Hay amores que matan, porque son autodestructivos y enfermizos, pero también hay que admitir que su intensidad puede justificar una vida. Si uno -o los dos- de sus protagonistas tienen genio y talento, esos amores dejan huellas imborrables por siglos, porque nos regalan obras de arte que son maravillas muy misteriosas, como extraños milagros estáticos que se presentan ahí, delante nuestro, y nos implican por un rato como testigos privilegiados de tanta inspiración.
Camille Claudel y Auguste Rodin vivieron una historia larga, apasionada e intensa que dejó rastros conmovedores que no pueden verse en cualquier novelita típica con los personajes trillados de siempre: el hombre maduro, su alumna joven, bella, brillante… y la esposa del maestro, que cerca el romance con fronteras infranqueables.
En el Musée d’ Orsay se expone una escultura que cuenta toda la historia, una sola imagen plasmada por Camille para mostrarle toda su verdad al mundo con esa genialidad que sólo unos pocos tienen para expresarse. Se llama “La edad madura” y puede verla cualquiera que quiera entender cómo una historia de amor puede llevar a una artista a la cima de su talento -que además es mucho- y a la locura sin escalas, también.
Camille es la joven suplicante de rodillas, que ve cómo su amor (un hombre maduro, el propio Rodin) se aleja guiado por un personaje que se parece a un ángel de cara siniestra: es Rose, la esposa del hombre, o podría ser la vejez también, no importa cómo ustedes quieran considerar la cosa: a Camille le da lo mismo, porque las define como equivalentes.
Camille y Rodin se separaron muchas veces, y muchas veces retomaron su historia allí donde la habían terminado. Como sucede tan repetidamente en estos casos, un día él la abandona para siempre.
Camille continúa su vida sola, encerrada durante décadas en un manicomio, y debido a esos escándalos de artista genial pero de conducta incomprensible, su familia le da la espalda y, a su muerte, es sepultada en una fosa sin nombre ni reconocimiento, dentro de la misma institución mental donde viviese aislada tanto tiempo.
La más explosiva de las amantes de la ciudad más extravagante que pueda concebirse, es censurada por toda una sociedad que no puede con ella.
Pero el mundo siempre vuelve su mirada al amor elevado por el talento, o al talento elevado por el amor, vaya uno a saber, porque nunca entenderemos cabalmente cuál de las dos cosas lleva a la otra. Lo cierto es que hoy, en el Musée Rodin, uno puede ver las obras que trabajaron juntos, aquellas que Camille inspiró en Rodin -como su musa-, y las que ella supo crear para contar su propia historia.
Porque hay amores que matan, pero la entrega de los protagonistas mientras viven tales amores puede ser de una belleza inadmisible.
Evidentemente las emociones fuertes realzan la motivación y la capacidad expresiva y artística. Correspondidas o no, aceptadas o no, parecen elevar a la persona a nuevas dimensiones.
Por su parte, el arte moviliza el espíritu y lo predispone a nuevas experiencias. Que se hace luego con todo ello, es otro capítulo, no?
Bueno, Juan Manuel, yo ni me imagino cómo experimenta las cosas esta gente, ni cómo pueden expresarse de esa manera, ni qué se hace después con toda esa experiencia y esa energía. Es que yo, al sufrir como una energúmena, hice lo que hace cualquier hijo de vecino: al principio me puse tan sensible que ni siquiera me reconocí a mí misma en el espejo, después me volví compasiva de verdad y para siempre con todos los que también pasan por esos duros momentos en la vida… y por último: bajé unos kilos, que me hacían ver mucho más linda de lo que realmente me sentía.
Poco, muy poco al lado de todo lo que hizo Camille…
Pichón de tema.
VeroMoliniano, complejo, antiguo, novedoso, y sempiterno.
El amor y su trato dentro del universo.
Así desde el vamos, me pregunto: ¿pueden ir de la mano el amor y la enfermedad?
Barrunto/vaticino/arriesgo, si una cosa, desemboca en la otra, entonces mas que amor, es una relación enfermiza.
Una atracción. Fatal por cierto. O ganas de transitar por nuevas emociones.
Cosas que suelen suceder, cuando alguna de las partes de una pareja alcanzó una meseta. Estable, monocorde, o “aburrida”. Tonce, se tira hacia estas aguas, que suelen ser como las arenas movedizas, uno parece tener el control, mas cuando intenta salir de ellas, ve que está metido hasta el túetano, y que la otra parte lejos de ceder, intentar retenerlo/a, sin temor a asfixiar.
Quizá haya sido este el caso de Auguste et Camile, o no.
Lo cierto, es que el amor, matemáticamente hablando es una función. Vale decir: a cada elemento del dominio, le corresponde un solo valor funcional. Vulgo, cada quien con su cada cual.
Y si hay alguno que sea acaparador, vale decir uno/una que quiera mas de un elemento de la imagen (o codominio), deja de ser función, pa’ convertirse en una relación.
Allí acudirá la geometría, quien sabiamente vaticina, que “todos los triangulos amorosos son escalenos”.
Vale decir, con sus lados desiguales, y por ende desparejos.
En tiempos de interné, de globalización y del todo vale, creo necesario, imperioso ser consecuentes con lo que nos dicta nuestro cuore. Anke a veces haya que auscultarlo pa’ saber lo que realmente quiere/queremos.
Oigamoslo, y obremos en consecuencia. No vale hacernos los sotas.
Alejandro Del Prado y Jorge Boccanera, nos dicen algo al respecto, y dejan constancia, aquí, sobre esta bitácora ..
Pareciera que de relaciones bien jodidas está poblado el mundo, así que los amores enfermizos, los odios tergiversados y tantas otros estropicios afectivos y emocionales andan dándonos vueltas por doquier. Mondo cane… por qué las cosas no serán más fáciles, no?
Me encantó lo de que en las historias de tres los triángulos son escalenos… jaaa! Buenísimo todo el comentario geoaritmético para echar luz sobre asuntos tan delicados.
Y lindo ese dejar constancia, también. Dulcísimo!
Me gustó mucho el post, es una historia que habia olvidado, realmente cuanto amor, cuanta pasión , cuanto arte y cuanto dolorrrrrrr, dolor del bueno bueno, ese que te rompe y destroza en mil pedazos……..muy romatico , pero al refelxionar,la pregunta que me hice fue : Por que tendemos a engarcharnos con estos amores tan trágicos y en el enganche disfrutamos del sufrimiento como si fuera algo lindo?, por que esa cosa mazoquista nos llama como el vacío al suicida??, dejo abierta la pregunta porque me interesa enorrrrrrrmemente leer que opinan. Besos!
Vesperlind, yo creo que de algún modo nuestra concepción occidental sostiene que si sufrimos por algo, ese algo tiene valor, es intrínsecamente bueno, así que debemos luchar contra la adversidad para merecernos ese final feliz. Como regla general, es un poco caprichosa, no? Habrá que ver en cada caso si sufrir tanto tiene sentido.
Las historias románticas del cine tienen obstáculos por superar, conflictos no resueltos, malos entendidos: en todo el proceso de esclarecimiento sentimos empatía por los implicados, nos emocionamos con ellos y hasta vivimos sus historias en primera persona.
La de Rodin y Camille se parece mucho a esas historias de ficción, por eso, de hecho, hubo una película filmada sobre ella. Pero lo mejor de todo ese berenjenal sentimental, para mí, fueron las esculturas de Camille, sus obras legendarias plasmando todo eso que estaba sintiendo por su amante.
Besos gigantes!
Quique Figueroa: me mataste con la clase de geometria aplicada al amor, quedé replicando!
Gracias!
pluf. Si tuviera algún talento, podría haber hecho una hermosa obra de arte. ¡Lástima que sólo casi me muero!
Ay, no, Mile, no lleguemos hasta ahí! Exorcizar los demonios a través de una obra de arte, eso sí, pero morirse, no: eso no está permitido en este post.
“Seguir participando” ya es un final feliz. Mucho más que el que tuvo Camille, seguramente, a pesar de “La edad madura” y todas otras sus esculturas juntas!
Es que en “el casi” dije “¿pero vos sos tonta, sos?”.
Es que una es bastante salama a veces. Y otras veces también, pero vivita y coleando
Camille suplicando… me mató!!!
Cómo son las cosas del amor y del desamor y cómo han sido, son y serán en todos los tiempos.:)
Besos Verito
Las cosas del amor son inexplicables, Milady, definitivamente.
Dicen las malas lenguas que Camille era mejor escultora que su maestro, e incluso que hubo algunas obras injustamente atribuidas a él, porque Camille participó en ellas más que activamente.
Nunca sabremos cuánto hay de verdad y cuánto de leyenda en estos rumores, pero qué más da: la suerte estaba echada y la historia era puro sufrimiento. Claudel de rodillas y Rodin que se va, nomás: tremendo.
Vuelvo al post, señal que hay mucha tela pa’ cortar. Y no es para menos, cuando uno da con historias como estas, que parecen salidas de un guión, o no de la vida mesma.
Urdo un hilo de oro, alrededor de Camille y de Emily Dickinson, mujeres poco comprendidas, y que salen a la luz, así muy de a poquito. Quizá en el caso de la “La loca de Amherst”, el rol de Lavinia, su hermana, ayudó a que publicasen la monumental obra de Emily. Y el caso de Camille es distinto.
Pero la trama que urdimos (juntos, aquí desde esta bitácora pa’ ná virtual), enhebramos minas talentosas, que son bien underground, fuera del circuito convencional.
Me sorprendo con el dolor inmenso que deben haber llevado dentro de cada una de ellas.
Increíble fortaleza la de estas dos, como tantas otras, aún ignotas.
Comparto el hipervínculo de una carta de Camille a Paul, su hermano poeta y diplomático galo: poderosísima.
Y de paso celebro la idea VeroMoliniana de agregar personajes tan valiosos como Camille, y permitome sugerir la sugerente peli de María Victoria Remis “La cámara oscura”, que ronda las cercanías de este tema.
Dejo paso entonces a “The Singer’s Singer”, Carmen McRae, en una preciosa versión de “If You Never Fall In Love With Me”.
Guau! Increíble la carta de Camille a su hermano (el único de su familia con el que mantenía en contacto desde el manicomio, verdad?). Tremenda historia… y tremendo blog del que la sacaste! Parece MUY bueno!
Síp, el tema da para pensarlo desde tantos lugares… por eso freno últimamente mi tradicional incontinencia bloggeril: no quiero publicar temas nuevos hasta que no podamos paladear mejor los que andan dando vueltas, no? Sinó pasa -como pasa ahora- que hay gente comentando posts viejos, nuevos, todo junto porque “nos pisamos pero no nos encontramos” si yo publico permanentemente. No hay que olvidarse que en este blog es más importante leer los comentarios que las publicaciones nuevas.
Emily Dickinson: ya ventilaremos por aquí algunos de sus geniales poemas, porque es una autora tan talentosa como injustamente olvidada.
Los amores que matan nunca mueren…dice Sabina.
Ay, Gaby, era él! Yo sabía que alguien había dicho esa frase que tenía medio armada en la cabeza pero no me cerraba perfectamente, y aunque suene increíble, se me había hecho una laguna y no podía recordar de quién era… Y claro, era de Sabina, de quien conozco el cancionero casi de memoria! vos podés creer?
Ahora sííí, respiro mejor: cuando me pasan esas cosas de “olvido poco selectivo” me pongo obsesiva hasta la Insoportable Pesadez del Ser, no sabés…
Gracias, muchísimas!
Creo que ese amor que mata, que es enfermizo y autodestructivo nunca es reciproco y que se alimenta de una obsesion. Esa es la ley fundamental.
Un saludo.
Sí, yo también creo que en esos casos se elige a un candidato que dispare la propia obsesión, más que alguien con quien disfrutar de una linda historia de amor. “Cuando todo lo que tenés es un martillo, el mundo se parece a un clavo”, dice una frase célebre por ahí, no?
Besos gigantes.
Claro, porque el amor cuando no muere, mata. Porque amores que matan nunca mueren, como bién que lo dice Sabina.
Hoy he hechado a andar la gran maquinaria de mi vida toda junta enfocada a realizar uno de estos amores, con una mujer con la que nunca, por algún que otro motivo había podido formalizar la relación.
Que si hemos rondado los dos? Claro. Pero eso hace que cada vez que nos veamos explotemos los dos con tantas ansias de vernos y de hablar y de tocarnos.
Es algo maravilloso, que después de años de conocernos por fin decidamos estar juntos.
Hoy, aunque es muy temprano acá en mi México y aun no es fin de semana, brindo por nuestro amor, que espero que sea el último de mi vida.
Salud.
Héctor, qué poderoso este comentario! Es un testimonio de amor tan intenso, tan emocionante… Nos participás de un sentimiento delicado, que no es tan común como podría suponerse: es algo tan hermoso de contemplar que, desde acá, quiero desearte toda la felicidad del mundo con esta mujer que hoy aparece de una manera tan contundente en tu destino.
Que estén tan enamorados como para “soltar todo y largarse”, qué momento maravilloso en la vida, es un salto al vacío con todo por ganar. Espero que sean muy, muy felices juntos!
Besos gigantes. Y salud! (con café, porque acá son las seis de la tarde y es todo lo que tengo a mano).
el amor suele ser un proceso de desgaste personal..
Bueno, es un desgaste porque el tiempo nos desgasta como personas también, Jordi, es cierto. En toda relación podría pensarse que hay un desgaste emocional. Pero también hay un aprendizaje, que podríamos, en algunos casos -cuando la ocasión lo amerite-, utilizar sabiamente.
Un beso.
Héctor, qué lindo lo que escribiste. No te conozco pero hago votos para que ese amor sea el más lindo y duradero que te tocó vivir. Qué lindo eso de las “ganas contenidas de verse, de hablarse y de tocarse…”
Yo no estoy tan segura de que amor que mata sea enfermizo… a veces no están las condiciones dadas para que ese amor pueda realizarse en paz y armonía como tantos otros, pero el amor está. Y sobre todo a veces está porque las personas, creo, no elegimos de quién enamorarnos, sencillamente nos pasa. Que podemos hacer algo luego para “salirnos” de lo que no resulte un amor “feliz”, sí, en eso sí estoy de acuerdo, pero no siempre nos enamoramos de lo mejor que había disponible. O me pasa sólo a mi… delen no me hagan sentir mal… nunca les pasó? Aclaro que no me refiero a personas comprometidas ni mucho menos, sino a seres libres… pero tan complicados como libres…ja!
Si tiene un rato lean esto: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=717736
(pls hagan cut & paste) porque no se ponerlo de otra forma. Lo escribió Enrique Pinti y creo que nos da otra mirada sobre amores que a primeras aguas juzgaríamos tal vez de enfermos o enfermizos.
Beso para todos,
Hola, Emi! Buenísima la nota de Pinti: es cierto, hay amores locos y agresivos, y hay amores que no son así y que simplemente sufren pruebas y desafíos, superables o no, según sea el caso. Por otro lado, una relación totalmente “sana”… entre quiénes sería? Gente que sólo se halla en los malos libros, definitivamente. Pero bueno, pretendamos relaciones medianamente sanas, aunque sea.
Algunas relaciones funcionan y otras no, así que supongo que todos nos enamoramos alguna vez de alguien que no fue “el indicado”, aunque pareciera que sí lo era en el primer momento. Y es que, estadísticamente, a pesar de toda la gente que conozcamos, solamente con uno (o algunos pocos, ponele) nos quedaremos a lo largo del cuento, no? Todos los otros “ensayos” deben ser eso: atisbos de experiencias que no pueden prosperar, hasta la llegada de alguien con quien sí podamos formar una pareja. Y aunque no se llegue hasta el final de los tiempos con esa persona, no importa: ya fue, es y será un amor importante en nuestra vida, de los que hacen historia… acaso no viste el final de Lost?
Besos gigantes, Emi.