El 5 de noviembre de 1568, el conquistador español Francisco Infante, enviado por Diego de Losada, incendió la ranchería en donde se encontraban el gran Cacique Guaicaipuro y 20 de sus más fieles soldados. En una lucha terrible y sin tregua, Guaicaipuro enarboló una espada que había pertenecido al español Juan Rodríguez Suárez y ofreció la más tenaz resistencia hasta que él y los suyos fueron asesinados. La muerte de Guaicaipuro fue tramada por Diego de Losada, tras perder numerosas batallas a manos del guerrero indio y estar convencido de que mientras viviera Guaicaipuro, él no sería dueño del Valle de Caracas, por lo que dio órdenes de apresarlo y darle muerte a como diera lugar.
Cuentan los historiadores españoles que el gran jefe gritaba: “¡Matadme, aquí me tenéis, matadme para que con mi muerte os libréis del temor que siempre os ha causado Guaicaipuro!”. Este guerrero indígena fue el más célebre de los caciques del pueblo de Los Teques. Pertenecía a la gran nación Caribe, famosos navegantes y guerreros que dominaban las tierras del hoy estado Miranda y constituyó la figura central del gran levantamiento por parte de todas las tribus y jefes indígenas del Valle de Caracas, desde Cúpira hasta el Lago de Valencia.
Como parte de la Revolución Bolivariana, el presidente Nicolás Maduro inauguró el pasado 12 de octubre de 2015 en la Plaza Venezuela de Caracas, una estatua en conmemoración a la figura luchadora del indio caribeño.
