“Al ALCA la derrotamos los pueblos”, dijo el Comandante Chávez acompañado, precisamente, del pueblo en Argentina ese 4 de noviembre de 2005 con el que repitió la frase que pasó a la historia: ¡Alca, Alca, al carajo!
Con el liderazgo de los presidentes Chávez, Kirchner y “Lula” Da Silva, la Cumbre de las Américas tenía una agenda orientada hacia el desarrollo para el bien de los pueblos, sin embargo, el presidente de Estados Unidos pretendía la aplicación inmediata del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca) en la región.
Los objetivos que perseguía EEUU., a través de la aplicación de normas comerciales supranacionales, limitarían la capacidad de acción de los Gobiernos en torno a sus propias economías y les darían el poder a los inversores. Aceptar el Alca implicaba, además, aceptar las medidas de “ajuste estructural” del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), es decir, una serie de recortes sociales para “garantizar” los pagos de las deudas externas.
Hugo Chávez lo explicó durante la cita de 2005. “El Alca lo que busca es consolidar el poder económico de las grandes transnacionales y de las élites que han dominado estos países durante mucho tiempo; el Alba busca la liberación de los pueblos, la redistribución del ingreso de nuestros pueblos, la igualdad, el cambio del modelo económico productivo, la inclusión social, que no haya excluidos”.
De esta manera se abrió camino a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), una nueva forma de intercambio regional, que tenía como base las ideales impulsados por los Gobiernos de Venezuela y Cuba, y que se creó en 2004.
En la III Cumbre de las Américas, en Québec/Canadá del 20 al 22 de abril de 2001, el presidente Hugo Chávez, firmó la declaración final dejando constancia que Venezuela se oponía a la propuesta del Alca, poco tiempo después el presidente cubano Fidel Castro y Chávez, se encontraban creando las bases de lo que hoy es el Alba.
En diciembre de ese mismo año, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita – Venezuela, el presidente Hugo Chávez presentó la idea del Alba, como una propuesta de integración integral, económica, social, política y cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Las raíces del proyecto se fundamentan en la Carta de Jamaica, “cuando por primera vez Simón Bolívar establece la doctrina de unidad y soberanía de los países que se independizaban del poder colonial”.
El Alba concentró los siguientes principios: solidaridad, complementariedad, justicia, cooperación, igualdad social, calidad de vida, autodeterminación, diversidad cultural y la participación efectiva de los pueblos en la configuración de su propio destino.
“El Alba se erige como un modelo de unidad y orientación política integral, que reivindica los derechos inalienables de sus pueblos y la soberanía de sus países”, afirmó el presidente de Ecuador, Rafael Correa.