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General: Bloqueo de EEUU contra Cuba.Absoluto descrédito mundial .-
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Respuesta  Mensaje 1 de 15 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 30/10/2013 11:45
Bloqueo de Estados Unidos contra Cuba

Absoluto aislamiento y descrédito mundial

• 188 países apoyaron la resolución de condena al bloqueo; solo votaron en contra Estados Unidos e Israel, y se abstuvieron Micronesia, Palau e Islas Marshall

Foto: ONU
Intervención del Ministro de Relacio­nes Exteriores de Cuba, Bruno Rodrí­guez Parrilla, en el 68 Periodo de Se­siones de la Asamblea General de Na­ciones Unidas. Nueva York, 29 de octubre de 2013.

• El Gobierno de Cuba, como expresión de su voluntad de paz y convivencia respetuosa, reitera su disposición a avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales y ratifica su disposición para establecer un diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto a nuestra independencia

• Cuba es el único destino en el planeta, prohibido a los viajes de los ciudadanos estadounidenses. Es un asunto constitucional relevante que, en esta materia, los ciudadanos norteamericanos no sean iguales ante la ley, según sean o no de origen cubano

• Estados Unidos no es un socio comercial de Cuba, como afirman desvergonzadamente sus representantes

• Las sanciones permanecen intactas y se aplican con todo rigor

• El cerco económico se ha apretado y su impacto está presente en las carencias y dificultades que sufre la familia cubana

• El Presidente Obama podría utilizar sus amplias facultades constitucionales, aun sin pasar por el Congreso, para generar una dinámica que cambie la situación

• Durante el gobierno del presidente Obama, el bloqueo ha sido recrudecido

• Habría que hacer prevalecer el diálogo, la negociación e, incluso, la cooperación en lo que sea posible y conveniente, en beneficio de ambos pueblos y de las relaciones hemisféricas

• El bloqueo es un acto inculto que impide el libre movimiento de las personas, el flujo de la información, el intercambio de ideas y el desarrollo de vínculos culturales, deportivos y científicos



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Respuesta  Mensaje 3 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/10/2013 11:49
El mundo condena una injusticia

NACIONES UNIDAS.— La comunidad internacional ratificó este martes en la Asamblea General de la ONU el aislamiento de Estados Unidos en su aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba.

Ese foro, que reúne a los 193 países miembros de Naciones Unidas, aprobó una nueva resolución sobre la necesidad de poner fin al cerco de Washington, documento respaldado por 188 países, con el voto en contra de Estados Unidos e Israel, y las abstenciones de Micronesia, Palau e Islas Marshall.

Previo a la votación del proyecto de resolución, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y los países del Mercado Común del Sur (Mercosur), denunciaron que el bloqueo difiere de los principios de la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional.

Informa PL que a nombre de la CELAC, Chile llamó a los países miembros a ajustar su actuar nacional e internacional a los derechos, obligaciones, y los principios consagrados en ese documento.

Venezuela, quien habló a nombre de las naciones que integran Mercosur, consideró que el bloqueo también viola los principios de igualdad entre los estados y la no injerencia en sus asuntos internos.

Por su lado, Delano Bart, representante permanente de San Cristóbal y Nieves ante Naciones Unidas, consideró en nombre de la Comunidad del Caribe (Caricom) que el costo social, económico y humanitario del cerco estadounidense se está haciendo cada vez más agudo.

Mientras, el representante permanente asistente de China ante la ONU, Wang Min, exhortó a Estados Unidos a poner fin tan pronto como sea posible al bloqueo, y denunció que esa medida también afecta las interacciones económicas, comerciales y financieras normales entre Cuba y otros países, por lo que socava los intereses y la soberanía de terceros países, reporta Xinhua.

Mientras, el vicerrepresentante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Dmitri Maximichev, declaró que esa política de Washington es una reminiscencia de la Guerra Fría.

Por su parte, el representante argelino Mourad Benmehidi recordó que su país siempre ha condenado la imposición de leyes extraterritoriales y otras formas de coerción económica y comercial.

El bloqueo a Cuba no sirve a ningún propósito justo, es una anomalía anacrónica injustificada, declaró a su turno el representante de la Organización para la Cooperación Islámica, Roble Olhaye, y destacó que esa sanción unilateral de Estados Unidos contribuye a impedir las aspiraciones de desarrollo del pueblo cubano.

Mohammad Adeeb, miembro del Parlamento indio y de la delegación de su país ante la ONU, exigió el cese inmediato de esa política hostil, la cual consideró como una medida extraterritorial y contraria a la opinión mundial. Precisó que afecta a Cuba desde el punto de vista económico y niega acceso a tecnologías adecuadas para el desarrollo.

CUBA DESMIENTE JUSTIFICACIONES DE ESTADOS UNIDOS

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, ejerció el derecho de réplica luego de concluir la explicación del sufragio de los países y rebatió los criterios presentados por Ronald Godard, asesor principal del área para Asuntos del Hemisferio Occidental de los Estados Unidos, quien atribuyó la postura de su país al supuesto interés de "apoyar a los cubanos en sus aspiraciones".

Miente el señor Godard cuando dice que Estados Unidos promueve los derechos humanos en la Isla, porque es el bloqueo una violación masiva, flagrante y sistemática de esos derechos y un acto que califica de genocidio, afirmó Rodríguez Parrilla citado por PL.

Rechazó, además, argumentos esgrimidos por Godard sobre supuesta asistencia humanitaria y acceso a Internet. Al respecto, denunció que los elementos presentados en la Asamblea se refieren en realidad a recursos destinados por Washington a la desestabilización, la subversión y la política del cambio de régimen en Cuba.

Rodríguez Parrilla instó a Estados Unidos a dejar el doble rasero y la mentira.

infografía: Cubahora


Respuesta  Mensaje 4 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/10/2013 11:50
El bloqueo es agresivamente extraterritorial y una violación del Derecho Internacional

Intervención del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en el 68 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Nueva York, 29 de octubre de 2013.

Señor Presidente:

El Departamento de Comercio de los Estados Unidos ha puesto como condiciones para emitir una licencia que autorice cualquier suministro de equipos, dispositivos o medicamentos, al Cardiocentro Pediátrico William Soler de La Habana, el uso exclusivo de estos en pacientes cubanos, monitorear su destino final, que no se utilicen en actos de tortura, en violaciones de derechos humanos, en producciones biotecnológicas, ni sean re-exportados. En el Apéndice E del formulario de la licencia, pide numerosos datos para cerciorarse de que el Cardiocentro no tiene vínculos con la producción de armas químicas y biológicas, con tecnologías de misiles, ni armas nucleares.


El canciller cubano, Bruno Rodrí­guez Parrilla, se dirigió una vez más a la Asamblea General de la ONU para reclamar el fin del bloqueo.

Decenas de prestigiosos especialistas, al menos cinco reconocidos hospitales estadounidenses y muchos otros en el planeta conocen bien esta institución especializada en Cardiología y Cardiocirugía pediátricas, que desde el 2010 ha operado del corazón a 1 101 niños y atendido a decenas de miles de pequeños pacientes.

Sin embargo, el Cardiocentro continúa siendo catalogado por el Departamento de Comercio como "Hospital Denegado".

Como consecuencia, las niñas y niños cubanos no pueden ser tratados con el dispositivo Amplatzer para curar la comunicación interauricular o cerrar el cortocircuito vascular en el conducto arterioso del corazón, ni con los dispositivos utilizados en el cateterismo intervencionista, o recibir medicamentos de mejor calidad para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, antiarrítmicos y antibióticos de última generación.

Por esa razón, decenas de menores sufrieron cirugías toráxicas que pudieron ser evitadas. Otros ciento dos niños operados, con hipertensión pulmonar, no pudieron ser tratados con gas óxido nítrico, que es una de las mejores terapéuticas disponibles.

De igual manera, el Instituto de Cirugía Cardiovascular carece de piezas de re-puesto, contraste y software avanzado para realizar eco-cardiografías.

El Hospital Ortopédico Frank País no puede sustituir la Cámara Gamma SOPHA, necesaria para el diagnóstico de afecciones tu-morales malignas, infecciones óseas y articulares.

El Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí no puede acceder al antiviral en solución oral infantil Kalestra, al no tener licencia del Departamento del Tesoro para su importación. Este medicamento inhibe la replicación del virus en niños nacidos con SIDA, aumenta su inmunidad y previene las enfermedades oportunistas.

Los daños humanos que produce el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos impuesto a Cuba son incalculables. Provoca sufrimientos y constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. El 76% de los cubanos han vivido bajo sus efectos devastadores desde su nacimiento.

El bloqueo califica como un acto de genocidio, según el artículo II de la Convención de Ginebra de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; y también como un acto de guerra económica, de acuerdo con la Declaración Relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada en 1909.

El Departamento de Estado miente y manipula datos de remesas de la emigración y de las pequeñas donaciones de organizaciones no gubernamentales, que él mismo obstaculiza, para presentar a su gobierno como un donante de ayuda humanitaria a nuestra nación.

El memorando del subsecretario asistente de Estado Lester Mallory, escrito el 6 de abril de 1960 y desclasificado 30 años después, dice, cito:

"La mayoría de los cubanos apoyan a Castro [... ] No existe una oposición política efectiva [...] El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno [al gobierno] es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno". Fin de la cita.

Es bárbaro e insólito que 53 años después, persista la misma política.

Señor Presidente:

Los daños económicos acumulados en medio siglo debido al bloqueo ascienden a un billón 157 mil millones de dólares, más de un millón de millones.

Hemos alcanzado resultados innegables en la eliminación de la pobreza y el hambre, en índices de salud y educación que son de referencia mundial, en la promoción de la igualdad de género, en la libertad y el bienestar equitativo, en el consenso social, en la participación democrática de los ciudadanos en las decisiones de gobierno, en la reversión del deterioro ambiental, y en el desarrollo de la cooperación internacional con un centenar de países del Tercer Mundo, ¿cuánto más no habríamos podido hacer sin este colosal obstáculo a nuestro desarrollo y los enormes costos humanos y financieros que nos han impuesto?

Durante el gobierno del presidente Obama, el bloqueo ha sido recrudecido, en particular en el sector financiero.

Históricamente, Estados Unidos ha empleado en la persecución y vigilancia de nuestras transacciones financieras y relaciones económicas el enorme poderío tecnológico de su sistema masivo de espionaje global recientemente denunciado.

Desde enero de 2009 hasta septiembre de 2013, se han impuesto multas a 30 entidades norteamericanas y extranjeras, cuyos montos totalizan más de 2 mil 446 millones de dólares por relacionarse con Cuba y otros países.

En diciembre del 2012, el banco británico HSBC, fue multado, por la misma razón, en un monto de 375 millones de USD y el banco japonés Tokio-Mitsubishi UFJ con 8,6 millones.

En marzo del 2013, la agencia Reuters suspendió los servicios de información bancaria y financiera.

El cerco económico se ha apretado y su impacto está presente en las carencias y dificultades que sufre la familia cubana en todos los aspectos de su vida.

Estados Unidos no es un socio comercial de Cuba, como afirman desvergonzadamente sus representantes, porque no puede serlo el Estado al que no se puede exportar ni comprar productos o servicios, ni usar el dólar en nuestras transacciones; de cuyas subsidiarias en terceros países no se nos permite adquirir medicinas ni alimentos debido a la Ley Torricelli, que también prohíbe entrar en sus puertos, durante 180 días, a los barcos de todo el mundo que atraquen en la isla; que impide a otras naciones vendernos todo lo que tenga más de un 10% de componentes estadounidenses o exportar aquí cualquier producto que contenga materias primas cubanas. No lo es el Estado en que rige la Ley Helms-Burton, que amplió de forma inédita las dimensiones extraterritoriales del bloqueo y codificó integralmente el "cambio de régimen" y la ulterior intervención en Cuba, ni el Estado que invoca la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, solo aplicable a situaciones de guerra y únicamente vigente para Cuba.

Nuestra pequeña isla no es una amenaza para la seguridad nacional de la superpotencia. Entonces, ¿por qué los norteamericanos no pueden acceder a productos cubanos de primera calidad, a nuestros medicamentos de última generación? ¿Por qué sus empresarios pierden oportunidades? ¿Por qué no se abren negocios que crearían empleos en tiempos de crisis? ¿Por qué las compañías norteamericanas no pueden acceder a la nueva Zona Especial de Desarrollo del Mariel?

Las sanciones permanecen intactas y se aplican con todo rigor. No es un asunto bilateral. El bloqueo es agresivamente extraterritorial y una violación del Derecho Internacional que lacera la soberanía de todos los Estados. Es una transgresión de las normas internacionales de comercio y de la libertad de navegación. La cruel inclusión de medicinas y alimentos quebranta el Derecho Internacional Humanitario. Es un acto hostil y unilateral que debe cesar unilateralmente.

Señor Presidente:

El bloqueo es el principal obstáculo al más amplio acceso a internet y las tecnologías de la información y las comunicaciones, al restringir el ancho de banda de la isla, encarecer la conectividad e impedir la conexión a los cables submarinos cercanos.

Las sanciones limitan gravemente los contactos entre ambos pueblos y los que permite, los condiciona con propósitos de "cambio de régimen" y desestabilización interna.

A pesar de que Washington ha autorizado muy selectivamente algunos intercambios culturales, académicos y científicos, estos continúan sujetos a severas restricciones y múltiples proyectos de este tipo no pudieron realizarse debido a las negativas de licencias, visas y otras burocráticas autorizaciones.

Cuba es el único destino en el planeta, prohibido a los viajes de los ciudadanos estadounidenses. Es un asunto constitucional relevante que, en esta materia, los ciudadanos norteamericanos no sean iguales ante la ley, según sean o no de origen cubano.

El Equipo Nacional de Béisbol no ha podido cobrar los pagos adeudados por su participación en el II y III Clásicos Mundiales de 2009 y 2013. Se denegó la licencia a 300 corredores norteamericanos para participar en el maratón Marabana, en 2012.

Más de 300 músicos, que participaron en decenas de proyectos artísticos en este país, no han podido recibir remuneración.

La emigración cubana sufre medidas discriminatorias. La respuesta a la reforma de la ley migratoria cubana, de enero de 2013, ha sido la persistencia en la aplicación de la Ley de Ajuste Cubano y en la política "pies secos-pies mojados" que alientan la emigración ilegal e insegura y el tráfico de personas, las cuales provocan pérdidas de vidas humanas.

Curiosamente, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) embargó los fon-dos de una Organización No Gubernamental británica, destinados a adquirir y distribuir en el Reino Unido el libro La guerra económica contra Cuba de un autor europeo, producido por la editorial Monthly Review Press, basada en Nueva York.

Durante tres meses, fueron retenidos los fondos del Consejo Latinoamericano de Iglesias previstos para costear su VI Asamblea General en La Habana.

La cooperación humanitaria, principalmente médica y educativa, que brindamos a decenas de pueblos también es objeto de represión.

El bloqueo es un acto inculto que impide el libre movimiento de las personas, el flujo de la información, el intercambio de ideas y el desarrollo de vínculos culturales, deportivos y científicos.

La política estadounidense contra Cuba sufre absoluto aislamiento y descrédito mundial y carece de sustento ético o legal. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta Asamblea General, los discursos de decenas de Jefes de Estado y Gobierno en el Debate General y los argumentos de los Estados Miembros y las Organizaciones Internacionales expuestos en el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas.

Señor Presidente:

El Presidente Obama podría utilizar sus amplias facultades constitucionales, aun sin pasar por el Congreso, para generar una dinámica que cambie la situación. En definitiva, los norteamericanos dicen que fue elegido para el cambio. ¿Qué se gana con la inercia de una política vieja, obsoleta, propia de la confrontación bipolar, enferma y éticamente inaceptable, que no ha funcionado durante 50 años? ¿Por qué no escuchar la opinión crecientemente mayoritaria en la sociedad norteamericana y en la emigración cubana, incluso en La Florida, que apoya la normalización de relaciones bilaterales y se opone al bloqueo y a la prohibición de viajar?

¿Por qué no aceptar que somos una Nación y un Estado independiente, igualmente soberano? ¿No será mejor renunciar pragmáticamente a la obcecación ideo-lógica, heredada de dos generaciones anteriores de políticos estadounidenses, que no ha funcionado y dejar de gastar los dólares de los contribuyentes para intentar, infructuosamente, cambiar al gobierno cubano?

La persistencia del Departamento de Estado en designar a Cuba, de manera arbitraria e infundada, como Estado patrocinador del terrorismo internacional, lastra la credibilidad de los Estados Unidos, precisamente desde cuyo territorio se organizaron, financiaron y ejecutaron actos terroristas contra Cuba que provocaron 3 478 muertos y 2 099 discapacitados. En Miami, tiene cómodo refugio el conocido terrorista internacional Posada Carriles, mientras se mantiene en injusta y prolongada prisión a cuatro de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos. ¿Qué impide al gobierno de Estados Unidos ponerlos en libertad como acto humanitario o de justicia?

Señor Presidente:

El gobierno de Cuba, con el apoyo ampliamente mayoritario y la participación activa del pueblo, sigue enfrascado en un profundo proceso de transformaciones económicas, dirigidas a hacer más eficiente nuestra economía socialista, mejorar el nivel de vida de la población y preservar las conquistas sociales de la Revolución.

Estas transformaciones gozan de un amplio reconocimiento internacional y cuentan con la creciente cooperación de muchas naciones, en particular, de la región de América Latina y el Caribe, con lo cual se fortalecen diversas formas de integración.

Los fundamentos de la política norteamericana hacia Cuba se mantienen inamovibles, anclados en la Guerra Fría.

Señor Presidente:

Los peligros que amenazan la existencia de nuestra especie son graves e inminentes. Para preservar la vida humana hay que salvaguardar la paz y para ello es indispensable un cambio profundo en la manera de tratar y resolver los problemas del mundo y los conflictos, mediante el diálogo y la cooperación, sin el egoísmo y la filosofía del despojo que llevan a la guerra, al uso de la fuerza y a las medidas económicas coercitivas que, silenciosamente, también hieren y matan.

Es cierto que entre ambos gobiernos existen grandes diferencias, pero el único camino productivo es encontrar una manera civilizada de relacionarnos, reconociendo que somos Estados vecinos pero distintos y que so-lo a cada pueblo corresponde dirimir sus propios asuntos, su sistema político y decidir sobre su economía, según sus legítimos intereses. Por tanto, habría que hacer prevalecer el diálogo, la negociación e, incluso, la cooperación en lo que sea posible y conveniente, en beneficio de ambos pueblos y de las relaciones hemisféricas.

La reciente reanudación de las conversaciones migratorias y sobre correo postal, así como el desarrollo de contactos acerca de otros temas de interés mutuo, como las operaciones de respuesta a derrames de hidrocarburos, los procedimientos de búsqueda y salvamento marítimo y aeronáutico, y la seguridad aérea y de la aviación, demuestran que ello es posible y útil.

El Gobierno de Cuba, como expresión de su voluntad de paz y convivencia respetuosa, reitera su disposición a avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales y ratifica su disposición para establecer un diálogo serio, constructivo, en condiciones de igualdad y pleno respeto a nuestra independencia.

Señor Presidente:

Una vez más, a nombre del abnegado, heroico y solidario pueblo de Cuba, solicito a los representantes de los Estados Miembros votar a favor del proyecto de resolución titulado "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba".

Muchas gracias.


Respuesta  Mensaje 5 de 15 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 04/11/2013 16:27
 
EEUU: Cuba no permite el acceso a internet de alta velocidad y culpa al embargo
Intervención del Embajador Ronald D. Godard, Asesor Principal de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, con
respecto al voto sobre el embargo contra Cuba, durante la Asamblea General de la ONU, el 29 de octubre de 2013.
Por vigésimosegunda ocasión, la resolución presentada por el gobierno  cubano
 fue aprobada con 188 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones.
  
Cable submarino para internet de alta velocidad, tendido entre Venezuela y Cuba, y en funcionamiento desde finales del 2011

  
Señor Presidente,
Estados Unidos apoya firmemente el deseo del pueblo cubano de determinar libremente su propio futuro. Es el gobierno cubano el que continúa negándole esta aspiración.
 
Como todos los Estados Miembros, Estados Unidos decide sobre sus relaciones económicas con otros países de acuerdo a sus intereses y principios nacionales. Nuestra política de sanciones contra Cuba es tan solo una de las herramientas en nuestro esfuerzo por impulsar el respeto a los derechos civiles y humanos que estipula la Declaración Universal, con la que la propia Organización de las Naciones Unidas está comprometida. Por lo tanto nos oponemos a esa resolución y hacemos un llamado a todas las naciones que apoyan al pueblo cubano a que también se opongan a ella.
 
Señor Presidente,
 
Estados Unidos concede su mayor prioridad a establecer y fortalecer relaciones entre los pueblos cubano y estadounidense. Estas relaciones les ofrecen a los cubanos el apoyo y las herramientas necesarias para seguir adelante con independencia de su gobierno. Los ciudadanos de Estados Unidos que realizan viajes a Cuba con un propósito bien definido son los mejores embajadores de nuestros ideales democráticos. Los cientos de miles de estadounidenses que envían remesas y viajan a la isla, a partir de la política a favor de este tipo de viajes que el Presidente Obama promoviera, son parte fundamental de la estrategia para asegurar que los cubanos tengan las oportunidades que se merecen. Las acciones a favor de los viajes, las remesas, el intercambio de información, así como la ayuda humanitaria y los intercambios de persona a persona están ayudando a los cubanos a tener acceso a fuentes de información alternativas, a aprovechar las oportunidades emergentes para el empleo por cuenta propia y la propiedad privada, y a fortalecer una sociedad civil independiente.
 
Por el contrario, la resolución de Cuba trata de culpar a un chivo expiatorio externo y eximir al gobierno cubano  de su responsabilidad con los problemas económicos de la isla. No obstante, el gobierno cubano ha reconocido ahora públicamente que estos problemas son causa de las políticas económicas que el mismo ha seguido durante los últimos 50 años. Aunque entendemos como positivos los recientes cambios que ha habido en Cuba a favor de permitir un mayor empleo por cuenta propia y abrir el mercado de bienes raíces, la isla mantiene aún uno de los sistemas económicos más restrictivos del mundo. No obstante la política de Estados Unidos, la verdad es que no se puede esperar que la economía cubana prospere mientras el gobierno cubano no abra los monopolios estatales a la competitividad privada, faculte plenamente a los empresarios cubanos, respete los derechos de propiedad intelectual, permita el acceso sin restricciones a Internet, y adopte las políticas macroeconómicas que han contribuido al éxito económico de muchos de los países vecinos de Cuba en América Latina.
 
Señor Presidente,
 
Deseo dejar muy claro que Estados Unidos es de hecho un profundo y leal amigo del pueblo cubano. En 2012, el pueblo cubano recibió alrededor de dos billones de dólares en remesas, así como ayuda a sectores privados proveniente de Estados Unidos. Esto ha sido posible gracias a las nuevas políticas administrativas estadounidenses. En 2012, Estados Unidos fue el mayor suministrador a Cuba de alimentos y productos agrícolas; y exportó a la isla casi 465 millones en artefactos médicos, medicamentos y artículos humanitarios. Un hecho reconocido por el propio gobierno cubano  es que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales de Cuba. Lejos de restringir la ayuda al pueblo cubano, estamos orgullosos de que el pueblo estadounidense sea uno de los principales proveedores de ayuda humanitaria a Cuba. Todo este comercio y ayuda se llevan a cabo en conformidad con nuestro programa de sanciones, el cual está diseñado cuidadosamente para permitir y estimular el apoyo al pueblo cubano.
 
Señor Presidente,
 
Seguimos comprometidos con las políticas que defienden el bienestar y los derechos humanos del pueblo cubano, como el derecho a buscar, recibir y compartir información e ideas a través de los medios según lo estipulado en el Artículo 19 de la Declaración Universal por los Derechos Humanos. Para ayudar a que se cumpla este derecho, apoyamos a los cubanos en sus aspiraciones al acceso a Internet, una meta que el gobierno cubano alega estar ahora cumpliendo. El gobierno cubano, sin embargo, no ha ofrecido al pueblo el acceso al Internet a través de su cable de alta velocidad que proviene de Venezuela ni se ha esforzado por aumentar los sitios de navegación. En su lugar, continúa imponiendo el aislamiento al pueblo cubano culpando, impúdicamente, al embargo.
 
Por otra parte, el gobierno cubano mantiene prisionero a Alan Gross, un ciudadano estadounidense de 63 años que fue sentenciado a 15 años de prisión por facilitar acceso a Internet a la pequeña comunidad judía de Cuba. Estados Unidos pide nuevamente a Cuba la liberación inmediata del señor Gross, así como echar abajo el muro que ha levantado alrededor del pueblo cubano.
 
Estados Unidos sigue haciendo un llamado al gobierno cubano para que finalmente permita a los ciudadanos de la isla disfrutar de las libertades económicas y políticas con las que esta organización está comprometida. La comunidad internacional no puede ignorar deliberadamente la facilidad y la frecuencia con las que el régimen cubano silencia a sus críticos, perturba las reuniones pacíficas, impide ejercer el periodismo independiente y, a pesar de los cambios positivos que ha puesto en práctica, impide aún a algunos cubanos salir o regresar al país. El gobierno cubano mantiene su táctica de detenciones por motivos políticos, de acoso y de violencia policial contra ciudadanos cubanos como las Damas de Blanco, quienes exigen pacíficamente la liberación de los presos políticos y abogan a favor de cambios políticos y sociales positivos.
 
Señor Presidente,
 
Esta resolución sirve solamente para desviar la atención de los problemas reales que enfrenta el pueblo cubano, y por lo tanto mi delegación se opondrá a ella. Exhortamos a esta organización a que apoye los deseos del pueblo cubano de poder determinar libremente su propio futuro. Al hacerlo estarían respondiendo verdaderamente a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y los propósitos para los cuales la Organización de las Naciones Unidas fue creada.
 
 
 
http://www.gabitogrupos.com/Cuba_Eterna/  Café Fuerte

Respuesta  Mensaje 6 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/11/2013 17:10
Cubanet201 una auténtica muestra de lo que es una entidad mercenaria al servicio del imperio en decadencia .-

Respuesta  Mensaje 7 de 15 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 04/11/2013 17:39
 
COMA-ANDANTES-- ELLOS SON EL PRINCIPAL EMBARGO DE CUBA--
http://www.zonagratuita.com/imagenes/barras_animadas/barra-015.gif
 

Respuesta  Mensaje 8 de 15 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 06/11/2013 15:38

Respuesta  Mensaje 9 de 15 en el tema 
De: carlos305 Enviado: 07/11/2013 00:40
Ellos representan el autobloqueo, ELLOS SON LOS MAS BENEFICIADOS CON EL SUPUESTO BLOQUEO,, LA JUSTIFICACION PERFECTAA NLA INEFICIENCIA DE SU GOBIERNO,,,

Respuesta  Mensaje 10 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/02/2015 12:23
El bloqueo de EE.UU. a Cuba no ha terminado, afirma Josefina Vidal



Cristina Escobar (CE): Cuba y Estados Unidos están viviendo una nueva etapa de relaciones diplomáticas.  ¿Cómo construir este lazo tras tantos años de enfrentamiento y qué significan los recientes diálogos entre ambos países?, fueron preguntas que llevamos a Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del MINREX, en entrevista exclusiva con la Televisión Cubana.

 

CE: Josefina, hay personas en las calles, aquí en Cuba, y también medios de prensa internacionales que dicen, o se preguntan, que el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba terminó.  ¿Eso es verdead?

 

Josefina Vidal (JV):  No, no, el bloqueo no ha terminado, lo que ha ocurrido es que en uso de sus prerrogativas ejecutivas, que las tiene, el Presidente de Estados Unidos anunció un grupo de medidas para modificar la aplicación de algunos aspectos del bloqueo, y es en ese sentido que pudo emitir un grupo de regulaciones ordenadas por él y enunciadas por los Departamentos del Tesoro y Comercio para expandir los viajes a Cuba, expandir también la posibilidad del envío de remesas y permitir algunas operaciones comerciales, todavía de carácter limitado, en esferas como las telecomunicaciones, por ejemplo.

 

CE: ¿Cuándo podríamos decir que el bloqueo terminó?  ¿Qué tiene que pasar para decir que terminó?

 

JV:  Desde que el bloqueo fue proclamado en febrero del año 1962 oficialmente hasta el año 1996 cuando se aprobó la Ley Helms-Burton, esto era una prerrogativa del Presidente; o sea, como mismo el Presidente Kennedy había decretado el bloqueo en el año 1962, un presidente con posterioridad podía haber declarado el fin de esa política.

 

En el año 1996 se aprobó la Ley Helms-Burton, que codificó el bloqueo, que quiere decir que estableció que en lo adelante el Presidente por sí mismo no podía él finalizar la política de bloqueo, sino que corresponde al Congreso de Estados Unidos declarar que esta política concluyó.

 

Sin embargo, es muy importante señalar que esa misma Ley Helms-Burton, en un acápite posterior a la codificación del bloqueo, dejó claramente establecido que esto no priva al Presidente de sus prerrogativas ejecutivas para, mediante un procedimiento que se llama licencias, autorizar la inmensa mayoría de las cosas relacionadas con el bloqueo.

 

De otra manera, el presidente Clinton, en los años 1998 y 1999 no hubiera podido modificar algunas cuestiones que permitieron ampliar los viajes a Cuba de algunas categorías de norteamericanos. 

 

Si no hubiera sido así, tampoco el presidente Clinton hubiera permitido el envío, por ejemplo, de algunas remesas limitadas a nuestro país, y tampoco Obama hubiera podido en los años 2009 y 2011 restablecer las visitas familiares a Cuba, restaurar la posibilidad para el envío de remesas a nuestro país y también permitir que un grupo de norteamericanos, que están comprendidos en un grupo de 12 categorías, pudiesen visitar nuestro país. 

 

Y lo que ha hecho Obama ahora es eso, o sea, usando sus prerrogativas presidenciales ha ampliado las transacciones, operaciones que se pueden hacer dentro de viajes, remesas, algunas operaciones comerciales, y esto quiere decir que puede seguir usándolas.

 

CE: ¿Las ha usado todas?

 

JV: No las ha usado.

 

CE: ¿Cuántas más tiene?

 

JV: El Presidente de Estados Unidos tiene posibilidades, yo diría que ilimitadas, para vaciar al bloqueo de su contenido fundamental.

 

Según los abogados que nos asesoran en este tema, porque es una cuestión que desde el punto de vista legal tiene sus complejidades, hay solamente un grupo reducido de cuestiones que el Presidente no puede modificar, porque están prohibidas por la ley. 

 

Aparte de esas cuestiones, que son muy pocas, el Presidente  puede autorizar, mediante licencias o del Departamento del Tesoro o del Departamento de Comercio, todas las demás transacciones, que incluye comercio, servicios, transportación.

 

CE: ¿Y cuáles son las que él no puede cambiar?  ¿Cuáles son las que definitivamente dependen del Congreso?

 

JV: Para empezar, el Congreso es el único que puede decir un día se acabó el bloqueo a Cuba.  Eso no lo puede decir el Presidente; pero el Presidente puede aprobar un grupo de cosas, como ya te dije.

 

Ahora, dentro de las cosas que el Presidente puede hacer se excluyen las siguientes:  está prohibido por ley el turismo a Cuba.  Hay una ley del año 2000, la Ley de Reforma a las sanciones comerciales aprobada por el Congreso —por cierto, la misma ley que permitió ventas limitadas de alimentos y productos agrícolas a Cuba—, que prohibió el turismo a Cuba.  Eso quiere decir que el Presidente ni siquiera en uso de sus facultades puede cambiar esto, o sea, Obama no puede permitir que los norteamericanos viajen libremente a Cuba.

 

CE: Una de cal y una de arena, es decir, se puede permitir el comercio limitado de productos agrícolas; pero entonces se prohíbe el turismo.

 

JV: Esa fue una condición que se impuso en la negociación de aquella ley por parte de los sectores que estaban opuestos a que se permitieran las ventas agrícolas a Cuba.

 

Por esa razón, en esa ocasión, de acuerdo con decisiones anteriores tomadas por el presidente Clinton, se habían establecido 12 categorías de personas que podían visitar Cuba, y eso fue lo que quedó aprobado por la ley, que el Presidente sí puede ampliar los viajes a Cuba dentro de esas 12 categorías, y es lo que acaba de hacer Obama; pero no puede permitir los viajes de turismo a nuestro país.  Eso corresponde al Congreso y, por tanto, hasta que el Congreso no apruebe una ley no podrán venir libremente los norteamericanos a Cuba como turistas.

 

Otra cosa que está prohibida por la ley es el comercio de Cuba con subsidiarias de empresas norteamericanas en otros países.

 

CE: ¿En Estados Unidos sí?

 

JV: Por ejemplo, Obama, en uso de sus prerrogativas, pudiera permitir mañana que una compañía norteamericana comercie con Cuba, comercie en ambas direcciones, que exporte y que importe; pero Obama no puede permitir, porque es una prohibición del Congreso, que la filial, la subsidiaria de esa misma empresa en otro país pueda comerciar con Cuba.

 

CE: Eso es parte de la extraterritorialidad del bloqueo.

 

JV:   Exactamente, y eso está contenido así en la Ley Torricelli del año 1992.

Otro elemento que está prohibido por Ley del Congreso y que el Presidente no puede modificar, es la prohibición para conceder créditos a Cuba para comprar productos agrícolas. 

 

La misma Ley del año 2000, la Ley de Reforma a las sanciones comerciales que permitió ventas limitadas, bajo determinadas condiciones, de productos agrícolas a Cuba, estableció que no se podía conceder créditos a Cuba para la adquisición de estos productos y que la única manera que teníamos de comprar era pagando en efectivo y por adelantado. 

 

Esto quiere decir que Obama no puede cambiar eso; pero Obama pudiera permitir que otros productos que no sean agrícolas se vendan a Cuba con créditos, eso es una prerrogativa presidencial que él puede usar autorizando licencias y no está prohibido por el Congreso.

 

CE: ¿Y eso no está entre las regulaciones anunciadas por el Departamento del Tesoro?

 

JV:   No está entre las regulaciones.  Por eso nosotros decimos que las medidas que ha anunciado recientemente el Presidente son medidas positivas, van en una dirección correcta; pero todavía están limitadas a un grupo reducido de esferas, de áreas, y no quiere decir que todas sus prerrogativas se han agotado.

 

Recientemente, entre las medidas que aprobó el Presidente está la posibilidad de que instituciones financieras norteamericanas establezcan relaciones de corresponsalía con bancos cubanos. 

 

Se supone que podremos empezar a usar el dólar en las transacciones autorizadas entre Cuba y Estados Unidos, que no son muchas; pero, por ejemplo, sigue prohibido el uso del dólar por parte de Cuba en sus transacciones financieras con otros países.  Eso es algo que el Presidente pudiera permitir.

 

CE: Es decir que podemos comprarle a Estados Unidos en dólares, pero no le podemos comprar a ningún otro país en dólares.

 

JV:  Exactamente, según las nuevas regulaciones que incluyen la posibilidad de exportar a Cuba, por ejemplo, algunos equipos de telecomunicaciones, se supone que vamos a poder pagar en dólares estadounidenses por esas operaciones comerciales; sin embargo, seguiremos imposibilitados de usar el dólar en las operaciones de Cuba con otros países.

 

Obama pudiera permitir el comercio mucho más allá de esto que se ha limitado a la esfera de las telecomunicaciones, eso no está prohibido por ley.  Obama pudiera permitir importaciones a Estados Unidos de productos de nuestro país, importaciones de servicios.

 

El Presidente de Estados Unidos tiene potestad, por ejemplo, para permitir también que Cuba pueda comprar en terceros mercados productos con más del 10 por ciento de componentes norteamericanos, lo cual hoy está prohibido, él pudiera emitir una licencia general para facilitar eso.

 

También pudiera permitir, por ejemplo, que se importen a Estados Unidos productos de terceros países en cuya elaboración se han usado materias primas cubanas.  Eso no está comprendido en las actuales medidas.

 

Con esto lo que yo quiero decir es que hay un camino bastante ilimitado, diríamos, de posibilidades para que un presidente de Estados Unidos, mediante sus facultades y mediante la emisión de licencias permita vaciar al bloqueo de una parte muy significativa de su contenido, y dejar al Congreso solamente lo que es potestad del Congreso, que son cosas como las que te mencioné, y, por supuesto, sepultar definitivamente el bloqueo a Cuba, que eso se tiene que hacer mediante un acto congresional.

 

CE: Uno de los temas más debatidos en las conversaciones que sucedieron hace poco tiempo entre Estados Unidos y Cuba fue la Ley de Ajuste Cubano, en la petición de Cuba de que esta termine y, además, la opinión de la delegación estadounidense de que no es voluntad del gobierno que esta termine. 

 

Y uno de los temas que mencionó precisamente la Subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental es que la política de “pies secos, pies mojados” era una ley, una cuestión soberana de Estados Unidos.  ¿Es una ley?

 

JV:   No, no es una ley.  Aquí hay dos cuestiones:  nosotros hemos tratado durante años en nuestras rondas de conversaciones migratorias con el gobierno de Estados Unidos de enfatizar el criterio de que es necesario normalizar el flujo migratorio entre los dos países, porque no es de interés para Cuba ni de interés para Estados Unidos que se mantenga un flujo migratorio irregular, un flujo ilegal por vía marítima, pero tampoco una entrada irregular en territorio de Estados Unidos desde terceros países de cubanos que salen del país de manera legal, y esto ocurre debido a la combinación de dos factores, y por eso nosotros decimos que este es el principal estímulo a la emigración ilegal y al tráfico de personas desde Cuba, y esos dos factores son:  La Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos, pies mojados”.


Respuesta  Mensaje 11 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/02/2015 12:29

La Ley de Ajuste Cubano se aprobó en el año 1966 por el Congreso de Estados Unidos para regularizar la situación migratoria en que se encontraban muchos cubanos que habían salido del país a partir del triunfo de la Revolución en 1959 y no habían legalizado su estatus migratorio en Estados Unidos, teniendo en cuenta que muchos de ellos aspiraban a regresar a Cuba con la ayuda de Estados Unidos. 

 

Eso se fue prolongando en el tiempo y el gobierno de Estados Unidos llegó a la conclusión de que ese limbo migratorio en que se encontraban miles de ciudadanos cubanos en Estados Unidos había que eliminarlo, y se aprueba la Ley de Ajuste Cubano. 

 

Y la Ley de Ajuste Cubano es muy sencilla, es un párrafo que dice que el Fiscal General de Estados Unidos, que es el Secretario de Justicia de ese país, tiene el poder discrecional para ajustar el estatus de los cubanos que en ese momento se encontraban en Estados Unidos; pero esa Ley no dice que ese poder discrecional hay que aplicarlo automáticamente a cualquier cubano que se presente en el territorio de Estados Unidos, no importa la forma que ha usado para llegar allí. 

 

Y lo que ha pasado es que con los años lo que plantea esta Ley se ha aplicado con un carácter automático a todos los cubanos que llegan a Estados Unidos, independientemente de las vías y de las formas que hayan usado para hacerlo.  Por lo tanto, hay potestad ejecutiva, en el Poder Ejecutivo en el gobierno de Estados Unidos para aplicar la Ley de Ajuste Cubano como dice la Ley, de manera discrecional y no automática.

 

A esto se añade la Política de pies secos, pies mojados, que es una política que existe en Estados Unidos desde principios de los años noventa; no está asociada, como dice alguna prensa erróneamente, a la salida de emigrantes ilegales desde Cuba, tiene sus antecedentes en otros flujos migratorios, sobre todo desde Haití a Estados Unidos, y es una política que es gubernamental, no es una ley del Congreso, y es una política según la cual la persona que es interceptada en altamar es devuelta a su país de origen y la persona que logra llegar a Estados Unidos se le permite permanecer en el país, y es una política que, como podrán entender, también estimula la emigración ilegal. 

 

No solo eso, también alienta el tráfico de emigrantes y también pone en una situación peligrosa vidas de personas en el mar o los expone a actividades de grupos delictivos que se dedican al tráfico de emigrantes; o sea, genera una serie de problemas adicionales, y más recientemente también está produciendo fenómenos asociados al fraude de documentos migratorios, teniendo en cuenta que hoy día se hace valioso para algunas nacionalidades adquirir algún documento cubano, a partir del tratamiento exclusivo, preferencial que reciben los ciudadanos cubanos.

 

En síntesis, este es el principal estímulo a la emigración ilegal que nosotros hemos reiterado a Estados Unidos que es imprescindible abordar y enfocar, con vistas a normalizar los flujos migratorios entre nuestros países y a evitar situaciones como la exposición de las vidas de personas a peligros, situaciones peligrosas en sus intentos de llegar a ese país.

 

CE: ¿Podríamos afirmar entonces que es imposible tener relaciones migratorias normales con Estados Unidos mientras no se quite la Ley de Ajuste Cubano?

 

JV:   Claro que lo podemos afirmar.  De hecho, la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos, pies mojados” son instrumentos que se aplican con carácter exclusivo para Cuba, no existen leyes similares para otros países, de lo contrario estaríamos viendo una arribada descontrolada, masiva de emigrantes del mundo entero, como parte de la tendencia natural que siempre ha existido en el mundo, desde hace siglos, de que algunas personas tratan de moverse, tienden a moverse de países con menores niveles de desarrollo hacia países con más desarrollo.

 

CE: Hay una percepción, Josefina, cuando uno escucha a los diplomáticos estadounidenses referirse a este tema, y también cuando lee la prensa internacional, de que si se le critica es porque ellos han cedido sin Cuba haber cedido lo que ellos piden, como si Cuba tuviese que hacer cosas para complacer los intereses de Estados Unidos y así nosotros, pues, tener la posibilidad de tener relaciones diplomáticos con ellos. 

 

¿Esto es así?  En términos diplomáticos, ¿cuál es su opinión sobre esto?  ¿Cuba tiene que hacer cosas para complacer a Estados Unidos?

 

JV: Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han sido históricamente asimétricas.  Por lo tanto, no se puede aplicar un enfoque de lo que llama en diplomacia de quit pro quo, yo te doy algo y tú me das algo, no se puede aplicar con automatismo, teniendo en cuenta que hay muchas más cosas que desmontar del lado de Estados Unidos que del lado de Cuba, porque en Cuba no tenemos sanciones contra empresas o ciudadanos norteamericanos, tampoco tenemos un territorio ocupado en Estados Unidos que podamos cambiar por el territorio ocupado en la base naval en Guantánamo, no tenemos programas financiados desde Cuba con vistas a influir dentro de la situación de Estados Unidos o a promover cambios en el orden interno de Estados Unidos, no tenemos trasmisiones radiales y televisivas ilegales, especialmente concebidas desde Cuba hacia Estados Unidos, sino que es lo contrario. 

 

En fin, hay un grupo mayor de políticas y de medidas que hay que cambiar del lado de Estados Unidos que del lado de Cuba.  Por supuesto que en todo proceso de negociación diplomática, en algunos temas es posible encontrar puntos en los que podemos decir:  Bueno, yo estaría dispuesto a dar esto y yo estaría dispuesto a dar lo otro, aun y cuando sea asimétricamente, con vistas a irnos acercando hacia la solución de muchos problemas. 

 

Lo que pasa es que hay una confusión, y la prensa, de alguna manera la prensa internacional alimenta la confusión en el sentido de que hay personas que piensan, o que aspiran o pretenden a que como parte de este proceso de negociación Cuba pondría sobre la mesa cuestiones que son totalmente del orden interno cubano y que son cuestiones de soberanía cubana.  Eso no va a ocurrir.

 

Nosotros hemos reiterado, incluso en entrevistas a la prensa de Estados Unidos, que las cuestiones de orden interno en Cuba no son negociables, como no son negociables para ningún otro país.

 

CE: Las de ellos mismos, por ejemplo.

 

JV: Las de ellos mismos ni las de ningún otro país, esas cuestiones son de competencia única y exclusiva del pueblo cubano que soberanamente en referendo ha decidido el rumbo de este país y que le tocará al pueblo de Cuba decidir siempre.  Por lo tanto, nunca se pondrán sobre la mesa en este proceso de negociación para resolver problemas pendientes, cuestiones de carácter interno o cuestiones dirigidas a promover cambios en nuestro orden interno. 

 

Y eso yo creo que es importante que se tenga claro.  Por eso cuando a mí me preguntaron la semana pasada en una conferencia de prensa, yo dije:  No se puede pretender que para mejorar las relaciones con Estados Unidos o para avanzar en ese largo y complejo proceso que vamos a tener por delante hacia la normalización de las relaciones, Cuba va a negociar cuestiones de orden interno a cambio de una política de Estados Unidos que ellos mismos han reconocido como fracasada, ni vamos a negociar cuestiones de carácter interno, de la soberanía cubana, por el levantamiento del bloqueo. 

 

Fuera de eso, en un proceso de negociación, todo lo que no atente contra la soberanía de un Estado, todo lo demás puede formar parte de un proceso de negociación; de lo contrario no habríamos tenido los resultados del pasado 17 de diciembre cuando, después de 18 meses de un proceso de negociaciones entre ambos países, fuimos capaces, sobre la base del respeto absoluto a la igualdad soberana y a la independencia de nuestros países, de identificar cuestiones que eran muy importantes, en las cuales ambos teníamos intereses comunes y que pudimos resolver.

 

Son siempre procesos complejos, procesos yo diría que prolongados, arduos, pero demostramos que incluso en temas sensibles se puede, cuando hay una buena voluntad, encontrar una solución y esa es la voluntad que hemos trasladado como parte de estas conversaciones y de este proceso que comenzamos, y hemos reiterado al gobierno de Estados Unidos que estamos enfocando estas conversaciones con un espíritu constructivo y con plena disposición para encontrar solución a los problemas que se han acumulado a lo largo de 54 años y también de identificar áreas —que son muchas— de interés común en las que nuestros dos países pueden cooperar por el beneficio común.

 

CE: Usted se sentó mesa de por medio con la delegación estadounidense, ¿cuál es la voluntad de ellos?

 

JV:   Bueno, después de que nuestros Presidentes anunciaron simultáneamente la decisión tomada de restablecer relaciones, primero, y, segundo, avanzar en un proceso hacia la normalización, creo que esa voluntad está de ambas partes.

 

CE: Pero más allá del restablecimiento de las relaciones, ¿hay un cambio de objetivos en Cuba por parte de la política exterior de Estados Unidos?

 

JV:   No puedo decir que haya un cambio en los objetivos.  Se ha iniciado, yo diría, una nueva etapa; una nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.  La etapa anterior vamos a decir que existió hasta el 17 de diciembre de 2014, era una etapa que estuvo caracterizada, signada por la confrontación. 

 

Yo diría que pasamos ahora de la etapa de una confrontación abierta, con políticas muy agresivas y hostiles, a una etapa en la que hemos decidido que vamos a restablecer relaciones para buscar solución a algunas de esas políticas hostiles que permanecen y que deben cambiar en esta nueva fase que abrimos, y una etapa en la que no van a desaparecer las contradicciones, no van a desaparecer las diferencias políticas entre Cuba y Estados Unidos, que son profundas; no van a desaparecer las divergencias de concepciones, por tanto no van a desaparecer las fricciones, los problemas. 

 

Pero sí se supone que vamos a transitar hacia un período en que cuando restablezcamos relaciones, vamos a dotarnos de mecanismos que no existían —que no existen todavía, pero que se supone que los vamos a construir—, para lidiar con esos problemas, con esas dificultades, con esas fricciones de manera civilizada, para buscarles solución de manera conjunta, aun cuando no desaparezcan las diferencias.


Respuesta  Mensaje 12 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/02/2015 12:38

Creo que no han desaparecido los objetivos de la política de Estados Unidos hacia Cuba, de hecho la señora Roberta Jacobson, quien nos visitó la semana pasada al frente de la delegación de Estados Unidos, lo dijo, Estados Unidos no ha modificado sus objetivos estratégicos hacia Cuba, lo que cambian son las formas, las tácticas.  Pero, bueno, nosotros estamos listos para adentrarnos en esa fase de enfrentamiento de nuevo tipo.

 

No todos los países del mundo coinciden en sus aproximaciones y sus concepciones, y hay países que se relacionan con objetivos contrarios unos hacia otros, pero se puede demostrar que teniendo objetivos contrarios podemos buscar una mejor y más civilizada manera de relacionarnos, sin renunciar a lo que cada parte cree, pero, como decía, armándonos de instrumentos y mecanismos para poder dirimir los problemas, las diferencias y al mismo tiempo buscar puntos de contacto que existen y puntos de interés común para avanzar en una relación de convivencia civilizada y pacífica entre nuestros países; convivencia difícil, pero que creo que es posible.

 

CE: En caso de que para finales de este año, Josefina, como es presumible, el bloqueo de Estados Unidos permanezca, como seguramente será y el Congreso se tardará en tomar una decisión más clara sobre esto, ¿Cuba volvería a presentar en Naciones Unidas a la Asamblea General una resolución de condena a este?  Si así fuese, ¿se imagina que Estados Unidos votaría en contra, significará que ellos están votando en contra de su propio gobierno?  ¿Cómo ve esta circunstancia?

 

JV:   No sé cómo votaría Estados Unidos, es algo que ellos tendrán que decidir, discutir y dirimir.  Del lado de Cuba, por supuesto, mientras el bloqueo se mantenga, y el bloqueo se mantiene, el propio presidente Obama lo reconoce, y el propio presidente Obama ha estado diciendo ya que va a involucrarse personalmente en un debate con el Congreso dirigido a lograr el fin del bloqueo; en fecha reciente, la misma semana pasada él instó, hizo un llamado al Congreso de Estados Unidos en su Discurso sobre el Estado de la Unión a levantar el bloqueo, por tanto, el bloqueo está, está presente, se mantiene, el propio gobierno de Estados Unidos lo reconoce así, y mientras esa situación se mantenga, por supuesto que Cuba va a insistir en su reclamo de que se levante el bloqueo, porque es una política obsoleta, es una política que ha dañado los intereses de Estados Unidos, pero daña al pueblo de Cuba, el propio Presidente de Estados Unidos lo reconoció el pasado 17 de diciembre. Por tanto es una batalla y es algo que continuaremos haciendo hasta que esa política no sea definitivamente eliminada.

 

CE: Habrá que esperar entonces para ver por quién votan, o con su gobierno, o con el mundo, o con el Congreso.

 

JV:   Habrá que ver.

 

CE: Habrá que ver... Roberta Jacobson en su conferencia de prensa se refirió mucho a la situación de los diplomáticos estadounidenses en La Habana y su petición de que puedan viajar por todo el país, pero no se refirió a la situación de los diplomáticos cubanos en Estados Unidos, tanto en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, como en Washington DC.  ¿Cuál es la situación que tienen actualmente?  ¿Se espera que esta situación mejore?

 

JV:   Mira, Cristina, cuando las Secciones de Intereses se inauguraron en septiembre de 1977 esto se hizo con libertad de movimiento total para los diplomáticos de los dos países en las respectivas capitales, y de hecho el gobierno de Estados Unidos decidió también aprobar libertad de movimiento para el personal diplomático cubano ante las Naciones Unidas. 

 

Con posterioridad, con los años, como resultado de las políticas hacia Cuba que distintos gobiernos decidieron aplicar, se fueron introduciendo restricciones al movimiento de nuestros diplomáticos por parte de Estados Unidos, y fue el presidente Reagan el primero que impuso de nuevo —digo de nuevo porque Nueva York ya tenía limitaciones de movimiento desde principios de los años sesenta— las limitaciones a Nueva York y aplicó las primeras restricciones a nuestro personal en Washington.  El presidente Clinton amplió esas restricciones, y esas restricciones se hicieron mucho mayores aun en etapa de la presidencia de Goerge W. Bush.

 

Por tanto, estamos hoy en un momento en que hay restricciones para el movimiento de los funcionarios de Cuba y Estados Unidos en ambos países.  Hoy en día para salir de los límites de La Habana y de los límites de Washington hay que pedir un permiso.

 

Desde hace dos años hemos estado proponiendo al gobierno de Estados Unidos pasar a una situación intermedia, vamos a decir, de eliminar un poco esas restricciones en el sentido de aplicar lo que se llama como notificación de viaje, no se eliminan totalmente las restricciones, pero es un marco un poco más flexible para moverse; pero el gobierno de Estados Unidos no ha accedido a ello.

 

El gobierno de Estados Unidos en este momento ha estado planteando que para la apertura de las embajadas es importante la libertad de movimiento.  Nosotros le hemos dicho que estamos dispuestos a sostener una discusión en esta dirección, pero que para ello es muy importante que cambie la conducta de los diplomáticos norteamericanos en La Habana, y en particular nos estamos refiriendo a que debe cambiar la manera de actuar de esos diplomáticos en el sentido de estimular, organizar, entrenar, abastecer, financiar a elementos dentro de nuestro país que actúan contra los intereses de nuestro Estado, contra los intereses del gobierno y del pueblo cubanos, y hemos dicho eso porque la Convención de Viena, que debe ser la base sobre la cual funcionen las nuevas embajadas, establece muy claramente que hay que respetar las leyes del Estado receptor, y estamos enfatizando esto con mucha fuerza, y lo hacemos porque nuestros diplomáticos en Washington tienen una conducta impecable y nunca harían ningún tipo de acción que pueda interpretarse por el gobierno de Estados Unidos como una intromisión en sus asuntos internos, es lo mismo que estamos diciendo acá en estas conversaciones, que el análisis de este tema, o sea, del asunto de la libertad total de movimiento, que es lo que está planteando la parte norteamericana, está asociada a un cambio en el comportamiento de su misión diplomática y de sus funcionarios aquí en La Habana.

 

CE: Hay una preocupación expresada por varias personas también aquí en Cuba, sobre la posibilidad de que cuando se acabe la administración Obama, ha sido discrecionalidad del presidente Obama hacer lo que ha hecho, si ganara, por ejemplo, un presidente republicano, o incluso, una presidenta, o un presidente demócrata, de que esto pueda acabarse, lo que ha pasado hasta ahora, revertirlo, ¿es eso posible?

 

JV:   Eso es posible.  Hay que tener en cuenta que —como he dicho— el presidente Obama ha actuado en uso de sus facultades ejecutivas, esto quiere decir que como mismo él ha tomado algunas decisiones, un posterior presidente, el presidente que lo suceda, puede tomar las mismas decisiones en un sentido contrario; pero, por supuesto esas decisiones pasarían por un análisis del contexto político, y para que estas decisiones se hagan totalmente irreversibles, creo que deberían ir acompañadas de algunas leyes aprobadas por el Congreso de Estados Unidos, y así y todo, nada sería reversible; porque en la misma medida que un congreso puede actuar en un sentido, una legislatura posterior puede hacerlo en el sentido contrario; pero todo eso estaría en dependencia del contexto político, y yo me preguntaría, si sería costoso o no, o menos costoso, o más costoso para un presidente que suceda al actual que está en Estados Unidos, al presidente Obama, revertir algunas medidas que pueden resultar beneficiosas para muchos sectores dentro de Estados Unidos, y hablo de sectores de negocio, pero también hablo de cubanos residentes en Estados Unidos, o de académicos, universidades que se van a beneficiar ahora de las modificaciones que el Presidente ha hecho en la política de viajes a Cuba para permitir una mayor interacción entre nuestros países, intercambios culturales. 

 

O sea, eso pasaría siempre —me imagino yo— por un análisis costo-beneficio, en el orden político; pero sí se pueden revertir, por supuesto, porque existen las vías para eso, y es potestad de un presidente tomar esas decisiones.

 

CE: En nuestras calles, Josefina, hay muchísima expectativa.  Primero, el entusiasmo por los anuncios del 17 de diciembre, el regreso de nuestros tres Héroes, la alegría de ver el comienzo de un camino de restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos; pero también, a veces el entusiasmo puede llevar a confundir determinadas cosas. 

 

Hay personas que esperan que todo se arregle; hay personas que esperan un alivio en la persecución económica que supone el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, y, por tanto, que eso redunde en una mejoría de su calidad de vida.  Es decir, hay mucha ansiedad sobre este tema después de 55 años de una política tan hostil. 

 

¿Qué mensaje tiene usted que darles a esas personas que nos están viendo y que tienen tantas expectativas en cuanto a las relaciones Cuba-Estados Unidos?

 

JV: Bueno, hemos decidido restablecer relaciones diplomáticas y comenzar conversaciones hacia la normalización de esas relaciones, pero esto es un proceso; o sea, no todo va a tener solución en el corto plazo. 

 

El primer paso, o el paso inicial que tenemos que dar es la formalización de las relaciones diplomáticas, y eso es sobre lo cual estamos negociando en este momento; pero concluido este paso tenemos, entonces, que adentrarnos en un proceso más prolongado, más complejo, que es el proceso que hemos llamado hacia la normalización, esto va a ser a más largo plazo, porque requiere que encontremos solución a muchos problemas que se han acumulado a lo largo de 54 años, 54 años sin relaciones; pero sería a lo largo de 56 años, si contamos desde el propio inicio del triunfo de la Revolución.

 

Por tanto, creo que no hay que ser ni pesimistas ni optimistas, esto es un proceso y todo proceso lleva plazos, lleva arduos períodos de negociación.  Hay temas que resolver que son muy complicados, como por ejemplo el levantamiento del bloqueo, y solamente se encontraría una solución a estas dificultades económicas que nos han afectado, el día que termine totalmente el bloqueo, aunque reitero que el Presidente tiene facultades y prerrogativas presidenciales para ir mucho más allá de lo que ha hecho hasta ahora, y eliminar muchísimas restricciones que hoy día conforman la política de bloqueo; pero, en síntesis, es un proceso, va a requerir tiempo, va a requerir esfuerzo, va a requerir mucho trabajo de parte de Cuba y de parte de Estados Unidos también. 

 

Hay que negociar la solución de temas complicados; pero, al mismo tiempo, en paralelo, porque no se puede pensar que esto es un proceso que requiere que se termine una cosa para empezar a hablar de la otra.  Se pueden ir teniendo muchas conversaciones a la vez, para ir tratando de buscar solución a problemas que nos pueden tomar un poquito de tiempo; pero a la vez, podemos, al mismo tiempo, empezar a avanzar en otras áreas que no son tan complejas, que nos van a permitir, por ejemplo, fortalecer la cooperación entre entidades cubanas y norteamericanas para mejorar la comunicación entre nuestros países, la colaboración científico-técnica, los intercambios de carácter cultural, la interacción entre las sociedades cubanas y norteamericanas. 

 

O sea, en paralelo se puede desarrollar este proceso que creo que, por sí mismo, tiene sus dinámicas propias; pero que puede crear condiciones favorables para ayudar a que se avance en la otra parte del proceso que es más compleja, de la solución de temas pendientes.

 

Por tanto, creo que tenemos por delante, diría, una etapa interesante para Cuba y Estados Unidos.  Interesante en el sentido de que vamos a empezar a construir una relación de carácter distinto, aun y cuando no cambien muchas apreciaciones y visiones de los dos países, porque no van a cambiar, creo que podemos construir un período diferente en la relación bilateral. 

 

Estamos conscientes de los retos, de las dificultades que tenemos que solucionar; pero, a su vez, creemos que hay oportunidades para desarrollar áreas para una mejor relación entre Cuba y Estados Unidos, por eso es un enfoque combinado y nosotros tenemos la mejor disposición.

 

Hemos iniciado este proceso y lo estamos abordando con un enfoque constructivo, de nuevo, conscientes de que es complejo, que requiere trabajo, esfuerzo, energía; pero conscientes, al mismo tiempo, de que es posible en beneficio de Cuba y Estados Unidos que encontremos —que encontremos al menos— una mejor convivencia, como yo digo, una convivencia sobre la base del respeto, aun sabiendo que no van a cambiar nuestras concepciones, que son muy fuertes y muy firmes sobre muchas cosas.

 

CE: ¿Usted es optimista o pesimista?

 

JV: Yo estoy, diría, en un punto medio, no puedo decir que soy optimista total, porque hay cosas que se salen de mi control; no todo lo puede controlar la parte cubana, son dos países y del lado de Estados Unidos no solo hay un gobierno; hay un gobierno, hay un Congreso, hay una sociedad, hay un contexto político, por tanto, no todo está bajo nuestro control; pero tampoco puedo decir que soy pesimista, de lo contrario, no habríamos llegado al punto en que nos encontramos. 

 

Pero creo que estamos siendo bastante realistas en nuestro enfoque y en nuestra apreciación de las circunstancias, para tratar de avanzar lo más posible en la solución de los problemas y, al mismo tiempo, tratar de aprovechar de la mejor manera posible las oportunidades que se nos puedan presentar.

 

CE: Muchísimas gracias, Josefina, ha sido un verdadero placer escucharla.

JV:   Gracias a ti, Cristina, el placer ha sido mío.

 

Gracias.

 

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)


Respuesta  Mensaje 13 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 09/03/2015 22:26

Chomsky sobre Cuba: “Después de décadas de terrorismo e injerencia de Estados Unidos; el restablecimiento es lo menos que podían hacer”

7 marzo 2015 | 7 |

Noam_chomskyLos Estados Unidos y Cuba han celebrado una segunda ronda de conversaciones como parte del esfuerzo por restablecer las relaciones diplomáticas por primera vez en más de medio siglo. Las dos partes podrían reabrir embajadas en La Habana y Washington a tiempo para una reunión regional el próximo mes.

Analista político y lingüista de renombre mundial Noam Chomsky da la bienvenida a la decisión del presidente Obama para comenzar normalizar las relaciones con Cuba, pero advierte que después de más de medio siglo de injerencia de Estados Unidos en la isla, es el paso mínimo que podía tomar.

AMY GOODMAN: A medida que continuamos nuestra conversación con Noam Chomsky, pasamos ahora a América Latina. Le preguntamos sobre el deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y la intromisión estadounidense en Cuba.

NOAM CHOMSKY: Estados Unidos ha estado en guerra con Cuba desde finales de 1959. Cuba había sido, esencialmente, una colonia de los Estados Unidos, una colonia virtual. En enero de 1959, las fuerzas de la guerrilla de Castro se hizo cargo.

A finales de ese año, alrededor de octubre, aviones estadounidenses ya estaban bombardeando Cuba desde la Florida. Eso, creo que fue en marzo de 1960, hubo una decisión formal internamente para derrocar al gobierno. John F. Kennedy llegó poco después, llegó a la Bahía de Cochinos. Después de la Bahía de Cochinos, no había casi histeria en Washington sobre cómo castigar a los cubanos para esto.

Kennedy hizo algunos discursos increíbles acerca de cómo el futuro del mundo está en juego a partir del trato con Cuba . Los EE.UU. lanzaron una gran guerra terrorista contra Cuba. La mayor guerra terrorista es parte de los antecedentes de la crisis de los misiles, que casi conllevó a una guerra nuclear . Justo después de la crisis, la guerra terrorista volvió a repuntar.

Mientras tanto, las sanciones han sido muy duras contra Cuba, desde el régimen de Eisenhower, extendida por Kennedy, y ampliado aún más con Clinton. Como sabes, el mundo se ha opuesto a esto. Los votos en la Asamblea General, que no pueden hacerse en el Consejo de Seguridad porque los EE.UU. veta de todo,  son abrumadoras.

Creo que la última votación fue 182 a dos, ya sabes, Estados Unidos e Israel, y a veces Papua o algo por el estilo. Esto ha estado sucediendo año tras año. Los EE.UU. están totalmente aislados, no sólo en este tema, sino en muchos otros.
Por último, observe que Obama no terminó las sanciones. De hecho, ni siquiera termina las restricciones, por ejemplo las restricciones a los viajes y otras. Yo creo que ellos hicieron un gesto leve para avanzar hacia la normalización de las relaciones.

Realmente las sanciones son realmente increíbles. Por lo tanto, si, por ejemplo, Suecia estuviese enviando equipos médicos y en algún lugar  tenía níquel cubano en él, quedaba totalmente prohibido.

AMY GOODMAN: ¿Y en el caso del terrorismo?

NOAM CHOMSKY: Terrorismo que duró hasta los años 90. La peor parte fue bajo Kennedy, luego volvieron a aumentar durante los últimos años 70 y así sucesivamente. Recordemos que a los principales terroristas se les proporcionan refugio en Florida. El fallecido Bosch es uno, Orlando Bosch. Posada es otro.

Un país que alberga terroristas es lo mismo que los propios terroristas. Eso es para los demás, no para nosotros.

Ahora que nuestra vieja política de llevar la libertad y la democracia no funcionó, así que teníamos que intentar una nueva política.  Pero hay que reconocer los pequeños pasos que se están dando.

(Tomado de Realcuba’s Blog)


Respuesta  Mensaje 14 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/03/2015 23:14
ESTADOS UNIDOS FRENTE A CUBA

Una pelea de siglos

Mucho antes del triunfo revolucionario de 1959, desde los inicios del siglo XIX, hubo agudas contradicciones entre estas dos naciones

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA (cultura@bohemia.co.cu)
Fotos: Archivo de BOHEMIA

3 de marzo de 2015

 

Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria
Céspedes denunció en su célebre carta al senador
Charles Sumner que Estados Unidos “seguía
prestando apoyo indirecto moral y material al
opresor contra el oprimido.
(Foto: Autor sin identificar)

Febrero de 1960 se inicio en medio de la agudización de la violencia contrarrevolucionaria, entrenada y subvencionada por el Gobierno de los Estados Unidos. El día 1º, aviones procedentes de Norteamérica incendiaron más de 200 mil arrobas de caña en Matanzas. Diecisiete días después otro aeroplano del mismo punto de origen, que se disponía a atacar el central España, en el municipio matancero de Perico, estalló en el aire cuando, por razones desconocidas, una bomba de alto poder explosivo detonó dentro de la nave. Los dos tripulantes murieron. El piloto, según documentos hallados en los restos del aparato, se nombraba Robert Ellis Frost.

El 21 de febrero un bimotor proveniente de los Estados Unidos sobrevoló el poblado de Cojímar. Ante el fuego de las defensas cubanas, huyó rumbo norte, no sin antes descargar sus bombas en la franja costera. Pero lo peor estaba por verse: el 4 de marzo siguiente, en la rada capitalina, se produjeron dos explosiones en el vapor francés La Cobre, el cual transportaba armas adquiridas para la defensa del país. Hubo alrededor de cien muertos y otros tantos heridos, principalmente estibadores del puerto y marinos del buque. Al siguiente día, en el sepelio de las víctimas, Fidel reiteró la profunda convicción del pueblo y del Gobierno cubanos de que se trataba de un sabotaje perpetrado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos. (Ver ampliación del tema en la Sección de Historia de esta edición).

Poco menos de dos semanas después, el 17 de marzo, el presidente D. E. Eisenhower encomendaba a Allen Dulles, entonces director de la CIA, la preparación de una fuerza armada para invadir la Isla y derrocar la Revolución.

Años más tarde, al comentar estos hechos para la televisión miamense, un periodista de origen cubano afirmó que eran el resultado lógico del diferendo entre las dos naciones, originado “en el sentimiento antinorteamericano con que Castro y sus barbudos inundaron a Cuba”. Se equivocaba. El llamado diferendo es mucho más antiguo, muy anterior a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y a la solicitud de retirada, por parte del Gobierno Revolucionario, de la misión militar norteña en el país. Data de cuando Cuba aún no era una nación y Estados Unidos recién disfrutaba de su independencia. Es una pelea de siglos.

En un principio, la fruta madura

Aunque Benjamín Franklin ya proclamaba en la segunda mitad del siglo XVIII la necesidad para las entonces aún 13 colonias inglesas en Norteamérica de apoderarse de las llamadas “Islas del azúcar” (Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico), corresponde a Thomas Jefferson el dudoso honor de ser “el precursor de la anexión de nuestro país a los Estados Unidos, […] el paladín constante de la incorporación de Cuba a la Unión”, como subrayaron los historiadores de la Isla en el congreso de su disciplina en 1947.

Por orientaciones de Jefferson agentes estadounidenses radicados en la mayor de las Antillas estuvieron atentos, en fecha tan temprana como 1805, a descubrir cualquier interés de los criollos en formar parte de la nación norteña. Muchos le oyeron hablar por aquellos días, cuando era presidente de su país, de la posibilidad de una guerra con España, ya que Cuba podía ser capturada sin mucha dificultad. 

La invasión napoleónica a la península ibérica (1808) desató el apetito expansionista de Jefferson. Envió a La Habana un emisario para convencer al capitán general Someruelos de la conveniencia de traspasar la Isla a la jurisdicción norteamericana. Tal misión fracasó. Su sucesor en la presidencia, James Madison, más realista, trazó la estrategia de mantener a Cuba como colonia de una España débil y no permitir que ningún país fuerte la ocupara. Como estimara el historiador Emilio Roig de Leuchsenring, “desde entonces, la política yanqui con respecto a Cuba fue apoyar la soberanía española mientras no pueda ser norteamericana”.

La invasión francesa de 1823 a España, con el objetivo de erradicar de la península todo vestigio de liberalismo y constitucionalismo, llenó de inquietud a Washington. El presidente Adams envió a un emisario a La Habana a sondear la situación política de la Isla; al nuevo embajador en España, Hugo Nelson, dictó instrucciones de “emplear todos los medios a su alcance” para impedir cualquier intento de traspasar Cuba a Inglaterra o Francia. Consideraba el mandatario que la mayor de las Antillas y Puerto Rico “por su posición local son apéndices naturales del continente norteamericano y una de ellas, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser por una multitud de razones de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión”.

Obviamente, se estaba refiriendo a Cuba, para cuya anexión, opinaba, “no estamos todavía preparados […] Pero hay leyes de gravitación física y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no pueda, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba, una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana”. De tal forma Adams delineaba lo que los historiadores cubanos del siglo XX llamarían “la política de la fruta madura”.

Pronto al gobernante yanqui le asaltaría una nueva preocupación: los deseos de las recién independizadas naciones latinoamericanas de expulsar a España de Cuba y Puerto Rico. Simón Bolívar tenía entre sus planes encomendar a José Antonio Páez y Antonio José de Sucre la invasión libertadora de estas dos islas. El presidente mexicano Guadalupe Victoria también estaba dispuesto a involucrarse en la operación. Adams declaró al conocer de estos propósitos que Washington no permanecería indiferente ante la partida de expediciones hacia la Isla desde el país azteca y Sudamérica.

En una ofensiva diplomática sin precedentes hasta entonces, el presidente gringo boicoteó todo intento de organizar una operación bélica libertadora en el Caribe. Aunque sus delegados, al llegar tarde, no estuvieron presentes en el Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), la oposición estadounidense a cualquier expedición hacia Cuba era tan evidente que obstaculizó todo intento de concretarla. En ese empeño, hay que reconocerlo, recibieron un sustancial apoyo de Inglaterra. Al recordar esos días, Páez escribió en sus memorias: “El Gobierno de los Estados Unidos, y lo digo con dolor, impidió así la independencia de Cuba”. 

Ya para esta fecha, un grupo minoritario de hacendados criollos había comunicado a varios congresistas norteamericanos su deseo de “ligarse a los Estados Unidos como estado, no como colonia”. En la política de la fruta madura aparecía ahora un nuevo componente: los anexionistas cubanos.

Las expediciones ahora llegan del norte

Los expedicionarios de Narciso López, según grabado de Landaluze
Los expedicionarios de Narciso López, según
grabado de Landaluze. La mayor parte de ellos
eran mercenarios húngaros y yanquis contratados
en Kentucky y Louisiana. (Ilustrador: Landaluze)

La crisis del reformismo con la exclusión de los diputados cubanos de las Cortes españolas (1834-1837), el férreo despotismo de las autoridades coloniales, los devaneos de Madrid con Inglaterra que hicieron temer a los hacendados azucareros por la posibilidad de que se limitara o se aboliera la esclavitud, y las rebeliones de esclavos en la década de 1840, crearon las condiciones para que un sector de la sacarocracia comenzara a ver con buenos ojos la anexión a Estados Unidos. Esta corriente ideológica fue fomentada por el llamado Club de La Habana, encabezado por Miguel Aldama y Cristóbal Madam. En el centro de la Isla había un gran centro afín a ella, nucleado en torno a Narciso López, mientras que en Camagüey desarrollaba una gran agitación anexionista el grupo de ricos propietarios entre los que resaltaba Gaspar Betancourt Cisneros El Lugareño.

En Norteamérica algunos sectores de poder, sobre todo del Sur esclavista, aplaudieron los preparativos del núcleo que lideraba Narciso López para una sublevación armada, e incluso pensaron apoyarla con una fuerza expedicionaria. El levantamiento nunca se produjo. Por una parte, el presidente Polk obstaculizó los planes insurreccionales de los anexionistas cubanos, mientras le proponía a España la compra de la Isla. Por otro lado, ya el Club de La Habana había perdido sus “arrestos levantiscos”, al comprobar que no existía posibilidad alguna de que Madrid accediera a abolir la esclavitud o a limitar la trata. 

Narciso López, exiliado en Norteamérica, continuó con su idea de capitanear una sublevación. Sus dos primeros intentos expedicionarios (1849) no fructificaron, por la acción del Gobierno estadounidense. El 13 de mayo de 1850 partió de New Orleans en el vapor Creole con una soldadesca mayoritariamente extranjera, pues solo pudo enrolar a cinco cubanos. En su segunda y última aventura (agosto de 1851) arribó a costas cubanas en el vapor Pampero, junto con 600 hombres (solo 49 cubanos) y, al igual que con el Creole, la población de la Isla no se le sumó. Apresado por los españoles, López fue ejecutado. Igual suerte corrió Joaquín de Agüero en Camagüey.

Estados Unidos continuó con su política (“Cuba española, mientras no pueda pertenecernos, pero nunca para los cubanos”) y obstaculizaba cualquier sublevación o expedición insurreccional, incluso anexionista. A la vez, no cejaba en sus propuestas de comprarle la Isla a España: al igual que Polk (1848), Pierce (1853) y Buchanan (1857) hicieron ofertas a Madrid, sin éxito.

Contra el mambisado

Thomas Jefferson, precursor de la anexión de Cuba a Estados Unidos
A Thomas Jefferson le cabe el “honor” de ser el
precursor de las ideas de anexión de Cuba a los
Estados Unidos. (Foto: Autor sin identificar)

El alzamiento del 10 de Octubre de 1868 en Oriente, secundado por Camagüey en Las Clavellinas (4 de noviembre) y por el centro del país en febrero de 1869, gozó de la admiración del pueblo estadounidense, no así en ciertos sectores de poder. Tanto el presidente norteño Ulysses Grant como su secretario de Estado, Hamilton Fish, se negaron insistentemente a reconocerle beligerancia a la República de Cuba en Armas constituida en Guáimaro, mientras que lo hacían países latinoamericanos como Chile, México, Brasil, Guatemala, Bolivia y El Salvador, en tanto Colombia, Perú y Venezuela enviaban ayuda a través de expediciones.

La administración Grant fue incluso más allá: en diciembre de 1869 entregó a Madrid 30 cañoneras, para reforzar la flota ibérica que bloqueaba a Cuba y trataba de impedir la llegada de expediciones independentistas a la Isla. Fish incluso buscó una alianza con el Herald de New York y en ese periódico se publicó una serie de artículos para convencer a la opinión pública de que la revolución mambisa estaba prácticamente muerta; por ende, el reconocimiento de la beligerancia era una pérdida de tiempo y energía.

El Herald en sus páginas difamaba a la Junta Cubana de New York, a la cual acusaba de malversación. En uno de sus editoriales, el rotativo proclamaba el inexorable fin de la rebelión en Cuba y que lo único por hacer era la anexión de la Isla a Estados Unidos, donde los habitantes de ella “vivirán libres, prósperos y felices”.

El estadounidense Thomás Grant, quien en el Ejército Libertador alcanzó el grado de mayor general, denunció el fariseísmo del gobierno de los Estados Unidos y de cierta prensa de esa nación: “Los españoles están peleando con armas compradas en Marden Lane, en casa de Shirley, Harley & Graham y a nosotros (los mambises) en todo un año no nos ha permitido comprar nada. […] Quisiera ver cambiada la infame ley de neutralidad (de EE.UU.), esa infame ley de ayuda a los españoles a quedarse en Cuba y que se opone a que los cubanos se defiendan”.

Carlos Manuel de Céspedes, en su carta al senador Charles Sumner (1871), denunciaría que Washington “seguía prestando apoyo indirecto moral y material al opresor contra el oprimido, a la monarquía contra la República, a la metrópoli europea contra la colonia americana, al esclavista recalcitrante contra el libertador de cientos de miles de esclavos”. Aunque en la misiva expresaba su optimismo de que los Estados Unidos cambiarían de actitud, el Héroe del 10 de Octubre recalcaba: “Llegue o no llegue ese día, la Revolución Cubana, ya vigorosa, es inmortal… Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no solo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava”.

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Fuentes consultadas
Los libros Historia de Cuba y sus relaciones con los Estados Unidos, de Philip Forner, y La colonia. Evolución socioeconómica y formación nacional, del Instituto de Historia de Cuba. Memorias del general José Antonio Páez. Autobiografía. La compilación Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, realizada por Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo.


Respuesta  Mensaje 15 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/10/2015 04:19
Obama: habla mucho, hace poco

(Por Atilio A. Boron) Una de las preguntas que es posible formularse desde Cuba es por qué el criminal bloqueo aplicado en contra de Cuba desde hace más de medio siglo –de lejos, un record absoluto a nivel mundial por su radicalidad, ensañamiento y duración- todavía se mantiene sin cambios. Las bellas palabras y los amables gestos de Barack Obama, John Kerry y otros altos funcionarios del régimen norteamericano. Digo “régimen” porque en ciencia política así se califica a cualquier gobierno que viola los usos y costumbres de la comunidad internacional, su legalidad y las resoluciones de las Naciones Unidas. Casos notables de “régimen” son los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, para los cuales todo lo anterior carece de importancia, se burlan de las disposiciones y recomendaciones de las Naciones Unidas y actúan haciendo de la prepotencia y la impunidad el rasgo distintivo de su gestión gubernativa.


En el caso que nos ocupa y a diez meses del histórico anuncio conjunto del presidente norteamericano y su par cubano nada ha cambiado. Como dicen algunos amigos de la isla, en donde la ironía y el sentido del humor son tan afilados como el mejor acero, la canción de moda que se canta hoy en Washington cuando se habla de Cuba dice en uno de sus versos “killing me softly”, o sea, “mátame dulcemente”. El objetivo del imperio es el mismo de antes: precipitar el derrumbe de la revolución y promover, mediante iniciativas inocentes sólo en apariencia el logro del tan anhelado “cambio de régimen”. Ahora con dulzura, antes, con los predecesores de Obama, apelando al sabotaje, la invasión y los atentados. Pero el objetivo estratégico no ha cambiado. Para los distraídos recuerdo que cuando en Washington se habla de “cambio de régimen” de lo que se trata es de fomentar una guerra civil, perpetrar indecibles atrocidades y, de ser posible, apoderarse de esos desdichados países y sus riquezas. Los ejemplos más recientes son Libia, Irak y Afganistán, y lo que hoy se está intentando en Siria. Por supuesto, las cubanas y los cubanos saben muy bien esto, porque si hay un pueblo que conoce a Estados Unidos y su clase  dominante ese pueblo es el cubano. Por eso no están sorprendidos por la continuidad del bloqueo y las enormes dificultades que esto les ocasiona en su cotidianidad. Obama eliminó a Cuba de la lista de países auspiciantes del terrorismo, lugar al que había sido confinado por uno de los presidentes más ignorantes y brutales de la historia de los Estados Unidos, el semianalfabeto Ronald Reagan. Pero todavía no se puede operar con tarjetas de crédito que, directa o indirectamente, tengan relación con un banco o una empresa norteamericana; el acceso a internet sigue siendo un dolor de cabeza para las empresas, los funcionarios, los académicos y el público en general, víctimas de una de las formas más sutiles de asfixia de una sociedad en el mundo actual. La reciente visita de la Secretaria de Comercio de Estados Unidos no permite apreciar ningún cambio concreto en el corto plazo. Como lo hemos dicho en numerosas oportunidades la Casa Blanca cuenta con suficientes atribuciones como para poder dar pasos muy importantes que redundarían en beneficio de la vida de los cubanos, cuya condición un documento del gobierno norteamericano (Estrategia de Seguridad Nacional 2015) asegura querer mejorar. En ese texto se establece la necesidad de que los cubanos “decidan libremente”  sobre su futuro. Resulta por lo menos paradojal que para poder decidir en libertad Washington considere que la mejor ayuda es establecer toda clase de obstáculos para acceder a internet, dificultar las relaciones económicas entre los dos países, mantener restricciones a los viajes o límites a los objetos que los residentes en Estados Unidos pueden adquirir en la isla y toda una interminable lista de limitaciones que más que encaminadas a fomentar el florecimiento de la libertad en Cuba, como asegura el citado documento, fueron concebidas para hostigar a una población, provocar su malestar y crear un clima de opinión sedicioso y destituyente. Obama debería recordar, además, que el bloqueo es una flagrante violación de los derechos humanos y la legalidad internacional, y que haría una importante contribución a la humanidad si comenzara a desmontar esa infernal maquinaria de dolor y de muerte.

Respuesta  Mensaje 16 de 15 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/10/2015 04:32

Nueva multa a banco francés por negocios con Cuba

El monto total de la multa que deberá pagar el banco Crédit Agricole asciende a 1 116 millones de dólares

Crédit Agricole es el segundo banco francés en pactar con las autoridades de EE.UU. por violar las leyes del bloqueo contra Cuba. Foto: AFP

PARÍS.— El banco francés Crédit Agricole acordó este martes pagar más de mil millones de dólares a las autoridades de Estados Unidos para zanjar el proceso en que estaba envuelto por supuestas violaciones a las normas de ese país contra Sudán, Irán, Myanmar y Cuba.

El monto total de la multa asciende a 1 116 millones de dólares, de los cuales  329 millones irán a parar al Departamento de Tesoro, 90 mi­llo­nes a la Reserva Federal, 385 millones al De­partamento de Servicios Financieros del estado de Nueva York, 156 millones para la Oficina del Fiscal para el Distrito de Manhattan e igual cifra para la Oficina del Fiscal para el Distrito de Columbia.

Con el acuerdo anunciado este martes, Crédit Agricole llega a un entendimiento ante la “posible responsabilidad civil” que investigaba la Ofi­cina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Tesoro.

La mayor parte de las operaciones sospechosas habrían tenido lugar entre el 2003 y el 2008, a través de la subsidiaria estadounidense del banco francés y con un monto total estimado de 32 000 millones de dólares.

Según el informe de la OFAC, el banco francés procesó 173 transferencias electrónicas vinculadas con Cuba, hacia o a través de instituciones financieras localizadas en EE.UU., por un valor ligeramente superior a los 97 millones de dólares.

Crédit Agricole es el segundo banco francés en pactar con las autoridades de EE.UU., por violar las leyes del bloqueo contra Cuba y las regulaciones norteamericanas hacia países sancionados o incluidos en la lista de patrocinadores del terrorismo internacional.

BNP Paribas, la mayor institución financiera gala, enfrentó el año pasado una multa de casi nueve mil millones de dólares por motivos similares. También han sido sancionadas entidades como el Credit Suisse y el alemán Com­merzbank.

Sin embargo, es el primer caso de estas di­mensiones que sale a la luz pública desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en Washington y La Habana.

Aunque Cuba fue excluida del listado unilateral de naciones promotoras del terrorismo en mayo de este año, las leyes vigentes del bloqueo aún prohíben el uso del dólar en sus transacciones internacionales, sin tomar en cuenta que sean legítimas y no encubran ningún tipo de delito.

Las autoridades norteamericanas aplicaron en enero pasado un grupo de medidas ejecutivas para dinamizar los intercambios bilaterales en algunos sectores, principalmente las remesas, los viajes y las telecomunicaciones.

Cuba asegura que su impacto es limitado en tanto el grueso de las leyes del bloqueo se mantiene en pie. Situaciones como las del Crédit Agricole evidencian que el acoso financiero de Estados Unidos hacia la Isla no ha concluido.

A finales de octubre las Naciones Unidas se pronunciarán una vez más sobre  el bloqueo económico, político y financiero contra Cuba que se ha extendido por más de medio siglo.  (Redacción Internacional)



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