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General: PUERTO RICO Estado poco libre, asociado y… en bancarrota
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 02/01/2016 11:15

Estado poco libre, asociado y… en bancarrota

     
12/08/2015
Opinión

El Estado Libre Asociado cayó en moratoria y lo que antes nos presentaban como “la vitrina del Caribe” se desacreditó. Ya nadie lo considere solvente, ni en Wall Street ni entre los tres poderes de la Unión, pues además del desastre económico el ELA ha probado ser un fiasco político. Pero cuando corresponde definir quién pagará el desastre, ellos aducen que, como viene de décadas de malas administraciones puertorriqueñas, sus costos deben recaer sobre quienes las eligieron. La gran prensa y los carísimos consultores y cabilderos oficiales omiten quién instauró al régimen que originó tales administraciones y limitan la cuestión a decidir las medidas “técnicas” requeridas para paliarlo.

 

Nada nuevo en el repertorio neoliberal. Como los “pigs” europeos ‑‑Portugal, Irlanda, Grecia y España‑‑, la isla se endeudó descomunalmente y ahora la “única” salida es exigirle extrema austeridad. Maliciosa distorsión del término que no sugiere sobriedad sino que manda precarizar empleos, abatir salarios, achicar pensiones, eliminar días de descanso, reducir servicios públicos y elevar impuestos. Esto no castiga a quienes implantaron ese modelo económico, ni a quienes contrajeron esta deuda y gozaron del despilfarro, sino a un pueblo que no tuvo otras opciones políticas. Puerto Rico es un “territorio” que pertenece a Estados Unidos pero no forma parte esa nación; el Congreso de Washington ejerce los poderes sobre la isla y define las modestas atribuciones caseras del gobierno local. En castellano, esto es una colonia.

 

¿De dónde vino semejante endeudamiento? De una larga insostenibilidad del modelo, que por decenios tomó empréstitos adicionales crecientemente onerosos para tapar deudas anteriores, hasta que el gobierno resultó incapaz de pagar. Los seductores prestamistas de ayer son los implacables buitres de hoy, y aseveran ‑‑con el dogma neoliberal en el puño‑‑ que haciéndola consumir menos y tributar más la isla podrá pagar lo recibido y sus intereses. Pero según la legislación federal los “territorios” no tienen derecho a auxilios por bancarrota; la Casa Blanca aclara que solo piensa “asesorar” al gobierno de San Juan y el Congreso tiene otras prioridades.

 

A la vez, se omite que antes de discutir cualquier pago debería auditarse cada préstamo, pues en el bulto adeudado se ocultan gastos o extravíos inadmisibles. Como igualmente se silencia que durante más de un siglo Puerto Rico nunca dejó de subsidiar a la economía estadunidense, al tener que amoldarse a las necesidades norteamericanas incluso a expensas de su propia subsistencia.

 

Cuando Estados Unidos necesitó azúcar, se cañaveralizó a la isla arrasando los demás cultivos y la seguridad alimentaria, hasta que los agricultores norteamericanos la surtieron con azúcar de remolacha. Entonces se impuso la industria de derivados del petróleo hasta que la crisis de 1973 encareció el suministro y dañó el negocio. Luego, el Congreso estadunidense favoreció con exoneraciones la instalación de industrias ligera y farmacéutica en la isla, hasta que estas la abandonaron cuando los atractivos asiáticos y los TLC con México y Centroamérica les ofrecieron mayores ventajas. E invariablemente esas empresas repatriaron enormes ganancias sin reinvertir en Puerto Rico, y cada una de esas experiencias le restó sostenibilidad a la economía del país, cuya gente nunca las ideó ni fueron sus beneficiarios. Y cada una dejó una crisis humana ‑‑y demográfica‑‑ por la cual millares de puertorriqueños no tuvieron más remedio que dejar su patria.

 

 Más de un siglo de historia muestra que el verdadero deudor es Estados Unidos, y que los pícaros que endeudaron a la isla sabían en qué andaban y pueden asumir esa responsabilidad sin pretender ganancias adicionales. Ello dista de ser un problema “técnico”, y es imposible apretar más la tuerca de la austeridad sin romper el tornillo. Dentro del sistema colonial que creó y recicla el problema, ningún paquete de medidas sacará a la isla del marasmo. La crisis proviene del régimen que impide a los puertorriqueños escoger sus propias alternativas y usar los mismos recursos soberanos que sus vecinas repúblicas caribeñas y latinoamericanas.

 

Para superar la crisis lo que toca negociar no son medidas “técnicas”, sino la transición para convertir a Puerto Rico en una república independiente y sostenible.

 

- Nils Castro es escritor y catedrático panameño.

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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 03/02/2016 20:57

Puerto Rico necesita nuestra ayuda

La inacción no es una opción, es hora de actuar

Puerto Rico ya no puede esperar, necesita nuestra ayuda. La isla enfrenta una severa crisis económica y fiscal, y los 3,5 millones de estadounidenses que viven en Puerto Rico están esperando que el Congreso actúe. No nos quedaríamos de brazos cruzados si residentes de los cincuenta estados se vieran forzados a dejar sus hogares después de lidiar con una recesión de diez años. El trato desigual de Puerto Rico bajo numerosos programas federales – desde programas de cuidado de salud como Medicaid y programas sociales, incluyendo el programa de Servicio de Alimentos y Nutrición (SNAP, por sus siglas en inglés), hasta créditos tributarios como el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo (EITC, por sus siglas en inglés) – tiene un terrible costo humano para millones de nuestros compatriotas.

La actual tasa de desempleo de Puerto Rico supera el 12 por ciento – más del doble que el estado con la mayor tasa. El 45 por ciento de la población, y el 58 por ciento de los niños puertorriqueños, viven por debajo del nivel de la pobreza. La crisis de $72 mil millones amenaza el futuro y bienestar de tanto niños como adultos, ya que más y más escuelas, hospitales y negocios cierran sus puertas. Pese a importantes esfuerzos del gobierno puertorriqueño por implementar medidas fiscalmente responsables, la caída en ingresos tributarios causada por el éxodo masivo de contribuyentes y la falta de acceso a las herramientas necesarias para reestructurar sus deudas han hecho imposible que Puerto Rico cumpla con sus obligaciones y se recupere por su cuenta.

Puerto Rico es parte de Estado Unidos, y es responsabilidad del Congreso reajustar una parte considerable de su deuda. Debemos abordar el problema de su deuda masiva con energía, lo tenemos que hacer pronto.

He trabajado arduamente en el Senado para presentar medidas significativas que ayudarían a Puerto Rico a abordar sus onerosos retos económicos. Copatrociné el proyecto de ley de Estabilidad Financiera de Puerto Rico de 2015, que suspendería las demandas contra Puerto Rico hasta el 31 de marzo, fecha límite que dio el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, para que los comités de la Cámara desarrollaran una solución razonable para abordar la crisis fiscal de Puerto Rico. También copatrociné el proyecto de ley de Uniformidad bajo el Capítulo 9, que le hubiera permitido al gobierno de la isla reestructurar sus deudas y restaurar el acceso de Puerto Rico a las mismas herramientas de las que gozan todos los estados.

Más recientemente, insté al líder republicano del Senado, Mitch McConnell, a nombrar un equipo de trabajo bipartidista para desarrollar una solución responsable para esta seria crisis hasta finales de marzo. Y lideré a mis colegas demócratas en el Senado en instar al líder republicano a avanzar legislación que le otorgue a Puerto Rico la ayuda que tanto necesita. Los demócratas no les darán la espalda a 3,5 millones de estadounidenses. Estamos listos para trabajar con los republicanos para abordar la crisis fiscal de Puerto Rico.

No estamos pidiendo un rescate ni un cheque en blanco. Para nada. Les estamos pidiendo a los republicanos que trabajen con nosotros hacia una solución que ayude a Puerto Rico a ayudarse a sí mismo. Las medidas que he presentado y respaldado en el Senado no le costaría ni un centavo al contribuyente. Al contrario, protegerían al contribuyente del creciente costo de la inacción.

Podemos y debemos actuar para ayudar a nuestros hermanos estadounidenses en Puerto Rico. Demócratas y Republicanos deben trabajar juntos para aprobar legislación que permita que Puerto Rico resuelva este problema. Espero que los recientes comentarios de algunos líderes Republicanos, incluyendo el presidente Ryan, se conviertan en acción rápida y substancial. Los demócratas del Senado están preparados para trabajar con la bancada republicana hacia una solución de largo plazo para Puerto Rico. Es momento de actuar.

* Harry Reid es Senador por el Estado de Nevada y líder por la minoría en el Senado de Estados Unidos.



 
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