Una ola de ataques incendiarios en distintos puntos del país deja
inhabilitadas varias instalaciones y pabellones deportivos destinados a
albergar a cientos de inmigrantes.
Un centro de acogida provisional de Wertheim, en el “Land” de Baden
Württemberg (sur), con capacidad para 400 personas, sufrió serios daños y
quedó amenazado de derrumbe, tras el incendio registrado anoche.
En estado parecido quedó un edificio de viviendas que se estaba
habilitando como centro de acogida, en Laage (este del país), y que
asimismo fue pasto de las llamas la noche pasada. Las autoridades de
ambas localidades han iniciado la búsqueda de otros locales de capacidad
parecida para proceder a la acogida de los peticionarios de asilo
previstos. El ministro alemán de Justicia, Heiko Maas, expresó su
preocupación por los ataques contra instalaciones de este tipo, así como
los casos de acoso por parte de ultraderechistas registrados estos
días, mientras siguen llegando al país miles de solicitantes de asilo.
“Cada ataque incendiario contra un centro de asilados es un atentado a
todos nosotros, un atentado contra nuestra sociedad”, recalcó Maas, en
su cuenta de la red social Twitter. Además de los mencionados incendios
en instalaciones destinadas a los refugiados, este fin de semana se
registraron acciones de acoso contra asilados o los voluntarios que
participan en su acogida en varias poblaciones del este y el sur del
país.
En Riedlingen, asimismo en Baden Württemberg, un centro donde residen
47 sirios apareció con cruces gamadas pintadas en el exterior y fueron
incendiados dos contenedores de basura. En Bischofswerda, en el estado
oriental de Sajonia, se reprodujeron por tercera noche consecutiva actos
de protesta, acoso, insultos y lanzamiento de botellas por parte de un
centenar de ultraderechistas contra autobuses de refugiados. La
canciller alemana, Angela Merkel, ha condenado reiteradamente todo brote
xenófobo, mientras su ministro del Interior, Thomas de Maizière, ha
advertido que tales actos serán castigados con todo rigor.
Desde que empezó el año, y coincidiendo con las primeras oleadas de
refugiados a Alemania, se han disparado los ataques contra albergues de
asilados, nuevos o ya habitados. El caso más relevante fue el incendio
provocado de un albergue en construcción en Tröglitz (este), preparado
para recibir a un centenar de asilados, que tras semanas de amenazas
desde la ultraderecha quedó inutilizado por las llamas.
Solo en los seis primeros meses del año se registraron más de 200
agresiones de estas características, atribuidas a la ultraderecha, en un
año en que Alemania espera la cifra récord de hasta 800.000
peticionarios de asilo. Pese a los controles fronterizos implantados el
pasado domingo, han seguido llegando al país entre 2.000 y 10.000 nuevos
peticionarios de asilo diarios, a los que se registra y distribuye por
distintas regiones tras su entrada en el país.
Merkel se reunirá el próximo jueves con los líderes de los “Länder”,
que exigen desde hace meses más recursos para garantizar una acogida
digna a los refugiados, a los que hasta ahora se aloja en recintos
provisionales repartidos de forma más o menos equitativa por todo el
país.
EFE