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General: Paras de Colombia, Narcos de México y Maras de El Salvador ...en Venezuela
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 02/09/2015 19:30

Germán Yépez: Forma parte de la estrategia de desestabilización

Criminalidad que azota a Venezuela mezcla paras de Colombia, narcos de México y maras de El Salvador

17 agosto 2015 | 3 Comentarios

 

Las bandas criminales estaban en las barriadas, fueron desplazadas por las lluvias en 2010, se agruparon o reagruparon en los refugios y ahora se anidaron en algunos urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, señala el historiador

 

 

 

La criminalidad que sufre Venezuela -con hechos tan condenables como el asesinato de Liana Hergueta, el acuchillamiento de una anciana, el robo de dos motosierras- tiene raíces en otras naciones como Colombia, El Salvador y México. Esta es la tesis que sostiene el historiador venezolano Germán Yépez, exrector del Consejo Nacional Electoral.

Sentarse con Yépez en el bulevar de Sabana Grande es como hacerlo con una celebridad: todo el mundo lo saluda, todo el mundo le pregunta, todo el mundo le comenta. Pero el docente universitario no pierde el foco en su conversación con el Correo del Orinoco. Es el maestro de los incisos: por cada enunciado se abren tantos otros.

Él ha analizado este tema y ha advertido que forma parte de la estrategia de desestabilización que, en su opinión, se ejerce contra Venezuela. Está convencido de que convergen en el país las prácticas de grupos paramilitares y narcotraficantes colombianos, de carteles del narcotráfico de México y de las maras de El Salvador.

Tampoco es de quienes piensan que Venezuela fue o es un paraíso terrenal, pero sí sostiene que poco a poco se han manifestado prácticas criminales que nos eran ajenas. “No existía el sicariato”, subraya, práctica que se introdujo a finales de los años 80. Tampoco era parte de la idiosincrasia venezolana el secuestro exprés, que -según el cálculo de Yépez- arribó a la nación en los años 90. Mucho menos, el cobro de vacunas, una elemento “típico de la guerrilla colombiana, del ELN, de las Autodefensas Unidas de Colombia”.

-Todo esto es importado…

-Importado, sí, en el sentido de que en Venezuela hay una criminalidad y un comportamiento de violencia que siempre ha existido con mayor o menor intensidad en zonas de mayor población, y en condiciones más difíciles en las barriadas más grandes, pero que ha tenido otros elementos en los años 90 y en lo que va del siglo XXI. Se introducen elementos que no estaban, digamos, extendidos en la sociedad venezolana.

VÍAS DE LLEGADA

Con la migración colombiana llegó a la nación gente trabajadora y luchadora, pero también delincuencia y grupos violentos, precisa el historiador. Las rutinas criminales mexicanas penetran porque Venezuela es país de tránsito para el tráfico de drogas y es una nación que atrae esos capitales de dudosa procedencia y, por ende, sus prácticas asociadas.

Yépez alerta que, sobre el discurso de las drogas “cabalgó el debilitamiento del Estado, de todas las estructuras del Estado y la sociedad colombiana; todas las estructuras del estado fueron corrompidas, asediadas”. Entró finalmente, el Plan Colombia, supuesta ayuda de Estados Unidos “que permitió garantizar la aplicación de las políticas neoliberales de manera expedita, amplia”.

En cuanto a México, indica que se ha generalizado la violencia y que los grupos narcoparamilitares “mantienen aterrorizada la población general para que no reclame derechos, para que no reclame sus mejoras salariales”. Por eso, añade, ocurre algo como lo sucedido en Ayotzinapa, con la desaparición de los normalistas.

Venezuela es un país con recursos petroleros, hídricos y minerales, tiene una ubicación geográfica envidiable y, además, ha impulsado un modelo sociopolítico diferente del propugnado por el Fondo Monetario Internacional, describe Yépez. Es, en consecuencia, un objetivo de las potencias.

Si alguien quisiera debilitarla, ¿cómo lo haría?, se pregunta el historiador. “Primero, voy a tratar de fomentar la corrupción donde hay mucho dinero”, enumera. También por la vía “del asedio internacional en los organismos internacionales, con acusaciones de que el Gobierno venezolano está vinculado con el narcotráfico y de que viola los derechos humanos”, apunta.

Otra vía es la activación de los problemas limítrofes, como sucede con el territorio Esequibo. Suma, por otra parte, el “financiamiento a factores de la oposición más allá de la actividad política que es normal” en una nación.

Y los factores de poder internacional agregan ahora -alega Yépez- la siembra de la criminalidad, “esa criminalidad que me dio resultado en Colombia, que me dio resultado en México y que me está dando resultados en Centroamérica”, sentencia Yépez.

-Y todas esas prácticas criminales que eran ajenas a Venezuela usted ve que llegan…

-Están instaladas, se han sembrado, en el buen sentido de la palabra.

-¿Traídas por personas?

-Sí, llegan traídas por gente. En el caso de los colombianos, por los desplazados. En el caso de los mexicanos, con gente normal y corriente, operadores del narcotráfico que vienen a vivir aquí y se infiltran en la sociedad.

-¿Y la salvadoreña?

-La salvadoreña viene por la vía mexicana, claro, porque en la sociedad mexicana hay maras que tienen vínculos con los carteles del narcotráfico.

EN LA GMVV

Estas bandas -mezcla de, al menos, tres modalidades criminales- se anidaron en los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), de acuerdo con la información oficial.

-¿Cómo llegan a los urbanismos de la Gran Vivienda Venezuela? ¿Por qué llegan ahí?

-Esos grupos están en las grandes barriadas populares porque es más fácil infiltrarse, es más fácil meter la droga es más fácil camuflarla. ¿Cómo llegan a la Gran Misión Vivienda? Por la falta de control del Estado y del Gobierno venezolano, que genera una política muy beneficiosa y muy importante, pero pasa igual con el problema de la importación y la distribución de divisas. El problema de la siembra de la criminalidad en los espacios de la Gran Misión Vivienda Venezuela es parecido a la siembra de la corrupción en la distribución de divisas. Es decir, no hay control efectivo, eficaz de los órganos del Gobierno y del Estado.

Yépez subraya que esas bandas llegaron como tales a los refugios -luego de ser desalojadas de los barrios por las lluvias de 2010 y 2011- o se terminaron de organizar en ellos. Luego, al mudarse los grupos familiares a los urbanismos de la GMVV, “se trasladaron ya organizadas” a los conjuntos residenciales.

Ahora, para desarticularlas, asevera, “tienes que ser muy eficaz, muy eficiente en la política de detección del problema, de penetración, de actuación”. Insiste en que es imprescindible “actuar sobre el terreno donde están operando, en los sitios donde están sembrados y desarticularlas”; pero también es fundamental informar y formar a la sociedad.

“Tienes que dotar a la sociedad venezolana de los elementos informativos y formativos; cuando me refiero a lo formativo tiene que ver con los mecanismos de análisis de la situación geopolítica de Venezuela”, de su importancia, de los riesgos que corre por sus riquezas.

EQUIPAMIENTO Y DESESTABILIZACIÓN

Yépez no cree que el equipamiento de esas bandas criminales provenga exclusivamente de funcionarios corruptos que les venden armas, municiones, granadas. “Hay una parte que puede ser derivada de funcionarios corruptos”, dictamina, pero también “hay una venta de armas, que controlan empresas y organismos de inteligencia de países más desarrollados” que tienen interés en que lleguen a Venezuela”.

Aun cuando el historiador señala que “hay un elemento de desestabilización propia, que es tu propio funcionamiento ineficaz e ineficiente y que es un caldo de cultivo para la desestabilización”, precisa que hay factores de poder mundial interesados en generar conflictos en el país.

Esa estrategia de desestabilización, asegura, la desarrolla Estados Unidos mediante organismos diversos, y es un proyecto a largo plazo que se habría activado décadas atrás. Venezuela sería el Afganistán de América del Sur, según este análisis, debido a las reservas petroleras que atesora y al modelo político que enarbola desde 1999.

T/ Vanessa Davies
F/ José Luis Díaz
 


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