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General: El viaje del Papa Francisco a Cuba
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 24/04/2015 04:55 |
Jueves, 23 de abril de 2015
Un pontífice latinoamericano que jugó un rol a favor del restablecimiento de la relación entre Obama y Castro
El Papa visitará Cuba y luego Estados Unidos
El viaje que Francisco realizará en septiembre podría ayudar a mejorar las relaciones entre La Habana y Washington. La visita coincidirá con la conmemoración de los 80 años de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede.
Por Elena Llorente
La visita de Francisco a La Habana ayudará a romper con el aislamiento de Cuba, afirman los vaticanistas.
Página/12 En Italia
Desde Roma
No se tratará sólo de la tercera visita de un papa a Cuba en 17 años. El viaje del papa Francisco, anunciado oficialmente ayer por la oficina vaticana y que se realizará en septiembre, podría ayudar a mejorar las relaciones no sólo con Estados Unidos, relanzadas en diciembre pasado gracias a su mediación, sino con Europa y el resto del mundo, según algunos analistas. Cuba será una escala previa al viaje ya organizado y anunciado Estados Unidos, del 22 al 27 de septiembre y que incluirá Nueva York, Washington y Filadelfia, y encuentros con el presidente Barack Obama y visitas al Congreso y la ONU.
“Esta visita ayudará enormemente a romper con el aislamiento de Cuba. La situación es favorable y todo es muy simbólico además. Un papa latinoamericano, con una sensibilidad latinoamericana, que visita un país de su continente en camino hacia Estados Unidos, el adversario histórico del castrismo, y hacia las Naciones Unidas que representa la familia de las naciones”, dijo a JeanLouis De La Vaissiere, director de la Agence France Pre- sse en el Vaticano pero sobre todo un experimentado vaticanista. “El Vaticano ha accionado, junto a la dinámica y valiente iglesia cubana, un largo esfuerzo de mediación que comenzó con Juan Pablo II y continuó con Benedicto XVI”, que visitaron Cuba en 1998 y 2012 respectivamente, añadió. El vaticanista mencionó asimismo el rol importante del virtual primer ministro vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, muy adentrado en la realidad latinoamericana, ya que fue representante de la Santa Sede en Venezuela. “Si este viaje puede indirectamente influir sobre Venezuela, es difícil decirlo –concluyó–. El Vaticano ha intentado un rol mediador, pero a veces las opciones del presidente Maduro son vistas con preocupación por Roma.”
Hace días que se venía hablando de la posibilidad de un viaje a Cuba pero la oficina de prensa vaticana había dicho que el Papa tenía intenciones de hacerlo pero que no podía confirmarlo. El viaje coincidirá con la conmemoración, en septiembre, de los 80 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede. Y, según algunos analistas, estará dedicado también a fortalecer la iglesia local, que empezó a tener una vida más activa desde la primera visita de un papa, la de Juan Pablo II en 1998. Francisco, que por su parte ha tratado de estimular el diálogo y el encuentro no sólo a nivel de las religiones en el mundo sino también entre gobierno y oposición en distintos países, tiene un amigo y aliado en la isla, el cardenal Jaime Ortega, varias veces presidente de la Conferencia Episcopal cubana y al que muchos le atribuyen un rol importante en el diálogo entre gobierno y oposición.
Se espera que el Papa sea muy bien recibido por los cubanos, y no sólo por los católicos, no exclusivamente por el rol que tuvo en la mediación con Estados Unidos, sino porque como lo ha definido la revista italiana L’Espresso, es un “papa venido del fin del mundo que entra en las cosas del mundo globalizado con mensajes de paz y de realpolitik. Artífice histórico del deshielo entre Estados Unidos y Cuba, mediador invisible entre Obama y Putin en la crisis en Siria, voz aislada en defensa de los cristianos perseguidos en Asia y Africa...”.
“La pacificación entre Estados Unidos y Cuba ha restituido a la diplomacia vaticana un rol de primer plano a nivel internacional y eso ha sido mérito del pontificado de Francisco”, dijo por su parte Sandro Magister, otro reconocido vaticanista de Italia. Bergoglio, por lo demás, conocía los entretelones de la situación cubana desde mucho antes de ser papa. Siendo cardenal de Buenos Aires, en efecto, coordinó la edición de un libro sobre los diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro, en el que se afrontaron temas como el socialismo, el ateísmo, la libertad, la democracia y el embargo.
Desde que Estados Unidos restableció el vínculo con Cuba en diciembre, las relaciones del país caribeño con Europa se han incentivado (ver aparte). El canciller cubano Bruno Rodríguez estuvo recientemente en Francia y la jefe de la diplomacia europea, Federicia Mogherini, estuvo en La Habana, precisamente para acelerar el ritmo de las negociaciones con la Unión Europea, con la cual se espera un acuerdo de cooperación para fin de año.
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(Gran Papiyo)
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Lunes, 7 de septiembre de 2015
El Papa ofrecerá la eucaristía en la Plaza de la Revolución el día 20 y se verá con Raúl Castro
Cuba ya se prepara para recibir a Francisco
Aunque el Pontífice ha calificado de “modesta” su mediación entre Washington y La Habana, los cubanos le dan el crédito y agradecen que, al fin, haya un asomo de esperanza para terminar el bloqueo económico.
Por Katalina Vásquez Guzmán
El aviso de bienvenida se ve en las calles del Centro Histórico, a la entrada de colegios, negocios y restaurantes.
Página/12 En Cuba
Desde La Habana
Andamios y cascos habitan Quinta Avenida. Frente a las iglesias católicas que el gobierno prohíbe fotografiar en esta exclusiva zona de La Habana, los trabajadores engalanan aceras y fachadas a pocos días de la llegada del papa Francisco. Mientras tanto, en Plaza de la Revolución todo está casi listo. Las tarimas para eminencias, los coros y la prensa, y una más blanca y amarilla que usará el mismísimo Pontífice para oficiar su primera misa en Cuba, están de pie a la espera del cura argentino gracias al cual, en parte, ese país pudo restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos recientemente.
Aunque Francisco ha calificado de “modesta” su mediación entre los dos pueblos de relaciones rotas desde hacía casi sesenta años, los cubanos le dan el crédito y agradecen que, al fin, haya un asomo de esperanza para terminar el bloqueo económico generado por los norteamericanos. “Ya queremos verlo; si lo lográramos, tocarlo, y si no se puede, pues bueno, recibir su bendición, orar junto a él y unidos como pueblo que ha sufrido tanto y sigue sufriendo (...) A él tenemos mucho que agradecer”, dice la abuela Rosario María, de ochenta años, quien luce orgullosa en la puerta de su casa un afiche azul y blanco con la foto de Francisco y la leyenda: “Bienvenido, Misionero de la Misericordia”.
Su nieta, quien lleva el mismo nombre, no se declara católica, pero eso no importa para acompañar a su familia y vecinos el 20 de septiembre a la gran eucaristía en Plaza de la Revolución. “Es importante que venga un papa hasta para los que no vamos a la Iglesia, eso quiere decir que el mundo está mirando para acá”, dice la joven que ayudó a su abuela en la instalación del afiche en cuanto el párroco de la calle se los obsequió.
El aviso colorido se ve también en las calles del Centro Histórico, a la entrada de colegios, y en las paredes de algunos “paladares”, restaurantes de “cuentapropistas” que representan el pequeño porcentaje de cubanos que puede trabajar y recibir dineros y divisas. Los demás dependen como en todo régimen socialista de las distribuciones oficiales. Doña Rosario dice que, a su edad, no le incomoda nada de su país, pero que entiende que los jóvenes quieran y necesiten cambios. Para ellos, el Sumo Pontífice ofrecerá un saludo especial en el Centro Cultural Padre Félix Varela, donde también abundan los preparativos y expectativa por la llegada de Jorge Mario Bergoglio.
Para Arturo Kamerun, joven músico, es importante destacar que el catolicismo no es la religión principal en la capital, donde abundan las prácticas religiosas de los afros y también existen iglesias cristianas. “No lo vemos (al Papa) como el cura católico y ya; a decir nosotros los que saludamos a la diosa Yemayá cada vez que visitamos el mar, si no lo vemos como el hombre del pueblo, el tipo latinoamericano que representa la lucha de sectores de minorías, de gente que necesita ser escuchada”, explica Arturo de 29 años, quien espera estar en la capital para la visita del Pontífice porque, dice, quién sabe si después de abrir las relaciones con Estados Unidos y todo lo que viene, algo así se pueda repetir.
El día 20 de septiembre, el Papa ofrecerá la eucaristía en la Plaza de la Revolución, y, según dice el protocolo, una “visita de cortesía” al jefe del gobierno cubano Raúl Castro, y al Consejo de Ministros de la República en el Palacio de la Revolución. Luego partirá a las provincias. Esta es la tercera vez que un papa visita esta isla del Caribe. Ya lo hicieron Juan Pablo II en enero de 1998, y Benedicto XVI, en marzo del 2012.
Será allí, entre los rostros del Che, Camilo Cienfuegos y la estatua de José Martí, donde Francisco salude por primera vez al pueblo cubano y los miles de extranjeros que siguen llegando a la isla con la idea de cruzarse en dos semanas. Será ahí en Plaza de la Revolución donde se verá el esperado cara a cara entre argentinos: Jorge Mario y Ernesto Guevara. Desde ya, miles de fieles católicos se están trasladando a La Habana por su cuenta. Otros esperan los autobuses oficiales que los llevarán de Matanzas y Pinar del Río a presenciar la misa que podría reunir más de 400 mil personas. Para los invitados especiales se dispondrán 4 mil sillas, mientras la prensa de todo el mundo tendrá una tarima especial con cupo para 400 personas. Después de La Habana, el Papa seguirá hacia Holguín y Santiago de Cuba.
Algunos cubanos tienen también la expectativa de que la visita del Papa deje al descubierto sus diversas realidades, entre ellas, la de los presos políticos y la restricción a las libertades. Para algunos defensores de derechos humanos la visita de Francisco es, además de un encuentro espiritual para los católicos, una ocasión para hacer visible que, por ejemplo, la libertad de expresión es todavía difícil de ejercer en la isla.
El 22 de septiembre será el último día de la visita de Francisco a la isla. Oficiará una misa en el Santuario Nacional, para luego pasar a la catedral de Santiago de Cuba, y celebrar un encuentro con familias cubanas. Antes de despedirse de Cuba, Francisco bendecirá a Santiago de Cuba y partirá hacia Estados Unidos donde estará hasta el 27 de septiembre en Nueva York, Filadelfia y Washington.
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(Gran Papiyo)
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Domingo, 20 de septiembre de 2015
FRANCISCO ATERRIZO EN LA HABANA, EN LA PRIMERA PARTE DE SU GIRA QUE CONTINUA EN ESTADOS UNIDOS
“Animo, a seguir avanzando por este camino”
Con la normalización entre ambos países en mente, desde el primer momento el Papa habló del bloqueo. Raúl Castro le agradeció su mediación y le pidió que hablara con Obama del cese de las sanciones y la devolución de Guantánamo.
Por Fernando Cibeira
Francisco y Castro en el aeropuerto de la capital.
Desde La Habana
Difícil quitarle el calificativo de “histórica” a la visita de Francisco a Cuba aunque no es inédita, porque se trata de la tercera de un papa a la isla. Lo especial del viaje iniciado ayer es que nació envuelto en la mediación vaticana para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, países que recorrerá en lo que los analistas consideran su periplo más político y significativo. Francisco hizo una mención en el mensaje que dio a su llegada al aeropuerto José Martí. “Desde hace varios meses estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos tras años de distanciamiento”, sostuvo. Y arengó: “Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino”. El presidente Raúl Castro, que lo seguía con atención, asentía. Una multitud se acercó a saludarlo en su camino a bordo del papamóvil desde el aeropuerto a la nunciatura, donde quedó alojado. Hoy, el Papa dará una misa en la Plaza de la Revolución de la que participará la presidenta Cristina Kirchner, que lo saludará después de la ceremonia.
Raúl y el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, esperaron al Papa al pie de la escalerilla del avión de Alitalia, bajada que resultó un poco accidentada por culpa del viento tormentoso que voló el solideo que le cubre la cabeza. Luego de los saludos, Francisco conversó y bendijo a los niños que le alcanzaron un ramo de flores. Más allá de las vallas, un grupo de jóvenes con banderas cubanas y vaticanas. “Esta es/ la juventud del Papa”, cantaban. Hablaron desde un escenario bajo un techo: dos sillas, un atril. Ambos leyeron sus discursos, el de Raúl Castro más extenso que el del Papa.
“Hemos agradecido su apoyo al diálogo entre los Estados Unidos y Cuba. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas ha sido un primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que requerirá resolver problemas y reparar injusticias. El bloqueo, que provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar. El territorio que usurpa la Base Naval de Guantánamo debe ser devuelto a Cuba”, enumeró el presidente cubano el referirse a las gestiones papales. Consideró “memorable” el encuentro que ambos habían mantenido en mayo pasado en el Vaticano. Aquella vez, Raúl Castro advirtió que si el Papa seguía hablando así, él iba a volver a rezar y a la Iglesia Católica.
Castro dijo seguir con “mucha atención” los pronunciamientos de Francisco y mostró sus coincidencias en varios temas, como la preocupación por el daño ambiental, el consumo desenfrenado, el uso de armas nucleares y por la justicia social. Mostró su preocupación por los intentos de desestabilización a gobiernos de la región, tema que luego habló en la cena con Cristina Kirchner (ver aparte).
“Es un signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo”, consideró Francisco en su mensaje, e instó a “desarrollar todas las potencialidades” que brinda el acercamiento bilateral “como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de sus pueblos, de toda América, y como ejemplo de reconciliación del mundo entero”. En negociaciones reservadas y encuentros públicos, el Papa fue factótum del acercamiento, todo un logro de la diplomacia vaticana que Raúl Castro y Barack Obama agradecieron. La negociación incluyó la liberación de prisioneros cubanos en Estados Unidos y de estadounidenses en Cuba. Hay quienes ven a Francisco como candidato al Nobel de la Paz por todo esto.
Una delicadeza fue mencionar a Fidel Castro en su discurso, por quien dijo sentir “especial consideración y respeto”. Ubicó a Cuba en el mapa como “un archipiélago que mira hacia todos los caminos”, por lo que “su vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad”.
Se esperan cientos de miles de cubanos de La Habana y sus alrededores copando la emblemática plaza como en las grandes ocasiones. Un anticipo fue lo que se vio ayer a lo largo de varios kilómetros a través de las avenidas Rancho Boyeros y de la Independencia. Prevalecían las banderitas cubanas y vaticanas, también alguna camiseta de fútbol argentina, un deporte cada vez más popular en la isla. La aparición del papamóvil provocaba el grito espontáneo. No todos serán católicos, pero sí mayoría de agradecidos al papa latinoamericano por sus gestiones, hecho que ya se traduce en algunas mejoras para la vida cotidiana. Además, aquí valoran que el Papa visite primero La Habana y recién después conozca Washington y la Casa Blanca. También, que de los 26 discursos que pronunciará en la gira, 22 serán en español y apenas cuatro en inglés. Pero los cubanos esperan más cambios. El principal, el fin del embargo. La decisión está en manos del Parlamento norteamericano, en donde el Papa hablará el próximo jueves.
Francisco enmarcó su visita en el aniversario 80 de las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y la isla. Claro que el vínculo fue irregular desde el triunfo de la Revolución, en 1959. Pasó décadas de ruptura hasta una progresiva recomposición que comenzó a gestarse en los ‘80 hasta la visita de Juan Pablo II, en 1998. “Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”, fue la famosa frase que el papa polaco pronunció en aquella ocasión y que ayer recordó Francisco.
En Cuba varios se consideran religiosos, pero no mayormente católicos. Hay muchos seguidores de ritos afroamericanos, mucha “santería”, y a veces mezcla de todas esas cosas al mismo tiempo. Pero por primera vez desde la Revolución se comenzó a construir una iglesia, lo que se ve como una señal de cambio hacia Roma. Será una barriada obrera de La Habana y se llamará San Juan Pablo II, en un terreno cedido por el Estado.
Hoy, temprano para evitar el sol calcinante del mediodía, Francisco ofrecerá su primera misa en la Plaza de la Revolución. Un austero escenario erguido bajo el lema “Misionero de la Misericordia”. Estará Cristina Kirchner y un tercer argentino, el Che Guevara, los observará desde la famosa imagen del muro del Ministerio del Interior. La agenda marca luego una reunión con Raúl Castro, una visita a la Catedral y un encuentro con 5 mil jóvenes. Mañana la actividad se trasladará a Holguín y a Santiago de Cuba, donde cerrará su visita el martes con una oración a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.
“El papa Francisco está haciendo una verdadera revolución en la Iglesia Católica”, aseguró ayer el teólogo brasileño Frei Betto en una conferencia de prensa en la sala montada en el Hotel Nacional, a propósito de la visita. “Es un hombre que defiende a los pobres, a los derechos humanos, que ha sacado una encíclica sobre la degradación medio ambiental”, enumeró. El teólogo de la liberación concluyó que la presencia del Papa es “un reconocimiento y un legado para el pueblo cubano y su Revolución, ésa que ha desarrollado valores evangélicos y humanos como la solidaridad”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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Muy interesante.
UN LIBRO DE BERGOGLIO DE 1998 SOBRE LAS SANCIONES A LA ISLA
Francisco y el embargo a Cuba
Por Fernando Cibeira
Desde La Habana
La visita que comenzó ayer Francisco a Cuba es la tercera que realizan los papas a la isla. La primera fue la de Juan Pablo II, en 1998, a la que siguió la de Benedicto XVI, en 2002. Estos antecedentes vienen a mostrar la importancia que le otorga el Vaticano a la pequeña isla caribeña que adoptó el ateo marxismo-leninismo como sistema político en medio de un continente ampliamente católico. En ocasión de la primera visita papal, la de Juan Pablo II, el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, escribió un librito de análisis –oportunamente reeditado por estos días– que puede verse como un adelanto de lo que serán los varios mensajes que ofrecerá el Papa en la isla. Ya por entonces –se aproximaba el fin del menemismo–, Bergoglio se mostraba muy crítico de las políticas neoliberales y del bloqueo de Estados Unidos. “El embargo norteamericano ha provocado que Cuba dejara de percibir unos 25 mil millones de dólares en exportaciones de bienes y servicios”, denunciaba. También alertaba sobre la situación de los derechos humanos y de la libertad religiosa en la isla.
Después de aquella histórica visita de Juan Pablo II que cerraba formalmente los largos años de conflicto entre Cuba y el Vaticano, Bergoglio convocó a sacerdotes y laicos a reflexionar sobre esos acontecimientos. El resultado se publicó bajo el título Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro. Bergoglio valoró mucho el viaje porque lo interpretó como un gesto de diálogo que, insiste en varios párrafos, es el mejor camino para llegar a la verdad. A partir de los ’90, luego de la caída de la URSS y durante la crisis económica que se conoce como “período especial”, el gobierno de Fidel Castro cambió su visión antirreligiosa e hizo modificaciones en la Constitución nacional.
Las críticas al bloqueo norteamericano surgen desde las primeras páginas. “Según el análisis de la Iglesia, los motivos los cuales Estados Unidos instauró el embargo se encuentran totalmente superados en la actualidad. Frente al desmantelamiento de la URSS, Cuba se encuentra desarmada en el sentido estricto de la palabra”, subrayaba Bergoglio. Pasaron 17 años de esa sentencia y, en lo esencial, el bloqueo a la isla se mantiene. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, busca ahora levantarlo, pero la decisión depende del Parlamento.
“No se pueden admitir los postulados del neoliberalismo y considerarse cristiano. El fracaso de las soluciones marxistas y colectivistas no autoriza al sistema capitalista a comportarse como le venga en gana”, sostenía Bergoglio, que consideraba al neoliberalismo “en las antípodas del Evangelio: porque siembra desocupación marginando fríamente los sobrantes; porque vacía de contenido humano los progresos económicos, preocupándose sólo porque los números cierren”.
Luego de años de choque –en los que la Iglesia tomó la postura de oposición al gobierno de Fidel Castro, quien la consideró parte de la contrarrevolución–, Bergoglio mostró cómo se habían acercado posiciones en los últimos tiempos. “La reivindicación de los derechos del hombre que la Iglesia reclama sin cesar (alimentación, salud, educación, entre otros), se inscriben en los alcances del concepto de derechos humanos al que Fidel Castro adhiere y se muestra orgulloso de defender en Cuba”, escribió.
También puntualizaba sus diferencias, que habrá que ver cómo quedarán planteadas durante esta visita. “El objetivo pastoral de la Iglesia busca preservar la paz, asistir a los necesitados y promover la solidaridad y la reconciliación del pueblo cubano; lo que dista sustancialmente de las pretensiones castristas”. Y destacaba el mensaje de Juan Pablo II, un pontífice de raíz conservadora, sobre “la necesidad de franquear el camino que permita a los ciudadanos cubanos participar en la vida civil de ese país. Es necesario para Cuba y para otras naciones emprender un plan tendiente a transformar algunas estructuras y en especial sus instituciones políticas, para sustituir regímenes corrompidos, dictatoriales o autoritarios, por otros democráticos y participativos”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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De: Matilda |
Enviado: 21/09/2015 00:52 |
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De: Matilda |
Enviado: 21/09/2015 01:18 |
La hija del Che critica el llamado del Partido Comunista a asistir a las misas que celebre el papa
14YMEDIO, La Habana | Septiembre 18, 2015
Aleida Guevara en junio de 2014. (Flickr)
Aleida Guevara, hija de Che Guevara y directora del Centro de Estudios al que da nombre su padre, ha criticado el llamado que las autoridades han hecho a los cubanos para asistir a las misas que tendrán lugar durante la visita del papa Francisco a Cuba.
"El PCC (Partido Comunista de Cuba) nos pide a los militantes que vayamos a la misa, que vayamos a recibir al papa Francisco; es como una tarea de Partido prácticamente, con lo cual yo no estoy totalmente de acuerdo", dijo Aleida Guevara a la AFP.
Además, Aleida Guevara acusa a la Iglesia católica de haber sido "en gran médida cómplice de los asesinatos y la desaparición de más de 30.000 argentinos" durante la dictadura militar (1976-1983). Sin embargo, le da el beneficio de la duda a Francisco, aunque no quiere indagar para no decepcionarse: "Yo no sé dónde estaba el papa en ese momento. ¿Qué hizo realmente? No lo sé".
"Yo voy a recibir al papa como un visitante , me parece correcto porque viene a mi casa y yo lo recibo con lo mejor que tengo, eso es lógico. Pero ir a una misa no, porque aquí hay libertad de credo y yo no creo, por tanto no tengo por qué ir", sentencia.
Durante su visita, el papa celebrará varias misas, la primera de ellas el domingo en la plaza de la Revolución, otra el lunes en Holguín y una última el martes día 22 en la Basílica menor del Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba.
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Los detenidos en la Plaza al Papa:
'¡Abajo la dictadura, abajo Raúl!'
Cinco activistas logran acercarse al papamóvil para dirigirse directamente al Santo Padre.
Detención de opositores ante la misa del Papa Francisco.
La Habana, 20 de septiembre de 2015. (TELEMUNDO)
Un grupo de opositores integrado por Zaqueo Baéz, Ismael Boris Reñi, Aymara Nieto, Maria Ancón fueron arrestados en las inmediaciones de la Plaza de la Revolución después de conseguir acercarse al papamóvil para dirigirse al Papa Francisco, según pudo comprobar DIARIO DE CUBA este domingo.
Los activistas se dirigían a la misa del pontífice por la calle 20 de Mayo, donde había diferentes patrullas policiales. En determinado momento empezaron a gritar "libertad, libertad" y lograron lanzar algunas ocativalls delante del papamóvil. Los activistas fueron interceptados por la policía, golpeados y arrestados.
Horas antes de la misa del Santo Padre, el régimen incomunicó a la oposición bloqueando celulares. Una veintena de Damas de Blanco estaban sitiadas en la sede del grupo, en Lawton.
Por su parte, Berta Soler informó que las Damas de Blanco detenidas fueron liberadas después de la misa del Papa.
Otro grupo de opositores, integrado por 20 personas, fue también detenido y conducido al Vivac, según denunció Iván Hernández Carrillo, que feu uno de los detenidos. Hernández Carrillo también se refirió a los jóvenes arrestados tras acercarse al papamóvil. Según explicó, se dirigieron al Papa para decire: "Abajo Raúl, abajo la dictadura".
Por otro lado, la opositora Martha Beatriz Roque recibió una nueva invitación de la Nunciatura para asistir esta tarde a la catedral de La Habana para poder saludar al Papa. "Una empleada me llamó para pasarme el recado, pero no sé si podré llegar, si me arrestarán antes", dijo a DIARIO DE CUBA.
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Francisco y la dinastía Castro
La visita del Papa a Cuba termina como un gesto de apoyo al régimen.
El primer discurso del papa Francisco a su llegada a La Habana fue, utilizando una frase de José Martí, a favor del diálogo y del encuentro, y en contra de las dinastías y los grupos. Sin embargo, a pesar de esa voluntad manifiesta, el Papa prefirió no encontrarse ni dialogar con opositores al régimen. Su visita y reunión con Fidel Castro y familia han sido un gesto de apoyo a la dinastía que manda en Cuba desde hace más de medio siglo.
Desprovisto de cargos públicos y recluido en su mansión, Fidel Castro es únicamente la fuente de legitimación de una dinastía. A esa fuente fue el papa Francisco en servicio. En su homilía de la Basílica Menor del Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre relacionó la labor evangelizadora de la Iglesia con esa revolución devenida en dictadura, para intentar aplacarla. "Nuestra revolución pasa por la ternura", dijo.
Auxiliado por un cardenal que negara la existencia de presos políticos en el país, el Papa no encontró ni un minuto para los opositores y no tuvo mención para las violaciones de derechos humanos. Desde antes de su arribo a Cuba, su visita fue saludada con detenciones por parte de la Seguridad del Estado y él no tuvo palabra en contra de ello. Y cuando la Nunciatura Apostólica terminó por invitar a algunos opositores para recibir a Su Santidad y cada uno de esos invitados fue detenido por esbirros, tampoco esas intromisiones del régimen despertaron protesta o denuncia del Papa.
Hablamos, por supuesto, de palabra pública, que es la que importa en estos casos. Pues del mismo modo que el Papa ha intercedido entre los gobiernos de Cuba y EEUU para el restablecimiento de relaciones, cae sobre él la responsabilidad de interceder por el pueblo y la grey cubana ante los desmanes del Estado. Pero Francisco ha callado ante las violaciones y ha permitido que su visita a Cuba sirva de pretexto para más violaciones todavía.
Si es cautela política lo que lo decidió a hacer silencio, si calló en vista de lo que puede conseguirse en las relaciones entre Cuba y EEUU o si calló para conseguir más espacio público para la Iglesia Católica en Cuba, puede suponerse entonces cuánta indignidad podrá justificarse con esas nuevas relaciones y puede también conjeturarse el papel que esa iglesia tendrá en cuanto espacio en la educación o los medios le permitan: el servicio, no a los cubanos, sino a los amos del país, a la dinastía de los Castro.
DIOS LOS CRIA Y EL DIABLO AL FINAL LOS AJUNTA.
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