Una pareja va al registro civil, precisamente para contraer matrimonio, y entre tantos requisitos se les pide otorguen su dirección. El notario pregunta: ¿En qué sector vive? Y pregunta la mujer: ¿El o yo? Usted. En el sector Reforma. ¿Y él? También. ¿Cuál es el nombre de la calle dónde vive? Pregunta la mujer: ¿El o yo? Usted. Independencia. ¿Y él? También. ¿Cuál es el número de su casa? Pregunta la mujer: ¿De quién, de él o la mía? De usted Número 104. ¿Y de él? También. Para esto el notario ya estaba hasta el gorro, y muy enojado le dice: Señorita, si viven donde mismo, ¿Por qué pregunta si usted o él? Ah bueno, es que yo tengo viviendo allí 2 años y medio. ¿Y él? ¡También!
Mariano, parece que quieres más al perro que a mí. Que no, tonta, que los quiero igual.
¿Se enojó mucho tu mujer ayer por quedarte un rato más a jugar a las cartas? No, total, estos cuatro dientes me los tenía que sacar.
En el matrimonio pasan cosas muy raras, como por ejemplo, en el primer año de casados el marido habla y la mujer escucha, en el segundo la mujer habla y el marido escucha, en el tercer año hablan los dos y escuchan los vecinos.
Un matrimonio de 95 años va al abogado para pedir el divorcio. El abogado sorprendido, les pregunta que cómo habían esperado tanto tiempo, y ellos le responden: ¡Es que estabamos esperando a que se murieran los niños para no darles un disgusto!
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