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General: Rosatti juez de bolsillo de Macri no merece llegar a la Corte
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 23/12/2015 13:48

EL PAIS › HORACIO ROSATTI CUESTIONO EN UN LIBRO EL MECANISMO POR EL QUE AHORA FUE DESIGNADO EN LA CORTE SUPREMA

Un candidato que contradice su doctrina

En su Tratado de Derecho Constitucional, el ex ministro dice que el método de designación de jueces en comisión “no se compatibiliza con la seguridad jurídica”. Lo hizo en alusión a magistrados inferiores, pero no se opuso a que lo nombraran para la Corte de esa forma.

 Por Irina Hauser

Horacio Rosatti, uno de los dos juristas designados por decreto para ocupar un lugar en la Corte Suprema, se opuso en su Tratado de Derecho Constitucional, al método de designación de jueces “en comisión” que el Gobierno aplicó la semana pasada con él mismo y que él decidió aceptar. Entre las páginas 431 y 432 de la obra, publicada no hace tanto (en 2011), se lee que ese mecanismo de nombramiento que proviene de la Constitución de 1853 “se mantiene como inciso 19 del artículo 99” y “tiene sus complicaciones”. ¿Cuáles son? Según explica Rosatti, genera problemas de “seguridad jurídica” por la “provisoriedad” de la función, deja la duda de si el Poder Ejecutivo mientras dura el interinato puede nombrar a otra persona para el mismo cargo, y especifica que pasa por alto los mecanismos de selección establecidos en el texto constitucional.

La discusión por las vacantes en la Corte Suprema empezó poco antes de que se jubilara Raúl Zaffaroni hace casi un año. Las fuerzas de oposición, entre ellos la UCR y PRO, se negaban a debatir cualquier nombre que fuera propuesto por Cristina Kirchner, y hasta firmaron un documento con esa postura. En la continuidad de esa lógica llevada al extremo, el gobierno de Mauricio Macri salteó por ahora la negociación y el consenso y, cuando se produjo la vacante que dejó a los 97 años Carlos Fayt, hizo directo dos nombramientos “en comisión” a través del decreto 83/2015, sin pasar por el Senado. La justificación es que como la Corte se queda con sólo tres jueces casi no puede funcionar, ya que si no están todos de acuerdo se traban las decisiones.

Dice el decreto en cuestión que la Constitución prevé en el artículo 99, inciso 19, “un mecanismo concreto para remediar situaciones como la presente, facultando al Presidente de la Nación a ‘llenar las vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima legislatura’”. Con el Congreso en “receso” y sin planes de llamar a sesiones extraordinarias, Macri nombró a Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Fueron consentidos por Ricardo Lorenzetti, quien en 2004 había sido postulado al alto tribunal cuando Rosatti era ministro de Justicia del gobierno de Néstor Kirchner, del que se fue peleado tras no aceptar una candidatura a diputado por su provincia, Santa Fe, la misma del presidente supremo.

Como experto en derecho constitucional, Rosatti escribió su tratado en dos tomos con el sello de la editorial Rubinzal-Culzoni, una de las favoritas de Lorenzetti, la que le publicó la edición comentada del nuevo Código Civil y Comercial que cuesta cerca de 20 mil pesos. El Tomo II de Tratado de Derecho Constitucional de Rosatti tiene un tramo que se dedica específicamente a contar, con el título “Vacantes”, que el nombramiento de jueces en comisión viene de la primera Constitución de 1853, cuando el receso del Senado era larguísimo: se extendía entre el 1º de octubre y el 30 de abril. Ese tipo de designaciones estaban previstas para “la hipótesis” de que se produjese una vacante judicial en ese período. Eran temporarias y vencían “al fin de la próxima legislatura”. En ese punto es que el jurista nombrado en la Corte advierte que traída a la actualidad, mantenida en el inciso 19 del artículo 99, esa disposición “tiene sus complicaciones”, que detalla así:

1) “Genera una situación de provisoriedad que no se compatibiliza con la seguridad jurídica.”

2) “Genera la duda de si, mientras dura el interinato (‘antes del fin de la próxima legislatura’) puede el Poder Ejecutivo proponer otro candidato para el mismo cargo.”

3) “Se torna, luego de la reforma constitucional de 1994, temporalmente acotada (pues ahora el receso parlamentario de sesiones ordinarias se extiende desde el 1º de diciembre hasta el 28 o 29 de febrero del año siguiente) y virtualmente incompatible con la cláusula que establece la intervención previa del Consejo de la Magistratura.”

Rosatti se refería así al régimen de concurso y aprobación de una terna en el Consejo de la Magistratura por la que deben pasar los candidatos a ocupar cargos de jueces de primera instancia y de cámara, para luego ir al Poder Ejecutivo y recién de ahí al Senado. Es el procedimiento que se estableció tras la reforma de 1994, para que evitar los nombramientos a dedo del poder político. A los jueces de la Corte los postula el Poder Ejecutivo y deben recibir acuerdo del Senado con una mayoría calificada de votos. El decreto 222 de Kirchner estableció un exhaustivo mecanismo de escrutinio público, con impugnaciones y audiencia pública en el Senado. Rosatti se refiere a posibles nombramientos de jueces inferiores en comisión sin aludir a los jueces de la Corte, algo que recordaron en su entorno al ser consultados para esta nota.

Cuando el Gobierno le ofreció el cargo, Rosatti les dijo a sus colaboradores que le parecía que estaba dentro de la legalidad, según le relataron a Página/12. Lo mismo, todo indica, le pareció a su colega Rosenkrantz. Rosatti es multifacético: magister en Impacto y Gestión Ambiental de la Universidad Católica de Santa Fe, fue fiscal municipal, secretario general de la Gobernación santafesina, convencional constituyente, intendente, procurador del Tesoro de la Nación en 2003 y luego ministro de Justicia. Preside la Asociación de Derecho Constitucional y tiene una faceta literaria que lo llevó a escribir la historia de Boca Juniors (Cien años de Multitud) para alegría macrista. Rosenkrantz es rector de la Universidad de San Andrés. Su estudio representó al Grupo Clarín en la audiencia pública por la ley de medios convocada por la Corte Suprema, y tiene otros grandes clientes, que van desde YPF, Cablevisión, Musimundo, La Nación e IRSA hasta Claro y Panamerican Energy, entro otras.

Lorenzetti dijo que los jueces en comisión eran “bienvenidos” y que les tomará juramento, aunque dejó trascender que no había sido consultado sobre la metodología de nombramiento. Al día siguiente se reunió con Macri y anunciaron la postergación de la jura para febrero. Anteayer el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, hizo lugar a una medida cautelar y le ordenó la Corte que se abstenga de tomarles juramento.

La Corte Suprema, igual que Rosatti, se enfrenta con sus propias palabras, según la resolución de Ramos Padilla, que muestra que la Corte este año anuló la lista de conjueces para sus vacantes creada por el Poder Ejecutivo porque no había sido convalidada con los dos tercios de los votos del Senado. “El acuerdo del Senado constituye un excelente freno sobre el posible favoritismo presidencial”, decía el fallo supremo, concepto que aplicó también al decidir que las subrogancias también requieren acuerdo en la Cámara alta. Sobre el decreto de Macri, Ramos Padilla desmiente que la Corte no pueda funcionar porque existen procedimientos para cubrir vacantes y dice que la palabra “empleos” del inciso 19 no puede abarcar a los jueces, ya que considerarlos empleados del Ejecutivo pone en crisis la división de poderes. En efecto, la famosa independencia es lo que está en tela de juicio con los nombramientos por decreto, una iniciativa que no parecer resistir ni el archivo de Rosatti ni la jurisprudencia suprema.

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Horacio Rosatti es magister en Impacto y Gestión Ambiental, fue procurador del Tesoro y ministro de Justicia.


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De: Ruben1919 Enviado: 20/01/2016 14:59

L PAIS › MAURICIO MACRI SE REUNIO CON EL PRESIDENTE DE LA CORTE SUPREMA, RICARDO LORENZETTI

Para despejar suspicacias

Macri buscó despegarse de la denuncia de Carrió contra Lorenzetti. Hablaron del traspaso de las escuchas y de las subrogancias. También de las vacancias en el Tribunal.

 Por Irina Hauser

Por segunda vez desde que asumió en la Casa Rosada, Mauricio Macri recibió al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. La primera fue poco después de nombrar dos jueces en comisión, por decreto, para cubrir las vacantes en el alto tribunal. Fue tal el escándalo, y el rechazo desde la propia comunidad jurídica, que el Presidente aceptó postergar la jura con miras a obtener un respaldo del Senado, al que intentó saltear en un comienzo y meter a sus hombres por la ventana. Pero la agenda judicial es enorme y figura entre las cuestiones prioritarias del Gobierno, que aspira a rediseñar tener y bajo control el sistema de justicia. Para eso, necesita mantener el delicado equilibrio con el juez supremo, que tampoco quiere perder ni un ápice de su feudo. El encuentro de ayer, el segundo, pretendió ser un gesto de Macri, antes de subirse al avión rumbo a Davos, para despegarse de la denuncia de Elisa Carrió por supuesto enriquecimiento ilícito contra Lorenzetti y mostrar que no hay conflicto entre los poderes del Estado sino diálogo. El traspaso de las escuchas telefónicas al ámbito de la Corte, las subrogancias en los cargos vacantes y un plan del ministro de Justicia, Germán Garavano, para implementar modificaciones de acá a cinco años, fueron los ejes de la breve reunión.

Garavano se había reunido un día antes, durante una hora y media, con el presidente de la Corte, para explicarle lo que llama el plan “Justicia 2020”, que abarcaría reformas en un gran abanico de cuestiones: el código procesal penal y su implementación (que ya fue frenada por un decreto), el Ministerio Público Fiscal, el Código Procesal Civil y Comercial, el Código Penal, el traspaso de la justicia nacional a la Ciudad de Buenos Aires, el Consejo de la Magistratura, el juicio por jurados a nivel nacional, entre otras cosas. Todo implica una reformulación de buena parte de las leyes impulsadas por el kirchnerismo. Garavano le ofrece a Lorenzetti una dosis de protagonismo conjunto para encarar su proyecto. Al final de la reunión se pusieron de acuerdo para publicar ambos, en sus respectivas cuentas de twittear, que se habían juntado. La charla también, según reconstruyó este diario, había avanzado sobre el traspaso de las escuchas telefónicas, que hoy está en el ámbito de la Procuración General, a cargo de Cristina Caamaño a la Corte Suprema, tema que el Gobierno definió por decreto como gesto inicial de recorte de poder sobre el área que dirige Alejandra Gils Carbó. Para el alto tribunal es una facultad bienvenida, pero Lorenzetti advirtió que no se podría implementar por lo menos hasta mitad de febrero, que fue lo acordado. La situación del sistema de subrogancias, que la Corte declaró inconstitucional, completó el temario.

Como es evidente, para la (mini) Corte actual es tema de preocupación central quiénes y cómo cubrirán las dos vacantes. Por lo pronto, en el fuero contencioso administrativo fue habilitada la feria judicial para tratar amparos que piden frenar las designaciones por decreto de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Lo que tanto Macri como antes Garavano el dijeron a Lorenzetti, es que aspiran a que finalmente las postulaciones sean avaladas en el Senado, para evitar objeciones judiciales. En el Ministerio de Justicia especulan –según señalaron a Página/12 funcionarios influyentes– con recurrir a antecedentes para el tratamiento de pliegos sin llamar a sesiones extraordinarias. Podrían forzar, así, el tratamiento en febrero. Habrá que ver si logran mayoría en un cuerpo donde el kirchnerismo manda. Por lo pronto, en el proceso de consulta pública sobre los candidatos hubo un récord de 7585 presentaciones. Rosatti tuvo 2104 adhesiones y 1424 impugnaciones, mientras que Rosenkrantz tuvo 2629 avales y 1428 rechazos. En los próximos días los pliegos serán enviados por el Poder Ejecutivo a la Cámara alta, donde se abrirá también una consulta y los candidatos deben ir a una audiencia pública.

Lorenzetti dejó en claro que las vacantes en el Poder Judicial (cerca de 25 por ciento) y las subrogancias son un tema de malestar. Por un fallo de la Corte, que invalidó la ley de subrogancias impulsada por el kirchnerismo (que llevaba a la órbita del Consejo la facultad de elegir jueces suplentes que antes manejaban las cámaras de apelaciones), todas las suplencias (algo más de cien nombramientos) caerán el 4 de febrero. Lo que el juez supremo dijo es que si no resuelve el tema el Consejo de la Magistratura, lo va a terminar por definir la Corte. El tema es muy irritante para la familia judicial, que no quiere perder privilegios, como elegirse entre ellos y cobrar un plus salarial de 30 por ciento por subrogar. El traslado de las interceptaciones telefónicas quedó acordado para el 15 de febrero. Lorenzetti aspira a modernizar el sistema que todavía utiliza CD para registrar conversaciones y deberá resolver cómo queda conformada la planta.

De los 15 minutos con Macri (de los que Garavano fue testigo y –en parte– promotor) el juez se llevó gestos de distensión y señales de que la denuncia por enriquecimiento fue un tema de Carrió. La Corte, ya antes de la asunción del nuevo Gobierno, había dado muestras de lo que es capaz al dictar el fallo que ordenó un nuevo régimen de coparticipación federal. Ahora viene un período de definiciones que pondrá a prueba la armonía de esta relación entre poderes.

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El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, se mostró preocupado por las subrogancias.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 02/02/2016 14:24

EL PAIS › LUEGO DEL DNU QUE LOS NOMBRA EN COMISION, EL PRESIDENTE ENVIO EL PLIEGO CON SUS DOS CANDIDATOS PARA LA CORTE AL CONGRESO

Macri juega a dos puntas a ver si sale alguna

Ante la reticencia de los miembros de la Corte Suprema a tomarles juramento, el Gobierno envió ahora el pliego de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz al Senado. Todavía no está claro cómo podría seguir el trámite.

 Por Irina Hauser y Sebastian Abrevaya

A raíz de los reparos que puso la Corte Suprema y de las críticas de un amplio espectro judicial y político al nombramiento de dos jueces en comisión para cubrir las vacantes en el tribunal, Mauricio Macri decidió jugarse una fichita a que avance en el Senado el procedimiento habitual para que les preste acuerdo. Así, los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, quienes ya están nombrados por decreto, fueron enviados ayer a la Cámara alta. Todavía no está claro cómo seguirá el trámite, no está constituida la Comisión de Acuerdos y hay divergencias sobre la facultad de los senadores para tratar designaciones de jueces fuera de la convocatoria a sesiones. Lo más probable es que durante febrero Cambiemos intente avanzar con los pasos que restan para cumplir con el decreto 222 de consulta pública, que prevé un nuevo período de impugnaciones y avales y una audiencia abierta con los candidatos. Luego, como sea, la definición está sujeta a un acuerdo político.

La designación de los dos jueces de la Corte por decreto y en comisión, eludiendo al Senado, fue una de las medidas con las que Macri eligió inaugurar su gobierno sin anestesia. Pero uno de los principales obstáculos con los que se encontró para avanzar fue el propio tribunal, que les tiene que tomar juramento. En un comienzo, los jueces supremos dijeron que lo iban a hacer y que ambos juristas elegidos eran “bienvenidos”. Pero después de un acuerdo extraordinario primó el malestar con el Gobierno y un planteo de Juan Carlos Maqueda: si les tomaran juramento podría ser interpretado como un respaldo anticipado a la validez constitucional las designaciones, que desde el comienzo generó polémica y pedido de cautelares. El presidente supremo, Ricardo Lorenzetti, ya tuvo dos reuniones con Macri. El resultado fue la postergación de la jura y la decisión del Poder Ejecutivo de enviar los pliegos al Senado, para reducir la controversia. El comunicado del Ministerio de Justicia afirma, con cierto viraje, que lo hacen “conforme con el inciso 4 de artículo 99 de la Constitución Nacional”, que dice que los jueces de la Corte se nombran con el acuerdo de los dos tercios del Senado.

Los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz ya fueron girados a los presidentes de los bloques, Miguel Pichetto y Angel Rozas, además de la Comisión de Acuerdos, aunque no está conformada todavía. Las conversaciones más intensas en miras a un acuerdo incluyen a Pichetto, a la vicepresidenta Gabriela Michetti y a Federico Pinedo, presidente provisional del Senado. El ministro de Justicia, Germán Garavano, le dijo a Página/12 que “hoy el gobierno es optimista con que se aprobarán los nombres en marzo”. En el bloque del Frente para la Victoria, en cambio, descartan que hasta ahora se haya llegado a un acuerdo político.

“Celebramos que finalmente en Cambiemos han reconocido el error que cometieron con los nombramientos en comisión y que estén cumpliendo con el trámite que establece la Constitución Nacional”, le comentó a este diario el senador del Frente para la Victoria Juan Manuel Abal Medina. “Ahora lo más atinado seria que el Poder Ejecutivo convoque a sesiones extraordinarias para constituir la Comisión de Acuerdo y poder avanzar en el tratamiento de todos los pliegos pendientes, lo que incluye a embajadores y fuerzas armadas”, agregó. En el FpV, consideran que la comisión no se puede constituir sin llamar a sesión extraordinaria, aunque dure solo cinco minutos. Y sostienen que se requiere el mismo mecanismo para que un pliego ingrese formalmente y tenga estado parlamentario. También consideran que les corresponde la presidencia de ella, ya que siguen teniendo mayoría propia en el Senado.

Lo habitual es que las comisiones se conformen en una sesión preparatoria en la última semana de febrero. En Cambiemos acotan que si pactan, la Comisión de Acuerdos podría trabajar perfectamente, hacer la nueva convocatoria de avales e impugnaciones y hasta convocar a la audiencia pública donde los candidatos responden preguntas a la vista de todos. Esta sería la segunda etapa para cumplir con el decreto 222 y sus mecanismos de consulta. En el Gobierno analizan un precedente que, dicen, permitiría tratar los pliegos sin que se convoque a extraordinarias. De todos modos, el cumplimiento de todos los pasos demandará varias semanas y todo pasaría igual a marzo, cuando el Congreso esté en actividad. La comisión –y en esto hay coincidencia entre los sectores– puede reunirse una vez constituida, pero no puede dictaminar en período de receso.

“Si la Corte quiere tomar juramento antes, puede hacerlo”, insistió Garavano, tal como había señalado en un reportaje con Página/12. La realidad es que, a esta altura, ya ni él ni casi nadie en el Gobierno ni en Cambiemos quiere que Rosatti y Rosenkrantz asuman en comisión, en base al polémico decreto original. Habrá que ver si el FpV, accede a aprobar como supremos a estos juristas que aceptaron el procedimiento tan cuestionado (en el caso de Rosatti él mismo lo había objetado en 2011 en su Tratado de Derecho Constitucional).

La Corte, por lo pronto, reanuda su actividad con tres miembros. Durante la última semana de enero estuvo acéfala. Se encontraba de turno Ricardo Lorenzetti, pero se fue a disertar a Salamanca. Elena Highton de Nolasco había viajado a Estados Unidos y Maqueda a Europa. Sólo había un secretario laboral habilitado para actuar en su nombre.



 
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