Las personas adultas y mayores, su experencia y conocimiento asociados, ya no son la única autoridad en los entornos familiares. Ahora los jóvenes (adolescentes o millennials) son la nuevaautoridad, gracias a sus habilidades y su ecosistema digital y de conexión permanente. Se abre un potencial conflicto: experiencia frente a conexión. No se trata sólo de edades, sino de mentalidades. También en política.
En las elecciones estadounidenses, el Partido Demócrata, tiene a una gran candidata, Hillary Clinton, con gran experiencia política y con un grandísimo apoyo dentro del propio partido y dentro de sus élites. De hecho, la apoyan 148 congresistas, 38 senadores y 10 gobernadores. Obtiene, a su vez, grandes donaciones de empresas de Wall Street.
En el otro lado de la balanza está Bernie Sanders. Sólo tiene dos apoyos dentro de los representantes públicos del partido, tampoco demasiada recaudación por parte de grandes empresas. Su mensaje político es mucho menos «moderado» que el de Hillary… pero la igualó en Iowa y es más que probable que gane esta noche en las primarias de New Hampshire. ¿Cuál es la razón? ¿En qué se basa la comunicación política de su campaña para haber logrado lo que ha logrado?
1. Feel The Bern. Totalmente en paralelo a la campaña oficial, se está desarrollando una campaña ciudadana alrededor de Feel The Bern. Activismo con altas dosis de creatividad. Triunfa el talento, el artivismo, con grandes diseñadores que, como pasó con Obama en 2008, quieren participar y ayudar a la campaña, sin contraprestaciones. Libres. Autónomos.
2. Originalidad. Es en las recientes fiestas navideñas y en Acción de Gracias (cuarto jueves de noviembre) cuando las familias se unen entorno a una mesa. Y es allí cuando se suele hablar de política. El equipo de Sanders lo sabía y, por ello, los cinco días anteriores a cada comida familiar enviaba, cada día, un argumentario diferente para que sus simpatizantes se lo aprendieran y pudieran discutir y convencer a sus familiares. La «operación» se denominó «BernTheTurkey».
3. Crowdfunding. Sanders ya ha superado la barrera de las 2,3 millones de contribuciones de particulares, el récord que hasta ahora ostentaba la campaña de Obama 2012. Su campaña de recaudación cívica está compitiendo de igual a igual con Super PACs de apoyo a Hillary (aunque aún no la supera en dinero recaudado).
4. Los móviles. Cualquiera puede convertirse, ipso facto, en un miembro de la campaña. Hay numerosas apps sobre el candidato y alguna, como Field the Bern, permite hacer puerta a puerta en cualquier sitio, con el teléfono en la mano y hablando a los propios vecinos sobre el candidato.
5. Los actos. Desde su web se puede acceder a absolutamente todo lo que hace el candidato, pero también a todo lo que hacen sus activistas. A través de un mapa, se sitúan todas las acciones y la gente puede apuntarse o acudir directamente. Se enumera todo lo que se puede hacer, donde y a qué hora.
6. Comunicación directa entre activistas. No hay casi nada centralizado, sino que desde la propia web aparecen listados infinidad de grupos en Facebook y en Reddit donde obtener información o apuntarse. También disponen de numerosos grupos de activismo en Slack, diseminados por toda la geografía estadounidense y segmentados por territorio o por temática. En Reddit también tienen un canal propio donde cualquiera puede aportar ideas, noticias y votar a las mejores. Hazlo tú mismo, es el mensaje.
7. Merchandising atractivo. El muñeco de Bernie Sanders está dando mucho juego, sobre todo en Instagram. Ese muñeco aparece en diferentes lugares públicos, en mítines, en casas… Se puede comprar, pero también es subastado. El pelo y las gafas del candidato también se han convertido en un icono de la campaña. Por eso mismo, cualquiera tiene acceso a herramientas gratuitas para ponerse esos elementos sobre sus caras en sus perfiles de redes sociales a través de Bernies’s photo booth. Obviamente, también carteles de vota por Bernie o Bernie for President.
8. Los jóvenes y los niños. Según una encuesta del Instituto de Política de la Universidad de Harvard, el 41% de los jóvenes demócratas encuestados dijo que votará a Bernie Sanders, muchos más que a Hillary. No sólo tiene ese voto, sino que también busca lograr el de aquellos que aún no tienen edad para votar, pero sí pueden aconsejar a sus padres. Ese intento por captar a toda una generación es lo que les hizo crear la campaña Class of Bernie 2016.
Hoy en New Hampshire veremos un candidato, el rebelde Bernie Sanders, que cada vez tiene más posibilidades de hacer lo imposible: complicarle la candidatura a la oficialista Hillary; enfrentándose a la dinastía demócrata representada por los Clinton. Y las tiene porque hace una campaña diferente, innovadora, sin miedos. Y una campaña que tiene en cuenta a sus propios activistas. Una campaña de todos.
Esta es la revolución de estas primarias: outsiders (como Donald Trump) o rebeldes (como Bernie Sanders) que se enfrentan y compiten con el establishment y las dinastías. Todos se mueve.