Ayer Clarín publicó un suplemento, repleto de viejos fantasmas para pintar el país 2003-2015. Las notas no mencionaban explícitamente al “tirano prófugo”, ni gritaban “Viva el cáncer”; pero sin embargo, el espíritu de aquel formato, estaba más vivo que nunca. Cambiando el nombre de los protagonistas, esas páginas bien pudieron haber salido a la calle, en septiembre del ’55. La finalidad fue la misma que hace 60 años, aunque esta vez, nadie intentó terminar con la víctima por decreto. Sin reparar en el dato político sin precedentes, que arrojó la Plaza de la despedida, Clarín retrató a un país de ficción, que por fin respira aliviado luego de ser liberado por los aliados, en plena Segunda Guerra Mundial. Pero a pesar del esfuerzo titánico, a esta altura del partido la postal de “tierra arrasada”, es muy compleja de armar. Intentar encontrar en el balance de 12 años de kirchnerismo, la excusa perfecta para ajustar, devaluar y volver a endeudar el país, no es una tarea sencilla. Si los últimos tres gobiernos no lo hicieron, aún recibiendo un país con 24% de desocupación, 53% de los argentinos debajo de la línea de pobreza, casi 200 mil dólares de deuda externa, los efectos de la lluvia de cuasi monedas y el aparato productivo pulverizado; ¿cómo se justifica la utilización del hombre común, como variable de ajuste? En “El legado K”, Clarín atacó con hiperpresidencialismo, corrupción, despilfarro de reservas, manipulación del Poder Judicial, Banco Central en rojo, autoritarismo, aislamiento internacional, ñoquis, demonización de la militancia, el "curro de los derechos humanos", etc., etc., etc. Un par de días antes, en el marco del juicio por la megacausa ESMA, el alegato del Ministerio Público Fiscal, concluyó con el pedido de 52 prisiones perpetuas y otras cuatro penas, que van desde los 10 a los 25 años de prisión. Pero además, la fiscal Mercedes Soiza Reilly, pidió que Clarín, La Nación, La Prensa, La Opinión, Crónica y las revistas, Para Ti y Gente, hagan 39 años después, una rectificación pública de cada información falsa que jugó a favor de la dictadura. Que coincidencia…, bajo la conducción de Magnetto, el “gran diario argentino” mintió siempre. Ayer, silencio cómplice a cambio de una fábrica de papel y hoy, la instalación de un país paralelo para soñar con un Estado propio. Jueces, legisladores y si es posible, un presidente a control remoto. En los ’70, cambiar enfrentamientos por asesinatos, fue su gran especialidad. En democracia, mostró una galería interminable de argumentos para defender lo indefendible, ante aliados en peligro. Algún día, millones de argentinos marcharán bajo la consigna “todos somos Yrigoyen”; porque aquel diario imaginario inundado de falsedad, solo se editaba para un lector; pero el Clarín de carne y hueso, secuestró la verdad hace muchos años y nos convirtió a todos en prisioneros mediáticos.
EL VIEJO ESCUDO MEDIATICO Por estos días, la prensa hegemónica apela como nunca al tráfico de palabras, para matizar la nueva crudeza económica que perfuma el ambiente. Donde dice “sinceramiento”, hay que leer devaluación; donde apunta “corrección de precios”, en realidad sostiene “remarcación” y cuando señalan que “captaron dólares en el mercado de capitales”, es que se endeudaron otra vez… Luego de no cuestionar a Prat Gay, cuando el ministro le pidió permiso al Tesoro de los Estados Unidos, para ejecutar su plan económico; ahora maquillan la inminente devaluación que posibilitará una millonaria transferencia de recursos a los bolsillos más gordos, ante la automática reducción de salarios. Los medios visten de seda a una nueva estampida de precios y esconden que la caída del cepo, permitirá que las corporaciones manden utilidades al exterior, sin tener que darle explicaciones a nadie. No cuestionan el “silencio industrial”, que lidera los primeros movimientos económicos oficiales y mucho menos la búsqueda en bancos y entidades crediticias, de 20 mil millones de dólares. Una cifra que se sumará a nuestra deuda, en 3 o 4 meses y que aunque parezca mentira, representa la mitad de la deuda externa que la democracia heredó en el ’83, después de más de 7 años de dictadura. Impera el silencio frente al regreso a toda velocidad, de la "patria financiera" y la dependencia agricologanadera. A las marchas y contramarchas del culebrón aguinaldo-ganancias (primero, "no dan los números" y después apareció la guita), la prensa las observó con normalidad. Nadie habló de improvisación, ni de parches. No pronostican problemas, ni hablan ni de polémica, ante el primer choque de frente entre Sturzenegger y los grupos compradores de dólares a futuro, representados por los bancos. Mientras el titular del Central, pretende aplicarles un "desagio" sobre los contratos, para recuperar más o menos, 4 pesos por dólar, los que apostaron al verde piden su recompensa sin recortes. Ahora corre sin obstáculos por las redacciones, la posibilidad de tomar un crédito que pagaremos todos, para que los bancos cobren lo prometido. En la campaña electoral, los economistas de Cambiemos hablaron pestes de los acuerdos con China; pero en los últimos días, el nuevo embajador en Beijing, Diego Guelar, sorprendió a propios y extraños, subrayando que el Gobierno buscará ampliar el canje de monedas con ese país para fortalecer las reservas del Banco Central. Periodísticamente, nadie reclamó ninguna explicación. El ministro de Hacienda y Finanzas, no generó ninguna contradicción mediática, cuando luego de hablar del “país quebrado” antes de las elecciones, salió a reconocer que “la Argentina está en buenas condiciones” y que en líneas generales, “no hay urgencias”. De todos los que querían preguntar, ¿ninguno tiene nada qué decir? Las tapas también dan una manito, para fortalecer el humor social. En el país, que durante más de una década fue el “más inseguro del mundo”, ya no hay tapas con casos policiales. Los canales de noticias que transmitían el miedo en cadena las 24 horas, ahora están cambiando sonrisas por lágrimas. En el mundo Macri, parece que se acabaron los robos, secuestros y asesinatos. Las tapas de los matutinos domingueros, hoy dan una manito. Después del encuentro del presidente con los gobernadores, los títulos de primera plana hablan de Juliana Awada ("Quiero darle a Olivos el calor de un hogar", titula Perfil y "Modelo de primera dama", dice La Nación); el estreno de Star Wars 7 ("Los misterios de la saga empiezan a revelarse", apunta Clarín); Popular le dedica su tapa a "Un nuevo escándalo entre Pampita y Vicuña" y Crónica, al Día del Hincha de Boca. A Telefé regresó “La familia Ingalls” y la despolitización de los canales de aire, será paulatina y similar a la experimentada por la pantalla durante el menemismo (“Chiquitas”, “Grande Pa”, “Cebollitas”, “Jugate conmigo”, “Hola Susana”, “Mi familia es un dibujo”, “Verano del ‘98”, “Xuxa”, “Mi cuñado”, “La familia Benvenuto”, “Videomatch” y “Ritmo de la noche”). La vida se veia color de rosa, mientras en la Rosada remataban el país. El otro dato distintivo, de los primeros días PRO, fue el diálogo. Pero como siempre, las dudas siguen ancladas en, ¿para qué y con quién? Sarmiento comenzó a convertirse en bronce, con aquello de “educar al soberano”. Una pieza fundamental de su histórica producción, que a pesar de lo que muestra la cáscara de la mítica oración, poco tiene que ver con las aulas y muchísimo con las urnas. Domingo Faustino completaba aquellas palabras, con una advertencia: "Si no los educás por convicción, hacelo por miedo”.
SARMIENTO, ¿PARA TODOS Y TODAS? Educar y domesticar, eran verbos casi mellizos en la visión liberal de la Argentina del siglo XIX. La esperanza del maestro que llegó a ser presidente, se basaba en una hipótesis muy polémica: el conocimiento es incompatible, con el voto a caudillos populares. Pero había otro gran problema, en aquella frase de envase aparentemente inofensivo. ¿Quién era el soberano, para Sarmiento? Un hombre aferrado a que la sangre del indio y el gaucho, solo servían para abonar la tierra, entendía que el “soberano”, no eran todos. Apenas eran algunos, los hijos de las elites ciudadanas, las nuevas generaciones de los civilizados. En aquel primer mandamiento de Sarmiento, no había lugar para los bárbaros. Eran palabras paradas sobre un territorio formal que a primera vista parecía interminable y que en realidad, era muy pequeño. Algo muy parecido sucede en el presente, con el discurso de brazos abiertos y la calidad de los argentinos (no la cantidad), que el macrismo está dispuesto a tolerar en su mesa. Diálogo con todos..., los que pasen el derecho de admisión. Las palabras en boca de la derecha, cambian su contenido. Diálogo quiere decir "órdenes" y abierto al diálogo, es una persona dispuesta a obedecer. Posiblemente, la operación “Pinedo presidente”, sea una postal de los límites diálogo que reinará a largo de los próximos cuatro años: mientras un grupo del PRO negociaba con el viejo oficialismo la ceremonia del traspaso, otros amarillos golpeaban las puertas de Tribunales para meter una cautelar. Después de llegar al poder sobre promesas de diálogo, unidad, acuerdo, consenso, instituciones y república; el caminito recorrido por Cambiemos, en tres días de mandato, va en dirección contraria a su propio discurso. Por ejemplo… Luis María Blaquier, sobrino del presidente de Ledesma, presidiendo el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES; tiene un valor simbólico tan oscuro, como el peso político de la designación. Hablar de un Blaquier, en un área tan sensible del Estado, es intentar limpiar el prontuario del tío Carlos. Aquel que prestaba al grupo Azcuénaga, de Martínez de Hoz, el petit hotel donde comenzó a cocinarse el golpe del ’76 y por supuesto, el secuestro de 400 personas y 55 desapariciones en el territorio del ingenio. Pero hablar de este Blaquier, es citar a un miembro del directorio del Grupo Clarín, a un ex integrante del Goldman Sachs y a un socio del misterioso fondo de inversión Pegasus. Si a esto le sumamos la elección del sobrino de Vicente Massot (el dueño de “La Nueva Provincia”, imputado por delitos de lesa humanidad), en lugar de Pinedo para presidir la bancada de Cambiemos en Diputados de la Nación, se trata de dos cachetazos a la etapa de los juicios por delitos de lesa humanidad, que este año le apuntó por primera vez, a los socios civiles del terrorismo de Estado. A punto de cumplir 80, Santiago Manuel de Estrada, va por su última batalla, ahora como secretario de Culto. Fue secretario de Seguridad e interventor del Instituto Nacional de Servicios para Jubilados y Pensionados, de la última dictadura militar; fue funcionario de Alfonsín y Menem, ingresó a la legislatura porteña con Cavallo y después fue macrista. Esta cucharada procesista en el gabinete de los CEO, tampoco es prenda de unión con el 48% del voto argentino. Disponer por decreto, que la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual y la de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, dejen de pertenecer a Presidencia y se subordinen a Oscar Aguad; es advertirle al Parlamento, que su voz no tiene voto. De diálogo, sinceramente esta actitud tiene muy poco. Arrancar el mandato, con una declaración de guerra al Poder Legislativo, no calza con la cultura del entendimiento y los puentes políticos. Pretender modificar con un DNU la Ley de Medios, la misma que fue declarada constitucional por la Corte Suprema de Justicia, se parece demasiado a uno de los cientos de vetos del ex jefe de Gobierno porteño. Otra historia, en la misma sintonía: También por decreto, Macri creó el Ministerio de Educación y Deportes y puso en su órbita el Pacto Federal Educativo y otras leyes del menemismo, que fueron desactivadas durante el kirchnerismo, por la Ley de Educación Nacional y de Financiamiento Educativo. Nombrar a Miguel de Godoy, en lugar de Sabbatella, es paradójico. Se trata del funcionario que llamó a C5N, para callar a Navarro, utilizando la pauta oficial como instrumento de extorsión. No parece ser el funcionario ideal para el AFSCA. ATE solicitó audiencia con Patricia Bullrich, porque a los trabajadores del Ministerio de Seguridad, en el marco de una actitud persecutoria y discriminatoria, les pidieron que informen su filiación política, sindical e ideológica. Los insultos caceroleros a las Madres, el jueves de resistencia en la Plaza, tampoco forman parte de una tregua y Fernando Niembro presente en la jura de ministros, fue una provocación. La polvareda que levantó el nombramiento de Juan Cruz Avila, como secretario de Políticas Universitarias, no lo dejó asumir. Bocas cerradas, ni una declaración de solidaridad ante el bloqueo de la web de Página 12. Eso tampoco suma. Nombrar a Todesca buscando un INDEC más confiable, olvidando que fue el padre del índice de la “inflación congreso”; es dejar el organismo en manos del que todos los meses timbeaba una cifra, sin ningún tipo de rigor científico. Que el flamante intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, haya designado al ex militar pasado a retiro Juan Manuel Lucioni, en Seguridad, tampoco. Se trata de un oficial sancionado en octubre de 2006 por Nilda Garré, por haber participado de uniforme, junto a otros militares y policías, de un acto en Plaza San Martín, reivindicando al terrorismo de Estado. ¿Cuál es la contribución al entendimiento con la oposición, de un Prat Gay que asegura que este gobierno no utilizará la Ley de Abastecimiento? Entonces, ¿hay una zona liberada para que los mayoristas, encierren sus mercaderías hasta hacer la diferencia con nuevos aumentos? ¿Cómo entender que los que en todo adversario político que molesta, encuentren un militante; convoquen Fernando Blanco Muiño como director nacional de Defensa del Consumidor en la Secretaría de Comercio? Blanco Muiño proviene de la Unión de Consumidores de Argentina, una entidad con fuertes vínculos con el Grupo Clarín. ¿Quién me asegura que en lugar de defender mis derechos, no se encargará de custodiar los privilegios de las corporaciones? El economista Horacio Tomás Liendo, hijo del ex secretario de Coordinación del Ministerio de Economía de la Alianza, fue designado director del Banco Central donde secundará al presidente del organismo Federico Sturzenegger. Un apellido que trae malos recuerdos... Tampoco colabora Julio Bárbaro, con sus tweets del 10 de diciembre: “Ayer fue la plaza del fanatismo, hoy la plaza de la razón, solo necesitamos que una crezca para que la otra desaparezca”. Ofende a la democracia, que la nueva página web de la Casa Rosada, haya restituído a todos los dictadores en la "Galería de Presidentes" (de Uriburu a Bignone) y el mismo efecto generó el “lápiz militante” de Nik, subiendo una foto de la Plaza de Galtieri, para hacerla pasar por la fiesta de Mauricio. La cultura del diálogo, por ahora no aparece como la soñamos. No alcanza con citar 10 minutos a tomar el té a cada ex candidato presidencial, para que algunos conozcan la Casa de Gobierno y otros la recorran con nostalgia. El único que no aceptó el convite fue Del Caño, porque según expresó en un documento, “estas reuniones tienen el objetivo de presentar como dialoguista a un gobierno que se prepara para aplicar por decreto, un brutal ajuste sobre el pueblo trabajador”. Tarde para comprometerse, después de mirar las elecciones por tele. La vedette de esta mañana en las tapas, fue la foto de familia que generó el encuentro; pero el título de Perfil, muestra que Cambiemos se está comiendo al caníbal, que todo lo que olía nauseabundo en el kirchnerismo, ahora tiene el mejor aroma. Fontevecchia, dice: "Macri y los goberrnadores: mayores fondos a cambio de apoyo político". Por lo tanto, la billetera mata provincias que compraba voluntades en el gobierno anterior, está vivita y coleando. Por último, a nadie le hizo ruido que el presidente no jurara desempeñarse con "lealtad y patriotismo" y cambiara "honestidad", por su grado de pertenencia a este suelo. ¿Por qué restar la palabra que nos vincula con soberanía e independencia? La construcción mediática seguirá adelante, hasta que no alcancen las palabras para defender los pasos antipopulares del neoliberalismo. Salvo que el escorpión, olvide su naturaleza. Cosa que parece muy poco probable...