano y José Luján-, en septiembre pasado, el Papa le mandó una carta sellada al presidente chino, Xi Jinping.
Algo bastante parecido sucedió antes de su viaje a Tierra Santa, en mayo del año pasado, cuando se contactó directamente con los entonces presidentes de Israel y los territorios palestinos a través de un intermediario: Henrique Cymerman, el veterano periodista israelí del Canal 2 de televisión, de madre española y padre polaco, a quien había conocido a través de su amigo rabino, Abraham Skorka. Fue Cymerman quien, bajo la batuta del Papa, movió los hilos para que se diera una histórica plegaria conjunta por la paz en Medio Oriente en los Jardines del Vaticano, el 6 de junio del año pasado.
"Admiro al papa Francisco por su gran habilidad comunicativa, por su profunda preocupación por lo que pasa en el mundo actual y por su determinación a intentar mejorar la situación internacional", dijo a LA NACION Teruaki Nagasaki, embajador de Japón ante la Santa Sede. "Creo que el Papa no es sólo un carismático comunicador, sino también un gran jugador de la diplomacia. Y que gracias a él la diplomacia vaticana ha vuelto al escenario internacional. El Vaticano, que no tiene intereses económicos, ni militares, está cada vez más comprometido a dar su aporte a los problemas internacionales a través del enorme poder moral del Papa", agregó.
"Describiría a Francisco más como un estadista, que como un diplomático", opinó, por su parte, el embajador de un país europeo hasta hace poco acreditado ante la Santa Sede que prefirió no ser identificado.
Este diplomático coincidió en destacar la autoridad moral del primer pontífice latinoamericano, que "en el campo de las relaciones internacionales demuestra ese liderazgo tan necesario en un mundo dividido, buscando la resolución de conflictos pensando en el interés de quienes más sufren sus consecuencias".
"Y lo hace a través de la aplicación de una presión moral y alentando a la reconciliación, con el apoyo del brillante servicio diplomático de la Santa Sede y de consultores externos", agregó.
Francisco, que en noviembre del año pasado en Estrasburgo dio recordados discursos ante el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa, volverá a demostrar su rol de gran jugador diplomático en septiembre.
Se convertirá en el primer papa que habla ante las dos cámaras del Congreso norteamericano, y en el primer papa del "sur del mundo" que le habla a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Después llegará la hora de China..
Yo estoy seguro de que el Papa Francisco, usando con sabiduría de su inmenso poder espiritual, será recordado siempre por su participación determinante en la segunda y definitiva independencia de los pueblos de Nuestra América .
Pasados los dos primeros años desde la elección del Papa Francisco, su sello renovador sigue pesando más que las críticas por sus frases inusuales. Ahora, anuncia que su pontificado "será breve".
A dos años de la elección del Papa Francisco, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx, elogió las reformas impulsadas por el argentino Jorge Bergoglio. “El Papa Francisco puso la Iglesia en movimiento. Quiere que la Iglesia salga hacia la calle y lleve el Evangelio a la gente, en palabras y hechos”, dijo Marx al periódico alemán Münchner Merkur con motivo del segundo aniversario del papado de Francisco, este viernes, 13 de marzo de 2015.
El Papa “abrió nuevas posibilidades”
“Abrió nuevas posibilidades y anima a un verdadero debate teológico sobre el camino de la Iglesia en el futuro”, añadió Marx. Las iniciativas que más se destacan son, según él, el sínodo episcopal en el Vaticano o la ya comenzada reforma a la Curia, subrayó el cardenal alemán. En su opinión, las acciones de Francisco van más allá de la reforma eclesiástica, ya que “hizo que se oyera nuevamente la voz de los pobres”. Además, según el cardenal Marx, Jorge Bergoglio echó luz sobre los escándalos del Vaticano y lucha por lograr más transparencia.
El Papa Francisco con Angela Merkel el la Santa Sede.
Si bien varias reformas ya habían sido iniciadas por el Papa Benedicto XVI, este ya no tuvo la fuerza suficiente como para enfrentar a sus críticos en Roma ni tampoco en las Iglesias del mundo. También Francisco tiene enemigos, dice Marx. Los miembros de la Curia quedaron conmocionados cuando Francisco les dijo, poco antes de Navidad, que sufrían de “15 enfermedades” que eran como “Alzheimer espiritual”. A muchos otros no les agrada su forma abierta de tratar temas como la sexualidad, o su visión de la familia. “Cuando un Papa reforma la Iglesia y hasta quiere revolucionarla, entonces deja de ser todopoderoso”, dijo recientemente Marco Politi, experto en el Vaticano, con motivo de la publicación de su libro 'Francisco entre los lobos'.
“Puños” y “mexicanización”
El Papa Francisco es a menudo objeto de críticas por sus frases, inusuales para su cargo. Sus críticos opinan que debería controlar mejor lo que dice. Cuando Francisco quiso ilustrar los límites de la libertad de opinión y dijo que “si alguien insulta a mi madre, le espera un puño”, muchos fruncieron el ceño. Y su llamado a los católicos a no “multiplicarse como conejos”, otros tantos se sintieron agraviados. Pero la gota que colmó el vaso, cita el Münchner Merkur, fue cuando dijo que está bien castigar a los menores siempre y cuando "se haga con dignidad". Esa frase le trajo una verdadera lluvia de críticas en las redes sociales.
Hace unos días, Francisco causó rechazo en México al señalar que no quería que en su país, Argentina, se produjera una “mexicanización”, en referencia a la proliferación del narcotráfico.
Además, el hecho de que no hiciera declaraciones respecto del escándalo en torno a los gastos millonarios del exobispo alemán Franz-Peter Tebartz van Elst y del hecho de que se le concediera un puesto en el Vaticano fue también motivo de críticas en Alemania.
¿Cómo seguirá el Pontificado de Francisco?
El Papa en Estambul.
En octubre se producirá un acontecimiento muy esperado en el Vaticano: los obispos de todo el mundo volverán a reunirse en el sínodo. “Estoy agradecido por el camino que abrió el Papa Francisco hacia el sínodo episcopal y la reforma de la Curia”. Las expectativas son altas, sobre todo en cuanto a decisiones como dar el sacramento del matrimonio a divorciados, algo bastante improbable.
Sin embargo, a Francisco se lo mide por ese tipo de cosas. Bergoglio, de 78 años, ya anunció que, si lo abandonan las fuerzas, podría retirarse, así como hizo su predecesor, el Papa Benedicto XVI. "Yo tengo la sensación que mi Pontificado va a ser breve. Cuatro o cinco años. No sé, o dos, tres. Bueno dos ya pasaron. Es como una sensación un poco vaga. Le digo, capaz que no. Por ahí es como la psicología del que juega y entonces cree que va a perder para no desilusionarse después", dijo según una transcripción de la entrevista difundida por el Vaticano. "Pero tengo la sensación que el Señor me pone para una cosa breve", añadió el pontífice.
Los putos yanquis de mierda saben que estar contra la injusticia y tratar de resolverla desde su raíz es MARXISMO, y por eso tachan de marxista a todo el que les parezca que va contra los grandes intereses económicos privados culpables de la situación en el mundo, aunque no sea marxista.
Algo bueno (no sé hasta qué punto) estará haciendo el papa actual para que los yanquis hablen mal de él. Como decía Carlos Puebla, "lo que es bueno para el yanqui, para los pueblos es malo". Y viceversa, suele ser así.