Hugo: ¿la pata sindical que le faltaba a Mauricio?
Moyano y Macri aprovecharon un acto del gremio de los recolectores para posar para las fotos de campaña. “Compañero” le dijo el camionero. Se viene la segunda parte de "Voy a ayudarlos a frenar a los troskos".
La contienda electoral sigue sin definirse. Macri no puede instalar una polarización con Scioli. Los escándalos de corrupción lo hacen tambalear y sigue sin resolver las debilidades de su proyecto. Entre ellas, la ausencia de lo que llaman “la pata sindical”, esas espaldas necesarias para sostener cualquier plan de ajuste serio.
El columnista de Clarín Ricardo Carpena lo decía con cierta precisión este lunes. “Algunos malpensados creen que el próximo gobierno deberá ajustar la economía para tapar los agujeros que dejará el kirchnerismo. Si eso fuera así, el nuevo Presidente necesitará de aliados que regulen el conflicto social y contengan a los trabajadores. Por eso esas mismas mentes retorcidas sospechan que Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa están tan desesperados por seducir al sindicalismo peronista”.
Scioli ya tiene su mesa sindical. El "combativo" Antonio Caló, el patotero Ricardo Pignanelli y el ex espía Gerardo Martínez la lideran. Massa tiene a Luisito Barrionuevo, Facundo Moyano y los sindicalistas de los 200 mil pesos.
Mauricio no tuvo tanta suerte. Les regaló una rosa blanca y les ofreció “ayudarlos a frenar a los troskos”, pero todavía pudo tentar a pocos. Entre ellos el Momo Venegas, un impresentable que les descuenta a los peones rurales para "representar" a los terratenientes.
Sin embargo, después de semanas aciagas, este lunes Mauricio tuvo una alegría.
“Supuestamente de derecha”
La excusa fue la entrega de distinciones a los trabajadores del Servicio Público de Higiene Urbana. Los funcionarios del gobierno porteño, esos que cobran sueldos millonarios y hacen negocios con el Estado, le entregaron a los recolectores premios a “la antigüedad, al presentismo y a la vocación de servicio”.
Hugo tiene una antigüedad aproximada de 30 años en el sillón del gremio y un importante presentismo en campañas de los partidos tradicionales. Pero no recibió ningún premio por eso. Sin embargo, volvió a mostrar su incomparable vocación de servicio.
Quedó claro cuando señalando a Macri, y con los trabajadores como telón de fondo, dijo que "este gobierno de derecha, supuestamente de derecha, fue el primero que reconoció los derechos de los trabajadores".
O cuando le dio un baño de popularidad a Macri con un guiño: "compañero... ¿le molesta que le diga compañero?".
Tengo un camión amarillo
Macri espero su lugar y le devolvió los gestos a Moyano.
Dijo que "las paritarias son un instrumento que tenemos que cuidar", “que todos puedan acceder al trabajo digno” y “vamos a terminar con la estafa del impuesto a las ganancias”.
Con esas frases demagógicas y Moyano como interlocutor, Macri se dirigió no sólo a las cúpulas sindicales, sino también al voto de los trabajadores que le viene siendo esquivo.
"Sabemos que hay peronistas que no están conformes ni contentos con el kirchnerismo", remató Macri. Así busca competir con Massa, que a pesar de sus antecedentes anti-obreros viene queriendo ganar votos en ese terreno, a pura demagogia.
Un compañerismo de conveniencia
El macrismo aprovechará el acto para intentar mostrar que, si llega al gobierno, va a contar con el apoyo de un sector de las cúpulas sindicales. Si hay que descargar la crisis sobre el pueblo trabajador, alguien tiene que hacer el trabajo sucio.
Moyano también tiene sus intereses. Se cansó de jugar a perdedor y ahora pone un huevo en cada canasta. Su hijo y algunos de sus socios con Massa; otros dirigentes de la CGT Azopardo con Scioli; ahora un guiño para Macri.
Es un “compañerismo” de conveniencia.
El Frente de Izquierda es la única fuerza que levanta, con cientos de trabajadores combativos en sus listas, la pelea contra los candidatos del ajuste y la burocracia sindical.
Tema anterior
Primer 