|
General: fallo tucuman
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: alí-babá (Mensaje original) |
Enviado: 18/09/2015 05:06 |
Un par de jueces tucumanos acaban de quemar todas las urnas que se salvaron de la hoguera armada por un grupo de militantes macristas, plegándose así a esta especie de simbólico Cromañón voluntario de los comicios tucumanos perpetrado por la oposición. Las urnas incineradas pertenecían a mesas donde los resultados de las PASO anunciaban que ganaría el oficialismo provincial (como reveló el mismo diario La Nación); dicho atentado luego fue tergiversado por los medios hegemónicos y los políticos opositores enarbolando la supuesta comisión de un fraude que justificaría no sólo esa quema de votos sino también la anulación de los comicios. El lógico paso siguiente fue proyectar ese fenómeno a las próximas elecciones del Chaco y, más serio aún, a los comicios nacionales de octubre, lo que invalidaría cualquier resultado de la elección del sucesor de Cristina Fernández. ¿Pero por qué no se menciona en esa acusación a las realizadas en la ciudad de Córdoba?¿Será porque allí ganó el candidato del PRO? ¿Y por qué se boicotea hoy, a días de una elección presidencial, un sistema electoral que consagró en forma insospechada a Macri Jefe de Gobierno dos veces, a Patricia Bullrich diputada todas las veces, a Massa intendente de Tigre y diputado venciendo al candidato del oficialismo en Buenos Aires, senador a Sanz, diputada a Carrió varias veces, vicepresidente a Cobos y gobernadores a todos los gobernadores oficialistas y de la oposición y, repetimos, en forma insospechada desde 1983, presidente a Alfonsín, Menem, De La Rúa, Kirchner y Fernández? Pero para analizar serenamente este tema vayamos por partes:
* El sistema electoral argentino.
Todos los sistemas electorales son imperfectos pero el de Argentina no está entre los peores, y es posible que esté entre los más confiables debido a los distintos controles cruzados que tiene, de los que participan no sólo las autoridades de mesa (ciudadanos no partidarios ni funcionarios del estado), donde son los responsables y la autoridad máxima inevitable, sino por los fiscales de mesa de cada partido participante(en las de Tucumán había un promedio de 20 fiscales por mesa), cuyas firmas rubrican junto a las de las autoridades cada acta con los resultados finales del escrutinio y la copia que se lleva cada fiscal. Además, cada escuela donde se vota cuenta con fiscales generales de cada partido y un delegado de la Justicia Electoral del distrito. Y todo esto custodiado por la fuerza de seguridad que corresponda. Pero, por si esto fuera poco, los telegramas que se entrega al correo y las copias del acta que se lleva cada fiscal partidario con los resultados de cada mesa no constituyen la palabra oficial del escrutinio de cada mesa sino una muestra oficiosa del original. El acta oficial es firmado por las autoridades y los fiscales de cada mesa, colocado dentro de la urna junto con todos los votos emitidos, para su verificación posterior en el escrutinio provisional en manos de la Justicia Electoral junto con los delegados de cada partido político participante. Y, como último reaseguro de que la voluntad popular no ha sido burlada, en el escrutinio final, en caso de que el telegrama confeccionado por las autoridades de las mesas remitido por el correo con los resultados no concuerde con los del acta oficial firmada por las mismas y los fiscales partidarios que se encuentra dentro de cada urna sellada y firmada por las autoridades de mesa, o ante una queja de alguno de los delegado de los partidos políticos, la Justicia Electoral tiene que contar los votos directamente, uno por uno, y esa sí es la última palabra de los comicios, la que refleja la voluntad popular sin intermediarios. Como vemos, el resultado final del escrutinio no depende sólo de la honestidad, capacidad de fiscalización o buena voluntad de una o dos personas pasibles de ser manipulados por el gobierno de turno en cada distrito, sino de cientos o miles de personas partidarias y apartidarias, con intereses contrapuestos, sumados a los funcionarios judiciales que vienen realizando esta tarea desde hace décadas. Por lo tanto, es ilógico desconfiar burdamente de un sistema que ha funcionado desde hace más de tres décadas, el que se fue perfeccionando desde aquel debut en 1912, cuando el “régimen” conservador se llevó la sorpresa de que ya no podía manipular los votos del pueblo porque el voto universal, secreto y obligatorio desmantelaba las maniobras clientelares y de fraude que acostumbró a utilizar desde el siglo anterior. Repetimos, igualmente, que el sistema no es perfecto y sí perfectible, y aceptamos gustosos desde aquí cualquier mejora que se proponga pero subrayamos aún más que esto que la embestida que están haciendo burdamente en estos días los medios hegemónicos y muchos políticos opositores no se debe a estas mismas razones sino, por el contrario, porque ven que el sistema comicial les sirvió para derrotar algunas veces al kirchnerismo en algunos distritos pero no les sirve ciertamente para evitar que siga en el gobierno nacional. Y es por eso que salen en manada a atacarlo con afirmaciones obtusas, falaces y sin presentar ninguna prueba palmaria de sus afirmaciones. E incluso tampoco se preocuparon en presentar ninguna denuncia en la justicia electoral. ¿Será porque no tienen prueba alguna de ese supuesto fraude que enarbolan en los medios (como no lo hubo nunca en estas tres décadas)?,¿porque los resultados de los telegramas o en última instancia de las actas reflejan el contenido de las urnas si se dispone abrirlas?¿Debido a que esas afirmaciones pueden estrellarse contra los resultados definitivos de cada elección? Sin embargo, hay otro factor a analizar para demostrar la falacia de un supuesto fraude y que no depende de suposiciones o opiniones personales.
* Los fríos números de la voluntad popular.
¿Es realmente previsible, confiable, verificable la posibilidad de fraude denunciada por la oposición, de acuerdo a lo que reflejaban las encuestas y las elecciones anteriores? Repasemos entonces los comicios realizados en Tucumán en ocasión de las PASO (que ningún partido político impugnó) y que arrojaron los siguientes resultados finales para presidente y vice:
Frente para la Victoria: 493.625 votos, el 57,14% Frente Cambiemos: 173.943 votos, el 20,13% Frente UNA: 140.451 votos, el 16,26% Frente Progresistas: 12.114 votos, el 1,40%
Mesas escrutadas: el 99,86%
|
Cliquear para agrandar |
Como vemos, en las PASO en Tucumán la diferencia entre los votos delFrente para la Victoria y la suma de los votos obtenidos por los partidos que luego consituyeron el frente Acuerdo para el Bicentenario fue de 167.117.
Veamos ahora los resultados del escrutinio provisorio de las elecciones para gobernador y vice de Tucumán:
Frente para la Victoria: 406.778 votos, 54.42 % Acuerdo para el Bicentenario: 304.623 votos, 40.76 %
|
Cliquear para agrandar. |
Ahora repasemos los resultados del escrutinio definitivo difundidos por la Justicia Electoral de Tucumán:
Frente para la Victoria: 491.951 votos, el 51,64% Acuerdo para el Bicentenario: 380.418 votos, el 39,94%
|
Cliquear para agrandar. |
De esta manera, la brecha entre el Frente de la Victoria y el frenteAcuerdo por el Bicentenario es del 11,7% de los votos, lo que representó una diferencia de 111.533 votos. Ahora bien, comparando ambos escrutinios se comprueba que entre los porcentajes de votos hubo una discrepancia mínima.
Veamos cuáles son las diferencias entre ambos escrutinios que corresponden para cada partido:
Frente para la Victoria: -2,78% Acuerdo para el Bicentenario: -0,82% Fuerza Republicana: -0,12%
Es decir que si hay alguien a quien perjudicó el escrutinio definitivo realizado por la Justicia Electoral (en presencia de los delegados de todos los partidos participantes avalando los resultados), ese fue al mismo oficialismo triunfante, que vio reducido su caudal electoral en casi tres puntos. Eso se debe, seguramente, a la diferencia de la cantidad de urnas escrutadas y los normales errores de transcripción de resultados entre los telegramas y las actas confeccionadas por las autoridades de mesa con el control de los fiscales partidarios o la transcripción en la carga de datos final en el centro de cómputos. No obstante, los únicos resultados con validez legal para proclamar la fórmula ganadora son los del escrutinio definitivo. Pero que exista una diferencia entre ambos escrutinios no es algo extraordinario, sucede en todas los comicios a lo largo del país y de nuestra historia electoral. Como bien lo señala el bloguero El Loro Político:
En ese marco, interesa aquí analizar las diferencias en los porcentuales de votos obtenidos por las principales fuerzas políticas, entre el escrutinio provisorio y el definitivo, en el período 2003-2015. Cabe decir que el provisorio no tiene valor legal, y se confecciona en base a los telegramas que arman los presidentes de mesa y distribuye el Correo.
|
Cliquear para agrandar. |
Fuentes Consultadas: http://resultados.gob.ar http://www.andytow.com/blog/ http://elecciones.gob.ar/ http://www.lanacion.com.ar/492261-los-ultimos-resultados http://www.infobae.com/2007/11/13/348751-el-escrutinio-definitivo-dio-mayor-ventaja-cristina http://www.ambito.com/noticia.asp?id=599740 http://www.elliberal.com.ar/ampliada.php?ID=16932 http://www.clarin.com/politica/escrutinio_definitivo-PASO-Daniel_Scioli-Mauricio_Macri-Sergio_Massa_0_1422458144.html http://www.infonews.com/nota/245623/escrutinio-definitivo-scioli-le-saco-mas-de-3-millones-de-votos-a-macri
Nota completa
Como vemos, lo que muestra este escrutinio definitivo, que la oposición solicitó a la Justicia en lo Contencioso Administrativo (no a la electoral) que anule, es que por primera vez en la historia reciente el escrutinio definitivo perjudica al partido ganador y no lo contrario, como enarbolan impunemente tanto la oposición partidaria como la mediática. Para no abundar en más datos, digamos solamente que todas las encuestas anteriores y posteriores a las elecciones primarias realizadas en Tucumán ya anunciaban los resultados que se dieron tanto en las PASO como en las elecciones a gobernador y vice. El hecho de que la cantidad de votos que obtuvo el Frente para la Victoria en las PASO en Tucumán y los que obtuvo en el escrutinio definitivo para gobernador sean muy similares, y que lo mismo sucede con los obtenidos por los partidos de la oposición (sumados en las PASO porque se presentaron separados), desautoriza de por sí, en forma concluyente, la denuncia de un supuesto fraude.
* El fraude de los que inventaron el fraude patriótico.
Esos mismos guarismos, los de las encuestas y los comicios, fueronalertando al establishment o al denominado Círculo Rojo que tampoco esta vez podrán desplazar al kirchnerismo del gobierno, tanto en las provincias que gobierna como en el gobierno nacional. Y esa fue la razón por la que se estuvo preparando el clima de supuesto fraude en las elecciones de Tucumán; lo que se repite ahora en las próximas en Chaco y,fundamentalmente, en las próximas de octubre. Ya analizamos aquí cómo se fueron dando los acontecimientos políticos (mejor dicho, las operaciones políticas), por lo que ahora nos remitiremos a reseñar lo que dice el editorialista de La Nación, nave insigna de esta operación del establishment, Morales Solá. Antes del polémico fallo de la Justicia tucumana esta flamígera pluma del Círculo Rojo ya advertía:
Envuelto en la sospecha y el descrédito, el viejo sistema electoral podría dejar a los argentinos sin un presidente nuevo el 10 de diciembre. Habrá un presidente electo, sin duda, pero nadie sabe ahora cuándo estará en condiciones de asumir. La estrechísima diferencia que señalaría un triunfo en primera vuelta o la necesidad de una segunda ronda abrirían un período de alta conflictividad política y electoral. Todavía no fueron escrutados todos los votos de Tucumán cuando pasaron tres semanas desde las elecciones. Por el escándalo tucumano (y tras el robo de urnas en el conurbano bonaerense), el escrutinio provisional se convirtióen poco confiable como para otorgar un triunfo por una diferencia de uno o dos puntos. O por décimas. Ésa es la distancia pequeña y fluctuante que separa a Scioli de una victoria en la primera ronda. ¿Qué sucedería si fuera necesario esperar el escrutinio definitivo para saber si habrá segunda vuelta? Entre la primera y la segunda vuelta habrá sólo 27 días. Si Tucumán lleva escrutando 20 días y no terminó, ¿cuántos días consumiría el escrutinio definitivo de todo el país? El cuadro se agravaría aún más si hubiera segunda vuelta. Entre el 22 de noviembre y el 10 de diciembre habrá sólo 18 días. ¿Qué sucedería si cualquiera que saliera segundo planteara la necesidad del escrutinio definitivo o la revisión de muchas urnas en todo el país para aceptar su derrota? ¿Cuándo los argentinos (y el próximo presidente) sabrán quién ganó definitivamente? Un cuadro de extrema conflictividad podría llevar la definición hasta más allá del 10 de diciembre. Cristina Kirchner y Amado Boudou deberán irse a sus casas el 10 de diciembre, pase lo que pase. Su mandato constitucional concluirá indefectiblemente ese día. La única alternativa posible sería que Cristina le entregara el gobierno al presidente provisional del Senado, el radical K Gerardo Zamora, uno de los peores líderes feudales del país, hasta que la Justicia proclame al nuevo presidente. La indolencia y la especulación están cerca de colocar la sospecha sobre la legitimidad de origen, que consiste en la elección limpia de los gobernantes. Nota completa
Ese parece ser el objetivo principal del establishment: cuestionar la legitimidad de origen del próximo gobierno (que sospechan será kirchnerista). Y hoy, después del polémico fallo de la sorprendente Cámara Tucumana, Morales Solá amenazó desde su columna en La Nación, triunfante por su profecía autocumplida:
Los jueces de una Cámara tucumana de alzada sembraron ayer la mayor sospecha de fraude en el proceso electoral nacional. Cuando la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán declaró la nulidad de las elecciones de gobernador (y ordenó convocarlas de nuevo), produjo un hecho inédito en la nueva democracia argentina. De todos modos, esa decisión que anuló los comicios tiene una carga demoledora para el gobierno kirchnerista, que entregará en diciembre un sistema electoral viciado por el fraude y con escasa legitimidad. Sea como sea, lo cierto es que se quemaron urnas, se falsificaron los resultados de las actas en los telegramas que envió el Correo y se compró a los fiscales de la oposición. Desde el lunes pasado, por lo menos, la política de Tucumán sabía que en el curso de esta semana esa Cámara anularía las elecciones. El oficialismo ha quedado en Tucumán en el peor de los mundos: o Juan Manzur se convierte en el gobernador con menos legitimidad del país o el gobierno de Alperovich deberá llamar a nuevas elecciones,aceptando implícitamente que ganó la última vez mediante el fraude. Podría ser un caso aislado en el turbulento norte argentino, pero no lo será nunca cuando faltan apenas 40 días para las elecciones que señalarán quién será el próximo presidente de la Nación. Nota completa
Morales Solá argumenta aquí con dos claras falacias y prefigura el argumento fundamental para un golpe blando. Comencemos con las falacias: el gobierno no entregará un sistema electoral fraudulento. Lo desmienten más de tres décadas de funcionamiento de un sistema sin manchas; el que, como decimos al principio, produjo todos los presidentes, gobernadores, senadores, diputados y concejales que tuvo y tiene el país sin ningún reproche legal.
Por la quema de las urnas tucumanas se detuvo a un candidato y otros tres militantes del PRO, no del kirchnerismo. Y, como mostramos aquí,las posibles (y nada extraordinarias) diferencias entre los datos de los telegramas utilizados para el escrutinio provisional y los del definitivo (único válido y legal) fueron mínimas y no modifican el resultado final. Finalmente, la supuesta compra de fiscales de la oposición por parte del oficialismo cae ante los datos que la Justicia Electoral brinda en su escrutinio definitivo. No obstante, un argumento útil para prefigurar el golpe blando que sugerimos aquí no debe ser necesariamente verdadero verificable sino verosímil… y de eso se encargan los medios hegemónicos opositores, cuya eficaz gimnasia para esa materia acostumbramos a demostrar en Basurero Nacional. Esa operación se basa, en buena medida, en la certidumbre de que el oficialismo ganaría las elecciones de octubre en primera o segunda vuelta. Y buena parte de la verosimilitud o credibilidad de sus argumentos sobre el fraude o el clientelismo que se le atribuye a los gobiernos provinciales (no a los gobiernos opositores, por cierto) y al nacional se basa en la eterna sentencia (o prejuicio) blandida contra quienes no comulgan con sus ideas políticas: el pueblo no sabe votar. El sorprendente y polémico fallo de la Justicia en lo Contencioso Admnistrativo de Tucumán no hace más que suturar los falaces argumentos del Círculo Rojo contra la voluntad popular tucumana, los que serán repetidos tanto para ensuciar los comicios de Chaco como los nacionales de octubre. La historia argentina nos enseña que lo que suele seguir a ese falso apotegma es el fraude patriótico de los años treinta contra el voto mayoritario (luego de que se anularan las elecciones que ganó el radicalismo) o la proscripción del partido mayoritario de los años cincuenta, sesenta (cuando se anularon las elecciones en la provincia de Buenos Aires porque ganó el periodismo) y setenta,todos del siglo pasado. No obstante, como sugerimos aquí en varias oportunidades, este siglo nos presenta, ya abolida la posibilidad de golpes de estado tradicionales, fraudes y proscripciones, todos a manos de la pertinaz y obstinadamente antidemocrática derecha conservadora, el llamado golpe blando para deslegitimar el próximo gobierno desde el origen, como advierte uno de sus más famosos escuderos mediáticos.
|
|
|
|
OPINION : Claudio Gastaldi
El final buscado por la oposición ¿ es la guerra civil ?
¿ Donde termina el odio infinito que alienta el núcleo duro del poder con el PRO (*) y la complicidad de lo peor del radicalismo?. Ayer, en el 60 aniversario del golpe de 1955 la justicia tucumana anuló las elecciones en las que el candidato oficialista ganó ampliamente y por más de 11 puntos.
(*) En mi humilde opinión, a Claudio Gastaldi le faltó agregar ", con la ayuda del trotskismo golpista".
Todos estos delincuentes y mamarrachos buscan el Golpe blando. No hay ninguna duda de ello.
Claro está, si el Golpe es resistido por el pueblo, no tendrían ningún problema, estos malditos, de conducir a la Argentina hacia una Guerra Civil.
Ratas miserables : NO PASARAN ! ! ! ! !
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
|
|
|
|
Camarista tucumano afirmó que las elecciones no se anularon porque hubo fraude
El juez Salvador Ruiz alegó que la decisión fue tomada porque el procedimiento electoral “estuvo viciado”.
El juez de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán Salvador Ruiz aseguró que la decisión de anular los comicios realizados en esa provincia el pasado 23 de agostono se basó en si hubo fraude o no, sino porque todo el procedimiento electoral "estuvo viciado".
"No fue la materia de discusión sobre cuántos votos tenía uno o tenía otro. Si está viciado el procedimiento, es lógica consecuencia que se ordene que se vuelva a votar", expresó al ser consultado sobre si habían constatado maniobras para modificar el resultado de la elección.
En declaraciones a radio Vorterix, el magistrado defendió el fallo, y aseguró que tiene "doctrina y jurisprudencia en abundancia". Ayer, el Partido Justicialista tucumano presentó un "recurso de casación" ante la Corte Suprema de Justicia para intentar revertir el fallo de la Cámara, que fue calificado por el kirchnerismo como “un golpe de Estado judicial”.
"No se pronuncia sobre quien tiene que ganar, o por cuántos votos tiene que ganar uno u otro. No nos interesa el tinte político. Acá lo que interesó el vicio del procedimiento, que conculca la libertad de los electores de elegir", subrayó. En ese sentido, aclaró además que la Cámara "no es competente para determinar la existencia o no de los delitos electorales" porque eso "es competencia del fuero penal".
Con respecto a las acusaciones del kirchnerismo de que el fallo careció de fundamentos, Ruiz negó que se hayan basado en notas periodísticas. Por último, dijo no estar enterado de la posibilidad de que el kirchnerismo tucumano pida su destitución como juez de la Cámara.
La sentencia se dio a conocer luego de que la Junta Electoral Provincial terminara el escrutinio definitivo que indicó que el candidato kirchnerista Juan Manzur obtuvo el 51,64 por ciento de los votos contra el 39,94 por ciento para el radical José Cano.
|
|
|
|
40 páginas la denuncia y 1 y media la sentencia, sin alegato, sin posibilidad de defensa ni de apelación,,,,esta es la justicia que se viene de la mano de la opo señores!!!
gud bai |
|
|
|
40 paginas cuyos párrafor comienzan todos con:
relata....
afirma.....
asegura....
expone....
sostiene....
comenta....
señala....
puntualiza....
refiere....
que joda Dios mio!!! |
|
|
|
Pensar que esta manga de torpes, cobran sueldos de más de $ 100000 pesos y se niegan a pagar impuesto a las ganancias... |
|
|
|
un fallo de un siglo anterior
De los dos jueces que anularon el comicio tucumano: Salvador Norberto Ruiz y Ebe Marta Lopez Piossek basándose en los dichos por los denunciantes: el PRO y la UCR.
Sostener en un fallo justificando a anulación de un acto eleccionario con argumentos como estos, nos deja poco margen para la sorpresa y el repudio. Hablan por sí mismos de quiénes y qué son estos dos jueces y la dirigencia política que se permiten burlar la voluntad popular, despreciar el voto ciudadano e instalar brutalmente el voto calificado.
Defendamos el voto de estos energúmenos.
|
|
|
|
Pidió mil gendarmes para Chaco
Capitanich quiere custodiar la elección en Chaco, tras los irregulares comicios en Tucumán. Coqui busca gobernar Resistencia, mientras la radical Aída Ayala y el oficialista Domingo Peppo pelean por la gobernación.
Alrededor de mil efectivos de Gendarmería custodiarán la elección en el Chaco, traídos por pedido expreso de Jorge Capitanich, tras los irregulares comicios en Tucumán.
Los ofectivos ya supervisaban este sábado el operativo de implementación del sistema de Boleta Unica Electronica (BUE) que se aplicará en la capital provincial y otros distritos, en lo que será el último turno electoral del país antes de los comicios presidenciales de octubre.
Junto a la policía provincial, la Gendarmería se apostó en las escuelas de Resistencia y localidades aledañas para supervisar la instalación de las máquinas de BUE, además de las urnas tradicionales.
El gobierno provincial, a cargo de Jorge Capitanich, candidato a intendente de esta capital, solicitó a la Nación el envío de mil gendarmes para garatizar la “paz social” en la jornada electoral, luego de las advertencias de la oposición sobre presuntas irregularidades previstas por el oficialismo, por lo que las autoridades convocaron además a veedores internacionales.
En tanto, la jornada previa a los comicios ofrecía una postal de reposo en Resistencia, donde las calles lucían vacías incluso antes del mediodía, con excepción de la zona del cruce con Corrientes, que congregó la 36° Peregrinación Juvenil del Nordeste Argentino (NEA) a la basílica de Itatí.
Los chaqueños concurrirán a las urnas bajo el fantasma de las denuncias de fraude en Tucumán, que motivaron que la Justicia de esa provincia anulara los comicios, por lo que una de las incógnitas en las calles es si en este distrito podría replicarse la experiencia de esas frustradas elecciones.
Desde el oficialista Chaco Merece Más, que postula a Domingo Peppo como candidato a suceder a Capitanich, señalaron a DyN que “en un espectro tan amplio, con cerca de 3 mil mesas, hay 3 mil potenciales puntos de conflicto”, por lo que dijeron “esperar” que los militantes de ese espacio “no respondan a las provocaciones” de Vamos Chaco, el frente opositor que postula a Aída Ayala, para “no llegar a lo de Tucumán”.
En Chaco el sistema electoral es mixto debido a que en las 804 mesas de Resistencia se utilizará el sistema BUE, así como en 9 mesas de Presidencia Roque Sáenz Peña, 30 de Charata y 31 de Villa Ángela, que representan el 28,82 por ciento del total del padrón.
Copyright La Politica Online SA 2015. Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas. |
|
|
|
De: Matilda |
Enviado: 21/09/2015 01:54 |
Tucumán ¿y después?
En sus ediciones dominicales, los principales diarios nacionales continúan la pirotecnia verbal desatada luego de la anulación de las elecciones en Tucumán. La casta judicial y el clientelismo no se tocan.
En Clarín, Julio Blanck hace una defensa “republicana” de la casta judicial tucumana, a la que el kirchnerismo se habría dedicado a escrachar sistemáticamente: “El kirchnerismo desató una ofensiva en toda la línea sobre la Justicia en Tucumán. Apeló el fallo de la Cámara que anuló la elección de gobernador de hace cuatro semanas. Sin esperar el resultado de esa apelación acudió a la Corte provincial reclamando que se reconozca la validez de la votación en la que el oficialista José Manzur le sacó más de 100.000 votos de ventaja al opositor José Cano. Escrachó con afiches y manifestaciones a los camaristas Salvador Norberto Ruiz y Ebe López Piossek, quienes firmaron la anulación de la elección por haberse violentado “el derecho a votar libremente” debido a los hechos comprobados de clientelismo, fraude y violencia. No sólo los escrachó sino que anunció que los denunciará penalmente. Además, amenazó con la intervención de la provincia, o al menos la intervención de su Poder Judicial, si la anulación es ratificada y hay que votar otra vez”.
A continuación, y luego de ensalzar a Carlos Fayt, el decano de la Corte Suprema (que “atravesó 32 años y 6 presidentes sin perder su independencia”), especula sobre un arreglo que podría cerrar Daniel Scioli con Rodríguez Saá para proponer a la senadora Liliana Negre de Alonso, candidata a vice del puntano, como miembro de la Corte. “Recuérdese que el interminable Rodríguez Saá competirá en octubre tras superar las primarias con el 2,11% de los votos. En una definición presidencial muy cerrada como la que se espera, ese par de puntos pueden hacer una fuerza tremenda. Igual, un sillón en la Corte sería una contraprestación por demás generosa”. De seguro este nombramiento tendría la aprobación de la Iglesia: Negre de Alonso es una ferviente militante del Opus Dei y se ha manifestado en repetidas ocasiones en contra del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Horacio Verbitsky, por su parte, se hace eco del “chiste” que citó Carlos Pagni el sábado ilustrando extensamente las relaciones familiares y las costumbres poco populares de los jueces tucumanos (incluyendo sus recorridas por la ruta del whisky en Escocia). También detalla que muchos de ellos se desempeñaron como funcionarios en la última dictadura militar. A continuación, carga responsabilidades del gobierno saliente en la “patética encrucijada”, por la ley electoral que permite los acoples, lo que permitió que existieran “un millar de partidos y 30.000 candidatos” y por la represión desatada sobre las primeras protestas. Este es, dice Verbitsky, el Gran Norte, que junto con la provincia de Buenos Aires, son los principales bastiones del partido del gobierno. Ni un sólo renglón por parte del escriba K acerca de los privilegios de los que goza esta casta, entre los que se cuentan salarios de entre 80 y 120 mil pesos, eximición del impuesto a las Ganancias y cargos vitalicios. Beneficios que no fueron tocados por los doce años de gobierno kirchnerista.
Golpistas son todos
La Nación, por su parte, morigera el discurso de “caos post 25 de octubre” que venía profetizando. En un tono más medido, Joaquín Morales Solá le tira una soga a Alperovich: “El caso tucumano llegará a la Corte Suprema de Justicia de la Nación irremediablemente (…) No es cierto que la Corte Suprema no tenga antecedentes de haber decidido sobre los resultados de elecciones provinciales (…) Tampoco es cierto que no haya tiempo para realizar las nuevas elecciones tucumanas el 25 de octubre, junto con las presidenciales, si es que la Justicia anulara definitivamente los pasados comicios. La única condición es que exista un acuerdo político en Tucumán para repetir las elecciones. La Justicia por sí sola no podrá resolver nunca los problemas que crea la política. Manzur necesita que su triunfo sea legítimo, además de legal. ¿Qué ganaría si se convirtiera en el gobernador más ilegítimo del país? La oposición provincial y nacional y una parte, al menos, de la justicia tucumana están pidiendo nuevos comicios”.
A sabiendas de que el escándalo no le conviene a nadie, asevera que “Si la Corte Suprema tucumana ratificara la anulación de las elecciones (posibilidad con pocas chances, pero que nadie descarta), es casi seguro que la Corte nacional suscribiría la posición de las dos instancias provinciales. La elección tendrá que hacerse de nuevo. Si la Corte provincial revocara la anulación, la decisión de la Corte nacional sería más imprevisible, porque debería arbitrar entre dos posiciones enfrentadas de la justicia tucumana. Si hubiera un acuerdo político no sería necesaria la intervención a Tucumán. Las cosas podrían resolverse antes del 28 de octubre cuando venza el mandato de Alperovich”. Y devuelve la acusación de “golpistas” al otro bando: “La única intervención que no puede haber, desde ya, es al Poder Judicial de Tucumán, como amenazó Carlos Kunkel con su habitual patoterismo verbal. Ése sería, sí, un golpe de Estado contra un poder de la Constitución. ¿Es capaz de hacer eso el cristinismo en el exasperado tramo final de su autoritarismo?”.
Defendiendo el clientelismo
Horacio Verbitsky plantea que “Los dos jueces de la sala en lo Contencioso y Administrativo de Tucumán que anularon los comicios provinciales celebrados el 23 de agosto sostuvieron en brutal síntesis que no pueden tomarse en serio los votos emitidos por los feos, sucios y malos, porque no son ciudadanos libres”. Luego de citar extensamente partes del fallo, Verbitsky reconoce que “algo huele mal” en Tucumán: “El problema es que la convocatoria a nuevos comicios ordenada por los jueces no sólo es imposible de cumplir en los plazos legales y constitucionales sino que tampoco remediaría esta falla estructural (…) La única solución racional sería excluir a esa “población desprotegida” del acto eleccionario, al menos hasta que la mejora de sus condiciones y un sostenido proceso educativo suprimieran esas taras de origen, que la llevan a votar por empresarios enriquecidos como José Alperovich o Juan Manzur”.
Mario Wainfeld plantea una imagen similar. “Es forzoso remarcar que se anula la elección totalmente porque (si se permite resumir una pieza pésima con una metáfora) Tucumán es Macondo. Si así fuera, la salida que propone la Cámara es vana. Tucumán seguiría siendo Macondo dentro de tres meses o seis o lo que podría tardarse en realizar otro comicio. Sus clases populares, vistas desde la atalaya del Poder Judicial y la prensa dominante son personas sin discernimiento propio, “desamparadas” en la hipócrita verba forense. Su voto, imaginan, vale poco. Para remediar el mal, se lo sustraen”.
Lejos de desconocer la existencia del clientelismo, Wainfeld limita sus alcances: “Es difícil medir los efectos reales del clientelismo “hormiga” en la previa de las elecciones. La tendencia es exagerarlos en función de conveniencias sectoriales. Se minimiza la astucia de los sectores populares, su aptitud para manejarse en relaciones de poder que son asimétricas pero que no anulan su capacidad ni su destreza. Pavotes que jamás hicieron política suponen que quien se sube a un taxi puesto por un puntero lo vota en el cuarto oscuro. Desconoce la experiencia popular, el potencial del secreto del voto y la capacidad de autodefensa insinuada”.
Como se ha señalado, la raíz social de esas prácticas clientelares no entra nunca en cuestión o, en el caso de Verbitsky, entra como argumento polémico.
Pegando contra Scioli
En otro párrafo de su nota, Wainfeld habla de las amenazas externas a la economía nacional: “Bien vistos, los gobiernos tampoco tienen un poder pleno, soberano sobre sus territorios. ‘Todo el mundo’ estuvo en vilo esta semana esperando la tasa de interés que fijaría la Reserva Federal norteamericana. La Argentina depende mucho de las vicisitudes del Brasil o de China, acaso más que de cualquier acción interna (…) Muchos dirigentes partidarios piden permiso a las corporaciones hasta para estornudar. El campo político se achica o se subordina”. No da nombres propios, se podría pensar que hace referencia a la visita de Daniel Scioli al embajador estadounidense esta semana.
Como sucede casi siempre, lo más jugoso de las editoriales verbitskeanas está en los subtítulos. En “Unidad en la diversidad”, sigue lanzando dardos contra el candidato presidencial del Frente para la Victoria con datos que, sugestivamente, no toman los diarios de la Corpo. “El socio de Fernando Niembro en la consultora fantasma La Usina, Atilio Alberto Meza, también es asesor de gabinete del Superintendente General de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin. Su contratación es responsabilidad del ministro de Seguridad, Alejandro Granados. Así surge del decreto 250 firmado por Daniel Scioli y Alejandro Granados en abril de este año”.
Meza renunció a su candidatura a diputado nacional por el PRO bonaerense como resultado del escándalo de los contratos del gobierno de la Ciudad Autónoma y del Banco de la Ciudad de Buenos Aires con La Usina y Niembro lo siguió dos semanas después. Su reemplazante, Silvia Lospennato, fue funcionaria del gobierno de Scioli hasta 2008, al igual que quien la secunda en la lista, Emilio Monzó.
Frente a la aplastante evidencia de las similitudes entre el jefe del PRO y el “candidato del proyecto”, que llegan a compartir funcionarios, Verbitsky se resigna: “Tanto Casal como Granados figuran en la lista de ministros si el candidato del Frente para la Victoria es elegido presidente. Casal aspira a ocupar allí el ministerio de Justicia y Derechos Humanos y a Granados se lo menciona como eventual titular de Defensa, un área que desconoce con exactitud”.
Una evidencia más de los profundos lazos que unen al conjunto de la casta política, más allá de sus alineamientos políticos parciales.
|
|
|
|
En este caso entonces, al fallo le faltó una pata....porque no olvidemos que detrás de alguien que "compra", entonces hay alguien que "vende" y según la opo, el mercado es libre como un pájaro....cada quien es libre de elegir en este caso, con quién comparte sus "mercancías" y nadie puede juzgar a otro por haber mercadeado sus pertenencias( CONSTE QUE NO CREO EN ABSOLUTO EN EL MERCADEO DEL VOTO EN ESTE CASO PARTICULAR, PERO ANTE LA INSISTENCIA DE CIERTOS SECTORES DE LA "OPO", tan empeñados en desvirtuar algunas ganancias que me consta en el caso de la provincia de Buenos aires que nadie pone en la urna el voto prendado, a ese lo llevan en la mano, en cambio el de la urna, lo llevan en el bolsillo y votan al que se les canta, como en el caso de Niembro por ejemplo y ottros tantos que presionan de diversas maneras a sus adeptos, que son igualmente deleznables y no voy a particulizar aqui, para no entrar en indeseadas polémicas, sucede que las personas cuentan las cosas porque son inocentes pero no estúpidos).-
En cambio intentar tutelar un voto, basados en la situación económica de un votante creyendose poseedor de una superioridad moral e intelectual, de la que no son a ojos vista poseedores, me parece terriblemente perverso y corrupto, porque se lesiona un derecho humano, privado, social y universal.
Y mil veces peor es estafar a los votantes, prometiendo una cosa en la campaña y haciendo otra cuando llegan al gobierno, tan deleznable como basar una campaña en la critica destructiva , sin explicar qué se va a hacer en el momento de ser gobierno. Todo ese bolsón contiene la corruptela, no es tan simple. |
|
|
|
además quién les va a creer que se "compraron" el 80% de los votos?....sería suicida pagarle a tanta cantidad de gente que votó en un cuarto oscuro....no? |
|
|
|
Clientelismo y discapacidad electoral
Uno querría creer que cualquier ciudadano medianamente informado, que se tomara el tiempo y trabajo de sobrevolar —ni siquiera leer— el fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán, debería concluir que la anulación de las elecciones y mandato de convocar a nuevos comicios es no solo un atentado contra la democracia, el voto universal, obligatorio y secreto sino, además, un mamarracho jurídico que desprestigia a sus firmantes de aquí hasta la eternidad. Pero no: la guerra de trincheras en la que nos encontramos inmersos se mantiene aun frente a la flagrante animosidad del fallo anulatorio. Quienes votaron por Cano y quienes pretenden votar por Macri consideran todavía (a pesar de la difusión de lo endeble de los argumentos citados y pruebas aportadas) que en Tucumán hubo fraude, que la base de éste fueron la entrega de bolsones, el traslado de votantes —¡el clientelismo!— y que, en definitiva, de otro modo el ganador hubiera sido el candidato radical. Pero vamos por partes.
Guerra de trincheras. Luego de trece años de kirchnerismo, el trámite sucesorio dentro del peronismo abría la puerta para una alternancia en el poder a otro partido. Fue lo que ocurrió en 1999 o también, de manera menos clara, luego de la muerte de Perón. La esperanza de Macri, el quiebre de Massa con el PJ y cierto retorno del aparato radical manifestado en Gualeguaychú fueron tributarios de este clima de época. Pero he aquí que el partido de gobierno decidió procesar sus contradicciones de manera interna, unificar su candidatura presidencial y aunar esfuerzos en pos de un triunfo que diera continuidad al proceso iniciado en —cabe reconocerlo— 2002. Los resultados de las PASO demostraron lo acertado de la estrategia y puso a parir a las cabezas del conglomerado opositor: ocho años más de pelea por la distribución de la renta son demasiados, es ahora o nunca. Y van por el poder o, en su defecto, por la creación de un escenario similar al de Brasil, en el que la deslegitimación del mandato de la mayoría y el jaque al sistema democrático colocaran a un nuevo gobierno ante la alternativa de pactar o sufrir el asedio. Solo comprendiendo esto se entiende la estrategia de Macri y Cano, kamikaze, que solo les permite fidelizar a los convencidos y no crecer en el voto menos comprometido con lo ideológico o partidario. Es probable que José Cano haya sumado en estas semanas mayor intención de voto en la Ciudad Autónoma o en la zona norte del Primer Cordón bonaerense que en la provincia de Tucumán.
El fallo anulatorio. Ya hemos puntualizado nuestras primeras impresiones, pero no deja de resultar notable y paradójico que dos jueces, escudados en el republicanismo y la defensa de las instituciones, lesionen justamente a las mismas. Es el propio Poder Judicial el que se coloca bajo sospecha o confirma su sesgo de clase y pertenencia. Como señalamos, el objetivo no es otro que pudrirla y ganar tiempo en busca de una intervención federal que confirme al electorado antikirchnerista el carácter tiránico del régimen K. Pese al deseo de los atrincherados en el bando opositor, es prácticamente imposible que una instancia superior convalide tamaño enchastre sin sustento jurídico: anular un acto electoral y llamar a nuevos comicios con base en el clientelismo es tan novedoso que ni siquiera puede ser comparado con lo realizado por Frondizi en 1962, cuando a instancias de las Fuerzas Armadas anuló las elecciones e intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, solo para ser derrocado de todos modos al poco tiempo.
Clientelismo. Los “argumentos" del fallo al respecto están colocados para alimentar a la opinión pública que considera que allí reside el fraude. Podemoscitar textualmente a los camaristas: «...las prácticas clientelares conspiran precisamente contra la expresión de libre voluntad que constituye un presupuesto indispensable del ejercicio del sufragio...» o «...el voto debe ser universal, libre, secreto y directo. Y tal libertad solo existe en la medida en que el voto se emite huérfano de violencia, amenazas, apremios y sin la existencia de extorsiones, aprovechamiento de necesidades o promesas de un bien futuro de tipo exclusivamente personal. La libertad respecto del voto debe entenderse en el contexto no sólo de ausencia de violencia física o moral, sino desde la perspectiva que el elector está actuando con plena conciencia sobre las consecuencias de sus actos, y que está obrando en interés de la comunidad. De ahí que el voto sea un acto jurídico voluntario y para su plena validez ha de estar exento de cualquier vicio que ataque la plena conciencia y libertad en su manifestación. Y aquí el razonamiento que antecede, al contrario de lo que erradamente aduce la Provincia en su responde de demanda, no se trata de estigmatizar a un sector social ni caer en concepciones “conservadoras”...». Deberían bastar como botón de muestra. “Plena conciencia", “plena validez"; aunque elegías al voto calificado, los camaristas no presentan prueba alguna de que los votantes carecieran de conciencia —o de la suficiente conciencia— más que el triunfo del peronismo como elemento probatorio suficiente. La Gaceta también hizo referencia a la capacidad (o discapacidad) de los votantes al decir que “en Tucumán hacía rato que el voto había perdido calidad". Es este prejuicio el componente más irritante de los supuestos argumentos, puesto que deshumaniza al votante: el sujeto clientelar siempre es “arriado como ganado", ya que la plena conciencia es lo que nos diferencia como humanos de la bestia. Es la semiología del lenguaje puesta al servicio de la deshumanización, diferenciando a uno, sujeto de pleno derecho, de otro que es así “matado" simbólicamente, al ser desplazado del registro de lo humano a causa de su sometimiento por parte de las prácticas clientelares. Ese razonamiento asienta en una de nuestras tradiciones: la negación de la capacidad volitiva del Otro, sujeto clientelar, sujetado merced a lo estructural de su pobreza. Lo que traducido significa, nada más y nada menos, que el votante debería presentar su declaración patrimonial antes de emitir su voto. Desde ya preveo que algunos electores calificados preferirán justificar la no emisión.
|
|
|
|
LA OPERACIÓN DE MACRI, CLARÍN Y LA NACIÓN PARA VIOLENTAR LA VOLUNTAD POPULAR
Tucumán, un ensayo para lo que viene
Roberto Caballero 20 de Septiembre de 2015 | 12:00
El fallo de la Cámara que anuló las elecciones entrará en los anales de la jurisprudencia fallida. Habría, en el entendimiento de estos jueces, un voto civilizado y otro barbárico. La operación de Macri y el Grupo Clarín para el golpe judicial puede ser vista como un ensayo para un drama general que saldría a escena la noche del próximo 25 de octubre.
El fallo de cámara que declaró nulas las elecciones tucumanas, si se lo mira aisladamente, descontextualizado, tal vez sea un papelón jurídico inédito. Un tribunal incompetente para tratar cuestiones electorales se autoerige en apto para hacerlo y con la firma de dos jueces invalida un resultado donde el oficialismo aventajó por 113 mil votos al candidato opositor, que, pese a la supuesta maquinaria fraudulenta denunciada, se alzó con el triunfo nada menos que en la capital provincial. El cuerpo del fallo son 49 fojas, donde los magistrados desconocen lo hecho por la Junta Electoral en materia de transparencia y control del comicio, citan profusamente materiales periodísticos de diarios y canales opositores, mencionan jurisprudencia a granel de Carlos Fayt y prejuzgan que los tucumanos no fueron libres de votar a quien querían y lo hicieron mal porque no se habrían respetado parámetros escandinavos en la organización y ejecución de la compulsa. Hábiles en el manejo de los argumentos, los jueces no citan la ya famosa quema de urnas que mantiene detenidos a cuatro militantes y candidatos del PRO local, origen de la mayor operación de sentido que buscó deslegitimar la elección, condición previa que dotó de verosimilitud al golpe judicial que Clarín y Mauricio Macri calificaron de "histórico". Directamente, impugnaron todo, una vez instalada la sospecha con ayuda de la prensa hegemónica. La pieza, que seguramente entrará en los anales de la jurisprudencia fallida, recoge además la suma de prejuicios contra los sectores populares a la hora de votar: que son arriados, que se los compra con bolsones de comida y que eligen contra sus propios intereses por la aplicación de mecanismos de cooptación de voluntades que anulan hasta la alienación sus capacidades de discernimiento. De allí al voto calificado hay sólo un paso. Habría, en el entendimiento de estos jueces, un voto civilizado y otro barbárico. El primero sería uno que vota según el criterio que conforma a los magistrados, el segundo uno que lo contradice en las formas y en el fondo. Está todo escrito, la pieza jurídica habla por sí misma y desnuda sus propios desaciertos en cada uno de sus párrafos. Se supone que la Corte de Justicia provincial corregirá en las próximas horas la arrogancia de un tribunal que se autoproclama intérprete de misteriosas fuerzas republicanas, que en nombre de la defensa de la voluntad popular no hizo otra cosa que violentar e ignorar esa misma voluntad popular declarando nulo lo votado por los tucumanos, con la anuencia y algarabía de los tractores de la Sociedad Rural frente a la Casa de Gobierno. Hasta acá, lo que se puede decir del insólito fallo en materia judicial. Ahora, si se suma al análisis el contexto político, la cosa se agrava. Desde 1983 que no se declaraba nula una elección democrática. Tucumán puede ser visto como un ensayo para un drama general que saldría a escena la noche del próximo 25 de octubre. Si el resultado no conforma a los poderes fácticos que apoyan la candidatura de Macri, no faltarán jueces que intenten por la vía del amparo primero, la intromisión en fueros que no le son propios después y finalmente mediante fallos que repongan el orden natural de las cosas que a ellos se les antojan, decretar una suerte de estado de sitio para desgastar la voluntad ciudadana expresada libremente en las urnas. Es un escenario temerario, sin dudas. Pero más temerario sería descartarlo, después de lo ocurrido en el ensayo tucumano. Ya lo dijo La Nación en su editorial "Sin transparencia electoral no hay democracia”, del viernes 18. El medio es el mensaje. Se trata del diario que apoyó todas las dictaduras que hubo en el país en aras de la República, la libertad y la democracia. Porque hay que volver a decirlo: ningún golpe se hizo en nombre del fascismo, ni de la muerte, ni del caos, ni de la depravación humana. Todos fueron ejecutados bajo la sagrada promesa de restaurar el orden, garantizar la paz y hasta sentar las bases de la democracia civil, feliz y duradera. Los dictadores (cívicos y militares) nunca se vieron a sí mismos como violadores seriales de leyes y derechos personalísimos, sino como intérpretes mesiánicos de presuntos valores trascendentes para la convivencia. Los 18 años de proscripción electoral del peronismo se fundaron en la supuesta nocividad del voto peronista para el sistema democrático. Se excluyó así de la vida política a la mitad de la población durante casi dos décadas: y se lo hizo bajo la odiosa premisa de que la democracia verdadera no podía incluirlos, porque votaban peronismo, y votar peronismo era antidemocrático. Cualquier parecido con el fallo de los camaristas tucumanos no es pura coincidencia. Son los mismos sectores, con argumentos parecidos, en busca de la misma absurda utopía, que viene desde la época del Fraude Patriótico: que la gente vote distinto a lo que vota mayoritariamente, por convicción o por conveniencia, eso es lo de menos, porque la razón del voto es privativa de quien lo ejerce. Pero los sectores conservadores, que siempre han visto en el voto popular una suerte de anomalía institucional, una injerencia inexplicable en el debate sobre el poder, no se resignan a tutelar o torcer esa voluntad ciudadana. Por las buenas o por las malas. Habrá en lo sucesivo, entonces, denuncias de fraude a granel. Pasó en Tucumán. Pasó en la antesala de la elección chaqueña de hoy. Pasó en todos los canales de televisión. Y pasó ante los ojos de los jueces Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía, que integran la Cámara Electoral Nacional, ante quienes un grupo de opositores encabezado por Patricia Bullrich dejó un escrito con 30 exigencias para garantizar la transparencia, como pidió La Nación, del comicio de octubre. ¿Qué van a decir si sólo se cumplen 20? Fraude. ¿Qué dirán si se concretan 29? Fraude. ¿Y qué dirán si se cumplen las 30 y gana el FPV? Fraude. Porque lo que no es transparente, lo que ensucia la elección, en el concepto opositor, es aquel voto que no los acompaña y elige al peronismo. Han construido con ayuda de los fabricantes de sentido de los grupos hegemónicos de la comunicación un nuevo apartheid, con reglas propias. Los incluidos en calidad de votantes aptos son los que rechazan al peronismo y todo lo que este representa. A los integrantes de ese contingente se los declara votantes de primera, lúcidos y civilizados militantes de la república. Para el resto, hay sólo prejuicio y destrato: son comedores de presupuestos públicos, beneficiarios de prebendas escandalosas, electores de dictadorzuelos de provincia, varios escalones por debajo de lo exigible en la democracia imaginaria que promueven desde su narrativa impoluta. A estos les está impedido el ingreso a la ciudadela de las grandes decisiones. Se los invalida de antemano. Son carne de fraude, dicen, porque son pobres, manipulables, incapaces que necesitan tutela de los que realmente saben lo que el país, y ellos mismos, como habitantes de segunda, necesitan. Joaquín Morales Solá ya lo anunció, también desde La Nación. No sólo van a gritar fraude: quieren impedir que Cristina Kirchner haga un traspaso de mando ordenado. No quieren la foto de la entrega del bastón y la banda a otro presidente surgido de la voluntad popular, en los tiempos previstos por la Constitución Nacional. Sobre todo, porque descuentan que lo hará en beneficio de otro peronista, que llegará a la Casa Rosada con sus votos, que son votos peronistas. El columnista preferido de Mauricio Macri fue claro: como la diferencia para ir a un balotaje será mínima, la oposición deberá denunciar de modo airado el manejo fraudulento para ver si en el escrutinio definitivo aparecen esos votos que le faltan. La batalla será urna por urna, distrito por distrito, mesa por mesa, cualquier falencia será sobredimensionada en sus diarios, comentada en sus canales, opinada hasta el cansancio por sus comunicadores militantes rentados, diseminada por todos sus dirigentes como si se tratara de una batalla entre republicanos y tiranos. La intención será estirar el recuento, ralentizarlo, todo lo que se pueda en el tiempo. Judicializarlo también. Si hay balotaje, que el conteo entonces dure dos o tres meses. Que haya jueces opinando. Lo necesario para que supere la fecha del 10 de diciembre, fecha tope para la entrega del poder. El objetivo declarado por. Morales Solá: que la presidencia interina sea asumida por Gerardo Zamora, como presidente provisional del Senado. Que Cristina se vaya sin su foto. Que Scioli asuma después, con una legitimidad escoriada, con el escenario en desventaja para negociar gobernabilidad con los poderes fácticos. Está escrito. Fue publicado por La Nación el día 13, bajo el título: "¿Y si Zamora es presidente?" Lleva la firma de Morales Solá. De puño y letra. Si la historia la ganan los que la escriben en este sentido, al panorama sombrío que se avecina como tormenta perfecta diseñada por los dueños del poder y del dinero de nuestro país, lo único que valdría oponerle es la esperanza de que el voto popular acompañe masivamente la profundización democrática y no los atajos opositores al pasado. Hacia ese pasado con elecciones que eran ganadas por minorías selectas aprovechando mayorías proscriptas, mientras los inspectores de salubridad institucional se llenaban la boca hablando de libertades que no existían e igualdades que eran negadas, con la república maniatada y boca abajo en un camastro reponiéndose del submarino seco. Merecido castigo por irse de parranda con esos que votan sin saber votar. Como pasó en Tucumán. O como viene pasando desde 2003 a la fecha. «
El estado de la comunicación: VHM, C5N y Antena Negra TV
La Corte de Justicia bonsái que preside Ricardo Lorenzetti dejó firme la condena contra Víctor Hugo Morales que promovió el Grupo Clarín SA y lo obliga a pagar una indemnización millonaria por haberse atrevido a pasar goles por la TV Pública cuando estos pertenecían a Héctor Magnetto y su monopolio. Aunque la cuestión de fondo es abstracta mirada en perspectiva (hoy los goles son de todos), el objetivo de la chicana legal de la cual la Corte se hizo cómplice busca acallar las voces críticas, como la de VHM, que denuncian la concentración comunicacional. El fallo validado vergonzosamente por el máximo tribunal del país es una mordaza judicial, y una censura indirecta por afectación económica que beneficia a Clarín del mismo modo que lesiona el derecho humano a la comunicación. Lorenzetti debería volver a leer la LSCA y algunos fallos de la Corte anteriores para ver qué tan grande y que tan repudiable es la tropelía que acaba de suscribir, después de haber sido reelecto con un Fayt que no estaba en condiciones de votarlo, como se reconoció finalmente con la renuncia posdatada que la presidenta le aceptó. La legitimidad de su mandato está en duda. Lorenzetti tenía una Corte de lujo: la convirtió en buffete de abogados de los grupos empresarios. ¿Qué pasaría si el conflicto tucumano llega al Palacio de Talcahuano? ¿Cómo votará la Corte bonsái? Mejor, no imaginarlo. El caso Macri que terminó con la renuncia de Fernando Niembro a la candidatura demostró que el macrismo no soporta una semana de escudriñaje periodístico como el que se le aplica al kirchnerismo de forma despiadada hace 12 años. El procesado candidato a presidente de Cambiemos mostró la hilacha en eso y también con la clausura boba a C5N, que lo desnudó como infantil y autoritario. Pero la Defensoría del Público, organismo creado por la Ley de Medios impulsada por Cristina Fernández de Kirchner, alertó que el método de mordaza a los medios opositores con reproches municipales nimios constituye un avance sobre el derecho humano a la comunicación y la LSCA que tiene a Macri como referencia insoslayable, pero del que muchos aprenden rápido:
1) El 17 de septiembre de 2015, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dispuso a través de un trámite local administrativo la clausura de parte de la señal de noticias C5N de CABA. La medida dispuesta afectó indirectamente el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información del público audiovisual. La Defensoría se presentó hoy ante el jefe de Gobierno porteño y ante el director de la Agencia Gubernamental de Control para advertir sobre la vulneración de derechos y requerir explicaciones sobre los motivos y fundamentos de las medidas tomadas respecto de la señal C5N; la gravedad de los incumplimientos administrativos esgrimidos por el GCBA para disponer dicha medida y las causas que llevaron a levantar intempestivamente la clausura.
2) El 29 de julio de 2015, el municipio de Pilar, provincia de Córdoba, dispuso la clausura de las radios locales FM TOP 100.9 y T-GUA ROCK 88.5. La Defensoría del Público recibió denuncias de las audiencias afectadas y actuó inmediatamente para garantizar el ejercicio pleno de la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información. El organismo se presentó ante la justicia federal de Villa María para solicitar la salvaguarda del derecho de las audiencias. Y, ante el municipio de Pilar, para instár a que se abstenga de invadir competencias federales y vulnerar derechos constitucionales. La justicia dictó una medida cautelar a favor de la radio afectada (7/8/2015). (Expediente DP A230/2015). 3) En el mes de junio de 2015, la Defensoría recibió denuncias del público por la clausura dispuesta por la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires respecto de la AM 740 Radio Rebelde. La intervención tendió a determinar las competencias a nivel administrativo y el conflicto quedó resuelto a través del dictado de una medida cautelar a favor de la emisora (Expediente DP C.625/2015).
4) En febrero de 2013 el gobierno de la provincia de Córdoba dispuso la clausura de las Antenas de la Televisión Digital Abierta (TDA) de las ciudades Cerro de los Mogotes, Leones, Villa Dolores, Villa María y Río Cuarto. La decisión se fundó en posibles daños y afectó a un número estimado de 400 mil personas. Las denuncias del público motivaron la intervención de la Defensoría, que junto con otros organismos federales lograron que se revirtiera la medida y que la provincia reconociera los derechos y permitiera la continuidad del uso de las antenas (Resolución DP Nº107/2014). En el caso de Río Cuarto se logró revertir la situación por la vía judicial. Las acciones de la Defensoría del Público frente a estos hechos que afectan la libertad de expresión y avasallan competencias del Estado Federal fue puesta en conocimiento del Consejo Federal de la Comunicación Audiovisual para que intervenga en el marco de sus competencias. Y, ante la reiteración de estos mecanismos, recomienda a los estados provinciales y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el pleno cumplimiento de la LSCA, en especial atención al artículo 163 que dispone que "las jurisdicciones provinciales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las municipalidades no podrán imponer condiciones de funcionamiento y gravámenes especiales que dificulten la prestación de los servicios reglados por la presente ley, sin perjuicio de sus propias competencias". También la Defensoría del Público, que dirige Cynthia Ottaviano, intervino en la causa que derivó en el allanamiento y decomiso de los equipos de Antena Negra TV, canal comunitario porteño contemplado en la LCSA, presentándose como amicus curiae ante el juzgado federal de Marcelo Martínez de Giorgi. El juez destacó que "habida cuenta que conforme al nuevo paradigma incorporado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual N° 26.522, resulta un aporte valorable para este tribunal la participación en el presente proceso de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual –creada por el artículo 19 de la citada Ley-, considerando que dicho organismo posee competencia específica sobre la materia regulada en la norma, y que reúne los requisitos contemplados en el Reglamento sobre Intervención de Amigos del Tribunal “. En el caso concreto de Antena Negra TV, el escrito presentado hace hincapié en la no utilización del uso de la justicia penal y recomienda la regularización de la situación conflictiva en la vía administrativa prevista por la LSCA, "ya que se trata del uso del espectro radioeléctrico con fines de comunicación audiovisual para beneficio de las audiencias y no de telecomunicaciones". En otro de los considerandos, la Defensoría del Público alentó "la inmediata descriminalización de la comunicación, ya que la comunicación comunitaria, alternativa y popular no es un accionar delictivo (…) La comunicación comunitaria es la expresión más genuina de un pueblo, en el ejercicio de su derecho humano a la comunicación". En el mismo sentido, bregó para que se evite "toda medida persecutoria de aquello que debe promover y proteger para mejorar la vida en democracia". «
|
|
|
|
EL PAIS › DOS ESPECIALISTAS EN DERECHO CONSTITUCIONAL ANALIZAN EL FALLO QUE ANULO LAS ELECCIONES EN TUCUMAN
Una sentencia con muchos puntos débiles
Por Sebastian Abrevaya
Lucas Arrimada *
“No dan pruebas ni fundamentos”
–Es correcta la decisión de la Cámara de declarar inconstitucional un artículo del Código Procesal Provincial (CPC) y tomar competencia?
–La competencia de la Cámara en lo Contencioso Administrativo es muy dudosa. El CPC tucumano no le confiere competencia a la Cámara en lo Contencioso Administrativo, artículos 57 y 74, pero los jueces dicen que el Código es inconstitucional y se autoconfieren facultades que la ley escrita no les otorga. El caso parece encuadrar en un caso de amparo colectivo y claramente el correspondiente artículo 74 del CPC no le confiere autoridad a dicha Cámara.
–En el caso de que hubiera habido clientelismo, ¿es realmente restrictivo de la voluntad del elector como sostienen los jueces? ¿No implica una subestimación del votante?
–Los jueces no dan prueba ni fundamento alguno del fraude sistemático. Los casos de fraude individual, de público conocimiento, que estaban siendo analizados por la Junta Electoral Provincial (JEP), con participación de todas las fuerzas políticas, parecen no alterar los resultados generales. Tristemente, la quema de urnas y otras prácticas irregulares, antidemocráticas y repudiables, fueron realizadas por ambas fuerzas en el proceso eleccionario. Los jueces simplemente conceden que existió un fraude sistemático sin dar ninguna razón ni prueba. Deciden anular una elección sin acompañar esa grave decisión con pruebas de peso. Simplemente apelan a un difuso “clientelismo político” como práctica generalizada. Además de carecer de competencia y autoridad para anular la elección, los jueces no fundamentan su decisión. Las apreciaciones de los jueces sobre el proceso democrático no otorgan pruebas sistemáticas ni concluyentes. Dicen que “la soberanía es del pueblo”, pero anulan esa soberanía con un fallo sin razones ni pruebas. No extraña que vengan de un poder aristocrático, con privilegios impositivos y jubilatorios, clasista, endogámico, no democrático, con que típicamente en Tucumán maltrató a mujeres con el caso Marita Verón e históricamente en Argentina siempre se comprometió con los actores más antidemocráticos.
–Sobre las cámaras de vigilancia de las urnas, el oficialismo argumenta que la custodia le corresponde a la Gendarmería y que las cámaras son complementarias. ¿Los problemas o irregularidades en la grabación del video, tienen valor para demostrar el supuesto fraude?
–Toda irregularidad debe ser analizada individualmente por separado por las autoridades. En toda elección hay irregularidades electorales e intentos de fraude aislados, pero esos casos se resuelven, discuten y hasta judicializan pero no pueden afectar el resultado general de todo un sistema electoral. Una irregularidad aislada, por más que sea notoria, tome estado público y nos repugne como ciudadanos, no justifica anular una elección democrática sino denunciarla y que la autoridad correspondiente decida.
–Los casos puntuales como el de una urna que habría sido abierta y luego “refajada” u otras irregularidades, si no modifican el resultado final del escrutinio definitivo, ¿son suficientes para indicar la supuesta alteración del resultado de la elección?
–Más allá del juego de fricción y desgaste entre oficialismo y oposición en Tucumán, debemos comprender que la “quema de urnas”, las prácticas de violencia y fraude político y todo desmán en un proceso tan sensible y relevante como una elección democrática deben ser, sin excepción, identificadas, castigadas y revisadas judicialmente. Si esas prácticas existieron deben ser denunciadas y los cuerpos electorales competentes pueden resolver esos casos aislados. En la práctica electoral y judicial, estos casos no alteran los resultados generales ni justifican anular una elección.
–¿Esto deja a la provincia al borde de la acefalía? ¿Hay razones para plantear la intervención federal? ¿La Cámara debería haber tenido en cuenta esa situación a la hora de resolver?
–Más allá de todos los errores en el proceso eleccionario, el clima enrarecido y de la judicialización de la elección, hay que colaborar para que las propias fuerzas políticas resuelvan la situación. El artículo 5 de la Constitución así lo establece y la propia Constitución tucumana y su legislación. En caso de que no se resuelva antes, la Legislatura provincial puede tomar una decisión provisoria como transición hasta que el debate judicial se resuelva en la Corte provincial y/o posteriormente en la Corte Suprema. Declarar nula una elección democrática, así como intervenir federalmente una provincia, son dos situaciones de excepción. Hay que fomentar que el problema político lo resuelvan democráticamente los fuerzas partidarias provinciales, con colaboración pero sin intromisión de las nacionales. Solamente excepcional y justificadamente, si esta situación fracasa, debe intervenir el Estado nacional, situación que será la última opción constitucional. Que el Estado nacional intervenga una provincia es la última opción así como que el Poder Judicial declare nula una elección democrática.
* Profesor de Derecho Constitucional en la UBA y la UP.
Mauro Benente *
“Sin sustento normativo”
–¿Era una atribución de la Cámara en lo Contencioso Administrativo fallar sobre las denuncias electorales? ¿Son correctas las citas del fallo a la jurisprudencia de la Corte Suprema?
–De acuerdo con la Ley 6944, no sería de competencia de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, pero los jueces declararon la inconstitucionalidad del artículo 57, que estipula la competencia del juez de primera instancia. Se utilizaron argumentos de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, y se emplearon precedentes sólo parcialmente útiles. Sirven para fundar la competencia de la Cámara como tribunal de alzada de la Junta Electoral provincial, pero no alcanzan para explicar la competencia sobre otras supuestas irregularidades ajenas a la Junta.
–Uno de los ejes del fallo es la cuestión del clientelismo. En el caso de que hubiera ocurrido, ¿sería realmente restrictivo de la voluntad del elector, como sostienen los jueces?
–Sobre las prácticas clientelares quisiera exponer dos matices. Primero: se alude al carácter “libre” del sufragio, siendo el clientelismo una anulación de esa libertad. Esto supone un sujeto inexistente: un átomo ahistórico aislado de parámetros culturales, sociales políticos y económicos que escoge racionalmente los cursos de acción a seguir. Pero el sujeto no es tan libre como suponen los jueces, sino que estamos siempre ya constituidos por prácticas culturales, políticas y económicas. Si fuera tan libre, podría tomar esos bienes materiales y luego votar libremente a quien deseara. Y segundo: el clientelismo alude a un intercambio entre votos y bienes materiales directos (electrodomésticos, dinero, etc.) o indirectos (futuros cargos políticos, etc.), y se lo utiliza para describir ciertas prácticas en sectores excluidos, aunque no hay tanta diferencia con otros modos de hacer política: cuando un partido político promete a las empresas una mayor tasa de ganancia, o a clases altas que podrán comprar dólares, se inscribe en una lógica de intercambio entre votos y bienes materiales. Esto no justifica el clientelismo, sino que complejiza los modos de pensar la política.
–Sobre las cámaras de control de las urnas, el oficialismo argumentó que la custodia le corresponde a la Gendarmería y que las cámaras son complementarias. Los problemas o irregularidades en la grabación del video, ¿tienen valor para demostrar el supuesto fraude? Por último, ¿son elementos sólidos las citas a notas periodísticas en el fallo o deberían haberse recolectado otro tipo de pruebas o testimonios?
–Todo proceso judicial se encuentra ante una paradoja: debe resolver jurídicamente sobre hechos conflictivos, pero nunca podrá conocerse lo sucedido. El pasado no se puede reconstruir, solamente podemos acudir a relatos y documentos y luego armar una narración plausible. Aquí estamos frente a una sentencia de suma importancia institucional que anula una elección sin contar con sustento normativo: no existe en el derecho argentino la nulidad de un proceso electoral como sanción prevista para los actos narrados. Dada esta complejidad, llama la atención la simpleza con la que se constituyó el relato de los hechos: narraciones periodísticas y programas de televisión no deben ser tenidos en cuenta. Y si son incluidos, como se trata de medios opositores, deberían adoptarse como manifestaciones de una de las partes del juicio y nunca como hechos objetivos. Los problemas en la cadena de custodia de las urnas son muy graves, pero lamentablemente no hay demasiado tratamiento en la sentencia.
–Los casos puntuales como el de una urna que habría sido abierta y luego “refajada” u otras irregularidades, si no alteran el resultado final, ¿son suficientes para indicar la supuesta alteración del resultado de la elección?
–Estas irregularidades parecen bien documentadas. Se podrían anular las mesas comprometidas y volver a votar en ellas, pero es exagerado convocar a una nueva elección en toda la provincia.
–¿La provincia quedó al borde de la acefalía? ¿Hay razones para plantear la intervención federal? ¿La Cámara debería haber tenido en cuenta esa situación a la hora de resolver?
–No creo que los tribunales deban tener a la vista solamente las consecuencias de sus fallos, y la existencia de fraude es más grave que estos eventuales escenarios. El problema es que, por la endeble argumentación y el débil material probatorio, la sentencia no convence sobre tal gravedad. De acuerdo con la Constitución Nacional, “garantir la forma republicana de gobierno” es una de las causales de intervención federal. La racionalidad moderna es centralmente instrumental, así que podría decirse que la sentencia altera la forma republicana de gobierno, pero también que la garantiza. Personalmente, no creo que sea apropiado intervenir: si la causal es la sentencia dictada por estos jueces, el remedio sería desplazarlos y el problema del Poder Judicial no es una cuestión de nombres, sino de estructuras. Hay que democratizarlo, algo que no ha hecho ningún gobierno provincial y que a nivel nacional se plantearon algunas alternativas torpes e insuficientes.
* Doctor en Derecho, profesor en la UBA y Unpaz, investigador del Conicet.
|
|
|
Primer
Anterior
6 a 20 de 20
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|