La guerrilla más antigua del mundo deja las armas después de 50 años
de conflicto. Las FARC y el Gobierno colombiano han anunciado este
miércoles un acuerdo crucial sobre
justicia transicional, por el que se establecerá un tribunal especial y
se emitirán condenas que no serían pagadas con cárcel.
El acuerdo incluye elementos de judicialización para todos los
actores del conflicto –guerrilleros, militares, políticos,
paramilitares…–, confesión de delitos y reparación de las víctimas
contándoles la verdad de lo sucedido, según ha adelantado Caracol Radio.
También se ha puesto fecha a la firma del acuerdo con la guerrilla para poner fin al conflicto armado colombiano.
Poco después de conocerse este avance, el presidente colombiano, Juan
Manuel Santos, comunicó que viajaba a La Habana, donde se han
desarrollado las conversaciones.
Junto a Santos ha viajado el delegado de Estados Unidos para las conversaciones en La Habana, Bernard Aronson.
El máximo comandante de las FARC, Timoleón Jimenéz, Timochenko,
también se trasladó a La Habana con su delegación de negociadores en los
diálogos de paz con el Gobierno.
Santos reconoció que “no todo el mundo quedará contento”, en alusión a
uno de los aspectos más controvertidos de la negociación de paz con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“No importa donde trace uno la raya, algunos quedarán insatisfechos
de lado y lado, algunos querrán más paz, otros querrán más justicia y
estamos en esa negociación en este momento”, remarcó Santos en unas
declaraciones que también recoge Caracol Radio, para agregar: “No todo
el mundo va a quedar contento, pero estoy seguro que a la larga será
muchísimo mejor”.
El acuerdo incluye la posibilidad de que, una vez firmada la paz, los
guerrilleros podrían ser recluidos en colonias agrícolas, participar en
programas de desminado y en comisiones de la verdad.
“Dentro del esquema de justicia restaurativa, que busca reparar el
daño causado, se establecerá una priorización de casos emblemáticos que
permitan el juzgamiento para que eso procesos no queden en la
impunidad”, agrega.
El acuerdo deja claro que las víctimas son el eje central y las FARC
se comprometen a repararlas contando la verdad de lo sucedido e incluso
entregando tierras y dinero.
Del equipo que viajó a la capital cubana forman parte el jefe
negociador del Gobierno, Humberto de la Calle; el alto comisionado de
Paz, Sergio Jaramillo; y los negociadores Frank Pearl y Óscar Naranjo,
este último general retirado de la Policía.
En el ciclo negociador anterior, que terminó el 17 de septiembre, las
FARC afirmaron que están listas para “abordar y discutir” los
procedimientos para el “tránsito de organización alzada en armas a
movimiento político abierto”.
Al sistema de justicia, reparación y no repetición se incorpora la
justicia restaurativa, la que busca reconciliar a las víctimas con los
victimarios. Y que podría hacerse efectiva, según informa el diario El
Tiempo, con el trabajo de guerrilleros de las FARC en las obras de
infraestructura que servirán a las comunidades que han afectado con sus
acciones armadas. Por ejemplo, en la construcción de puentes, vías y
escuelas.
El martes pasado, el presidente Santos se adelantó al debate que
podría generar el acuerdo y dijo: “El meollo de toda esta negociación es
dónde traza uno la línea de justicia y paz. Si uno le pregunta a una
víctima dónde la traza, esa víctima va a pedir más justicia. Si uno le
pregunta a una futura víctima, va a querer más paz porque no va a querer
ser víctima. No importa dónde trace uno la raya, algunos quedarán
insatisfechos”.
Lo que queda en el proceso de paz, que comenzó el 19 de noviembre del
2012, son las decisiones sobre la manera como el grupo armado
concentraría sus frentes para un cese bilateral y definitivo del fuego
cincuenta años después de conflicto.
Andrés Gil/ElDiario