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General: MADURADAS: Maduro juega al caos inconstitucional tras derrota electoral
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad  (Mensaje original) Enviado: 22/12/2015 16:50
Régimen pretende incapacitar a la recién electa Asamblea Nacional
Expertos advierten que Maduro está rompiendo con la Constitución
  
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La estrategia del régimen es peligrosa y luce desesperada
              Por Antonio Maria Delgado
Debilitado por el resultado electoral, el régimen de Nicolás Maduro redobla sus esfuerzos por desmantelar las instituciones democráticas de Venezuela, creando inconstitucionalmente un Congreso paralelo que suplantaría a la nueva Asamblea Nacional y esforzándose por mantener al Tribunal Supremo de Justicia reducido a una camarilla de incondicionales.
 
Los pasos adoptados por el régimen de Maduro --que buscan incapacitar a la recién electa Asamblea Nacional-- son vistos por analistas como la versión chavista de un autogolpe, con rasgos similares al ejecutado en Perú en 1992, cuando el entonces presidente Alberto Fujimori disolvió al Congreso.
 
“El objetivo es ése, minar a la nueva Asamblea Nacional, quitarle inclusive el espacio físico, tratar por todas las vías de que no funcione y eso es en realidad un golpe de Estado”, dijo el abogado constitucionalista Allan Brewer-Carias.
 
“Un golpe de Estado no es solo cuando se tumba a un presidente, sino cuando se tumba a la Constitución. Y eso es lo que pretenden hacer”, advirtió.
 
También es un golpe a la voluntad popular, que en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre votó de manera mayoritaria a favor de un cambio, señaló el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.
 
Con ello el régimen no solo está desconociendo el voto opositor, sino también el voto de todos los venezolanos que participaron en los comicios, manifestó.
 
“Al montar un organismo paralelo, están negándole a casi el 70 por ciento de los venezolanos la voluntad manifestada en las urnas”, dijo el diplomático desde Nueva York.
 
El saliente presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, dejó al descubierto las pretensiones del régimen de desmantelar la institución que él actualmente encabeza, al instalar lo que bautizó como el Parlamento Comunal Nacional, cediéndole parte de las instalaciones del Poder Legislativo para que realice sus funciones.
 
La instauración del nuevo cuerpo legislativo, cuya figura no aparece en la Constitución, se enmarca dentro del proyecto de transformación del Estado en una república socialista de corte castrista que conlleva una nueva arquitectura del poder en Venezuela, contemplado en la Ley de las Comunas.
 
Esa ley, cuyo contenido fue rechazado por los venezolanos en un referendo revocatorio, fue posteriormente aprobada por el fallecido presidente Hugo Chávez a través de la ley habilitante que le fue otorgada por el saliente Congreso.
 
Aunque aún está por verse si el chavismo logrará imponer los preceptos de la ley por encima de los lineamientos de la Constitución, en lo que distorsionaría hasta un extremo las normas de jurisprudencia establecidas universalmente, analistas dijeron que el objetivo del chavismo es claro: “el desmantelamiento de la institucionalidad en Venezuela”.
 
“Están apostando a la ingobernabilidad y al caos, desinstitucionalizando al Estado”, dijo desde Londres Diego Moya-Ocampos, analista senior para América Latina de IHS Global Insight.
 
Lo aplicado por el chavismo es el equivalente político de la estrategia militar que “quemar la tierra” empleada por ejércitos en retirada para evitar que los adversarios puedan encontrar algo de utilidad en el terreno concedido.
 
Pero es una táctica desesperada, dijo Moya.
 
“Este gobierno, a sabiendas que el fin es inminente, y que la popularidad de Maduro y del grupo en el poder está en el piso, está tratando de evitar que la nueva Asamblea, haciendo uso de los instrumentos democráticos que existen, puedan gradualmente incrementar su influencia”, señaló.
 
Maduro, por su parte, ha dado señales que está dispuesto a echar más gasolina en un piso ya saturado de combustible, declarando abiertamente que resistirá a capa y espada todo intento por desmantelar a la Revolución Bolivariana aún cuando la población, desesperada por el caos económico creado por el propio chavismo, votó masivamente en su contra en los comicios del 6 de diciembre.
 
“Juro que mientras esté vivo, no voy a rendir la revolución bajo ninguna circunstancia. Preparémonos para la sangre y la masacre, y para defender nuestra patria y ganar, sin importar el costo”, manifestó el gobernante recientemente.
 
Por el momento, el grueso de la batalla recae en la conformación del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), donde parte del previsible choque de fuerzas entre el chavismo y las fuerzas democráticas del país tendrá lugar, una vez que la nueva Asamblea Nacional sea juramentada el 5 de enero.
 
Liderada por Cabello, la saliente Asamblea Nacional convocó a cuatro sesiones extraordinarias esta semana -dos el martes y dos el miércoles- para tratar de aprobar aceleradamente la designación de 13 nuevos magistrados al TSJ para reemplazar a igual número de jueces de la máxima corte que pasaron a retiro.
 
Las pretensiones de la saliente Asamblea han despertado una ola de críticas.
 
“[El oficialismo se dispone] a atropellar la Constitución al pretender designar de forma violenta” a nuevos magistrados, expresó la ex magistrada Blanca Rosa Mármol de León en declaraciones publicadas por la prensa local.
 
El también ex magistrado Jorge Rosell coincidió: “Todo el proceso de postulaciones debe repetirse porque la independencia judicial es la base del sistema democrático y un TSJ seleccionado a discreción por la actual bancada oficialista solo buscaría bloquear las decisiones del nuevo Parlamento”
 
Parte de la preocupación se debe al tipo de personas que la saliente Asamblea piensa juramentar como magistrados esta semana, explicó Moya.
 
“Están tratando de colocar allí a puros incondicionales para de esa manera contar con un TSJ que obedezca fielmente sus órdenes y de esa manera tratar de neutralizar las dos terceras partes de la Asamblea Nacional en manos de la oposición”, dijo.
 
La oposición, por su parte, dijo que prevé exigir que los actuales candidatos a magistrados presentados por el chavismo, cuenten con los debidos requisitos estipulados en la Constitución, en términos de grado de experiencia y de preparación, y advirtió que quienes no cumplan con las normas estipuladas serán impugnados.
 
Ante los pasos dados por el chavismo para tratar de incapacitar a la recién electa Asamblea Nacional, Arria abogó a favor de la convocatoria de un “Gran Frente Nacional”, conformado por gremios, sindicatos, la iglesia, estudiantes y rectores universitarios, para hacerle frente a las pretensiones del régimen por terminar de desmantelar a las instituciones democráticas del país.
 
“Una sociedad como la nuestra bajo un régimen militarizado acompañado de grupos violentos no tiene armas para defenderse, pero si tiene la fuerza institucional que nos ha dado nuestra victoria electoral, pero eso obliga a pronunciarnos con firmeza”, expresó el diplomático.
 
La actual situación del país “obliga a convocar con extrema urgencia una mega rueda de prensa nacional e internacional para denunciar con toda claridad y precisión el golpe en marcha que no se ha detenido desde el intento” de golpe de Estado emprendido por Chávez el 4 de febrero de 1992, agregó.
 
el Nuevo Herald | elnuevoherald.com
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: BuscandoLibertad Enviado: 22/12/2015 16:52
La victoria de la oposición habría
desatado una ola de despidos en el sector público
 
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La venganza del chavismo ha comenzado 
              Angelica Mora  | Cubanet
Los miembros del gobierno de Venezuela no han entonado el mea culpa, como habría sido lo natural luego de lo que aconteció el 6 de diciembre en las parlamentarias, sino que han dirigido su frustración hacia el pueblo venezolano, culpándolo directamente por haber perdido las elecciones.

La situación es igual al viejo cuento del marido, que cuando le contaron que su esposa lo engañaba en el salón de su casa, fue enfurecido y vendió el sofá donde se llevaba a cabo el adulterio.

Empleando igual criterio, Nicolás Maduro habría dirigido, según varias denuncias que han comenzado a salir a la luz, su venganza contra los empleados públicos, ordenando el despido de miles que votaron por la oposición.

La persecución y despidos masivos se habrían centrado contra los trabajadores que apoyaron a la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones legislativas a través de los votos. El Gobierno estaría también buscando identificar a beneficiarios de sus programas de vivienda que votaron por la oposición, para despojarlos de sus inmuebles.

Asimismo, tras la derrota, Maduro y otros miembros de su gobierno han tratado de asustar a la población afirmando en apariciones en la televisión que la oposición intentará privatizar empresas y recortar garantías a la clase trabajadora.

Estas situaciones de carácter kafkiano no son mera coincidencia.

Todo comenzó en 2003
El abogado opositor José Graterol ha calificado los despidos como venidos de una nueva lista parecida a la de Tascón, que se hizo pública durante el gobierno de Hugo Chávez.

Tal lista, recopilada por el diputado Luis Tascón, quien falleció en 2010, registraba a personas que habían firmado una planilla para poder activar el referendo revocatorio contra del gobierno de Chávez, realizado en agosto del 2004.

El disgusto por la derrota provocó que el mandatario ordenara despedir a todo el que había votado por el SÍ en el plebiscito.

Si bien Tascón declaró que la lista había sido comprada a un alto jefe de la asociación civil “Súmate”, declaraciones previas suyas indicaban que había fotocopiado las firmas con permiso del Consejo Nacional Electoral durante cuatro días.

El CNE habría facilitado estas firmas por solicitud directa del Presidente Hugo Chávez, justificando las acciones de Tascón como medio de demostrar el “intento de fraude” de la oposición.

En aquel entonces sindicalistas, directores de organismos y gerentes de empresas del Estado aplicaron los criterios de discriminación laboral de la lista.

“El fantasma de estar entre esos nombres siempre nos ha acompañado, y por eso nos dedicábamos a ir a trabajar, sin hablar de política, porque nunca se sabía quién nos podía escuchar”, cuenta Luisa, una empleada caraqueña que trabajaba en uno de los ministerios públicos.

Marcos explica que él no se metía en política, pese a trabajar en el gobierno. “Nos dan franelas (pulóveres) y nos dicen que si somos leales nos premiarán el esfuerzo… y te invitan a inscribirte en el partido, porque dicen que debes agradecer a la revolución porque tienes trabajo con posibilidades de ascenso, si eres leal al proceso. Pero yo no participo ni en firmas  ni marchas”.

Origen de la franela  o pulóver “Roja Rojita”
En 2006, en un acto en el estado Anzoátegui, el entonces ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, afirmó que la  petrolera era “roja rojita” y debía usarse por todos los trabajadores, como una forma de compartir el modelo socialista del presidente Hugo Chávez.

El mandatario, muy complacido, dijo que Ramírez se merecía el Premio Nobel por la frase, y el rojo político se extendió por toda la administración pública, empresas del Estado, gobernaciones y alcaldías en manos del oficialismo.

Elecciones del 2012
Las elecciones presidenciales de Venezuela para el período 2013-2019, llevadas a cabo el 7 de octubre de 2012, reeligieron a Hugo Chávez para un cuarto mandato consecutivo.

Las principales coaliciones que disputaron la elección fueron el Gran Polo Patriótico (GPP), que respaldaba la reelección de Hugo Chávez, y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que estuvo representada por Henrique Capriles Radonski, candidato electo en elecciones primarias, celebradas el 12 de febrero de 2012.

El hecho de apoyar a la oposición en aquella oportunidad le costó caro a miles de trabajadores, quienes fueron castigados con la remoción de los cargos o traslado a empleos lejos de sus hogares. Se alegó que se les despedía “porque eran empleados de confianza y habían fallado en la lealtad”. En Maracaibo fueron trasladados decenas de funcionarios a seis horas de la capital zuliana.

Elecciones Parlamentarias
Y se llegó  al 6 de diciembre del 2015 con las elecciones parlamentarias donde el pueblo volcó su frustración contra el gobierno de Nicolás Maduro a través del voto en contra, incluso muchos sabiendo que podrían perder sus empleos.

El abogado venezolano Alberto Jiménez Ure razona desde Mérida. “Votamos en contra porque la nación ha sido sometida a penurias vejatorias y extremas jamás vistas, que parecen propias de un ‘Fatídico Experimento Contra-Contracultural’ y optamos por no temer más. Los enfrentamos mediante ‘sufragio’ que es la forma más civilizada que teníamos a mano, para anunciarle a quienes alguna vez recibieron ‘mandatos’ que estaban ellos fuera de la Ley.

Pero el gobierno de Nicolás Maduro no se ha dado por vencido y como castigo habría iniciado los despidos masivos de los empleados públicos.

El origen de la nueva lista
Muchos se preguntan cómo es que el gobierno de  Nicolás Maduro sabe quién votó por quien en las pasadas elecciones.

La respuesta está en el Departamento de Comunicaciones de Venezuela, activado y puesto al día por el gobierno cubano a través del máximo técnico en la materia, el general Ramiro Valdés, exministro de Informática y Comunicaciones en la Isla, quien viaja frecuentemente a Caracas, en vuelos que llegan a aeropuertos militares, donde sus llegadas no son registradas.

Cuando Hugo Chávez tomó posesión del gobierno en 1999, el Comandante Ramírez viajó a Caracas como “asesor”, para arreglar los problemas de “falta de energía” de la nueva nación socialista.

El 4 de febrero de 2010, por cadena de radio y televisión,  Hugo Chávez anunciaba que Valdés estaba al frente de una comisión técnica que abordaría todos los problemas eléctricos del país.

Varios chistes corrieron entre los venezolanos indicando que el visitante sí sabía de electricidad porque la había aplicado por años a los disidentes cubanos.

El dirigente caraqueño, Américo Martín, alertaba que Valdés era fundador del G2, los servicios de inteligencia de Cuba, fue ministro del Interior y toda su experiencia era en seguridad. Señalaba que por el contrario, la Isla tenía un retraso muy grande en la materia, en relación con Venezuela, y los especialistas cubanos no tenían nada que ofrecerle a los venezolanos.

Pero parece ser que Ramiro Valdés, aunque no arregló el problema eléctrico de Venezuela, tuvo la habilidad de dejar instalados los circuitos que permiten al gobierno de Nicolás Maduro saber quién votó por quien, leer lo que se escribe en las redes sociales y escuchar las conversaciones telefónicas.

Con razón el abogado José Graterol ha protestado que con los despidos ordenados por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, se están violando los derechos del pueblo a la libertad de expresión, al trabajo y el uso de las redes sociales e Internet, por órdenes directas de La Habana.
 
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