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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 07/12/2015 13:14 |
ECONOMIA › EL AUMENTO DE PRECIOS DE BIENES ESENCIALES TRAS CONOCERSE EL TRIUNFO DE MACRI, SEGUN UN ESTUDIO TECNICO
El día que Cambiemos pasó a ser Remarquemos
El Observatorio de Precios oficial detectó subas generalizadas en pocas semanas como respuesta a las expectativas de devaluación. Listas de precios distintas según la relación de fuerza entre las partes. El impacto en alimentos y medicamentos.
Por Raúl Dellatorre
Un exhaustivo informe del Observatorio de Precios de la Secretaría de Comercio –organismo creado por ley en septiembre del año pasado– da cuenta del fuerte impacto que provocó en diversos rubros de consumo el anuncio anticipado del próximo gobierno sobre “la posibilidad de una futura devaluación, quita de subsidios, quita de retenciones y medidas similares que impactarán desfavorablemente en los salarios reales y en los precios”, señala el trabajo, titulado “Evolución de Precios y Cambio de Gobierno”. Entre la primera semana de noviembre y la posterior a las elecciones del domingo 22, el Observatorio verificó aumentos de precios en los rubros Alimentos, Bebidas, Lácteos, Perfumería, artículos para la construcción y Medicamentos, en algunos casos superiores al 20 por ciento, sin que hubiera variaciones de costos que lo justifiquen. También hubo alertas sobre faltantes de insumos básicos y cambios en las condiciones de comercialización (formas de pago). Por otra parte, se señaló que los cambios en las listas de precios “varían de acuerdo a los canales de comercialización y al poder de negociación de cada una de las empresas proveedoras frente a las cadenas de supermercados, tanto minoristas como mayoristas”, revela el informe.
“Luego de casi dos años de desaceleración de precios y estabilidad, el proceso electoral alteró este comportamiento”, plantea de arranque el informe del Observatorio, cuyo objeto, según la ley que lo creó, es “monitorear, relevar y sistematizar la información sobre precios, disponibilidad de insumos, bienes y servicios”. El trabajo señala que entre la primera semana de noviembre y la posterior al domingo 22, “los anuncios realizados por el candidato de la oposición terminaron de instalar en los medios, en mayor o menor medida, la posibilidad de una futura devaluación, quita de subsidios, quita de retenciones y medidas similares que impactarán desfavorablemente en los salarios reales y en los precios”. Ese impacto se verificó en incrementos de materias primas y en bienes finales de consumo que, en el caso de alimentos, lácteos y perfumería, alcanzaron proporciones cercanas al 30 por ciento.
Materias primas
El estudio hecho por el Observatorio, que depende de la Secretaría de Comercio, revela que “los anuncios de campaña de la oposición en cuanto a mercados agrícolas, como por ejemplo una baja en los derechos a la exportación, devaluación de la moneda y eliminación de la administración del comercio exterior, han tenido un claro y fuerte impacto en el precio de los granos y en el comportamiento de los productores, quienes ya han internalizado esos cambios”. Como consecuencia, señala el trabajo, “el precio interno de los tres granos más emblemáticos de nuestra producción (soja, trigo y maíz) reflejan estos cambios y se acentuaron a medida que la oposición aumentaba sus posibilidades de asumir el poder”.
El informe destaca que, tras el balotaje, los precios internos se dispararon por encima del valor de paridad en pesos con respecto al precio internacional. “La soja aumentó su precio interno un 20 por ciento, el trigo un 36 por ciento y el maíz un 46 por ciento desde inicios de octubre; este aumento se trasladará en mayor o menor medida, en el corto o mediano plazo, al precio de bienes esenciales, como harina, pollos y leche, consumidos en el mercado local”, señala, apuntando que la bolsa de harina de 50 kilogramos pasó de costar 160 pesos en septiembre a 210 pesos en noviembre, “en línea con los aumentos del trigo en el mercado local”.
En el caso del ganado bovino, el Observatorio señala “un efecto similar al que se vio en el mercado de granos”. Tras la segunda vuelta, el 22 de noviembre, el precio promedio de la hacienda en pie alcanzó a 19,90 pesos por kilo, con un aumento del 11,2 por ciento tan sólo en cinco semanas y después de un prolongado período de estabilidad. “El aumento de las últimas semanas es casi similar al verificado en los anteriores 14 meses”, afirma el estudio.
Precios al público
El fenómeno descripto a nivel de la agroganadería tuvo su correlato inmediato en los precios de góndolas. “Los productores y comercializadores valúan sus listas de precios considerado el costo de reposición, con lo cual una devaluación anunciada, aun antes de verse concretada, impactaría en todos los precios”, explica el Observatorio.
“Aquí, las expectativas y la especulación juegan un rol muy importante”, advierte el estudio técnico, “de manera que los proveedores buscan trasladar por adelantado las posibles subas en los costos y los comercializadores buscan mantener sus márgenes de ganancia, aumentando los precios de forma anticipada a una posible devaluación”.
De acuerdo a la información recabada para el estudio, “diversos comercios informaron sobre la recepción de numerosas listas de precios con incrementos que rondan el 7 por ciento promedio, con máximos de hasta 20 por ciento en algunos productos puntuales”, siempre en referencia a comunicaciones recibidas con posterioridad al 22 de noviembre. “Los cambios en las listas de precios varían de acuerdo a los canales de comercialización y al poder de negociación de cada una de las empresas proveedoras frente a las cadenas de supermercados, tanto minoristas como mayoristas”. Es decir, las firmas dominantes en mercados de consumo masivo aplicaron condiciones más duras cuando se enfrentaron a cadenas o comercios menos poderosos. De allí las diferencias de incrementos que se observan en el cuadro sobre “variaciones de precios en las góndolas”, donde se ve que los incrementos máximos, en general, se alejan mucho de los aumentos promedio. El informe revela, por firma, algunas de estas conductas:
- Molinos Río de la Plata, 12 por ciento promedio de aumento, con máximos de 20 por ciento en harinas.
- Arcor, 15 por ciento promedio con máximos de 20.
- Procter and Gumble, 18 por ciento promedio.
- Danone, 10 por ciento promedio con máximos de 16.
- Unilever, 20 por ciento promedio.
- Quilmes, 10 por ciento promedio con máximos de 15.
En base a los relevamientos físicos efectuados por la Secretaría de Comercio, el Observatorio de Precios afirma que “contrastando lo sucedido entre la semana previa a la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre y la semana posterior, se observan importantes aumentos de precios, entre los que se destacan alimentos y bebidas”. Tal cual se aprecia en el cuadro adjunto a esta nota, en productos como puré de tomates y harinas, los aumentos alcanzaron al 28 por ciento. Los cartones de leche larga vida sufrieron remarcaciones de hasta el 32 por ciento, mientras que en leche en polvo y postres lácteos alcanzaron a superar el 20 por ciento. las diferencias según el tipo de comercio también es notable, porque se observa que para un mismo producto, según el canal de comercialización, los aumentos pueden variar entre 3 por ciento y 20 por ciento (en el caso de postres lácteos), entre 15 y 32 (leches larga vida), o entre 4,5 por ciento y 28 por ciento (harinas). La relación de posición dominante de marcas y empresas juega un papel claramente diferenciador en el impacto y revela, además, cómo una situación de incertidumbre y especulación suele provocar una redistribución regresiva de los ingresos, en la que los sectores dominantes tienen la oportunidad de sacar la mejor parte.
El aumento de precios se aceleró a medida que crecía la certeza de que Mauricio Macri llegaría a la presidencia de la Nación.
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ECONOMIA › SUBAS EN REMEDIOS Y ALIMENTOS REAVIVARON LA INFLACION EN NOVIEMBRE Y DICIEMBRE
Efecto de una devaluación anunciada
Mientras el Indec demora los indicadores por falta de “condiciones técnicas” para elaborarlos, diversas fuentes privadas reflejan una fuerte aceleración. Alimentos, con subas del 11 por ciento en la primera mitad de diciembre.
Por Federico Kucher
La inflación de diciembre, según estimaciones privadas, será de hasta el 6 por ciento, superando en varias veces la última variación informada por el Indec en octubre, la cual arrojó que los precios minoristas habían subido 1,1 por ciento. La devaluación anunciada por el equipo económico de Cambiemos generó un fuerte incremento en el valor de los productos de la canasta básica, en particular de la carne, el pollo, la leche, la harina y el aceite, ya desde antes de su puesta en marcha. También hubo aumentos notables en productos clave como los medicamentos, que marcaron subas de más del 20 por ciento. El instituto oficial de estadísticas, tras la designación del consultor de mercado Jorge Todesca, decidió interrumpir la publicación del indicador de precios al consumidor de noviembre y diciembre. Economistas heterodoxos aseguraron que se pretende ocultar el importante impacto para el proceso inflacionario que generó el incremento del dólar con baja de retenciones.
Las estimaciones de precios de los privados, en ausencia de indicadores oficiales, registraron la fuerte aceleración de la inflación en las últimas semanas. El relevamiento del Estudio Bein reflejó que en octubre la inflación fue del 1,5 por ciento, mientras que en noviembre ascendió al 2,9 y cerraría diciembre en el 6 por ciento. Las estimaciones de Elypsis, del consultor Levy Yeyati, fueron 1,5 en octubre, 2,2 en noviembre y 3,5 en diciembre. La consultora M&S, de Carlos Melconian, uno de los nuevos funcionarios designados para conducir el Banco Nación, calculó que en diciembre el alza de precios superará 4 por ciento.
Los alimentos tuvieron las subas más pronunciadas. El estudio de Isepci, que mide solo la evolución de productos alimenticios, arrojó que el valor de los alimentos había subido el 0,7 por ciento en octubre, el 2,9 por ciento en noviembre y el 11,7 por ciento en la primera quincena de diciembre.
Un informe de Consumidores Libres, de Héctor Polino, permite observar cuál fue el aumento de precios para distintos productos de consumo masivo entre fines de octubre y la primera quincena de diciembre. El asado por kilo se incrementó el 10,1 por ciento, en tanto que el roast beef lo hizo al 13,7 por ciento y la carne picada, 5,2. La harina anotó una suba del 8,6 por ciento, la leche 5,1 y la yerba mate 4,8. Entre las verduras se destacó el alza del zapallo (+28,2 por ciento). El aumento del precio de los alimentos impacta con mayor fuerza en la calidad de vida de sectores vulnerables de la población que destinan gran parte de sus ingresos a comprar estos productos. Más allá del anuncio de un bono por única vez para titulares de derechos de la Asignación Universal por Hijo y jubilaciones mínimas, los incrementos de precios en la canasta básica provocaron una fuertísima caída en la capacidad de compra de estos sectores.
El Indec, pese a la tensión observada con los precios en las últimas semanas, anunció que no se publicarán los indicadores de inflación minorista para noviembre y diciembre. Las nuevas autoridades aseguran que no están dadas las condiciones técnicas para presentar un indicador de precios adecuado. Pero economistas heterodoxos dudan de la veracidad del argumento y aseguran que hay un intento de ocultar la importantísima distorsión sobre los precios generada por el anuncio de devaluación y la quita de retenciones al complejo agropecuario, en particular el trigo y el maíz. “Hasta ahora se venía publicando a través del Indec un índice de precios nacional urbano (IPC-nu) que reflejaba con bastante exactitud las tasas de inflación. Se puede pensar en mejorarlo, pero discontinuarlo justo ahora es privar de información a la población. Sorprende que lo dejen de publicar”, aseguró Ricardo Aronskind, economista del Plan Fénix. Planteó que el nuevo gobierno ocultó desde un comienzo sus intenciones en materia distributiva (baja de salario real y en dólares y recomposición de rentabilidad para los sectores exportadores). “Lo que ahora ocurre es que hay un fuerte impulso inflacionario incitado desde el Estado y que, en donde más preocupa, es en el incremento de los precios de los productos de la canasta básica. La baja de la retención para el trigo y el maíz afecta en forma significativa estos bienes, lo cual combinado con la devaluación genera una importante tensión en el valor de todos los alimentos”.
Las góndolas de alimentos son las que más sufrieron el impacto, según las consultoras privadas. Carnes y verduras, los que más subieron. |
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ECONOMIA › PESE AL DESEO DEL MINISTRO ALFONSO PRAT-GAY, LA TASA DE INFLACION NO CEDE EN ENERO
El alza de precios no es una sensación
El ministro había estimado que la inflación estaba bajando y que los aumentos de estos días eran una “sensación” del consumidor. Consultoras y organizaciones de consumidores calculan que en la primera quincena acumula una suba de 1,6 por ciento.
La inflación durante la primera quincena de enero continuó bastante por encima del promedio del año pasado. La Asociación de Consumidores Libres, que dirige Héctor Polino, calculó que los precios de los bienes de la canasta básica aumentaron 1,6 por ciento en lo que va del mes, mientras que diversas consultoras privadas estiman que la variación de precios terminará entre el 3 y el 4 por ciento en enero. Ese dato contrasta con el planteo del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, quien había dicho que la inflación ya estaba en niveles previos a la aceleración de precios que comenzó con el anuncio de devaluación por parte suya. Y que los aumentos eran “una sensación”.
“Hay una enorme dispersión de precios. De los 38 artículos que relevó Consumidores Libres, 24 subieron de precio, 9 bajaron y 5 se mantuvieron sin variación, pero el promedio para la primera quincena de enero nos dio un aumento del 1,6 por ciento”, explicó ayer Polino. La entidad calculó que en diciembre la inflación se ubicó en el 3,6 por ciento “como consecuencia de actitudes especulativas de las empresas formadoras de precios, ante anuncios hechos sobre la devaluación del peso en relación al dólar y de quita de retenciones a los productos agropecuarios”.
Polino registró un aumento del 15 por ciento en la carne en lo que va de enero. Calculó que la carne picada avanzó 15,5 por ciento, mientras que el aceite lo hizo en un 10,4 y el kilo de pollo, un 7,64 por ciento. En cambio, bajaron precios estacionales como el tomate perita (un 17 por ciento), la cebolla (9,0) y la naranja (5,4 por ciento). La entidad de consumidores (que releva precios hace varios años) estima que enero cerrará con una inflación de 3,2 en los artículos de la canasta básica.
Esos datos contrastan con la descripción que Prat-Gay dio días atrás sobre el proceso inflacionario. “Hubo un aumento desmedido de algunos precios, pero este es un gobierno que se está ocupando y está teniendo un resultado visible”, dijo. “Hubo una pequeña joroba de dos meses por la salida del cepo, que no tuvo ni por asomo el impacto de lo que decían que iba a tener. En nuestras mediciones, la inflación tuvo un salto en la segunda quincena de noviembre y primera quincena de diciembre, aterrizando en la primera quincena de enero para estar en niveles parecidos a los que había en septiembre y octubre de 2015”, agregó el ministro.
Si bien la situación inflacionaria es relativamente incierta por el apagón estadístico que lleva a cabo el Indec bajo la conducción de Jorge Todesca, hay varias fuentes que muestran que la expresión de Prat-Gay es como mucho una muestra de deseo, pero que dista de la realidad. El 13 de octubre del año pasado la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, presentó el dato del IPC-Congreso, de 1,92 por ciento para septiembre, mientras que para Miguel Bein fue de 1,8 por ciento. Un mes más tarde, para Bullrich y Sturzenegger la suba de precios en octubre fue de 1,52 por ciento y Bein midió un 1,5 por ciento.
A contramano de Prat-Gay, ningún economista, cercano o no al gobierno nacional, calcula para enero una inflación del orden del 1,5-1,9 por ciento, como sucedió en el bimestre septiembre-octubre. Polino midió 1,6 por ciento sólo en la primera quincena y estima que el mes cerrará con un 3,2 por ciento. Por su parte, Juan Luis Bour, de FIEL, calculó una inflación mensual de entre el 3 y el 4 por ciento; Luciano Cohan, de Elypsis, estimó un 2,5 por ciento para enero. Una suba de ese tipo se montará sobre el 2,9 por ciento de noviembre y el 3,8 por ciento de diciembre, según datos de Bein.
En tanto, para febrero se espera que el Gobierno comience a aplicar una drástica reducción de subsidios del orden de los 105 mil millones de pesos en todo el año, según fue informado la semana pasada. Es decir que aumentarán sensiblemente las tarifas de luz y gas al consumo residencial y para las empresas, otro factor de impulso a la inflación
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