La fase activa del Trident Juncture 2015 arrancó el pasado 3 de octubre, pero el Gobierno conservador de Mariano Rajoy todavía no ha explicado ni los costes de estos ejercicios, ni la nueva política de acercamiento militar a Estados Unidos, ni tampoco los beneficios para España de esta peligrosa estrategia.
El propio ministro español de Defensa, Pedro Morenés, calificó este verano las actuales maniobras de la OTAN como las "más potentes, más importantes y de mayor entidad cualitativa y cuantitativa de la Alianza desde la operación en Afganistán".
Los ejercicios de la OTAN en España servirán en palabras del responsable de la Defensa español para "dar visibilidad" a esta región "como zona fundamental" para la Alianza Atlántica.
Pero esta estrecha relación de España con la OTAN y EEUU reporta nulos beneficios a los españoles, más bien al contrario porque de seguir la actual escalada militar entre Washington y Moscú, España se convertiría también en objetivo a batir.
Los únicos beneficiados de esta situación son las élites españolas vinculadas al capital financiero de Estados Unidos.
"La OTAN es un instrumento de dominación" y en un periodo en el que la economía de EEUU "está declinando ineludiblemente en competencia con países como China y Rusia y los BRICS", la industria militar adquiere un nuevo protagonismo, explicó a Sputnik Nóvosti Manuel Pardo de Donlebún, capitán de navío de la Armada en la Reserva.
Washington "quiere mantener su posición estratégica y su posición de dominio" y el único recurso que le queda "es la fuerza militar en la que nadie le hace sombra" alertó el activista.
El eurodiputado español de Izquierda Unida (IU), Javier Couso, ha denunciado que "detrás de la demostración de fuerza" de las maniobras que la OTAN se esconde "una clara amenaza a Rusia".
"Es un claro signo de que la Unión Europea está renunciando a desarrollar una disuasión independiente de EEUU, y por otro, que lo que se esconde detrás de esta demostración de fuerza es una clara amenaza a Rusia", denunció hace dos semanas.
También numerosas plataformas ciudadanas españolas han mostrado su repulsa con movilizaciones contra unas maniobras que sitúan a España en la primera línea del frente.
Para Pere Ortega, investigador, analista y director del Centro Delàs de Estudios por la Paz, estas maniobras hay que encuadrarlas con las tensiones y enfrentamientos que mantiene la OTAN y Rusia tras la crisis de Ucrania.
El autor de ‘El lobby de la industria militar española: donde van nuestros impuestos', decía en un reciente artículo en el diario Público que las maniobras militares Trident Juncture "puedan tener como objetivo, no solo llevar a cabo ataques, también el invadir cualquier país, quizás Siria, un país africano, o simplemente facilitar una escalada militar con Rusia, que es tanto como abrir las puertas a una nueva guerra fría y la posibilidad de un enfrentamiento armado en suelo europeo entre potencias nucleares".
Zaragoza alberga buena parte de estos ejercicios, especialmente el campo de adiestramiento de San Gregorio y la base aérea de las Bardenas, en la que se realizarán prácticas con fuego real desde aviones y helicópteros.
La Plataforma Anti-OTAN de Zaragoza ya ha denunciado que "la actividad militar en estos recintos supone un riesgo para la población limítrofe, ya que es habitual que algunos proyectiles impacten fuera de las instalaciones militares".
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Además durante las maniobras "se utilizarán municiones de uranio empobrecido que presentan niveles de radiactividad y contaminan suelos agrícolas y acuíferos causando enfermedades y riesgo de malformaciones en los fetos".
En la base naval de Rota, en Cádiz al sur de España, EEUU acaba de finalizar el despliegue de cuatro destructores con el escudo antimisiles.
Washington justificó en su día la necesidad de hacer frente a un Irán nuclear, pero hoy esa excusa ya no sirve porque se ha llegado a un acuerdo con Teherán. Todo indica que desde la retaguardia española el escudo mira a Rusia y China.
La otra amenaza se sitúa en la base aérea de Morón, en Sevilla, en donde la Casa Blanca desplegará de forma permanente hasta 3.000 marines (que actúan en estas maniobras) e instalará el mando de AFRICOM frente al África subsahariana, dispuestos a lanzar ataques e intervenciones bajo el supuesto de la guerra contra el terrorismo.
Desde esta misma semana, el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera, en Valencia, es ya 'punta de lanza' de la Alianza Atlántica, lo que le permitirá durante 2016 organizar despliegues rápidos en países en conflicto en menos de 48 horas.
Y en la base aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, se construye el búnker más grande de España para acoger Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la OTAN (que controla el espacio aéreo entre Azores y Turquía) y el ARS Pegaso (Defensa Aérea Nacional española).
España tuvo hasta el pasado mayo a cuatro aviones Eurofighter desplegados en Estonia dentro de la misión 'Policía Aérea del Báltico' de la OTAN.
Como denuncia Couso, miembro también de la comisión de Defensa del Parlamento europeo, España es el nuevo "portaaviones de la OTAN" y las maniobras "son un mensaje en dos direcciones, hacia China por el aumento de su influencia en África y hacia Rusia, y el mensaje es que el Mediterráneo sigue siendo cosa angloamericana".
Desde el final de la guerra fría, la OTAN era una organización sin rumbo ni estrategia que malvivía como gendarme militar mundial.
Hoy recupera de nuevo su vieja misión histórica de amenazar a Rusia, esta vez con la ayuda nada despreciable de España.