El siguiente texto, es una reproducción de una publicación de la fecha de hoy en la primera plana del diario digital Listindiario.com, me permito reproducirlo porque considero importante leer esto, para tomar conciencia del sacrificio de éstos jóvenes, no solo dominicanos, sino también cubanos, puertorriqueños, venezolanos, estadounidenses, guatemaltecos y españoles, participaron un 14 de Junio del año 1959 lo que históricamente se conoce como "LA EXPEDICION DE CONSTANZA, MAIMÓN Y ESTERO HONDO" a quienes con toda justeza se les ha llamado "LA RAZA INMORTAL".
anto Domingo.-Una vez materializada la Revolución Cubana, en enero de 1959, un grupo de exiliados dominicanos que participó en la gesta, liderado por Enrique Jimenes Moya, se acercó a las autoridades revolucionarias para solicitar apoyo para un gran proyecto: Terminar con 29 años de opresión y dictadura en República Dominicana, derrocando con las armas el gobierno de Rafael Leónidas Trujillo.
El comandante cubano Delio Gómez Ochoa se encargó de seleccionar el territorio de entrenamiento y el programa de instrucción.
Los quisqueyanos llegaron a Cuba procedentes de Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos, junto a soldados internacionalistas que respaldaron la causa patriótica.
Según cuenta Hugo Isalguez, en su libro “14 de Junio: La Raza Inmortal”, el campamento se instaló en Mil Cumbres, provincia Pinar del Río.
La mayoría de los integrantes de la agrupación, bautizada Movimiento de Liberación Dominicana, pertenecía a la pequeña burguesía y carecía de formación política.
El deseo de destronar a Trujillo y de mejorar las condiciones de vida del pueblo fue, al principio, la única guía de acción de los expedicionarios.
“El proceso revolucionario de Cuba abrió para nosotros enormes perspectivas, y ayudó a muchos a entender que la libertad por la que estábamos dispuestos a dar la vida no podía conquistarse con el simple antitrujillismo”, recuerda Isalguez, antes de señalar que los venezolanos participantes procedían de la clase social más baja, sin ningún tipo de normas éticas o políticas.
A finales de marzo, la fuerza internacionalista terminó de definir sus intenciones cuando sus miembros suscribieron el Programa Mínimo de la Revolución Dominicana, a implementar una vez depuesta la dictadura. En el documento, la Raza Inmortal se comprometió a establecer un gobierno provisional democrático-revolucionario, que en un periodo de dos años creara las condiciones necesarias para que el pueblo dominicano pudiera ejercer libremente sus derechos políticos y sociales.
Pretendía convocar una Asamblea Constituyente, elegida por medio del sufragio universal, encargada de elaborar la nueva Constitución, inspirada en los postulados de la justicia económica y social.
Querían implantar una amplia Reforma Agraria que garantizara al campesino la posesión de la tierra y el derecho de propiedad.
El programa proponía iniciar una gran campaña de alfabetización y la reforma del sistema de enseñanza, a fin de que la nueva escuelase convirtiera en forjadora de una conciencia nacional avanzada y libre. Quienes llegaron a Constanza el histórico domingo 14 de junio de 1959 pretendían establecer un amplio sistema de seguridad social que amparara a la niñez, la ancianidad y al desempleo, y que ofreciera los servicios imprescindibles para la protección de la salud y la vida digna. Así pensaban los héroes de junio del 59.
Nuevas espediciones Los 198 expedicionarios hicieron temblar las simientes de la dictadura y mostraron al pueblo que en el mundo existían formas de gobierno divorciadas de la opresión y el miedo.
Aunque el aparato militar del Trujillato creyó detener al Ejército de Liberación Dominicana, los soldados llegados de Cuba pasaron sus armas al Movimiento político 14 de Junio y a todas las agrupaciones de izquierda que en los años posteriores se enfrentaron a la injusticia y a la desigualdad social de la República.
Una nueva generación Hoy, cincuenta años después, entre los montes y las ciudades del país todavía andan jóvenes luchando para materializar el sueño de La Raza Inmortal.
“Yo no quiero que mis hijos vivan entre tanta desigualdad, entre tanta corrupción y abuso de poder.
Quiero que mis hijos vivan con oportunidades, vivan en colectivismo y en alegría”, dice Julio (Tallo) Peña, dirigente de la agrupación política La Revuelta, integrada por muchachos y muchachas dispuestos a realizar los mayores sacrificios por el pedazo de isla en el que les tocó nacer.
Julio Tallo se mantiene en contacto con otros grupos que tienen el mismo objetivo que el suyo: impulsar profundos cambios en el orden de cosas establecidas.
ERAN JÓVENES CON MUCHAS ILUSIONES TERMINAR LA OPRESIÓN POR CUALQUIER MEDIO Vinieron desde Cuba donde se habían congregado cientos de dominicanos, la mayoría jóvenes con varios años de exilio, atraídos por el triunfo de la Revolución Cubana, y ellos también soñaban con una patria libre de la sanguinaria dictadura de Rafael Trujillo.
Era domingo y todos se levantaron muy temprano.
Algunos apenas durmieron unas horas, porque querían despedirse de los que saldrían primero, más de 140 que venían en dos yates. Más tarde, todos estaban en el lugar llamado La Cieneguilla, donde se encontraba el avión C-46 que trasladaría al grupo de 54 a las montañas de la República Dominicana.
Cuando llegaron los últimos, Delio Gómez y Enrique Jiménez Moya, todos los que venían se encontraban allí. Estaban entusiasmados, deseosos de pelear y morir por la libertad de su patria. En el avión entraron, en realidad 56 hombres, incluyendo al piloto venezolano Julio César Martínez y el copiloto cubano Orestes Acosta, que luego regresaron a Cuba para que no encontraran el avión.
Aterrizaron en Constanza a las 6:30 de la tarde. De inmediato abrieron fuego contra algunos soldados que se encontraban en guardia en la pequeña pista de aterrizaje, lo que permitió que el grupo pudiera internarse en las espesas montañas. Fue la primera victoria militar frente al Ejército de Trujillo, antes de que los 54 se dividieran en dos grupos: 20 comandados por Gómez Ochoa y 34 por Jiménez Moya.
Sobrevivieron, además, Mayobanex Vargas y Francisco Medardo Germán, y el jovencito cubano Pablito Mirabal. Luego de dos años presos en La 40, Mirabal y Gómez Ochoa salieron del país el 9 de junio de 1961, tras la muerte de Trujillo, y el último sobreviviente fue Gonzalo Almonte Pacheco, desaparecido después en Santo Domingo por agentes de la dictadura. Los demás cayeron en los frentes de batalla, la mayoría fusilados en la Base Aérea de San Isidro, por disposición del jefe del Estado Mayor, Ramfis Trujillo.
¿QUIÉN ES QUIÉN? COMANDANTES INMORTALES
EL COMANDANTE:Enrique Jimenes Moya se formó al calor de las batallas de la Revolución Cubana. Una vez conseguido este objetivo, encabezó el Ejército de Liberación Dominicana que llegó en avión por Constanza, el domingo 14 de junio de 1959.
LÍDER SOLIDARIO:El comandante revolucionario cubano Delio Gómez Ochoa fue designado asesor de la expedición. Llegó en avión por Constanza junto a Jimenes Moya. Fue capturado en combate, torturado y presentado a los medios de comunicación.
Después de meses de preparación, el 14 de junio de 1959, partían desde Mil Cumbres (Pinar del Río, Cuba), tres contingentes guerrilleros hacia República Dominicana, los cuales buscaban el derrocamiento de Trujillo y la instauración de un gobierno democrático y revolucionario a favor de los más humildes del pueblo dominicano.
Aquel Ejército de Liberación Dominicana lo componían casi 200 hombres provenientes de diversos estratos sociales, profesiones y nacionalidades, los cuales fueron organizados bajo la égida del Movimiento de Liberación Dominicano, instancia que aglutinó a diversas corrientes de exiliados dominicanos que combatían la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo, quien había tomado el poder en Santo Domingo en 1930.
El dominicano Enrique Jiménez Moya, comandante del Ejército Rebelde cubano que apenas meses atrás había entrado victorioso en la Habana, era el comandante en jefe de la misión libertaria dominicana. Fidel Castro y la Revolución cubana que lideraba habían dispuesto brindar toda la hospitalidad y apoyo logístico a la preparación de las expediciones guerrilleras. El primer grupo en llegar a territorio dominicano arribó vía área ese mismo 14 de junio, aterrizando en la pista militar de Constanza (en el centro de República Dominicana), con un avión camuflajeado con falsas enseñas de la entonces Aviación Militar de Trujillo. Los otros dos grupos, debido al mal tiempo, llegaron retrasados 4 días después, el 20 de junio, por las playas de Maimón y Estero Hondo, al norte del país.
El persecución por parte del entonces poderoso ejército de Trujillo a los guerrilleros fue feroz. Los rebeldes que llegaron por Constanza fueron perseguidos en la agreste topología de la Cordillera Central dominicana y los que desembarcaron por Maimón y Estero Hondo, fueron recibidos bajo fuego, en muchos casos, facilitados por posibles delaciones obtenidas por los servicios de inteligencia militar de Trujillo..
“Pueblo dominicano, la hora de la liberación ha llegado. El despertar democrático de América en auge creciente e incontenible alcanza nuestra patria. Después de haber barrido con las tiranías de Rojas Pinilla, de Perón, de Pérez Jiménez, , de Fulgencio Batista y otras que tambalean en el umbral de la derrota, el Ejército de Liberación Dominicana pelea ya. Con decisión inquebrantable, en nuestros llanos y montañas, y dispuesto está a destruir para siempre el yugo de la opresión y la barbarie…” Así rezaba la proclama que había grabado Enrique Jiménez Moya y que debía de difundirse al pueblo dominicano una vez el Ejercito de Liberación Dominicano (ELD) estuviera en su tierra, combatiendo contra las fuerzas armadas trujillistas.
Los guerrilleros llevaban en sus mochilas el denominado Programa Mínimo de Liberación Nacional, el cual, además de precisar como objetivo del movimiento político militar el derrocamiento del régimen de Trujillo, procuraba sobre todo la instauración revolucionaria de un verdadero sistema democrático de libertades sociales y políticas que reposara en la soberanía plena del pueblo dominicano. Incluía este avanzado programa la instauración inmediata de una Reforma Agraria que redistribuyera la posesión de la tierra; la realización de una campaña de alfabetización nacional y el establecimiento de un sistema educativo que haga de la Escuela Pública dominicana “la forjadora de una conciencia nacional avanzada y libre que contribuya a darle impulso a los reclamos y derechos del pueblo”; la constitución de “un amplio sistema de seguridad social que ampare a la niñez, la ancianidad y al desempleo y ofrezca los servicios imprescindibles para la protección de la salud y una vivienda adecuada”. Se incluía una serie de disposiciones en el área económica que buscaban iniciar un proceso de nacionalización de sectores claves del aparato productivo nacional que había sido apropiados por sectores oligarcas en contubernio con capitales foráneos y con el propio Trujillo.
Durante aquellos días de junio y julio de 1959, la República Dominicana fue estremecida por la incursión de aquellos revolucionarios, los cuales en su mayoría fueron tomados prisioneros y vejados en público por el aparato militar trujillista, para enseñarle al pueblo dominicano “qué le pasaba a los comunistas”. Un gran parte de aquellos hombres fueron trasladados vivos a la base aérea de San Isidro, en Santo Domingo, donde fueron fusilados, utilizando la jerarquía militar trujillista a muchos cadetes de entonces. Aquellas atroces acciones generaron como reacción en una parte importante de la nación una indignación crucial, incluyendo en el interior del ejército mismo. El estremecimiento era tal que quebró el hermetismo que hasta entonces había mantenido Trujillo en todo el país, y aunque militarmente las expediciones fueron vencidas, desde el punto de vista político provocaron una chispa que incendió la pradera de la juventud democrática y revolucionaria de entonces.
Apenas meses después, un conjunto de hombres y mujeres de izquierda, fundaron el 10 de enero de 1960 el Movimiento Clandestino 14 de Junio, precisamente en homenaje a aquella gesta histórica y al ejemplo de los héroes caídos, como forma de proseguir los ideales de aquel programa político que traían los revolucionarios de Junio del 59. Lo presidía Manolo Tavárez Justo, quien se convertiría luego en el más importante líder revolucionario en la historia de República Dominicana, junto a Minerva Mirabal, la mujer que proclamó el día de la fundación de esa organización que si en Cuba se pudo vencer a Batista, en República Dominicana se podía acabar con el régimen de oprobio trujillista. A los pocos días, este movimiento, extendido por todo el territorio nacional, también fue traicionado y delatado por infiltraciones del Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo. Pero la conciencia política de los sectores más avanzados ya estaba conquistada. El 30 de mayo de 1961, un grupo de hombres, en algunos casos cercanos en el pasado al régimen, asesinaron a Trujillo, abriéndose en el país un período de turbulencia política y luego de estabilidad, con la ascensión al poder de Juan Bosch, luego de celebradas en diciembre de 1962, de las primeras elecciones democráticas en la República Dominicana post – Trujillo.
Gobierno progresista y de izquierdas, Bosch inicia su gobierno con una nueva constitución política y una serie de leyes y medidas tendientes a desmontar el sistema de organización política, social y económica de privilegios que había dejado el trujillismo. Por este proceso de democratización, Bosch es sacado del poder por un Golpe de Estado oligarca, bajo los auspicios del gobierno de los Estados Unidos el 25 de septiembre de 1963, apenas 7 meses después de tomar posesión de la presidencia de la República el 27 de febrero del mismo año.
Desde entonces, la historia dominicana ha sido secuestrada por una clase dirigente en República Dominicana que ha sido conservadora y en una asociación entre clase política tradicional y clase económica dominante, han mantenido un sistema de organización social capitalista de inequidad y reproducción social peores en el continente, manteniendo a las grandes mayorías en la miseria material e inmaterial infrahumanas.
El 14 de junio de 1959 no es historia acabada. Todavía queda pendiente la República Dominicana que querían aquellos guerrilleros que eran médicos, deportistas, economistas, campesinos, ex militares, intelectuales, etc. Ahora, el 14 de junio de 1959 simboliza la actitud rebelde de un puñado internacionalista de revolucionarios, que en los momentos más grises pudo abrir un rayo de luz, que como dijo Miguel Hernández, no cesa todavía hoy. Si los héroes de Junio del 59 pudieron emprender la acción patriótica de dejarlo todo: familia, bienes y vida, por la Patria de Juan Pablo Duarte y Francisco Alberto Caamaño, la juventud dominicana actual también puede. Nadie dijo que es fácil ni será fácil. No lo fue ayer, no lo será nunca el llevar a cabo los procesos de cambios sociales que requieren los pueblos para sus mejorías. Pero queda el ejemplo que nos convoca, en un día como el 14 de junio, que además nos recuerda también el natalicio de Ernesto Guevara de la Serna, el guerrillero heroico, argentino, internacionalista, revolucionario. Si ellos pudieron, a nosotros, los que le sucedimos, nos queda honrarlos continuando la lucha hasta el final, hasta que otra sea la historia de República Dominicana.
Es demasiado hermoso tu país para que lo puedan disfrutar a plenitud solo unos pocos ... Viva la República Dominicana ! Algún día , dentro del socialismo, será de todos !